Por Gian Carlo Delgado Ramos
Desde una revisión de la geoeconomÃa y la geopolÃtica del agua el presente texto busca dar cuenta de la tendencia del lÃquido a transformarse crecientemente en un recurso estratégico de múltiples usos y con ello de múltiples modalidades de explotación de plusvalor.
Desde una revisión de la geoeconomÃa y la geopolÃtica del agua el presente texto busca dar cuenta de la tendencia del lÃquido a transformarse crecientemente en un recurso estratégico de múltiples usos y con ello de múltiples modalidades de explotación de plusvalor. El caso a revisar es el sudamericano, una región que concentra más de la quinta parte de las reservas de agua dulce del orbe y que apunta a integrar, sin considerar seria y detenidamente los impactos ecológicos y sociales, una serie de esquemas de "corredores hÃdricos" como contraparte a los corredores de desarrollo propuestos oficialmente desde el proyecto de Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA) .
Para dicho propósito se presenta una revisión de la vinculación entre el emplazamiento de lo que se conoce como "corredores de desarrollo" y, el papel que jugarÃa el agua para satisfacer las diversas necesidades de esos corredores y que van desde el consumo humano directo, el agrÃcola e industrial, como generadora de electricidad, como medio de transporte, etcétera. El caso a revisar es el sudamericano, una región que concentra más de la quinta parte de las reservas de agua dulce del orbe y que apunta a integrar, sin considerar seria y detenidamente los impactos ecológicos y sociales, una serie de esquemas de "corredores hÃdricos" La idea de corredor de infraestructura es bastante vieja, no obstante, en términos "modernos", tal vez el caso más apegado a tal concepción es el proyecto estadounidense del ferrocarril transcontinental del siglo XIX y que tuvo como fin la expansión hacia el PacÃfico al ir ocupando nuevas tierras. El "paquete" incluÃa un "programa de desarrollo" ya que conforme avanzaba el ferrocarril, y posteriormente cuando se llevó agua a las tierras áridas del oeste o al Gran Desierto Americano (1) , se iban emplazando ciudades, centros industriales, agrÃcolas, culturales, etcétera. Todo a modo de un gran "corredor de desarrollo" en el que los costos sociales y ecológicos de la expansión territorial estadounidense fueron apabullantes. La masacre de millones de indÃgenas, el robo y saqueo de sus tierras, o poco tiempo después, la inundación de tierras para la construcción de represas, -entre otras "imágenes"-, han sido una constante en la historia de la potencia norteña (2).
Ahora bien, los "corredores de desarrollo", en adelante denotados como corredores, tienen claro fundamento en el emplazamiento de un conjunto de infraestructuras que los hacen posibles, con las que toman cuerpo y forma en el espacio geográfico. Me refiero a los corredores de infraestructura.
La diferenciación es importante para dar cuenta de que sin la existencia de un corredor de infraestructura no se puede hablar de un corredor, no obstante, cuando se habla de un corredor, al mismo tiempo se está haciendo alusión a la infraestructura que lo hace posible.
Los corredores (y sus respectivos corredores de infraestructura) en los últimos siglos han demostrado ser la figura más eficiente -en términos capitalistas- para la ocupación territorial (reordenamiento territorial), el transporte y comercio de mercancÃas por tierra y agua, el desarrollo de la industria y la agricultura de gran escala, el estÃmulo de zonas de turismo de inspiración de multinacional, etcétera. Es por ello que los corredores deben verse como rutas de desarrollo estratégicas de varios kilómetros de ancho en los que se emplazan zonas de producción intensiva, de extracción de recursos naturales, de medios de comunicación, de emplazamientos urbanos, entre otros factores.
A groso modo, la composición nodal de un corredor consiste en: 1) Medios de Transporte para mover las materias primas y mercancÃas (puertos marÃtimos -por ejemplo del lado del Atlántico y del PacÃfico- y otros medios que varÃan según la composición territorial lo permita: canales de agua, ferrocarriles de alta velocidad, carreteras, etcétera); 2) EnergÃa para hacer funcionales los corredores, y sobre todo para mover los sistemas de producción: petróleo, gas y electricidad (plantas nucleares, termoeléctricas/geotérmicas, hidroeléctricas, tendido e interconexión eléctrica, gasoductos/oleoductos, etcétera.); 3) Agua para actividades productivas (presas, trasvases, acueductos, sistemas de bombeo, distribución y tratamiento, etcétera -inclúyase la generación de hidroelectricidad) (3) ; y 4) Telecomunicaciones que integren la región en tiempo real, tanto hacia adentro del corredor, como con otros corredores y en general con el exterior (fibra óptica y emplazamiento de centros de comunicación con tecnologÃa de punta). Véase Cuadro A.
