Hidrovía: Un Conflicto Económico-Ecológico

Por Ing. Lucio Capalbo

Desde una perspectiva fragmentaria, lineal y determinista, y a partir de conjuntos de un reducido número de elementos, cuyas condiciones iniciales son bien conocidas, sería posible anticipar con un alto grado de plausibilidad las consecuencias de una perturbación introducida por el hombre.

Recientemente han circulado opiniones técnicas emitidas por especialistas en impacto ambiental, descalificando los pronósticos de catastróficas consecuencias ambientales anunciados por sectores ecologistas en el caso de que se siga adelante con la obra "Hidrovía Paraná-Paraguay", tales como la desecación del pantanal y esteros chaqueños, inundación de ciudades costeras, la contaminación producida por la remoción de sedimentos poluidos o el daño a la biodiversidad y productividad costera por aumento de la velocidad de las aguas debido a las rectificaciones de los cursos naturales de agua. El principal argumento descalificatorio es que tales pronósticos, no han sido demostrados.

En primer lugar, sería bueno reflexionar acerca de qué es lo que se entiende por "demostrar".

Vale la pena recordar que ningún enfoque epistemológico serio habla ya hoy de "demostrar", sino en todo caso de corroborar o refutar las predicciones de una determinada hipótesis teórica.

Desde una perspectiva fragmentaria, lineal y determinista, y a partir de conjuntos de un reducido número de elementos, cuyas condiciones iniciales son bien conocidas, sería posible anticipar con un alto grado de plausibilidad las consecuencias de una perturbación introducida por el hombre.

Tal perspectiva reduccionista ha fracasado en el intento por explicar la realidad, inmensamente más compleja.

Una de las ciencias paradigmáticas que ha contribuido a abandonar los abordajes mecanicistas y deterministas, es precisamente la ecología, por reconocer como objeto de estudio un espacio en el que convergen una pluralidad de niveles (físicos, biológicos, sociales, culturales), lo que está llevando gradualmente a revalorizar la perspectiva sistémica -más precisamente ecosistémica- y transdisciplinaria.

Desde esta perspectiva, es absolutamente pretencioso intentar realizar predicciones acotadas, y mucho menos "demostraciones" a priori.

La trama ecosistémica es tan compleja, tan rica en relaciones recursivas y lazos de retroalimentación que vinculan prácticamente todo con todo, que es imposible aseverar que una perturbación antrópica no producirá mayores efectos en aquella.

Recordemos al premio Nobel, Ilya Prigogine y su conocido "Efecto Mariposa", por el que afirma no como metáfora, sino como probabilidad físicamente real, que "El aleteo de una mariposa en Hong Kong puede producir un huracán en California".

Cuanto mayor que el aleteo de una mariposa es la rectificación del cauce de un río ?

Al igual que la comunidad científica lo ha hecho con el "Efecto Invernadero", considerándolo una posibilidad razonable hace unos 20 años, en todas las perturbaciones ecosistémicas de envergadura, debe aplicarse el "Principio Precautorio", que postula que se debe actuar desde un primer momento como si la posibilidad fuera un hecho, ya que si se espera a tener la corroboración de la hipótesis antes de actuar, ya sería demasiado tarde.

(digamos de paso que el "Efecto Invernadero" está ya hoy consensuado por la comunidad científica como algo que está ocurriendo)

Los argumentos en favor de la Hidrovía se completan con la advertencia de que, en caso de no realizarse la obra, los volúmenes de mercaderías que dejarían de transportarse por vía fluvial lo harían en camiones, por tierra.

Esto implicaría una mayor contaminación aérea por la quema de un volumen de gasoil cinco veces mayor a los de los convoyes fluviales.

Es obvio que ni la desecación del pantanal y la pérdida de la biodiversidad por un lado, ni la contaminación atmosférica, son deseables.

Aquí aparece una segunda falacia de los informes técnicos en defensa de la Hidrovía, presentada como falsa opción: transporte por tierra o transporte fluvial.

Decimos que es una falsa opción, pues se parte de la base de que las mercaderías a transportar son un dato inamovible de la realidad. Las mercaderías deben circular.

Y claro que deben, dentro de un determinado esquema del desarrollo, que prioriza la centralización, las urgencias económicas (de ciertos sectores) por sobre la equidad social y la sustentabilidad ecosistémica.

Los informes técnicos favorables a la Hidrovía no se preguntan en ningún momento en provecho del interés de quién circulan las barcazas o los camiones.

A quien beneficia el tráfico de la hidrovía y las eventuales bajas en el costo de los transportes? A la mayoría de los pobladores de la región? O a mega empresas centralizadas?

Y viene al caso aquí recordar a Schumacher, con "Lo pequeño es hermoso".

Por qué, en vez de asumir la actual estructura comercial centralizada, concebida dentro de un modelo económico céntrico que prioriza el gigantismo en los emprendimientos, no se promueve una producción descentralizada, con materia prima y mano de obra local, con tecnologías de pequeña escala, accesibles a los seres humanos y coherentes con la dimensión participativa y comunitaria ?

Se alegará que las economías receptoras no pueden privarse de las exportaciones de la Hidrovía, ni las nuestras de los ingresos que tales exportaciones promoverán.

Sin embargo aquellas podrían contentarse con sucedáneos locales, y éstas, con la promoción de numerosos microemprendimientos descentralizados, que beneficien a un alto número de pobladores, revitalizando así la participación, el empleo y la distribución del ingreso, en lugar de seguir pensando con la lógica del megaemprendimiento, para producir ingresos que quedarán retenidos en pocas manos, ensanchando la boca de una "copa de champagne" que nunca derrama.