Contaminar no es inevitable

Derrames cerebrales, cardiopatías, bronquitis crónica, asma o cáncer de pulmón son algunas de las enfermedades relacionadas de manera directa con la contaminación atmosférica. Si no se ponen en marcha medidas drásticas, entre 2020 y 2029, 71.000 personas podrían fallecer en Europa por la mala calidad del aire. Así lo asegura un estudio de Greenpeace, Carbón tóxico: impactos sobre la salud y la economía de unos límites de contaminación insuficientes.