Pagar la luz se ha vuelto parte de nuestra rutina, pero eso no significa que no sea un gran dolor de cabeza y lamentablemente tenemos malas noticias. Si vives en México, es muy probable que el próximo recibo de luz te llegue con una sorpresa poco agradable, pues te encontrará con un gran aumento en el precio final, debido a un cambio de la CFE, por lo que es de suma importancia que empieces a tomar medidas y controlar tu consumo, pero ¿De qué cambio estamos hablando? ¿Por qué hay que pagar más? ¿Podemos hacer algo?
La CFE nos trae malas noticias
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha confirmado que se terminó un beneficio muy importante que nos ayudó durante los meses de más calor, lo que significa que a partir de ahora, la luz volverá a cobrarse a su precio normal. Este cambio afecta a millones de hogares, especialmente en las zonas más cálidas del país. Sucede que durante el verano, la CFE nos da un subsidio económico para ayudarnos a pagar el exceso de luz.
Pero ese alivio temporal ya no está disponible, y es clave entender por qué para evitar sustos y problemas con tu servicio eléctrico. La mala noticia es que, si el subsidio terminó, toca pagar el precio completo y no hay vuelta atrás, sin embargo la CFE y la Profeco dicen que la clave para que el recibo de luz no se dispare no está en las rebajas, sino en entender y controlar cuánto usamos de energía en casa.
La razón de este cambio es simple: el subsidio de verano de la CFE, que normalmente va de mayo a octubre, ha llegado a su fin. Desde el 1 de noviembre y hasta el 30 de abril del próximo año, los hogares regresan al esquema de pago normal, sin ese gran descuento. Esto significa que la mejor forma de que tu factura no sea un «golpe» es ser consciente de tu consumo y volverte un experto en tu medidor.
Debes cuidar tu bolsillo
Ya que el subsidio de la CFE terminó, no se puede hacer nada para evitar el regreso a la tarifa normal. La única forma de proteger tu bolsillo es volverte más inteligente con el uso de la energía. Para eso, es esencial que sepas leer y llevar un registro de tu medidor de luz y si lo consideras necesario, instalar un medidor adicional, pero debes saber que existen dos tipos principales de medidores domésticos.
Tenemos los medidores electromecánicos, que son los modelos más viejos que tienen carátulas con manecillas que giran conforme pasa la corriente y por otro lado, están los electrónicos o digitales, que son más modernos y que muestran el consumo total directamente en una pantalla de forma más fácil. Ambos miden la energía que usas en una unidad llamada kilowatt-hora (kWh).
La importancia de leer tu medidor
Tener un registro diario o semanal de la lectura de tu medidor es tu mejor herramienta de ahorro, pues podrás darte cuenta rápidamente si un día o una semana usaste mucha más luz de lo normal y ajustar tus hábitos de inmediato. Otro punto importante es que te ayuda a evitar el terrible salto de tarifa; la CFE tiene varias categorías de cobro, y si consumes demasiada energía, puedes pasar a un nivel superior donde cada kilowatt-hora se cobra mucho más caro.
Para leer el medidor, si tienes el digital, solo debes anotar el número que aparece en la pantalla. Si tienes el de manecillas, debes leer los números de derecha a izquierda, y si una manecilla se encuentra justo entre dos números, siempre debes anotar el número más pequeño. ¡Es sencillo y puede ahorrarte mucho dinero!
Ya no podemos negar que el aumento en la factura de la CFE es una realidad que llega con el fin del subsidio de verano, y no podemos evitarlo, sin embargo, la lección más importante es que el control total de tu gasto de luz está en tus manos. Aprender a leer tu medidor y llevar un registro diario o semanal es la única defensa efectiva que tienes para mantener el consumo a raya, evitar un salto de tarifa y proteger tu economía. Y si quieres ahorrar aún más, la CFE nos ha revelado varios trucos que ayudarán a tu bolsillo.
