Por Anastasia Gubin
Químicos de la Universidad de Berkeley en California comunicaron en marzo sobre una nueva tecnología, que puede eliminar el carbono de las emisiones contaminantes de una planta térmica de carbón.
El material capturador de CO2 es una estructura de metal con compuestos orgánicos a los que se le agregaron otros componentes de nitrógeno llamados diaminas.
Sin embargo el CO2 capturado es inyectado luego bajo tierra o, en el caso que se quiera usar para sacar los gases de un submarino, este sería expulsado en el mar. Los efectos de este proceso, no están descritos. Un estudio del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático evaluó algunos aspectos(*).
"Las centrales no están obligadas a capturar el dióxido de carbono de sus emisiones", afirmó el equipo de Berkeley en un documento publicado el 11 de marzo, de acuerdo a las actuales regulaciones, sin embargo advirtieron que "el dióxido de carbono es el 15 por ciento del gas que viene liberado de una planta de energía".
Por esta razón, anicipan que "con el tiempo puede ser necesario" esta captura, "a fin de frenar el ritmo del cambio climático causado por la quema de combustibles fósiles".
"Si los niveles CO2 del planeta se elevan mucho más alto de lo que son hoy en día, incluso podría ser necesario eliminar el CO2 directamente de la atmósfera para que el planeta sea habitable", dicen los autores.
Ya existen otros materiales que están siendo usados para este propósito, pero la nueva tecnología según Berkeley, puede trabajar a temperaturas más bajas y son unidades más pequeñas y sólidas, lo que "potencialmente reduce a la mitad o más, la energía que se consume en el proceso".
El muevo material capturador de CO2 es un marco de metal de magnesio y manganeso y compuestos orgánicos, que forman una estructura porosa con, canales paralelos microscópicos. A ellos se le agregaron las diaminas, que permiten “eliminar el dióxido de carbono del aire a temperatura ambiente de un submarino, o a 100 grados Farenheit, los gases de combustión de una planta de energía".
El dióxido de carbono es capturado a diferentes temperaturas, dependiendo de cómo se sintetizan las diaminas, y luego se libera a 50 grados Celsius, por encima de la temperatura a la que el CO2 se unió.
Como se trata de una estructura sólida evita el calentamiento del agua en la que se disuelven aminas, que es otro método actualmente usado y que requiere un aumento de 80 a 110 grados, según los autores.
"Este material se une CO2 en un mecanismo de cooperación. Cuando el primer CO2 comienza a ser absorbido, a una presión muy específica, de repente se facilita más CO2 de absorción", añaden en su informe.
En la fase siguiente "si se eleva la temperatura mediante la aplicación de calor, en una cierta temperatura todo el CO2 vendrá inundando fuera".
“La concentración atmosférica actual de CO2 es de más de 400 partes por millón (ppm), y los responsables políticos de muchos países esperan reducir está por debajo de 350 ppm para evitar los impactos más graves del cambio climático, de fenómenos meteorológicos extremos y la elevación del nivel del mar a causa del aumento de la temperatura media mundial”, concluye el equipo de de la UC Berkeley.
(*)Inyección de CO2 bajo Tierra
Un estudio del Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático publicó en 2005 un estudio al respecto del almacenamiento de CO2, revelando un factor de incertidumbre en la aplicación.
"El informe incluye la evaluación de la madurez tecnológica, el potencial técnico y económico para contribuir a la mitigación del cambio climático y los costos", indica el documento: http://www.ipcc.ch/pdf/special-reports/srccs/srccs_spm_ts_sp.pdf
En un ejemplo señala que si se inyecta CO2 en formaciones salinas o yacimientos de petróleo o gas apropiados, a cierta profundidad "diversos mecanismos de retención físicos y geoquímicos evitarían que se desplazase hacia la superficie. Por lo general, un mecanismo de retención físico fundamental es la presencia de una roca de cubierta".
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