Esta esquematización es ampliamente conocida y su implementación en el hemisferio Americano es un asunto de actualidad, en Mesoamérica con el Plan Puebla Panamá (4) y, en Sudamérica con el IIRSA (véase más adelante).
Vale aclarar que en general los diseños solo son trazos generales y las especificaciones se manejan a nivel regional, nacional y local. Éstos siempre son sujetos de modificaciones, no sólo técnicas, sino también de aquellas que responden a su refuncionalización en búsqueda de las mejores opciones que vayan surgiendo para estimular la acumulación de capital a favor de los principales grupos de poder económico de tal o cuál región. Además, su grado de incertidumbre es considerable tanto por su factibilidad financiera y limitaciones tecnológicas y técnicas no esperadas (caracterÃsticas biogeofÃsicas de los territorios, entre otros factores), como por las condiciones polÃticas y sociales (en nuestro caso de estudio tanto aquellas dentro de Estados Unidos como las presentes en el espacio territorial latinoamericano).
En su caso, la implementación es progresiva y no siempre se presenta como un "paquete", sino como una serie de proyectos aislados de diversas dimensiones. En otras ocasiones, se pueden identificar proyectos que no estaban considerados previamente pero que han sido consecuencia de nuevas necesidades particulares de las cúpulas de poder y de la competencia intercapitalista, y otras son resultado de la contradicción de intereses capitalistas locales, nacionales, regionales o mundiales; ambas de un momento histórico dado. Por tanto, no siempre todos los proyectos de infraestructura forman parte de un esquema mayor, dÃgase corredores, aunque bien pueden ser integrados y adaptados posteriormente a ésos.
Escenarios de corredores de desarrollo y sus corredores hÃdricos en Latinoamerica
En América, tres son las regiones de escenarios y megaproyectos hÃdricos que se pueden identificar y que responden al emplazamiento de corredores (ver Mapa 1). Al norte del rÃo Bravo, sobresalen los corredores del este de EUA -totalmente vinculados al Mississippi- y los de algunas regiones del oeste de ese paÃs (particularmente California). Para satisfacer las demandas de agua de los susodichos corredores, además de las de otros ubicados al sur de Canadá y al norte de México, se ha diseñado desde mediados del siglo XX el North American Water and Power Plan (NAWAPA) (5). Su potencial retorno ante una aguda crisis de agua en EUA no es algo descartable (6). En México y Centro América, se viene impulsando insistentemente el desarrollo de múltiples corredores (siete en México según el Programa Nacional de Desarrollo Urbano 1995-2000 (7) ). Su última versión es el llamado Plan Puebla Panamá (PPP) que tiene como su contraparte hÃdrica lo que he calificado en otra ocasión como Escenario Aquarium y que tiene como corazón el sistema hidroeléctrico de la cuenca del Usumacinta (México-Guatemala) (8). Por último, el contexto sudamericano es modelado por los siete corredores terrestres y dos de hidrovÃas que conforman el sistema de Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA). Los movimientos de agua ahÃ, en especial se centran en los afluentes de los rÃos Plata/Paraná/Paraguay-Guaporé (donde se ubica un corredor de hidrovÃas que va de sur a norte); el Amazonas/Putumayo; y el rÃo Negro-Orinoco (los dos últimos, conforman un corredor de este a oeste conectando Macapa y Belem en el Atlántico, con Saramerisa/Yurimaguas en Perú y con Puerto El Carmen en Ecuador, todos con conexiones terrestres al PacÃfico). Además, el foco de atención es el potencial que tiene el acuÃfero GuaranÃ, la reserva de agua fresca subterránea más grande del mundo y que se perfila como pivote hÃdrico de la región productiva "fuerte" del Mercosur.
