Notas sobre la ecología política latinoamericana: arraigo, herencias, diálogos

"El lugar de enunciación plural y colectivo que ha ido constituyendo la ecología política latinoamericana tiene homologías con la tradición del pensamiento crítico de la región, y que ambos pueden ser pensados a partir de la caracterización que el intelectual brasileño Alfredo Bosi (1992) hizo en relación a José Carlos Mariátegui y a sus compañeros de generación, peruanos de la década de los 1920: ‘la vanguardia arraigada’. Se trata de una vanguardia, en el sentido que conecta con los tremendos desafíos de la época, en la que la región latinoamericana está siendo reterritorializada para la explotación en gran escala de sus recursos naturales, con total menosprecio de las necesidades y urgencias de sus poblaciones."

El valor formativo de la geografía en la educación ambiental

La enseñanza de la geografía comprende “(…) un conjunto de conocimientos que son útiles para la socialización de los alumnos, pues les permiten interpretar sus identidades personales y colectivas [y, asimismo, para promover] (…) las expectativas de los niños y adolescentes en una sociedad saturada de información superficial y con escasas herramientas interpretativas sobre los factores subyacentes” entre ellos los ambientales. En este sentido, hay que hacer hincapié en ciertas problemáticas escolares bien delimitadas, como la ambiental, sentidas por profesores y alumnos en el aula y lejanas a la tiranía del currículo enciclopédico.

Perspectivas geográficas del bicentenario en la Argentina

La cuestión ambiental es pródiga en mitos lo que nos lleva a reafirmar a la educación geográfica como formación ciudadana. Un mito es que la Argentina “es inmensamente rica, tiene de todo y no lo sabemos aprovechar”. Al respecto, Albina Lara (2009) explica que la Argentina tiene modelos de producción no sustentable, lo que implica por ejemplo pérdida económica por deterioro de los suelos -1000 millones de dólares por año-. El 20% de los suelos degradados se localizan primordialmente como erosión hídrica en la Argentina húmeda mientras la erosión eólica, en la Argentina árida. En el espacio rural se agrega la contaminación por agroquímicos, la desertificación y la deforestación.