Colonias del Siglo XXI: alimentos, especulación y arrebato territorial

Dentro del modelo extractivista y las reestructuraciones globales asociadas a los agronegocios, la Patagonia es nuevamente presentada como un lugar lleno de “riquezas” fronterizas. Las fuerzas políticas nacionales deberían reconsiderar el significado de ese término, “riqueza”, pues remite al cálculo distante y a la aplicación de métodos puramente extractivos, a la supuesta inevitabilidad de “explotar los bienes comunes” como si fueran “recursos” propios, para y del capital transnacional, con la mayor rentabilidad, y a subordinar territorios a los caprichos de los grandes centros de consumo, a crear otro patio trasero que se explota y se contamina sin considerar la multiplicidad de consecuencias sociales y ambientales asociadas, a corto y largo plazo. Estos nuevos cercamientos van más allá de correr alambrados para apropiarse de la tierra fértil que queda en el mundo.

El GRR frente al Congreso Forestal Mundial

Esta vez, se nos propone la forestación industrial en gran escala, un proyecto comercial que es una firme continuidad de las peores prácticas y agresiones a la Naturaleza y a las poblaciones, que hemos sufrido hasta el momento. Pensamos que los agronegocios forestales nos proponen monocultivos, tanto o más peligrosos que los de soja. Frente al CFM y a su publicidad engañosa reafirmamos, que los bosques y montes nativos biodiversos, son la base de la vida sobre el Planeta y que las plantaciones de árboles no son “bosques”, tal como nos lo dicen, sino que son meros monocultivos de árboles. Los bosques contienen siempre fauna y flora en su seno, pero además son el hábitat natural de campesinos criollos y de pueblos originarios.