Veamos pues el caso particular de Sudamérica, sus planes de mega proyectos hÃdricos y su "empalme" con los corredores diseñados para esa región.
Las reservas estratégicas de agua sudamericanas y el IIRSA
En América del Sur, la riqueza natural es alucinante. Es la primera reserva biótica terrestre del planeta y la segunda marina; almacena cerca del 25% del agua fresca mundial; además de contar con cuantiosos depósitos de petróleo en Venezuela (cerca del 70% de las reservas hemisféricas (9) ); de gas en Perú y Bolivia; o de distintos minerales en toda la región; entre otros ejemplos.
Como se ha apuntado, los ejes hÃdricos más importantes son los afluentes de los rÃos Plata/Paraná/Paraguay-Guaporé; el Amazonas/Putumayo; y el rÃo Negro-Orinoco. Asimismo, entre otras reservas de agua superficial de importancia considerable y que son pertinentes mencionar, están las que se localizan en la Patagonia entre rÃo Mayo y rÃo Gallegos. A ésas se suman los inmensos depósitos subterráneos del liquido que conforman lo que se conoce como AcuÃfero GuaranÃ, por mencionar el más importante de la región y que se reconoce como el acuÃfero más grande del mundo con una extensión de alrededor de 1,190,000 km2 (superficie mayor que las de España, Francia y Portugal juntas). El reservorio de agua abarca una superficie, en Brasil, de aproximadamente 850 mil km2 (9.9% del territorio), en Argentina 225 mil km2 (7.8%), en Paraguay 70 mil km2 (17.2%), y en Uruguay 45 mil km2 (25.5%).
Como puede imaginarse, su importancia es vital para la serie de corredores de desarrollo que ahà se busca consolidar (Mapa 2). No es casual que el centro de producción más fuerte de Sudamérica, según los diseños del IIRSA sea justamente la zona donde se extiende el acuÃfero, un punto geográfico que por el oeste tiene salida directa por el Atlántico y por el este se comunica con lo que se pretende que sea la hidrovÃa Paraná-Paraguay (medio de transporte regulado por varias represas que ya comienzan a ser financiadas por el BM y el BID -e.g., Corpus, Yacyretá (10) – y que, "aunque" dañarÃan el ecosistema del Pantanal, su realización podrÃa dar salida a la producción no sólo industrial, sino a la agrÃcola -particularmente de la soja convencional y genéticamente modificada que es producida ahà por multinacionales como Cargill- en un área que se extiende desde Cáceres en Argentina, a Mato Grosso en Brasil, y hasta Nueva Palmira en Uruguay) (11).
En este escenario de ordenamiento territorial, el acuÃfero se perfila como estratégico, de ahà que el BM y los gobiernos de los paÃses que integran el MERCOSUR lanzaran el proyecto de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable del Sistema AcuÃfero GuaranÃ.
Lo llamativo aunque no sorprendente, es que se trate de un programa diseñado por los "expertos" del BM en conjunto con sus "contraparte locales" que trabajan subordinadamente según los tÃpicos lineamientos del Banco contenidos en sus manuales operativos (12). A lo que se suma el "detalle" de que es financiado por ese organismo "internacional", por los Gobiernos de Holanda (Bank Netherlands Water Partnership Program) y Alemania (German Geological Survey), por la Agencia Internacional de EnergÃa Atómica y la Organización de Estados Americanos (con sede en Washington).
Según el News Release No. 2003/371-LAC del BM, "?los $27.24 millones del Proyecto del Sistema AcuÃfero GuaranÃ, que incluyen una donación del Fondo Mundial para la Naturaleza [Gef, por sus siglas en inglés] de $13.4 millones, servirán?para elaborar e implementar en forma conjunta un marco institucional y técnico para el manejo y la preservación del AcuÃfero." Una reserva de agua que puntualmente es reconocida por el Banco en ese mismo documento como: "?un recurso estratégico de agua potable en el Cono Sur." (13)
Entre los 7 componentes del Proyecto, descritos en el documento base del BM (14) , caben destacar: (i) la expansión y consolidación del conocimiento cientÃfico a cerca del AcuÃfero en base al "desarrollo e integración" del SISAG – Sistema de Información del Sistema AcuÃfero GuaranÃ; (ii) el desarrollo e implementación conjunta de un marco regulatorio de manejo del AcuÃfero; asà como la (vi) consideración del potencial geotérmico para la generación de energÃa eléctrica.
