En concreto, las entidades firmantes se comprometen a:
- Continuar con sus esfuerzos de reducir los impactos ambientales, climáticos y sobre la salud de sus modelos de desarrollo.
- Desarrollar políticas concretas y ambiciosas a favor de la economía circular mediante objetivos enfocados a conseguir el vertido cero, el reciclaje (especialmente de biorresiduos), la reducción de los desechos (especialmente de alimentos), ecodiseño, preparación para la reutilización y el reciclaje…
- Fomentar la concienciación y sensibilización de la ciudadanía.
- Incentivar la cooperación y compartir experiencias de éxito con otras ciudades, en el marco de estrategias a largo plazo basadas en la cooperación académica.
- Subrayar las consecuencias que un cambio de modelo hacia una economía circular supondría en términos de emisiones de gases de efecto invernadero.