Homenaje a los compañeros piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, asesinados por el poder – Segunda parte

Por Por Universidad Popular Madres De Plaza De Mayo

Primera parte

Vicente Zito Lema, Director Académico de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo:

Van tres años de la existencia de la Universidad, y creo que nunca como hoy esta Universidad estuvo tan viva. Y no es una metáfora… todos los que estamos aquí sabemos de qué estamos hablando. No sólo nuestros estudiantes, nuestros docentes, la gente que trabaja todos los días en la Universidad, las Madres. Todos los que están aquí vinieron acaso, para decir que ¡no queremos que la muerte se quede con la última palabra!

Y es propio también de mí, que reconozca que estamos golpeados y sacudidos. Y no es que hoy haya empezado la lucha. Somos parte de una generación muy sacudida, muy golpeada, muy lastimada. Detrás nuestro hay muerte, hay desaparición, hay prisión, hay exilio, hay persecuciones. Parecería que fuera un tiempo para descansar. ¡Nadie descansa!

Porque el que descansara hoy, el que olvidara hoy, el que se callara la boca, tendría que hacerse cargo de demasiada desgracia. Tendría, por ejemplo, que decir que estuvo bien que lo envenenaran a Moreno, o que lo fusilaran a Castelli. O que recorriendo toda la historia, estuviera bien cada una de las muertes que nos causaron, cada una de las desgracias que cargaron sobre nuestra espalda. Porque habría que decir "¡bien!". Y callar la boca. Y aceptar este orden. Y reconocer la buena voluntad del Estado para guiar nuestros pasos. Y de los poderosos para tirar migajas. Y de los alcahuetes que escriben "¡bien!", para decir bien la muerte, bien la mentira, bien la maldad…

No queremos hacernos cargo de la herencia del poder. Queremos, una vez más, como si empezáramos una vez más, aquí, hacernos cargo de lo que queremos hacernos cargo. ¡Que es de la gloria, que es de la historia, que es del sueño de que este mundo lo vamos a cambiar, que esta sociedad sin sentido de pesadilla la vamos a destruir, y que sobre ella vamos a construir el socialismo que nos merecemos, el Hombre Nuevo que deseamos, la Patria que amamos, la felicidad que nos corresponde, la justicia que exigimos, y a la muerte la vamos a vencer! (aplausos)

Porque la muerte es silencio, la muerte es olvido, la muerte es no tener proyecto, la muerte es callarse la boca, es escapar cuando hay que quedarse…

Es no hacer lo que hizo -por ejemplo- Darío, lo que hizo Maximiliano. ¡Lo que nunca podrá hacer el poder! Sentir como propio el dolor del compañero. Decir ¡Sí! Cuando todos callan, alzarse cuando el silencio parece eterno, y desafiar una y otra vez , hoy, mañana y siempre… Porque sabemos que hasta el fin de nuestros días la lucha será contínua. La lucha será dura. Aquí no hay retórica, hay conocimiento. Nos golpearon ayer, nos golpearon hoy, nos golpearán mañana. ¡Triunfar no es fácil! El poder es fuerte.

¡Pero nosotros estamos vivos! ¡Cada muerto que cayó, cada compañero que callaron grita con nosotros, se alza con nosotros, pelea con nosotros, y gozará el triunfo con nosotros! ¡Sí, compañeros! (ovación)-

Primera parte