Por Roldán Torres G. (1), Eleia M. Soria A. (1), Carlos Pérez N. (2), Juliana García I. (3)
Incrementos En La Fijación Biológica De N2 Atmosférico En El Cultivo Del Frijol (Phaseolus Vulgaris L.) Mediante La Inoculación Combinada De Bacterias Diazotróficas.
Resumen
El presente trabajo se realizó con el objetivo de evaluar el efecto de la inoculación combinada de Rhizobium leguminosarum biovar. phaseoli y Azotobacter chroococcum (cepa Mb-9), en el cultivo del frijol común (Phaseolus vulgaris L.), conjuntamente con el estudio de dos dosis de inoculación del biopreparado Rhizobium. Se analizaron seis tratamientos resultantes de las combinaciones microbianas y el biopreparado Rhizobium sin combinación, tomándose como referencia un tratamiento con fertilización mineral y un testigo. Las dosis de Rhizobium fueron a razón de 70 y 150 g kg.-1 de semilla, mientras la dosis de Azotobacter fue a razón de 400 ml kg.-1 de semilla. Se evaluaron los parámetros de fijación, los principales componentes del rendimiento y el rendimiento agrícola de los diferentes tratamientos, además de realizarse un análisis económico-ambiental para determinar la factibilidad de los métodos de fertilización. Los resultados arrojaron un incremento significativo respecto a todas las variables evaluadas con el uso de las combinaciones microbianas, destacándose la dosis de Rhizobium a razón de 150 g combinada con Azotobacter, la cual aumentó significativamente el rendimiento respecto a la inoculación con Rhizobium a razón de 70 g y el testigo, y no difirió estadísticamente con la fertilización mineral. Por lo que se recomienda, según los altos niveles de P2O5 y K2O en este suelo, utilizar como alternativa de fertilización la inoculación combinada de Rhizobium y Azotobacter a razón de 150 g kg-1 de semilla, implicando aumentos en los rendimientos, reducción en los costos de producción y la contribución al saneamiento ambiental.
Introducción.
En el mundo desarrollado la agricultura depende en gran medida del uso de fertilizantes químicos y pesticidas para mantener sus altas producciones agrícolas, sin tener en cuenta los terribles daños que estos pueden ocasionar, ya sea afectando el ciclo global del nitrógeno, contaminando las aguas subterránea y superficiales e incrementando los niveles de óxido nitroso (N2O) atmosférico y CO2, los cuales están considerados como potentes gases invernaderos (Anónimo, 2001).
El uso de nitrógeno sintético en los últimos 40 años ha aumentado de 3.5 millones a 80 millones de toneladas, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, incrementándose sus costos de producción a más de $ 20 billones USD anualmente. Sin embargo, los procesos naturales de fijación biológica del N2 (FBN) juegan un importante rol en la activación de los sistemas agrícolas sustentables por su beneficio ambiental, tal es el caso de la aplicación de bacterias pertenecientes al género Rhizobium a los cultivos de leguminosas (Anónimo, 2001).
Burdman et al. (1998) reportan que de los diferentes sistemas biológicos capaces de fijar N2 atmosférico, la simbiosis Rhizobium-leguminosa constituye con la mayor cantidad aportada al ecosistema y a la producción de alimentos.
Dentro de las especies que establecen relaciones simbióticas con esta bacteria se encuentra el frijol común (Phaseolus vulgaris L.), la cual es la legumbre más importante para el consumo humano a escala mundial, especialmente en países subdesarrollados; pero a su vez es la especie de más baja capacidad de nodulación y fijación de N2 atmosférico (Burdman, 2000; Peña-Cabriales, 2000; Quintero, 2000). Resulta obvio que aumentar el uso y mejorar el manejo del N2 fijado biológicamente por esta leguminosa es una meta importante para la agricultura tanto por razones humanitarias como por razones económicas.
