La construcción natural, o bioconstrucción, rescata prácticas ancestrales de utilización de materiales de la naturaleza, para la construcción de viviendas junto a innovaciones técnicas que tienden a mejorar la calidad de vida de las familias que las habitan.
En la bioconstrucción se consideran y utilizan los materiales disponibles en la zona y las características climáticas que sirven para definir la mejor estrategia de construcción tomando como base la tierra cruda.
En la experiencia llevada adelante en la ciudad de Frías, del departamento Choya, en el Oeste Santiagueño, se pusieron en práctica más de 8 técnicas de construcción con tierra, principalmente adobe, en un proceso que contempla las mejores alternativas de iluminación, protección contra la insolación y lluvias, climatización, distribución de espacios y también los estilos y necesidades personales de cada familia habitante.
Respecto al tradicional rancho de nuestra zona se proponen importantes diferencias en altura, amplitud de los espacios, ventilación con ventanales mas amplios, mejoras en las técnicas de construcción de techos y fundamentalmente en las terminaciones a nivel de revoque fino que brindan mayor confort y garantizan la prevención de la aparición de insectos en las viviendas.
La posibilidad que nos brinda esta práctica es la del empoderamiento en la construcción de nuestro espacio de vida, con técnicas y materiales en armonía con el ambientey que permiten una ocupación sustentable del espacio en el aprovechamiento de la energía disponible. Se estima que las bioconstrucciones resultan más económicas y eficientes que las construcciones tradicionales, brindando, entre otras, ventajas en la climatización de los espacios.
En esta experiencia, familias de artesanos y huerteros de la ciudad de Frías, bajo la coordinación de Gabriel Martín, bioconstructor trashumante con más de diez años de experiencia, iniciaron la construcción de la casa de Patricia y Beto, y su pequeña hija Elunei.
En una dinámica de aprender en la acción, se realizó la elaboración de masa madre, el cortado de adobes, se levantaron las paredes, la construcción de divisiones con quincha, el moldeado directo de paredes, la instalación de paneles fijos y ventanas, la ornamentación con botellas de vidrio coloreadas y muebles fijos. Se practicó también la mezcla para revoque grueso, fino, el preparado de pinturas naturales, la construcción de molduras y los tratamientos de impermeabilización.
Junto con estas prácticas, se discutieron métodos para la realización de techos vivos y baños secos. También se visitó la casa de Flor, Juan y sus hijas Catalina y Paz, bioconstrucción realizada entre 2014 y 2015, para comparar y analizar el desempeño de estas construcciones en el tiempo.Ecoportal.net
Por Pablo Lucas Orellana
INTA
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