Amazonía, Bolivia. De la tierra de nadie a la Tierra de todos
Cuando los ricos y poderosos deforestan, le quitan la comida de la boca a los hijos de los pobres. No es difícil entender por ende que el problema de la tierra, el territorio y la defensa del bosque es el motivo fundamental de la masacre del año pasado. Son dos visiones antagónicas. Un Estado, como el nuestro, pionero en el mundo en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y de las comunidades campesinas, urge se manifieste de manera concreta, creativa y efectiva en la vastedad amazónica. No alcanzó el hecho indudable de haber parado las matanzas que se iniciaron un año atrás: hay que acabar con el sistema, el aparato y la superestructura que hacen que matar en la Amazonía sea un hecho normal, habitual, previsible.