Ahora bien, vale aclarar lo que el BM suele entender por "marco regulatorio de manejo" o proceso de "fortalecimiento institucional" en sus proyectos relacionados a recursos naturales (háblese, por ejemplo de biodiversidad o agua). Generalmente, se refiere a todas aquellas medidas que se han de tomar para homogeneizar los lineamientos legales y operativos de acceso a tales o cuales recursos (claro está, bajo el argumento de que es un prerrequisito necesario para ejecutar su "conservación", su "uso sustentable", etcétera) (15). En tal sentido, de los 4 años que de entrada componen el proyecto del AcuÃfero GuaranÃ, los 3 primeros se enfocan a esa finalidad, o como el BM señala, a la "primera fase" que, una vez consolidada, el siguiente paso (o fase) serÃa colocar a determinados actores en la gestión y usufructo del lÃquido.
Ese es el tÃpico modus operandi del Banco que, en este tipo de proyectos, devela su interés, primero, por reconfigurar el manejo de cuencas y, segundo, por la transferencia de los servicios hÃdricos hacia el sector privado (16). Es decir, por un lado, impulsa una concentración del manejo de cuencas hÃdricas en manos de "selectos actores" (como sus ONG conservacionistas; e.g., Conservation Internacional) y, una vez consolidados, busca, por el otro lado, colocar a las multinacionales de los acreedores en el centro de la gestión y usufructo del agua dulce (es decir, en los negocios de servicios hÃdricos de almacenaje, distribución, potabilización, generación de termo e hidroelectricidad, etcétera).
Ese proceso del usufructo privado del agua, que se consolida mediante concesiones parciales o totales (pretexto que se usa para decir que entonces no se trata de privatización, queriendo decir, de "venta total"), se ha venido concentrando principalmente en manos de multinacionales como Bechtel Co., las francesas Suez/división ONDEO -antes Lyonnaise des Eaux- y Vivendi, o la inglesa Thames Water, entre otras. Es un proceso que ha sido sólo posible a partir de que los Gobiernos están abandonando el control de las fuentes nacionales de agua al participar en tratados o arreglos comerciales tipo OMC (17) o TLCAN (el último para el caso de América del Norte), desde los cuales endosan la "transferencia" de la gestión de los recursos hÃdricos hacia la iniciativa privada (en este contexto, en el caso del acuÃfero GuaranÃ, no es que se venda el acuÃfero en sà mismo -aunque se puedan privatizar/concesionar pozos, hidroeléctricas o geotérmicas-, sino más bien del negocio que se pueda hacer con el agua extraÃda de ahÃ).
Los argumentos pro-privatizaciones/concesiones son ya bien conocidos y un tanto desgastados. Éstos suscriben la urgente necesidad de mejorar el mal servicio que prestan las paraestatales" y la "ausencia de presupuesto público". El objetivo, según nos informan las multinacionales del agua, sus Gobiernos, el FMI, el BM y los bancos de desarrollo regional, es asegurar, mediante la privatización del agua o de acuerdos público privados, el acceso a los servicios relacionados a más de 2.4 millardos de personas en el mundo. La "universalización plena del servicio", bajo esa lógica, se sustenta en un sector privado que por naturaleza es más eficiente y competitivo, además de ser capaz de aportar el financiamiento necesario. Esas presuposiciones, como puntualiza Grusky de Public Citizen (EUA), "?no son ejecutadas en la práctica y lo demuestran, entre otros, los fiascos de?Buenos Aires, Manila, Atlanta, Cochabamba, Inglaterra [ya que]?han resultado en incrementos en los ritmos de consumo de agua, en crisis de salud pública, débiles regulaciones, falta de inversión en infraestructura hÃdrica, pérdida de empleos y amenazas a sindicatos, contaminación y otras catástrofes ambientales, o en acuerdos secretos e inconformidad social" (18).