El objetivo de este trabajo es:
* Analizar los efectos de la inoculación combinada de Rhizobium leguminosarum biovar. phaseoli y Azotobacter chroococcum en la fijación de N2 y el rendimiento del frijol común (Phaseolus vulgaris), asi como el estudio de dos dosis de inoculación del biofertilizante comercial de Rhizobium.
Materiales y métodos.
El trabajo se desarrolló en áreas pertenecientes al Centro de Desarrollo Agrícola de las FAR, en el municipio de Santo Domingo, en el periodo del 23 de enero del 2001 al 16 de abril del mismo año, utilizándose la variedad Güira de frijol negro.
Las características del suelo en esta zona corresponden a la clasificación Fersialítico Pardo rojizo típico, el cual presenta un contenido de materia orgánica de 2.95 %, pH de 7.2 y contenido de P2O5 y K2O de 43.02 y 32.72 Meq 100 g-1 respectivamente, una profundidad efectiva de 51-90 cm y de 2-4 % de humificación.
Se sembraron 24 parcelas de 25 m2 (5 x 5 m), utilizándose un diseño experimental en bloques al azar con 4 réplicas.
Tratamientos:
1. Inoculación con Rhizobium leguminosarum biovar. phaseoli a razón de 150 g kg-1 de semilla (Pérez, 2001).
2. Inoculación con Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli a razón de 150 g kg-1 de semilla y Azotobacter chroococcum a razón de 400 ml kg.-1 de semilla (Stancheva et al., 1995).
3. Inoculación con Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli a razón de 70 g kg-1 de semilla.
4. Inoculación con Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli a razón de 70 g kg-1 de semilla y Azotobacter chroococcum a razón de 400 ml kg-1 de semilla.
5. Fertilización mineral.
6. Testigo (absoluto).
Se utilizó el biopreparado comercial de Rhizobium el cual se realiza en el Laboratorio Provincial de Suelos de la provincia de Villa Clara, el cual se inoculó a la semilla 24 h antes de la siembra, utilizándose sacarosa como sustancia adhesiva (Martínez, 1986). El biopreparado de Azotobacter fue realizado el laboratorio de Microbiología de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UCLV, el cual tenia una concentración bacteriana de 108 ufc ml-1, utilizándose la cepa Mb-9. La inoculación de este se realizó por inmersión de la semilla previamente inoculada con Rhizobium en el biopreparado de Azotobacter durante 15-20 minutos antes de la siembra.
La dosis de fertilización mineral aplicada fue la recomendada por el instructivo técnico, a razón de 4 t cab-1 (0.75 kg por parcela), de la fórmula completa 9-13-17. La aplicación de este se efectuó a los 15 días de la brotación.
Las atenciones culturales fueron las previstas para la implantación del cultivo según el instructivo técnico.
Evaluaciones.
* Parámetros de fijación a los 30 días, donde se tomaron muestras de 20 plantas por parcelas (FAO, 1995).
- Número de nódulos totales.
- Número de nódulos activos.
- Peso fresco de nódulos (g).
- Peso seco de nódulos (g).
* Componentes del rendimiento a los 80 días, se tomaron muestras de 10 plantas por parcelas (FAO, 1995).
- Número de vainas por planta.
- Número de granos por planta.
- Número de granos por vaina.
- Peso fresco de vainas por planta (g).
- Peso fresco de granos por planta (g).
- Peso seco de 100 granos (g).
* A los 84 días se realizó la cosecha, analizándose posteriormente el rendimiento (t ha-1) de las diferentes variantes evaluadas.
Se realizó un análisis económico de los resultados del rendimiento agrícola para determinar la efectividad de las diferentes variantes de fertilización evaluadas y su influencia en la contaminación del medio ambiente.
Para el análisis de los parámetros de fijación se procesaron los datos mediante el paquete estadístico SPSS, utilizándose el GLM (General Linear Model) Multivariado y la prueba de Dunnett. El análisis de los datos para los componentes del rendimiento y rendimiento agrícola se procesaron utilizándose el paquete estadístico Statgraphics plus, mediante el GLM y la prueba de Dunnett.
