La paradoja de la agricultura cubana: Reflexiones agroecológicas basadas en una visita reciente a Cuba

El mundo, y en especial America Latina, aún observan con admiración y orgullo los niveles de producción y áreas dedicadas a la agricultura urbana y orgánica en Cuba, niveles nunca alcanzados en otros países, así como los avances de la investigación y extensión agroecológica, sin embargo, en muchos círculos se habla hoy de la “paradoja de la agricultura cubana”: ¿Cómo en un pais con tanta experiencia práctica en agroecología, alto nivel de conocimiento científico y organización social de base, donde la agricultura campesina que ocupa el 25% de la tierra arable y produce una sustancial cantidad de viandas, granos, frutas, animales menores, etc. y con más de 350.000 agricultores urbanos que suplen más del 80% de las hortalizas consumidas en las grandes ciudades, aún importa el 65% de los alimentos?

Movilizándonos para rescatar nuestro sistema alimentario

Antes del fin de la primera década del siglo XXI, la humanidad está tomando conciencia rápidamente de que el modelo industrial capitalista de agricultura dependiente de petróleo ya no funciona para suplir los alimentos necesarios. El desafío inmediato para nuestra generación es transformar la agricultura industrial e iniciar una transición de los sistemas alimentarios para que no dependan del petróleo.

La biotecnología no garantizará la seguridad alimentaria.

Pruebas experimentales recientes han mostrado que las semillas fabricadas por ingeniería genética no aumentan el rendimiento de los cultivos. Un estudio reciente del USDA muestra que los rendimientos de 1998 no fueron significativamente diferentes en cultivos provenientes de la ingeniería genética contra los que no provenían de la ingeniería genética en 12 de las 18 combinaciones de cultivo/región.

Diez razones que explican por qué la biotecnología no garantizará la seguridad alimentaria, ni protegerá el ambiente ni reducirá la pobreza en el tercer mundo

Pruebas experimentales recientes han mostrado que las semillas fabricadas por ingeniería genética no aumentan el rendimiento de los cultivos. Un estudio reciente del USDA muestra que los rendimientos de 1998 no fueron significativamente diferentes en cultivos provenientes de la ingeniería genética contra los que no provenían de la ingeniería genética en 12 de las 18 combinaciones de cultivo/región.