Ahora bien, la determinación de la gestión y usufructo del agua contenida en el acuÃfero Guaranà queda definida en el documento base del BM antes indicado, cuando se explicita que, "?el financiamiento de la segunda fase considerará recursos de agencias de cooperación, GEF, BM, el sector privado y/o otros organismos de financiamiento multi o bilateral." (19) Es decir del Banco Interamericano de Desarrollo – BID, entre otros.
De lo que se está hablando en el fondo, es de moldear las legislaciones nacionales de los paÃses Sudamericanos en cuestión, para que faciliten programas de inversión privada sobre un recurso estratégico (entiéndase como el endoso de los Gobiernos para transferir la gestión y usufructo del agua, aunque sea nada más a modo de "préstamo", o en palabras legales, de concesión); un panorama en el que la información de las caracterÃsticas cualitativas y cuantitativas del recurso (recabadas por el ya mencionado SISAG) es fundamental para saber las dimensiones y potencialidades de los negocios viables. Por demás llamativo es que esos datos cientÃficos, estarán a disposición del BM y su IFC, del resto de financiadores y seguramente de los inversores interesados.
Aunque el proyecto del acuÃfero sobresale por las grandes cantidades de agua fresca ahà contenidas, existen otros proyectos del mismo estilo en la región. Vale la pena mencionar aquellos vinculados a la Cuenca del Plata (un eje nodal de los corredores sudamericanos de la zona productiva del Mercosur) que drena un cuarto del continente Sudamericano y cubre una superficie de 3.100.000 km2. En este caso destaca el programa financiado por la National Science Foundation – NSF (EUA) denominado "Desarrollo de una Agenda de Investigación Multidisciplinaria en la Cuenca del Plata". Es parte del proyecto "Ciencia para el Desarrollo Sustentable" del Directorio de Programas Internacionales de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia – AAAS (por sus siglas en inglés), financiada, entre tantos, por diversos actores vinculados a un importante consumo de agua como la Rockefeller (EUA), Ford (EUA), IBM (EUA), Kellogg (EUA), Kodak (EUA) o la Coca-Cola (EUA). Esta última a la cabeza, junto con Nestlé (Suiza) y Danone (Francia), del negocio mundial del agua embotellada (20).
En sÃ, el Proyecto, al igual que en el caso del acuÃfero Guaranà y su SISAG, busca consolidar un Sistema de Información Geográfica (SIG) más preciso de la región, con el objeto de "fortalecer" y enlazar "iniciativas ya existentes del BM, BID?", etcétera. (21)
La consolidación del control sobre esas reservas hÃdricas particularmente se basa en la perspectiva de su "conservación" y "uso sustentable" (que, como se indicó, para el BM y sus socios generalmente quiere decir de usufructo solamente por parte de algunos candidatos que cumplan con ciertos requisitos que muchas de las veces no tienen mucho que ver con cuestiones ambientales y de conservación), pero existe otra dimensión del recurso en términos de comunicaciones y generación de energÃa; me refiero al emplazamiento de hidrovÃas e hidroeléctricas, entre otras infraestructuras relacionadas.
A la hidrovÃa Paraguay-Paraná se suma, por ejemplo, el "Gran Canal" que conecta el sistema del Amazonas -y eventualmente los afluentes del Paraná- con las costas Venezolanas a través del rÃo Orinoco. Esta hidrovÃa debe visualizarse desde la dinámica de los corredores como una salida directa al Caribe y hacia EUA mediante el Mississippi. Aquà es dónde podrÃa tomar forma un escenario de "arrastre" de bolsas súper gigantes con agua sudamericana hacia la potencia norteña (Florida) como una alternativa o complemento al escenario Aquarium.
Otro esquema llamativo es la red de represas que se ha diseñado para la región del Chaco y la Pampa en Argentina, Ãntimamente ligado a potenciar la producción agrÃcola de regadÃo intensivo (léase, agroindustria). Entre las represas que se barajan, están las del Sistema Tarija-Bermejo y Sistema Polo de Desarrollo; más al sureste las de Paraná y Guazú; o poco más al suroeste las de Chocón, Cerros Colorados, Michihuao, Piedra del Agua, Alicurá y Collón Curá (véase Mapa 2).
