Por Eduardo Aguirre Madariaga
Las respuestas varían desde la ironía hasta el desarrollo de interminables ecuaciones matemáticas, según el consultado. La idea de éste resumen es que aparte de saber los motivos, tomemos conciencia de la real situación que nos toca vivir y como podríamos convivir mejor con éste fenómeno.
Sabemos que Resistencia, Barranqueras y Vilelas, están emplazadas en el valle de inundación del Río Paraná. Si observamos la fig. 1 veremos que todas nuestras actividades las desarrollamos dentro del río (y no tenemos escamas), Allí estamos y allí pretendemos seguir estando cada vez con mayores inversiones, y por supuesto con mayores riesgos.
Mediante la construcción de las defensas, se ha modificado el carácter de riesgo, tenemos alguna seguridad con el río, pero a cambio ha surgido una nueva forma de inundación por alterar el escurrimiento natural de las aguas. Esto pretende ser compensado con las estaciones de bombeo.
Todo esto demuestra una localización equivocada para el aglomerado urbano del Gran Resistencia, que naturalmente debería crecer hacia tierras mas altas y aptas, como indica la lógica, hacia el noroeste; pero la realidad indica, contra toda lógica, que se pretende seguir avanzando sobre la planicie aluvial del Río Negro.
En un intento coherente de poner límite al avance indiscriminado de la urbanización, la Administración Provincial del Agua ha sacado la Res. 1111/98, que se trata de una series de zonificaciones al uso del suelo por peligro de inundación, que en síntesis trata de orientar la urbanización hacia los lugares protegidos por su altura, no permitiendo la misma hacia zonas que naturalmente se inundan, en definitiva defiende los bienes de los particulares, y de toda la ciudad esto último no siempre es interpretado de ésta forma.
Hoy los habitantes de Resistencia conviven con lluvias que no superan los 50mm y a pesar del bajo milimetraje, dificulta el normal funcionamiento de la ciudad. La magnitud de estos inconvenientes se han incrementado con el correr de los años, siendo afectadas áreas que años atrás no lo eran, hoy ese proceso ha crecido involucrando a casi toda la ciudad, originando molestias por perdidas de tiempo, perdidas económicas y trastornos sociales. Como cité anteriormente, al alterarse el escurrimiento natural con las obras de defensa, la única posibilidad de no inundarnos por lluvias son las lagunas asociadas a la estaciones de bombeo.
Este tema merece una especial toma de conciencia por parte de la sociedad toda, existe la tendencia a hacerlas desaparecer rellenándolas, para ganar espacio para seguir urbanizando, este error lo pagamos muy caro, en la imagen 2 se nota claramente la existencia de cuatro lagunas que hoy ya no existen, esto es sólo un ejemplo, y cualquier ciudadano sabe de los inconvenientes que se producen con lluvias en la zona de las calles Av. Hernandarias y Salta, Entre Ríos y Corrientes, Irigoyen y Av. Italia, Don Bosco y Monteagudo, D. Bosco e Italia etc. Del tema desagües asociado a la impermeabilización, hablaremos en otra oportunidad.
Si fueron rellenadas, no tiene porqué acumularse el agua en ésa zona, será que el agua tiene memoria?. La respuesta es muy simple, sólo se ha tapado el espejo de agua, la cuenca de aporte sigue intacta, como lo demuestra el gráfico 1.
En el año 1999, las Ing. Parini y Clemente, en el marco de un postgrado en hidrología urbana, realizado en la UNNE, presentaron un trabajo sobre el Impacto de las Urbanizaciones en zonas Ocupadas por el Río Negro. En dicho estudio, se analizan dos escenarios, el primero en el que se rellena la laguna Colussi para loteo y Urbanización, y en el segundo se mantiene la laguna como reservorio y se la utiliza cómo área de recreación y esparcimiento. Las conclusiones se detallan en el siguiente cuadro:
Para la primer hipótesis
Costo de obras: rellenos, mov. de suelo, conductos y bombas $1.730.000
Costo mantenimiento:(mensual) $ 8.602
Beneficios:(mensual) imp. inmobiliarios, Tasa saneamiento por 2 años $ 15.633
Para la segunda
Infraestructura básica necesaria $ 30.000
Costo mantenimiento (mensual) $ 2.625
Dentro de las conclusiones podemos citar:
para la alternativa 1
Necesidad de derivar el volumen de agua, que antes se almacenaba en la laguna Colussi, hacia otra cuenca, en este caso los Teros, los pobladores de ése sector ven aumentado el riesgo de inundación, al aumentar la capacidad de bombeo, obliga a depender permanentemente de operarios para mantenimiento y control, se han vivido situaciones comprometidas en la que algunos de éstos aspectos han fallado por diversas causas poniendo en peligro a la población y sus bienes. No se puede beneficiar a ciudadanos que quieren vivir en ésta zona, involucrando y poniendo en riesgo a una amplia zona de la ciudad, ya que el área de aporte se extiende hasta calle Laprida, los nuevos ocupantes también sufrirán si el sistema falla. Por lo tanto se aumenta el número de personas que viven en situación de riesgo.
Para la alternativa 2
Resulta beneficiada la población de toda la cuenca al mantenerse los ambientes naturales y sin incremento del riesgo en las cuencas vecinas.
Al habilitarse espacios verdes preparados convenientemente no se destruye el sistema de escurrimiento natural y la laguna sigue actuando como un reservorio regulador de excesos.
Personalmente pienso que está claro el camino a seguir para mejorar nuestra calidad de vida, revertir es imposible, ahora debemos cuidar lo que nos queda. No debemos olvidar que Resistencia es una ciudad hídrica dependiente, y que así como las defensas nos protegen del Paraná, las lagunas son nuestras defensas internas para los días de lluvias, y que cada metro cúbico de tierra que se eche dentro de ellas, significa un metro cúbico de agua en otro sector de la ciudad ,que puede ser tu ,mi o nuestras casas.
*Eduardo Aguirre Madariaga Agrimensor eduardoamadariaga@yahoo.com.ar