Resultados y Discusión.
El análisis de los parámetros de fijación es una de las principales evaluaciones realizadas en cultivos de leguminosas para medir y estimar la efectividad de la inoculación y la fijación de nitrógeno (FAO, 1995).
Como se aprecia en la tabla No 1 al analizar el número de nódulos por planta, existe una tendencia al incremento de estos en ambos tratamientos de inoculación combinada, con diferencias significativas en comparación con el resto de los tratamientos analizados. Con respecto a la inoculación con Rhizobium solamente, tanto a 150 g (1) como 70 g (3), no existieron diferencias significativas entre estos valores, lo que indica que en este suelo puede disminuirse la dosis del biopreparado; pero sí se observó diferencias al compararlos con el tratamiento de fertilización mineral (5) y el testigo sin inocular (6). Estos últimos, en todos los parámetros evaluados difirieron significativamente entre ambos, y con valores inferiores a los demás tratamientos. Es de destacar el número de nódulos observados en el testigo sin inocular, aunque inferior a los tratamientos inoculados, pone en evidencia la abundancia y efectividad de las cepas autóctonas en este tipo de suelo.
Tabla 1. Análisis de los parámetros de fijación.
TRATAMIENTOS
|
NODULOS TOTALES
POR PLANTA |
NÓDULOS ACTIVOS
POR PLANTA |
PESO FRESCO
DE NÓDULOS (g ) |
PESO SECO
DE NODULOS (g ) |
1
|
26.54 b |
15.76 b
|
0.129 bc
|
0.0411 b
|
2
|
33.67 a
|
24.17 a
|
0.165 a
|
0.0563 a
|
3
|
26.20 b
|
11.29 c
|
0.131 b
|
0.0438 b
|
4
|
31.71 a
|
14.35 b
|
0.144 ab
|
0.0496 ab
|
5
|
12.27 d
|
2.26 d
|
0.456 d
|
0.0114 d
|
6
|
20.29 c
|
9.97 c
|
0.104 c
|
0.0311 c
|
E.S
|
2.072
|
1.489
|
0.013
|
0.004
|
Letras desiguales en las columnas difieren para p < 0.05.
Al analizar los nódulos activos por planta, parámetro este de gran importancia, ya que representa la efectividad de la inoculación, se puede observar como la inoculación combinada a 150 g (2) tuvo el mejor valor absoluto con diferencias significativas en comparación con el resto de los tratamientos, seguido de los valores obtenidos mediante la inoculación combinada a 70 g (4) y la inoculación con Rhizobium a 150 g (1), los cuales no difirieron estadísticamente. Los tratamientos 3 y 6 no difirieron significativamente, poniendo de manifiesto la eficaz infectividad de las cepas autóctonas del suelo y la posible competitividad con la cepa del inóculo. González y Lluch (1992) reportan que inóculos preparados con razas muy efectivas en la fijación de N2 se ha visto que son incapaces de formar una proporción significativa de nódulos en situación de campo por la competición con las cepas autóctonas.
En el tratamiento donde se aplicó la fertilización mineral puede corroborarse lo planteado por Vitousek y Matson (1993), citado de Anónimo (2001); Montes (1999) y Caba et al. (2001) los cuales señalan que la presencia de nitrógeno mineral en el medio inhibe la formación de nódulos radicales y la actividad de la enzima nitriogenasa.
El peso fresco de los nódulos tuvo un comportamiento similar a los resultados obtenidos en las variables anteriormente analizadas, observándose como los tratamientos de coinoculación resultaron los mejores valores superando estadísticamente a los testigos. En este parámetro también puede apreciarse la efectividad de las cepas autóctonas del suelo, al no existir diferencias significativas entre el testigo sin inocular y la inoculación con Rhizobium a 150 g kg.-1.
Al igual que los nódulos activos, el peso seco de los nódulos es un parámetro que ejerce una gran influencia sobre la efectividad de la inoculación y la fijación de N2. En estos resultados se evidencian como mejores valores los tratamientos 2 y 4, los cuales no difirieron significativamente entre ambos, aunque se observa como el tratamiento 4 no tuvo diferencia significativa con respecto a los tratamientos 1 y 3; pero sí al compararlos con los tratamientos 5 y 6.
Teniendo en cuenta los resultados globales del comportamiento de los tratamientos frente a los parámetros de fijación, puede observarse como la inoculación combinada con Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli a razón de 150 g kg.-1 de semilla y Azotobacter chroococcum, fue el tratamiento de mejores valores estadísticamente, lo cual puede estar dado por la compatibilidad entre las cepas bacterianas tratadas, el sinergismo entre estas y la adecuada proporción de diazótrofos en la rizosfera de las plantas, ocasionando una temprana colonización de los pelos radicales por Rhizobium, facilitado por la excreción de sustancias estimuladoras del crecimiento vegetal producidas por Azotobacter que influyen directamente sobre la estimulación del sistema radical de la planta, así como crear las condiciones favorables para la infección por Rhizobium y el incremento en la nodulación. Todos estos factores conjuntamente incrementarán la disponibilidad de nutrientes para los diazótrofos y los macrosimbiontes y por consiguiente se establecerán las relaciones asociativas favorables para el incremento de la fijación de N2.
Estos resultados coinciden con los analizados por Rodelas (2001) al plantear que la inoculación de Rhizobium leguminosarum biovar viceae en combinación con cepas de Azotobacter y Azospirillum promotoras del crecimiento vegetal, modifica beneficiosamente ya sea la concentración como el contenido de nitrógeno en las plantas, además de repercutir favorablemente sobre la nodulación y la actividad nitrogenasa. De igual forma Burdman et al. (1997) plantean que al inocular Azospirillum combinado con Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli en frijol común se produjo un aumento en el número total de nódulos y la fijación de N2 atmosférico, además de una temprana nodulación.
Estos resultados están estrechamente relacionados con las interacciones establecidas entre las cepas tratadas, de esta forma se plantea que los incrementos en la nodulación y la fijación de N2 son originados por la capacidad que tiene el género Azotobacter de producir fitohormonas y vitaminas, tales como, ácido indolacético, ácido giberélico, citoquininas , tiamina, ácido pantoténico, ácido nicotínico y biotina, las cuales intervienen directamente en el desarrollo vegetal y trae consigo un alargamiento y acondicionamiento de la raíz para facilitar la infección por Rhizobium y la posterior nodulación (González y Lluch, 1992; De Troch, 1993; Baldini, 1997; Mayea et al., 1998; Caba et al.,1999; Rodelas, 2001).
Además de estas sustancias, el género Azotobacter es capaz de solubilizar fosfatos, haciéndolos asimilables tanto para las plantas como para los microorganismos rizosféricos, y de este modo contribuyen a crear las condiciones favorables para una buena nodulación por Rhizobium. Las condiciones de baja disponibilidad de fósforo reduce la fijación del N2 por efectos específicos en la iniciación y crecimiento del nódulo y la actividad nitrogenasa (González y Lluch, 1992; Montes, 1999).
En cuanto a la dosis de inoculantes, la utilizada a razón de 150 g kg-1. de semilla fue la de mejores resultados, lo que evidencia que al existir una adecuada concentración bacteriana en la superficie de los pelos radicales de la plantas y en la rizosfera, habrá una mayor infección y proliferación por parte de los diazótrofos y por consiguiente mejores resultados en la nodulación (Pérez, 2001).
Los componentes del rendimiento expresan una medida del comportamiento de las diferentes variantes evaluadas sobre el desarrollo y los parámetros morfológicos en esta leguminosa. En la tabla No 2 puede apreciarse como con respecto a los componentes del rendimiento, solamente existieron diferencias estadísticas en cuanto al número de vainas por planta, número de granos por planta y número de granos por vaina, parámetros de gran influencia sobre el rendimiento.
