Cuando el único remedio es la prevención

Por Osvaldo Nicolás Pimpignano

Pongámonos en campaña para prevenir y controlar al dengue

Desde la comprensión del problema todos estamos en condiciones de convertirnos en multiplicadores de la prevención, solo basta asumir nuestro compromiso con la sociedad para actuar como defensores de nuestra calidad de vida y protectores de medio ambiente.

Sabiendo que no existe vacuna ni cura para la fiebre del Dengue, único posible es la prevención. Aunque este año no se registraron casos autóctonos, la situación en países vecinos indica que se deben tomar medidas preventivas. La enfermedad es transmitida por un mosquito y no existen vacunas. Hay que combatir al vector y conocer los síntomas para consultar en forma anticipada. El mosquito transmisor no discrimina, pica a cualquier persona, y puede vivir en cualquier lugar que acumula agua limpia, tanto en un barrio precario donde se encuentran recipientes y llantas en desuso, en un depósito abandonado o en el parque de una lujosa mansión.

El mosquito no reconoce barreras sociales, y llega hasta las zonas residenciales más elegantes


La Organización Panamericana de la Salud (OPS), advierte sobre la necesidad de prevenir el dengue como única forma de controlarlo. Es uno de los peores enemigos de la salud de las Américas, donde el número de casos creció once veces desde 1980 a 2003. En la Argentina se calcula que "si bien no hay cifras exactas, alrededor de dos tercios de la población estarían en variables niveles de riesgo, según la zona del país, de contraer la enfermedad. También se conoce de casos en Paraguay y en Brasil". El dengue es una enfermedad infecciosa causada por un virus. Su principal vector es el mosquito Aedes Aegypti, un insecto de costumbres urbanas que prefiere el clima cálido y cuyos principales criaderos son las fuentes de agua limpia estancada. La enfermedad se manifiesta de dos formas primarias, la fiebre del dengue o dengue clásico, y el dengue hemorrágico. En el primer caso, los síntomas incluyen apariciones bruscas de fiebre alta, dolor detrás de los ojos, dolor de cabeza, en los músculos y articulaciones, con náuseas y vómitos. Por estos síntomas se la denomina vulgarmente como "enfermedad quebrantahuesos". El dengue hemorrágico, que puede ser mortal, tiene síntomas similares al clásico, a los que se agregan severos y continuos dolores de estómago, sangrado en diferentes partes del cuerpo y vómitos. Las provincias del norte del país son las que podrían verse más afectadas en caso de un brote, pero el corrimiento del clima calido hacía el sur coloca a nuestra zona en posibilidad de riesgo. Un informe del Ministerio de Salud comenta, que "a partir de 1998, reemergió el dengue en la región y se produjeron cuatro brotes: dos en Salta (1998-2002), uno en Misiones y uno en Formosa (ambos en el 2000), y fueron notificados además casos importados en otras provincias, fundamentalmente Buenos Aires". En la actualidad, "la población en riesgo de enfermar por dengue en esas provincias, donde se está implementando un plan de emergencia, es de más de 250.000 habitantes. Por otra parte, se puso en marcha un plan que alcanza a más de 8 millones de personas, para disminuir el riesgo de dengue en el conurbano bonaerense".

¿Por qué el único remedio es la prevención?

