Hola, soy tu síntoma, vengo a avisarte algo

Hay una amplia variedad de síntomas y enfermedades que pueden afectar nuestro bienestar. Algunos ejemplos comunes de síntoma incluyen el dolor de rodilla, granos, dolor de estómago, reumatismo, asma, mucosidad, gripe, dolor de espalda y ciática. También existen condiciones crónicas como la disfunción crónica y el decaimiento.

Además, problemas como las migrañas, tos y dolores de garganta pueden ser muy molestos. Otras enfermedades más serias incluyen la insuficiencia renal, diabetes e incluso las hemorroides. He tomado la iniciativa de ofrecerme como voluntario para realizar una tarea poco agradable, la cual consiste en ser el portador de noticias desfavorables para ti.

Entiendo que sientes que nadie te comprende y que piensas que todos ven tus acciones de forma negativa. Sin embargo, es importante considerar que tal vez estás utilizando un lenguaje o una forma de comunicación que no es efectiva para transmitir tus intenciones. Tal vez necesitas encontrar una manera diferente de expresarte para poder comunicarte de manera más clara y ser entendido por los demás.

En realidad, es importante tener en cuenta que el tema de negociar con terroristas es extremadamente complejo y delicado. La estrategia para abordar esta situación no se reduce simplemente a tocar la puerta con una flor en la mano y una camiseta con el símbolo de “paz”.

Es importante entender que los síntomas no pueden ser “sutiles” o “suavecitos” porque su función principal es comunicar un mensaje. A veces, puedes sentirte frustrado y molesto por la presencia de ciertos síntomas o dolencias en tu cuerpo. Es importante recordar que estos síntomas tienen una razón de ser y pueden ser indicativos de un problema subyacente. En lugar de enojarte o quejarte, tomate un momento para reflexionar y tratar de comprender el motivo detrás de estos síntomas.

Parece que estás pasando por una situación difícil en la que sientes que no te comprenden. A veces, las palabras negativas pueden ser desalentadoras y hacerte sentir impotente. Sin embargo, es importante mantener la calma y la perseverancia para lograr transmitir tu mensaje de manera efectiva.

¿Qué haces tú? Me mandas a dormir con sanaciones. Me mandas callar con tranquilizantes, me suplicas desaparecer con antiinflamatorios, me quieres borrar con quimioterapias. Intentas días con día, taparme, sellarme, callarme. Y me sorprende ver que a veces, hasta prefieres consultar brujas y adivinos para que de forma “mágica” yo me vaya de tu cuerpo.

Y YO, CUANDO MI ÚNICA INTENCIÓN ES DARTE UN MENSAJE, SOY TOTALMENTE IGNORADO.

En situaciones como la del Titanic, es crucial contar con sistemas de alerta eficientes y confiables que puedan advertirnos sobre posibles peligros. Imagínate esa alarma con sirena a bordo del barco, tratando desesperadamente de comunicarte que hay un iceberg justo frente a ti y que existe un alto riesgo de colisión y hundimiento. Su objetivo principal sería brindarte información vital para evitar una catástrofe inminente. Sueno y sueno por horas, por días, por semanas, por meses, por años, intentando salvar tu vida, y tú te quejas porque no te dejo dormir, porque no te dejo caminar, porque no te dejo trabajar, pero sigues sin escucharme…

¿VAS COMPRENDIENDO??

Para ti, yo el síntoma, soy “La Enfermedad”. Es absurdo, no te confundas. Vas al médico y paga mucho dinero en consultas médicas y tratas de callarme con remedios. Te aclaro, yo no soy la dolencia, soy el síntoma.

¿POR QUÉ ME CALLAS, CUANDO SOY LA ÚNICA ALARMA QUE ESTÁ INTENTANDO SALVARTE?

La dolencia, en realidad, puede estar vinculada a múltiples factores. Tu estilo de vida y tus emociones contenidas pueden ser parte de la causa. Sin embargo, es importante destacar que ningún médico en el planeta tierra tiene conocimiento absoluto sobre cómo prevenir todas las dolencias. Lo único que hacen es prevenirme, prevenir el síntoma. Callarme, silenciarme, desaparecerme. Ponerme un maquillaje invisible para que tú no me veas.

Y sí, está bien si ahora que lees esto, te sientes un poco molesto sí. Esto debe ser algo como un “golpazo a tu inteligencia”.No te preocupes si actualmente te sientes un poco molesto o frustrado. Es completamente normal experimentar estas emociones. La buena noticia es que tienes el poder de decidir si quieres seguir queriéndome o no. Depende completamente de ti analizar lo que intento comunicarte y lo que trato de prevenirte.

Cuando aparece “el síntoma” en tu vida, su propósito no es precisamente causarte bienestar. Más bien, su objetivo es alertarte de que hay una emoción reprimida en tu interior que necesita ser analizada y resuelta para evitar causarte dolor. Es importante que te tomes un momento para reflexionar y preguntarte a ti mismo sobre el significado de los síntomas que estás experimentando. Pregúntate por qué han surgido en tu vida y qué mensaje podrían estar tratando de transmitirte.

¿QUÉ DEBO CAMBIAR EN MÍ PARA YA NO QUERER ESTE SÍNTOMA?.

Si te limitas a tu mente y experiencia pasada, no llegarás más lejos en tu trabajo de investigación. Es importante que también consultes con tu inconsciente, corazón y emociones para obtener nuevas perspectivas y enriquecer tus resultados.

Cuando aparezca una sensación incómoda en tu cuerpo, antes de buscar soluciones rápidas, tómate un momento para analizar lo que te está intentando comunicar. A veces, es importante prestar atención a estas señales y reflexionar sobre lo que podrían significar. Mi presencia en tu cuerpo tiene un propósito y cuanto más rápido comprendas eso, más rápido desapareceré.

Si te conviertes en un investigador más hábil, gradualmente descubrirás que cada vez vendré a visitarte menos. Te prometo que llegará un día en el que no me volverás a ver ni sentir. Cuando puedas encontrar el equilibrio y la perfección como “analizador” de tu vida, emociones, reacciones y coherencia, es probable que ya no necesites consultar a un médico ni gastar dinero en tratamientos de curación.

POR FAVOR, DÉJAME SIN TRABAJO.

Quizás debas considerar si realmente disfruto lo que hago antes de juzgarme. Te invito a reflexionar sobre el propósito de mi presencia cada vez que aparezco. También te sugiero que evites presumirme con tus amigos y familiares, como si fuera un objeto o un trofeo.

Estoy harto de que digas:

“Ay pues yo sigo con mi diabetes, ya ves que soy diabético”. “Ay pues ya no aguanto el dolor en mis rodillas, ya no puedo caminar”. “Siempre yo con mi migrañas”. Me presumes como si yo fuera un tesoro del cual no piensas desprenderte jamás.

MI TRABAJO ES VERGONZOSO.

Y te debería dar vergüenza presumirme ante los demás. Cada vez que me presumes, realmente estás diciendo: “Miren que débil soy, no soy capaz de analizar ni comprender mi propio cuerpo y mis propias emociones, no vivo en coherencia, mírenme, mírenme!”.

Es importante que tomes conciencia de la situación, reflexiones y tomes acción. Mientras más pronto lo hagas, podrás deshacerte de los problemas y seguir adelante en tu vida.

Atte,

El síntoma.

Con información de ayurvedadeltibet.com