Tabla 2. Análisis de los componentes del rendimiento.
Trata-
mientos |
No de
vainas por planta |
Peso de
vainas por planta (g) |
No de
granos por planta |
Peso fresco
de granos (g) |
Peso seco
de 100 granos (g) |
No de
granos por vaina |
1
|
5.62 b
|
3.91
|
21.07 b
|
2.84
|
12.80
|
3.92 a
|
2
|
6.77 a
|
4.81
|
26.47 a
|
3.64
|
13.04
|
3.92 a
|
3
|
5.10 b
|
3.42
|
18.62 b
|
2.47
|
12.84
|
3.40 b
|
4
|
5.90 ab
|
3.92
|
22.52 ab
|
2.77
|
11.37
|
3.79 a
|
5
|
6.00 ab
|
4.24
|
23.20 ab
|
3.15
|
12.79
|
3.98 a
|
6
|
5.20 b
|
3.62
|
20.22 b
|
2.65
|
12.45
|
3.84 a
|
E.S
|
0.363
|
0.365
|
1.589
|
0.280
|
0.457
|
0.124
|
Letras desiguales en las columnas difieren para p< 0.05
Con respecto al número de vainas y número de granos por planta, se observa como los tratamientos 2, 4 y 5 no difirieron estadísticamente entre ellos, así como tampoco se evidencian diferencias entre los tratamientos 1,3,4,5 y 6, siendo la coinoculación a 150 g el único tratamiento que difirió significativamente con respecto a las variantes 1,3 y 6. Al analizar el número de granos por vaina se observa como los tratamientos 1, 2, 4, 5 y 6 no tuvieron diferencias significativas, pero sí al compararlos con el tratamiento de inoculación con Rhizobium a 70 g, el cual obtuvo el menor valor absoluto.
Estos resultados coinciden con los analizados en los parámetros de fijación, debido que al existir una baja concentración de bacterias en la rizosfera de las plantas y a la posible competencia con las cepas autóctonas del suelo por la colonización de los pelos radicales, se afecta la fijación de N2 y a la vez el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Analizando los resultados de los tratamientos 2 y 4 en comparación con los obtenidos en el tratamiento 3 y el resto de las variantes, se corrobora la potenciación de la estimulación mediante la inoculación combinada sobre las diversas variables evaluadas, aspecto que coincide con lo planteado por Torres (2000), al estudiar el efecto de la inoculación combinada de Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli y Azotobacter chroococcum (cepa Mb-9) en dos variedades de frijol común (ICA Pijao y CIAP-7247), donde obtuvo un notable incremento en los componentes del rendimiento (biomasa total por planta, No de vainas por planta, No de granos por planta, peso fresco de los granos y peso seco de 100 granos) en comparación a la inoculación con Rhizobium solo y al tratamiento testigo.
El gráfico No 1 representa los rendimientos obtenidos por los diferentes tratamientos analizados. Es de destacar la baja producción de granos en todas las variantes evaluadas, debido fundamentalmente al déficit de riego en el periodo crítico del cultivo, lo cual trajo consigo una notable reducción en los rendimientos. No obstante, se puede observar como el tratamiento 2 obtuvo el mejor resultado, aunque sin diferencias significativas con los tratamientos 4, 1 y 5; se aprecia una tendencia al incremento en 24.47, 21.98 y 9.22 % respectivamente con estos tratamientos. Además de ser la única variante que tuvo diferencias significativas con los tratamientos 6 y 3, los cuales obtuvieron los menores valores, teniendo incrementos con respecto a estos de 32.27 y 43.97 % respectivamente.
Gráfico 1. Análisis de Rendimiento (t ha-1).