Porque contamos con diversos ingredientes para que ocurra una epidemia en nuestro país. En primer lugar, hay Aedes aegypti en actividad en nuestra región. Segundo: existe en nuestras fronteras, un serotipo con alta virulencia y, tercero, hubo un entrecruzamiento de serotipos, lo que sugiere la posibilidad de que se produzcan casos de dengue hemorrágico, que es el más peligroso." Las grandes ciudades tienen altos índices de Aedes aegypti, a lo que se suma la presencia de personas que ingresan en nuestro país provenientes de zonas en las que ya se han registrado casos". La máxima actividad del mosquito se observa durante abril y mayo, pero comienza el riesgo en enero, este año especialmente por la frecuencia de lluvias estivales que "renuevan" las acumulaciones de agua limpia estancada. Combatir al vector no es tarea fácil, por esto la necesidad de efectuar tareas de eliminación permanente de estos reservorios de agua donde nacen las larvas del mosquito. Es fundamental estar atento a los síntomas característicos de la enfermedad, semejantes a los de la gripe pero sin tos ni resfrío. El dengue hemorrágico, es el más grave, en este caso la mortalidad está relacionada con la consulta precoz. Lo importante es no interpretar al dengue como un estado gripal, no automedicarse, especialmente, no tomar aspirinas, ya que estas es un buen anticoagulante que agravan las hemorragias y fundamentalmente, consultar al medico. La gravedad de una epidemia tiene atentos a los gobiernos de la región. Por ejemplo en febrero del 2002, el gobierno brasilero decidió movilizar unidades militares aéreas y terrestres para combatir el dengue en Río de Janeiro, aseguraron que se trataba de la mayor amenaza a la salud enfrentada por Brasil en una década y por lo menos 35 personas murieron por el mal en su versión más grave, con hemorragias e insoportables dolores musculares y de cabeza, con enrojecimiento de la piel y altas temperaturas. En esta ocasión, el dengue también se expandió en otros estados, como Sao Paulo, Brasilia; Goias y Mato Grosso. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) asegura que las epidemias de dengue ocurren debido a problemas de desequilibrio ecológico y falta de infraestructura.


En el año 2002, los hospitales brasileros se vieron colmados con consultas de personas que presentaban dolencias febriles y dolores en el cuerpo, algunos de los síntomas del dengue. Los responsables de la salud, tuvieron que priorizar las emergencias y la atención de niños y mujeres embarazadas. El mosquito Aedes Aegypti se reprodujo en aguas estancadas después de copiosas lluvias que cayeron en Brasil después de una prolongada sequía. Se comprobó que más de un millón de personas se habían contagiado. La dimensión de la epidemia resulto de tal magnitud, que la red de televisión Globo, que por esos días estaba difundiendo, la que resultara uno de sus telenovelas más exitosa, El Clon, introdujo el tema del dengue en su libreto, de manera que un de los personajes se contagió de esta enfermedad y la ficción sirvió para advertir a millones de brasileros del problema que se estaba viviendo. Esta epidemia del 2002 en Brasil trajo como novedad la aparición del tipo 3 de dengue, las anteriores solo se propagaron con los tipos 1 y 2. Esto es particularmente serio, por dos razones, la primera, que los tipos de dengue están emigrando al sur y la segunda que toda vez que ingresa un nuevo tipo, aumenta la posibilidad de que una persona que haya tenido uno de los otros tipos, si es infectada nuevamente contraiga el dengue hemorrágico. El verano facilita la procreación del mosquito y las lluvias que cayeron en Argentina, de características casi tropicales, con volúmenes superiores a los históricos, en diciembre y lo que va de enero, aumentan la posibilidad de un brote.

El insecto transmisor, que para reproducirse necesita agua limpia y estancada, está presente en los lugares menos sospechables, como un pequeño vaso de plástico abandonado, hasta una alcantarilla, esto hace al riesgo más cerca de lo imaginable. El 90 por ciento de las personas se infectan dentro de sus hogares, los bebederos de las mascotas y los platillos que se suelen colocar debajo de las macetas para plantas, son el lugar ideal para más de la mitad de los criaderos de larvas de este mosquito transmisor del dengue. Pero los mosquitos pueden reproducirse también en zonas abandonadas o en los alrededores de zonas industriales donde se acumulan residuos como bolsas de plástico. Los repliegues de las bolsas donde se almacena el agua de lluvia, pequeños recipientes y botellas descartables son un cuna ideal para las larvas. Las piletas de natación, si son filtradas adecuadamente y cuentan con un tratamiento químico adecuado, no son un riesgo

Lo más importante es comprender que el dengue, auque se le parezca, no es una gripe pasajera. El paciente que ha padecido dengue común, a diferencia de otras enfermedades, no queda inmunizado, por el contrario, queda expuesto en el futuro a sufrir un episodio más grave, el de dengue hemorrágico, que como decimos, puede ser mortal.

Afortunadamente, Argentina tiene una oportunidad de anticiparse y evitar que la epidemia se produzca, pero esto no es solo responsabilidad de las autoridades. La participación ciudadana en la eliminación de reservorios de agua en las cercanías de sus casas es determinante. Para ratificar esta afirmación, basta recordar, que el radio de influencia de este peligroso mosquito, en toda su vida, es de solamente 100 metros del lugar de nacimiento. Esta es la razón que hace imprescindible la participación ciudadana para erradicarlo

El Dengue, una larga y antigua historia.

Según la Organización Panamericana de la Salud, desde hace aproximadamente 200 años, ya se tiene noticias de enfermedades como la del dengue en América (también de fiebre amarilla y paludismo, pero estas cuentan con una vacuna preventiva) La primera epidemia documentada de dengue, afectó a la Cuenca del Caribe y a Venezuela en 1963-1964, al comienzo y a mediados de la década del ’70 se vio afectada Colombia. El dengue comenzaba a hacerse endémico en el Caribe. En 1977, se detecta en Jamaica, desde donde se propagó a la mayoría de las islas del Caribe causando brotes explosivos. Se observaron brotes similares en la parte norte de Sudamérica, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guayana Francesa. También en América Central, Belice, Honduras, El Salvador, Guatemala y México. Durante la segunda mitad de 1980, se documenta en el estado de Texas USA. En 1981 el brote de dengue hemorrágico que afectó a Cuba, fue el acontecimiento más importante. Se produjeron más de 150 defunciones, 100 eran niños. En tres meses, fueron hospitalizados más de 100.000 enfermos. Es probable, sin embargo que en América, millones de personas fueran infectadas por el virus, pues tan solo en Cuba el 42% de sus 10 millones de habitantes se infectaron. En el ’82 comienza una epidemia de dengue en el norte del Brasil, cuatro años más tarde, un brote de Río de Janeiro se propaga a otros estados brasileños. Bolivia en 1987, Paraguay y Ecuador en 1988 y Perú en 1990, sufrieron extensas epidemias. Los estudios sugirieron que varios millones de personas se habían visto afectadas. Durante esos mismos años se registró asimismo un aumento notable de la ocurrencia de dengue hemorrágico. Entre los casos notificados de enfermedad hemorrágica grave figuran, Aruba, Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras, las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, México, Nicaragua, Puerto Rico, república Dominicana, Santa Lucia y Surinam, además de Cuba y Venezuela. El segundo brote de dengue hemorrágico comenzó en octubre de 1989 en Venezuela con 70 defunciones, dos tercios en niños menores de 14 años. Parece que el dengue hemorrágico se está haciendo gradualmente endémico en varios países americanos, siguiendo la tendencia observada en años anteriores. En Septiembre del 2000, decía la OPS, "La Argentina, es un país en riesgo de dengue. Se detectaron mosquitos Aedes Aegypti en casi todo el territorio. Para que un país se encuentre en riesgo de sufrir una epidemia de dengue se necesitan la concurrencia de tres condiciones: que exista el vector que lo transmite, el mosquito Aedes Aegypti, que exista virus circulando, es decir personas infectadas y que exista población susceptible de enfermarse. Lamentablemente, nuestro país a cumple con las tres condiciones." En ese momento, las provincias de Salta y Misiones, sufrieron epidemias declaradas con varios cientos de casos autóctonos.

Fuentes: OPS, Ministerio de Salud de la Nación.

Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación
Miembro de la Asociación Argentina de Periodistas Ambientales
Director de Iniciativa Radial – Integrante de la RENACE