Otras represas, más ligadas a su función energética como fundamento de la explotación minera (particularmente de aluminio) se han considerado por ejemplo en: Argentina (caso de las represas a emplazarse en los rÃos Cuervo, Cóndor y Blanco para beneficio de la canadiense Noranda); zona amazónica de Brasil (represa San Isabel, Serra Quebrada, Estreito y Machadinho, todas en beneficio de la estadounidense Alcoa y otras empresas domésticas como Vale do Rio Doce o Votorantim); Chile (3 represas en Chacabuco en beneficio de Noranda); etcétera. (22)
Asimismo, considérese el potencial hidroeléctrico de otras regiones como el de Perú, un caso llamativo si se tiene en cuenta que es en ese paÃs donde se emplaza gran parte del corredor de desarrollo Andino y en donde desembocan las principales hidrovÃas (Sarameriza/Yurimaguas/Pucallpa) de lo que el IIRSA denomina como "eje del Amazonas" -afluentes del Amazonas/Putumayo. El alto consumo de energÃa que implicarÃa el funcionamiento intensivo de puertos y zonas industriales vecinas se podrÃa abastecer tanto con plantas generadoras de electricidad de gas proveniente de Camisea y/o con unas decenas de hidroeléctricas. Según algunos cálculos, el potencial hidroeléctrico de las cuencas de los rÃos Marañón, Hullaga y Ucayali podrÃa llegar a una potencia combinada de cerca de 18 mil megavatios. (23)
Escenarios similares de vinculación entre los corredores del IIRSA y [sus] "corredores hÃdricos" se extienden a lo largo y ancho del Cono Sur. Todos requieren de indagaciones detenidas, particularmente de parte de actores locales.
Las dimensiones de los impactos y secuelas ecológicas y sociales que giran en torno a tales potenciales escenarios de gestión y usufructo del agua sudamericana en el marco del IIRSA -los más aparatosos aquà brevemente indicados- sugieren pues, ser mayores. El debate colectivo, abierto y participativo es urgente, sobre todo porque se trata de un asunto que tiene y seguramente tendrá cada vez más trascendencia, sobre todo ante la creciente tendencia a privatizar y desnacionalizar los recursos naturales del planeta. Al fin y al cabo el agua es vital para tod@s, pero no resulta muy claro que el acceso al lÃquido vaya a ser, dentro de tales escenarios, efectivamente universal.
Reflexión Final
Resulta fundamental dar cuenta de que dichos proyectos (PPP, IIRSA y sus "corredores hÃdricos") sólo van a operar donde la población no se organice y luche colectivamente o donde deje de hacerlo. Y es que los movimientos sociales juegan un papel fundamental no solo como expresión de una afirmación de identidad local, sino sobre todo como reacción y contramedida ante una lógica geoeconómica y geopolÃtica que supone -en este caso desde el emplazamiento de "corredores de desarrollo"- la privatización, depredación y desnacionalización de los recursos naturales. Pero nótese que no se trata de rechazar todo plan de desarrollo, sino de aquellos que atentan contra los pueblos y su entorno natural; de aquellos que tanto en la esfera del agua como en otras, pretenden privatizar beneficios y socializar costos.
Este artÃculo ha sido producto de la investigación de grado de magister en Ciencias Ambientales del Instituto de Ciencias y TecnologÃa Ambiental (Universidad Autónoma de Barcelona) que lleva por tÃtulo "EcologÃa PolÃtica del Agua".
Publicado en Enfoques Alternativos. Argentina. Julio de 2004.
* Por Gian Carlo Delgado Ramos
Economista mexicano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y candidato doctoral por la UAB. Autor de La Amenaza Biológica (Plaza y Janes, 2002) y Biodiversidad, Desarrollo Sustentable y Militarización (Plaza y Valdés, 2004).
Referencias
1- Véase: Worster, Donald. Rivers of Empire: water, aridity and the growth of the American West. Oxford University Press. 1985.
2- Léase: Zinn, Howard. La otra historia de los Estados Unidos. Las otras voces. España, 1999.