El comportamiento del tratamiento de inoculación combinada a razón de 150 g, es explicable mediante las relaciones sinergísticas y compatibles que desarrollan estas bacterias, así como la interacción bacteria-bacteria-planta que se establece, originando efectos positivos sobre el crecimiento y rendimiento de las plantas (Rodelas, 2001). En esta asociación el género Azotobacter es capaz de producir fitohormonas y vitaminas que influyen favorablemente sobre el crecimiento y desarrollo del sistema radical, además de aumentar la disponibilidad de nutrientes minerales asimilables para la planta, potenciando a la vez la proliferación de Rhizobium y la fijación de N2. Resultados similares son los obtenidos por Rodelas et al. (1999) al coinocular cepas de Rhizobium leguminosarum biovar viceae Z. 25 (CECT 4585) y Azotobacter chroococcum H. 23 (CECT 4435) en Vicia faba, demostrando un incremento en el contenido total por planta de fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg), manganeso (Mn), cinc (Zn), cobre (Cu), boro (B) e hierro (Fe) en la fracción correspondiente a la parte aérea de las plantas tratadas. En este sentido Burdman et al. (1996) plantean que la inoculación con Rhizobium etli TAL 82 y Rhizobium tropici CIAT 899 en el cultivo del frijol común incrementan significativamente el número de granos por planta, mientras que la coinoculación con Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli y Azospirillum brasilense cepa Cd ha resultado con mayores incrementos en el rendimiento que con la inoculación de Azospirillum solo. Así mismo Burdman et al. (2000) plantean que la inoculación combinada con Rhizobium leguminosarum biovar phaseoli y Azospirillum brasilense incrementa significativamente el rendimiento del frijol común bajo condiciones limitadas de agua y nitrógeno, señalando que experimentos de campo han demostrado incrementos en los rendimientos de 15 a 30 % en leguminosas coinoculadas, valores superiores a los obtenidos con la aplicación de Rhizobium solo.
Los resultados de los tratamientos inoculados tienen una estrecha correlación con los obtenidos en los parámetros de fijación y los componentes del rendimiento, debido que al existir una mayor fijación de N2 e incrementarse los niveles de este elemento en las plantas, se contribuye a mejorar la nutrición vegetal trayendo consigo el aumento en la producción de granos por planta.
Al analizar el resultado del tratamiento 4, el cual no difirió con el testigo sin inocular y el resto de los tratamientos, pudo estar originado principalmente a la baja concentración de rizobios en el inoculante, efecto muy similar a lo ocurrido en el tratamiento 3, en el cual tanto la concentración de microsimbiontes como la influencia de la competitividad con las cepas autóctonas, trajo como consecuencia una importante reducción en el rendimiento. Según González y Lluch (1992) para lograr una efectiva inoculación combinada de bacterias fijadoras de N2 debe tenerse en cuenta una relación celular adecuada, ya que la proporción aleatoria puede originar efectos negativos sobre la nodulación y el desarrollo de las plantas. En ambos tratamientos donde se aplicó dosis de Rhizobium a razón de 70 g no existieron diferencias significativas; pero puede notarse un incremento de 25.82 % en el tratamiento de coinoculación con respecto a la inoculación con Rhizobium solo.Respecto al tratamiento con fertilización mineral, puede observarse como este no tuvo diferencias significativas con los tratamientos 1, 4, 6 y 2, no obstante, este último presentó un valor superior a dicho tratamiento, por lo cual es recomendable, teniendo en cuenta los altos niveles de P2O5 y K2O presentes en este tipo de suelo, la reducción de la aplicación de fertilizantes minerales. De esta forma se incrementaría el rendimiento en 9.22 % como promedio y se reducirían los costos de producción. Estos resultados están en correspondencia con los citados por Arcocha et al. (1994) al señalar que es posible la sustitución de la fertilización nitrogenada por la inoculación con Rhizobium en el cultivo del frijol ejotero, donde el rendimiento se incrementó en 4478 kg.ha-1 de ejotes con relación al tratamiento de fertilización nitrogenada. Así mismo Huerta et al. (2001) al estudiar los rendimientos de distintos genotipos de frijol común, encontraron que algunos genotipos tuvieron iguales rendimientos al ser inoculados con Rhizobium que al ser fertilizados.
