La venta de medicamentos es un gran negocio. Las empresas farmacéuticas invierten cada año miles de millones de euros en publicidad, financiación de revistas científicas, congresos, regalos y conferencias bien pagadas para conseguir que los médicos receten sus productos. El resultado es que se consumen muchos más medicamentos de los necesarios. Hasta un 95% es prescindible, según explica el director del Centro Nórdico Cochrane, Peter C. Gøtzsche, en Medicamentos que matan y crimen organizado. Este exceso lo paga el Estado y los consumidores, que creen hacer lo mejor por su salud. Además, los medicamentos tienen efectos secundarios que causan nuevos problemas, a menudo graves (los medicamentos son la tercera causa de muerte, por detrás de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer).