Por qué tomar infusiones después de las comidas

Las infusiones, acompañando a la humanidad desde hace miles de años, tienen grandes beneficios para nuestra salud. Con su debido consumo, nos ayudan a mejorar nuestra digestión, pero también a eliminar la retención de líquidos y a relajarnos. Existiendo en muchos tipos, bajo la suerte de disponer de una infusión prácticamente para cualquier ocasión que encauce un sorbo.

La sabiduría de una bebida milenaria

Bebida que ha acompañado a la humanidad desde hace miles de años, las infusiones son un brebaje natural con grandes beneficios para nuestra salud. Siempre que las tomemos sin excesos, las infusiones se caracterizan por causar un impacto positivo en nuestro organismo que varía según su composición. Porque, además, uno de los rasgos que mejor caracterizan a las infusiones es su casi inextinguible variedad.

Prueba de ello es el catálogo del que puede disponer una tienda de infusiones. En el caso de Aromas de Té, con todo tipo de infusiones medicinales, digestivas, para la garganta y la maternidad y con efectos relajantes a disposición del consumidor en función de sus necesidades. Pero, ¿por qué las infusiones son tan beneficiosas para nuestra salud y cuáles debemos tomar para regular o controlar cuanto deseamos?

Los beneficios de las infusiones con mesura

Según Sanitas, las infusiones son principalmente beneficiosas para el organismo a causa de las propiedades de las plantas empleadas para su elaboración. En su esfera medicinal, con las plantas adecuadas y siempre paulatinamente, las infusiones pueden paliar algunas complicaciones orgánicas. Facilitando la curación de las mismas si se suministran de un modo terapéutico durante el proceso tanto por vía oral como tópica.

Asimismo, las infusiones son también una buena bebida diurética, ya que nos evita la retención de líquidos eliminándolos por la misma orina. En relación a esto, sin embargo, añadiendo que son un complemento de hidratación, pero no la cubren por completo. En ese sentido, con la orina también arrastraremos electrolitos y minerales. Motivo por el que se recomienda dosificar bien las infusiones y nunca abusar de su consumo.

Tomar una infusión de manzanilla, menta o jengibre a diario tras la ingesta de alimentos, por ejemplo, puede contribuir a mejorar nuestra digestión. Gracias a las propiedades de estos componentes, especialmente digestivos, ayudando a metabolizar el alimento.O, dicho de otro modo, acelerar el proceso mediante el que las reacciones químicas de nuestro organismo transforman el alimento en su destino en el cuerpo: energía.

Una infusión perfecta para cada ocasión

En cualquier, caso las infusiones existen en distintas tipologías cuyas propiedades nos ayudan a recibir efectos diversos. Por una parte, el té relaja tanto como estimula, por lo que existe mucha variedad, de té verde a matcha, blanco o rojo. En el mismo plano, encontramos el poder sedante de la tila y de la valeriana, ayudando a incrementar la calidad de sueño y reducir el cansancio, así como algunos dolores como la migraña.

Trasladándonos a un ámbito menos sensitivo, otras infusiones contribuyen directamente a nuestro organismo. Así, la cola de caballo es diurética y depurativa, por lo que se consume para todo tipo de dolencias. En una relación similar, pero destacando sobre todo sus propiedades digestivas, la manzanilla reduce los problemas intestinales, a la par que nos ayuda a relajarnos en sinergia con sus efectos mitigadores de la digestión.

En otro punto, el jengibre es antiinflamatorio y ayuda a la circulación sanguínea, así como aporta un sabor picante a algunas infusiones muy características. Y, en último lugar de esta lista a groso modo, no cabe olvidar el popular y omnipresente café. De hecho, una infusión de los granos de café que, sin lugar a dudas, es de las mayormente consumidas alrededor del mundo pese a algunos de sus efectos adversos.

Infusiones contra los síntomas de la mala digestión

Volviendo al tema central, casi todas las infusiones pueden ayudarnos a llevar una mala digestión. Por lo general, una dolencia cuyos síntomas son la acidez de estómago o el reflujo, así como los gases y la inflamación del vientre. Redundantemente, una muy molesta molestia que podemos combatir y, a menudo, prevenir, mediante el consumo regulado y jamás excesivo de algunas infusiones específicas después de cada comida.

Así, las infusiones de menta y tomillo, así como las de tisana, anís o clavo, ayudan a aligerar la pesadez y la hinchazón. Por otra parte, si las molestias han ido a más, con un malestar general de un nivel más alto, las infusiones de canela pueden aliviar el dolor de estómago cuando la indigestión se intensifica. Como se ha visto, las opciones son prácticamente infinitas. Y, más aún, pudiendo hacer combinaciones entre plantas.