Por Celeste Caminos
Luego de haber sido rescatados de un circo de Perú, donde eran explotados y maltratados, estos animales fueron trasladados el año pasado a un santuario de felinos en Sudáfrica, donde se suponía debían iniciar una nueva vida.
Ambos eran parte de un grupo de 33 leones recuperados de circos en Colombia y Perú que habían viajado al santuario natural de Emoya, una reserva privada de 5.000 hectáreas en la norteña provincia de Limpopo, Sudáfrica.
Mutilados
Sus cuerpos fueron hallados decapitados, sin patas, cola ni piel. Probablemente los leones fueron sacrificados para utilizar sus miembros en rituales, de acuerdo a las autoridades que investigan el caso, recogió la BBC.
En esa zona hay muchos rituales y algunos curanderos utilizan las partes de distintos animales (como patas de león o cerebros de buitre) para preparar pócimas supuestamente curativas o mágicas.
Inseparables
José y Liso –en su camino hacia la libertad que se inició en 2014- se volvieron inseparables.
De los cientos de animales rescatados y reubicados -entre las que había osos, monos y aves- los leones fueron enviados a su hábitat natural, en lo que supuso el mayor traslado de animales del mundo hasta Sudáfrica.
Cuando rescataron a José descubrieron que tenía daño cerebral, probablemente por los golpes que le habían dado en la cabeza durante sus años en el circo. Además muchos de ellos no tenían ni dientes ni uñas.
Esto le impedía calcular las distancias y por esta razón le construyeron un recinto especial en Emoya, mientras Liso, dice el sitio web del santuario, era un león tranquilo y amigable.
Según ADI (Animal Defenders International) que traslada animales rescatados a santuarios desde hace 21 años, esta es la primera vez que ellos registran un incidente de esta magnitud y están “devastados”.
“Este asesinato cobarde de dos almas inocentes, dulces, leones ancianos, uno de los cuales habían sufrido daño cerebral causado por golpes en la cabeza en el circo, no debe quedar impune. El crimen está siendo investigado por la policía de Sudáfrica y las unidades contra la caza furtiva” escribieron en un comunicado.
De este modo, la ONG también ofrece una recompensa para quienes puedan aportar información sobre el caso del santuario de Emoya y este triste desenlace.
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