Yerba Mate: la alternativa ética y más saludable al café
Para un estimulante rápido y fácil, muchos en Occidente recurren al café. Sí, ese líquido marrón que proviene de los granos de café … Leer Más
Para un estimulante rápido y fácil, muchos en Occidente recurren al café. Sí, ese líquido marrón que proviene de los granos de café … Leer Más
Se estima que el 25% del territorio uruguayo y paraguayo y al menos el 10% del argentino están en manos de empresarios extranjeros, mientras que en otros países de la región los latifundios privados se multiplican como hongos. Esta nueva forma de conquista neocolonial se intensificó en los últimos cinco años y afecta sobre todo a los países de América del Sur.
El formidable desarrollo de las fuerzas productivas durante el siglo XX estuvo ligado a la permanente disponibilidad por parte de los centros del capitalismo mundial, de la energía que el petróleo, obtenido la mayor parte de las veces en forma de saqueo puro y simple o a precios ridículamente bajos, casi simbólicos, le proporcionó. La lógica y leyes del capitalismo no han variado desde entonces. Las nuevas fuentes energéticas serán objeto de intento de apropiación a través de agresiones (caso de Irak) o de transacciones leoninas y usureras con gobiernos cipayos y corruptos (como los que existían en la Venezuela anterior a Chávez).
Los gobiernos de la llamada corriente progresista de América Latina no han discutido ni han puesto en cuestionamiento el modelo extractivista. Siguen creyendo que mediante la extracción de los recursos naturales vamos a encontrar el camino del desarrollo. En lugar de recaer en el mito «desarrollista extractivo-productivista», es mejor tener un programa a largo plazo cuyo objetivo sea disminuir la dependencia de las exportaciones y mejor aún, repartir la producción de la riqueza nacional en un círculo virtuoso basado en la satisfacción y la promoción de la demanda interior, lo que implica dar prioridad y garantizar los derechos económicos, sociales y culturales de toda la población (en detrimento del frenético consumo de lujo de las clases sociales más ricas).
De las iniciativas recientes que han emergido desde gobiernos críticos al neoliberalismo, una de las más importantes es aquella de crear el Banco del Sur como banca subregional que vendría a transformar las relaciones de poder al interior de la banca multilateral de desarrollo, y reproblematizar al desarrollo en un contexto en el que la ideología liberal ha cerrado el campo de posibles humanos, sobre todo a los discursos y propuestas críticas y alternativas.