En la tarde de hoy, el portaaviones USS Gerald R. Ford, considerado la nave más avanzada en la actualidad y el portaaviones más grande del mundo, ingresó al área de responsabilidad del comando sur de los Estados Unidos, que abarca América Latina al sur de México, incluyendo aguas adyacentes y las costas del mar Caribe frente a Venezuela, por lo cual su llegada marca un hito en la proyección de poder naval estadounidense en la región en un contexto de creciente atención geopolítica.
De acuerdo con el portavoz principal del Pentágono, Sean Parnell, la presencia del portaaviones reforzada de fuerzas estadounidenses en la región mientras que busca “detectar, monitorear e interrumpir las actividades y los actores ilícitos que comprometen la seguridad y la prosperidad de los Estados Unidos y nuestra seguridad y la prosperidad del país americano y nuestra seguridad en el hemisferio occidental”.
Más de 4000 marineros y aeronaves tácticas
El grupo del ataque del portaaviones incluye más de 4000 marineros y decenas de aeronaves tácticas a bordo; no obstante, el Gerald R. Ford, el primer portaaviones de su clase, cuenta con capacidad de operaciones simultáneas de lanzamiento y recuperación de aeronaves de ala fija, tanto de día como de noche; por ende, la capacidad le permite mantener una presencia aérea constante.
Por lo cual la operación forma parte de la estrategia para combatir el narcotráfico y fortalecer la intervención militar contra redes criminales con alcance internacional; por lo tanto, esta ofensiva busca desarticular estructuras ilícitas que operan en rutas marítimas clave del Caribe y el Pacífico, muchas de las cuales han sido vinculadas a organizaciones designadas como terroristas.
Sin embargo, desde el inicio de las operaciones, el ejército de los Estados Unidos ha informado de la destrucción de al menos veinte embarcaciones con saldo de 75 personas muertas y una desaparecida en aguas del Caribe y el Pacífico después de varios ataques ejecutados en el marco de la nueva etapa de la ofensiva antidrogas impulsada por Washington.
Escalada naval en América Latina y los EE. UU
La escalada comenzó en agosto con el despliegue de buques de los Estados Unidos en el Caribe, lo que produjo un aumento de tensiones con Venezuela, pero posteriormente se ha expandido hacia aguas del Pacífico e involucrado a Colombia, lo que ha generado una creciente preocupación en la región por el alcance y la intensidad de las operaciones militares estadounidenses.
Es por ello que las fuerzas armadas en Venezuela activaron este martes un despliegue masivo en todos los estados del país para responder a las supuestas amenazas del país americano que mantiene su operativo militar antidrogas en la región y espera la llegada de su portaaviones más avanzado. Por ende, el Ministerio de Defensa venezolano informó que el despliegue incluye múltiples unidades aéreas, terrestres, fluviales y misilísticas.
Según el comunicado oficial emitido por el gobierno de Venezuela, el objetivo es garantizar la defensa integral del territorio nacional ante lo que califican como una provocación directa de Estados Unidos, por lo cual esta movilización ocurre en paralelo al avance del grupo de ataque liderado por el portaaviones USS Gerald R. Ford, cuya presencia en aguas del Caribe ha sido interpretada por Caracas como una amenaza a su soberanía.
Venezuela muestra su fuerza militar en medio de tensiones con Estados Unidos
El canal televisivo estatal difundió discursos de líderes militares en varios estados del país con imágenes de la movilización de efectivos y uso de armamento y equipo militar; sin embargo, estos anuncios frecuentes y ampliamente difundidos por el régimen no necesariamente se traducen en operaciones visibles sobre el terreno, lo que ha llevado a analistas y observadores internacionales a cuestionar la efectividad real de estas demostraciones de poder, aunque el gobierno busca proyectar una imagen de fuerza y preparación.