3- En general, los proyectos de grandes represas van ligados a programas de irrigación masiva de tipo agroindustrial. En el mundo, alrededor del 65-70% del consumo del agua corresponde a la agricultura, y el grueso de ésta a la de regadÃo. Estos últimos comprenden cerca de un sexto de las tierras cultivadas, pero aportan más de un tercio de la cosecha mundial (Barlow, Maude y Clarke, Tony. Blue Gold. Sttodart. Canada, 2002: 6-9).
4- Para un análisis del agua en el marco del PPP, véase: Delgado-Ramos, Gian Carlo. "PPP, hidroelectricidad y medio ambiente." El Cotidiano. UAM. México, enero de 2004.
5- Diseñado en 1964 por The Ralph M. Parsons Company, una de las empresas más grandes de ingenieros en EUA, es un proyecto de múltiples represas en Alaska y el área del Yukón en Canadá que atraparÃa el agua de varios rÃos en un área de cerca de 3.36 millones km2. Gran parte de esa agua serÃa despúes canalizada por un sistema de 800 km de largo construido de los cañones naturales de las Montañas Rocallosas en la provincia canadiense de British Columbia. De ahÃ, hacia el este se definÃa un canal hasta el Lago Superior con el objeto de mantener el nivel del agua constante. Con ese canal se aumentarÃa la capacidad de generación hidroeléctrica y de apertura de nuevos campos agrÃcolas de tipo intensivo en toda la zona de la Gran Planicie de Canadá y EUA, al tiempo que se habilitarÃa la navegación desde los Grandes Lagos hasta el corazón de Alberta, Canadá. Al sur del gran embalse de las Rocallosas, una parte del agua se bombearÃa hacia la Reserva Sawtooth al suroeste de Montana, punto desde el que se encausarÃa -por gravedad- hacia los estados del centro-este y sureste de EUA a través de un túnel que atravesarÃa la Montaña Sawtooth de unos 24 m de diámetro y 80 km de largo. Otra parte se encausarÃa a los acueductos que llevarÃan el lÃquido a Oregón, Utah, Nevada, California y Arizona en EUA, y a parte de Baja California, Chihuhua y Sonora en México. Y finalmente, el resto del agua del embalse de las Rocallosas se utilizarÃa en una serie de represas y tratadoras que se emplazarÃan en la parte central de Idaho y sureste de Washington.
6- Véase: 1) Delgado-Ramos, Gian Carlo. "Privatización y saqueo del agua en Mesoamérica." Nueva Sociedad. No. 183. Venezuela, enero-febrero de 2003. 2) Delgado-Ramos, enero de 2004. Op cit.
7- Poder Ejecutivo Federal. SecretarÃa de Desarrollo Social: Programa Nacional de Desarrollo Urbano 1995-2000. México, marzo de 1996.
8- El escenario Aquarium, consistirÃa en un acueducto subterráneo y/o marino (para no perder mucha agua por evaporación) que se extiende a lo largo de la lÃnea costera del Golfo de México y con destino a EUA; aunque las especificaciones podrÃan variar. La transferencia de agua sudamericana hacia el extremo sur, en algún punto del estado mexicano de Tabasco, también podrÃa seguir el mismo rumbo que el de los oleoductos/gasoductos que salen de Colombia hasta un punto cercano al centro de refinerÃa de Ciudad PEMEX en México. Una vez ahà se requerirÃa de un sistema de bombeo lo suficientemente potente, por lo que se especula de instalaciones con centrales eléctricas exclusivas (que pudieran incluir alguna que otra nuclear) y subestaciones de bombeo ligadas al tendido eléctrico principal. La importancia del sistema hidroeléctrico del Usumacinta, además de la energÃa que producirÃa con el emplazamiento de múltiples hidroeléctricas es que funcionarÃa como una red regulada en la que se conectarÃan los principales caudales de México y Guatemala (más el agua que se pudiese transferir del resto de Centroamérica-Colombia vÃa terrestre o marina mediante el arrastre de bolsas súper gigantes, escenario poco factible pero no descartable). Ello servirÃa a modo de un gran y extendido "dique" de contención del lÃquido antes de ser bombeado por el escenario Aquarium (Véase: Delgado-Ramos, enero de 2004. Op cit).
