Ración de polenta para la ciencia huérfana.

Durante la puesta a punto de las metodologías se analizaron "nachos"( tortillas de maiz fritas o tostadas pequeñas con queso) y "cereales de desayuno" de marcas conocidas y ambos tipos de productos también contenían maíz OGM. “Aunque la legislación de nuestro país no exige el etiquetado transgénico en producto final, es de prever que tanto los productores que trabajan con variedades hibridas no genéticamente modificadas como los que lo hacen con maíces criollos u orgánicos, comiencen a etiquetar sus productos para poder diferenciarlos de los productos transgénicos y de esta manera poder darles cierto valor agregado, creando la necesidad de tener laboratorios que realicen los análisis y puedan certificar la presencia o ausencia de ingredientes genéticamente modificados en un producto determinado” dice el estudio.