“Que la muerte de Berta y el sufrimiento actual de Gustavo no sean en vano”

El reciente asesinato de Berta Cáceres, – Premio Goldman al Medio ambiente 2015- así como la retención prolongada en Honduras del ciudadano Gustavo Castro Soto, víctima del mismo atentado, develan la lucha de centenas de comunidades mesoamericanas en defensa de sus tierras y territorios. Y contra la presencia agresiva de megaproyectos, sean éstos mineros o hidroeléctricos. Así lo subraya Philipp Gerber, quien coordina los proyectos de la organización Médico Internacional Suiza en México, donde vive desde hace varios años.  Amigo personal de Gustavo Castro Soto y conocido desde tiempo de la dirigente hondureña recientemente asesinada, Gerber introduce no sólo el retrato personal de sus dos amigos sino que analiza más a fondo la responsabilidad del Norte en esta política invasiva contra los pueblos mesoamericanos.

Pueblos originarios y acción directa ambientalista

El desarrollismo destructor no tiene en cuenta los derechos de los pueblos originarios pues muchas veces chocan con él: acceso a tierras, a recursos, etc. Su condición es la de ciudadanos de segunda, ciudadanos sin censar, sin acceso a la administración y a los media… Pueblos que sólo saben defenderse con flechas y arcos o que son embaucados por las multinacionales sin escrúpulos. Pero estos pueblos son en muchos casos el único garante para la conservación de habitats tan fundamentales como las selvas amazónicas de Perú, Colombia, Ecuador, Brasil, Bolivia, Papúa, Congo, etc.