La tabla No 3 muestra el análisis económico realizado para producir 1 cab. de frijol común a partir de las variantes de fertilización, para el cual se tomó como referencia la fertilización mineral tradicional en contraste con la fertilización biológica con Rhizobium y Azotobacter a razón de 150 g kg.-1 de semilla. Es de destacar que la obtención de los fertilizantes minerales por nuestro país se realiza mediante las importaciones, ya sea de las fórmulas de fertilizantes, como de la materia prima para su elaboración, siendo necesaria la inversión de grandes sumas de moneda libremente convertible para su adquisición o elaboración, encareciendo el proceso productivo.
Tabla 3. Análisis económico de los métodos de fertilización para 1 cab.
Variantes
|
Rendimiento
(qq cab-1) |
Costo
($) |
Ingresos por
Ventas ($) |
Beneficio neto
($) |
Biológica
|
83.26
|
2 115.79
|
29 141
|
27 025.01
|
Mineral
|
75.59
|
14 867.80
|
26 456.50
|
11 588.70
|
Beneficios
|
7.76
|
12 751.81
|
2 684.50
|
15 436.3
|
Al analizar los costos de ambos métodos de fertilización, se aprecia un menor valor con la utilización de la fertilización biológica, el cual redujo este indicador en $ 12 751.81 en comparación con la fertilización mineral, lo que evidencia el beneficio por costos de los métodos biológicos y el ahorro de insumos mediante esta práctica (Anexos 4 ). En los ingresos por ventas a Acopio se observa como con el uso de la fertilización biológica se obtiene un beneficio por incrementos en la producción de $ 2 684.50 respecto a la fertilización mineral.Los beneficios netos representan las utilidades obtenidas mediante las diferentes variantes evaluadas, por lo que al disminuir los costos de producción y aumentar los beneficios por ventas, existirá un incremento en las utilidades, observándose una diferencia de $ 15 436.31 en el tratamiento biológico al compararlo con el mineral.
Los beneficios de la aplicación de fertilizantes biológicos no se aprecian solamente en términos económicos, sino que además se eliminarían los efectos nocivos de la fertilización nitrogenada en la absorción, asimilación y disponibilidad de diferentes nutrientes como el fósforo (Montes, 1999), así como la erradicación de la contaminación tanto atmosférica como a las aguas subterráneas y el manto freático, siendo este impacto ambiental mucho más necesario que el impacto económico.
Conclusiones.
1. La aplicación de Azotobacter chroococcum potencia la acción de Rhizobium con respecto a la eficiencia de la fijación de N2 en el cultivo del frijol común.
2. La coinoculación incrementa significativamente el número de nódulos activos, la fijación de N2, los principales componentes del rendimiento y el rendimiento agrícola en comparación con la inoculación de Rhizobium solo y el tratamiento testigo.3. La dosis óptima para la inoculación de Rhizobium es a razón de 150 g kg.-1 de semilla.
Recomendaciones.
1. Estudiar la posible aplicación de Azotobacter solamente en este tipo de suelo, debido a la abundancia y efectividad de las cepas de Rhizobium autóctonas en esta zona.
2. Inocular la semilla de frijol común (Phaseolus vulgaris L.) con la combinación de 150 g kg -1 de semilla del inoculante Rhizobium con 400 ml kg-1 de semilla de Azotobacter
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(1). Facultad de Ciencias Agropecuarias, UCLV. Carretera a Camajuaní Km 5 1/2 , Santa Clara, Villa Clara. Cuba. CP: 54830.
(2). Centro de Investigaciones Agropecuarias, UCLV. Carretera a Camajuaní Km 5 1/2 , Santa Clara, Villa Clara. Cuba. CP: 54830.
(3). Centro de Desarrollo Agrícola de las FAR, AGROFAR. Santo Domingo, Villa Clara. Cuba. E-mail: roldantg@agronet.uclv.edu.cu