9- Según el Statistical Review of World Energy 2003, América Latina y el Caribe cuenta, en base a datos de finales del 2002, con el 10.6% de las reservas mundiales de petróleo (86% concentradas en Venezuela y México); produce el 14.4% del crudo; cuenta con el 4.7% de las reservas internacionales probadas de gas natural; con el 2.3% de las de carbón mineral -suficiente para 288 años-, y con el 21.7% de la producción de hidroelectricidad en el orbe. Reporte disponible en: www.bp.com/subsection.do?categoryld=95&contentld=2006480
10- Véase: http://iadb.org/cont/poli/yacyreta/admin.htm
11- Se estima una producción de 110 millones de toneladas de soja en el área de influencia, representando el 50% del volumen de mercancÃas que se espera se transportarÃan por esta hidrovÃa. De este modo, Brasil y Argentina juntos superarÃan a EUA, el "granero del mundo." Para revisar algunos detalles del proyecto y su avance, véase: a) texto del Foro Boliviano sobre Medio Ambiente disponible en www.fobomade.org.bo/index1.php. b) documento del IV Coloquio Portuario Andino celebrado en octubre de 2001: www.caata.gov.co/reuniones/coloquios/IVcoloportandino.doc
12- Léase: Saxe-Fernández, John y Delgado Ramos, Gian Carlo. Imperialismo y Banco Mundial. Popular. España, 2004.
13- BM. "Multilateral Initiative to manage South America’s largest groundwater reservoir launched." News Release No. 2003/371/LAC. Uruguay, 23 de mayo de 2003. Disponible en: http://web.worldbank.org Las negritas son mÃas.
14- BM, Environmental Protection and Sustainable Development of the Guaranà Aquifer System. Reporte No. 23490-LAC. Washington, D.C. EUA, 17 de mayo de 2002. ( www.ana.gov.br/guarani/docsbasicos/pad.pdf)
15- Para la revisión particular del modus operandi de los proyectos del BM en Mesoamérica sobre conservación de biodiversidad véase: Delgado-Ramos, Gian Carlo. Biodiversidad, Desarrollo Sustentable y Militarización. Plaza y valdes. México, 2004.
16- Léase: Delgado-Ramos, enero-febrero de 2003. Op cit
17- En el marco de la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrada en Cancún (México) en septiembre de 2003 se presionó la negociación de la privatización de servicios, que incluyen los del agua. El fracaso de la Cumbre presupone la posposición de la situación.
18- Véase Grusky, Sara. "Water privatization fiascos." Public Citizen. Marzo de 2003:1. Disponible en: www.citizen.org/cmep.
19- BM, mayo de 2002. Op cit.
20- El volumen de ventas de agua embotellada registró en el año 2000 unos 84 millardos de litros, de los cuales, una cuarta parte se consumÃa fuera de su paÃs de origen. Para 2002 la cifra habÃa aumentado a 126 millardos. Según Nestlé, en los próximos años, el crecimiento del sector deberá oscilar entre un 7% y un 9% al año, y el mercado deberá multiplicarse por dos en el 2010. Es un negocio redondo que se sustenta en la venta de un recurso vital y público que rara vez paga por la comercialización privada del mismo. Esto es que las multinacionales en el negocio se apropian del agua de los paÃses donde se establecen. El negocio no es cualquiera, sobre todo si se considera que la cotización del agua embotellada es mayor que la del petróleo. A nivel mundial, el mercado del agua envasada está estimado en 22 millardos de dólares anuales. Para un estudio puntual de la temática véase: Delgado-Ramos, Gian Carlo. "El privilegiado y gran negocio del agua embotellada." El Catobeplas. No. 25. España, marzo de 2004. Disponible en: www.nodulo.org/ec/2004/n025p14.htm
21- www.aaas.org
22- Para una indagación puntual sobre esta temática véase el informe de Electrobras "Novas Usinas Hidroelectricas – 2001". Disponible en: www.eletrobras.gov.br/downloads/IN_Noticias_Assuntos/ usina_hidro01.pdf
23- Marañón 4,730 mw, Ucayali 8,360 mw y Huallaga 2,420 mw. (La Torre Tuesta y Lazarte Núñez. "Potencial hidroeléctrico de los rÃos Marañón, Huallaga y Alto Ucayali." Cosapi. Perú. Sin fecha)
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