El líder de la diplomacia del país persa señaló que desde Teherán se observa con cautela el alto al fuego alcanzado y asegura estar en disposición de responder de ser necesario. Aumentan nuevamente las tensiones alrededor del programa nuclear iraní, a pesar de los ataques perpetrados por Estados Unidos.
Un alto al fuego «frágil»
El canciller de Irán, Abbas Araqchi, señaló en la tarde del sábados, que el alto al fuego alcanzado entre su país y el Estado de Israel se mantiene en una situación de fragilidad, exponiendo sus cuestionamientos sobre la estabilidad en la región.
En una entrevista realizada por el medio televisivo chino CGNT, Araqchi explicó que desde la cúpula central de régimen iraní, observan la tregua con «mucha cautela» y aseguró que están «totalmente preparados» para devolver el golpe ante una eventual ruptura del cese de hostilidades.
“El alto el fuego evidentemente es frágil. El motivo es obvio. Creo que el régimen israelí no hace ningún alto el fuego y tiene muy malos antecedentes”, explicó el jefe de la diplomacia iraní. Posteriormente, Araqchi recordó que Teherán nunca tuvo la intención de iniciar el conflicto y reiteró: “No queríamos esta guerra, pero estamos preparados”.
Durante la entrevista, Araqchi continuó señalando que el origen directo de las hostilidades fue «un acto de agresión de Israel contra Irán, al que calificó como una «agresión no provocada». El ministro iraní sostuvo que las acciones de su país se mantuvieron dentro del marco del «derecho a defensa propia», y remarcó: “Defendimos nuestro país, lo defendimos con mucha valentía”.
Como sigue el conflicto
Las tensiones militares en la zona de Medio Oriente tuvieron una intensificación especial a partir del 13 de junio de este año, día en el que el Estado de Israel llevó adelante una operación de ataque coordinada contra objetivos militares, instalaciones de investigación nuclear y civil en el territorio de Irán.
En represalia, el régimen iraní lanzó varios ataques que golpearon directamente el territorio israelí. El ida y vuelta de ataques de represalia entre iraníes y israelíes obtuvo un matiz un tanto más complejo el 22 de junio pasado, cuando Estados Unidos intervino directamente en el conflicto al bombardear las instalaciones nucleares iraníes de Fordow, Natanz e Isfahan.
Semanas después del ataque, tras haberse realizado varios informes e investigaciones, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aseguró esta tarde que los centros de investigación nuclear atacadas por sus tropas “quedaron completamente destruidos o desintegrados”. Según el mandatario estadounidense, la reconstrucción de las mismas tomaría años.
El programa nuclear iraní, en el centro de todo
Las tensiones y conflictos en la región se dieron en el marco de las negociaciones por el programa nuclear iraní, supuestamente destruido por Estados Unidos. Araqchi reconoció que el régimen iraní está dispuesto a retomar las negociaciones en relación a la investigación nuclear en el país persa “siempre que haya un compromiso auténtico”, y remarcó el carácter «cien por cien pacífico» del mismo.
Sin embargo, como parte de las condiciones para retomar el diálogo, el diplomático iraní exigió “la renuncia de Estados Unidos a la opción militar” y a la entrega de una “reparación” por los ataques sufridos.
Por su parte, el Parlamento de Irán sostuvo la necesidad de imponer condiciones previas a los Estados Unidos a la hora de abordar cualquier conversación futura en relación a las negociaciones sobre el programa nuclear. Desde el poder legislativo iraní denunciaron que la administración estadounidense utilizó las conversaciones anteriores para “engañar a Irán y encubrir el ataque militar de Israel”.
Mientras que, el líder supremo iraní, el ayatollah Ali Khamenei, sostuvo que su país no será nunca quien se presente como «la parte débil» en ningún escenario diplomático o militar. “Contamos con todas las herramientas necesarias, como la lógica y la fuerza militar”, apuntó.