El Mono Araña

Por Adriana Boccalon Acosta

Aunque las poblaciones del Ateles belzebuth se han extinguido en el resto del país, en la cuenca del Caura permanecen intactas contribuyendo con el equilibrio ecológico de su hábitat natural. Un sofisticado procesador de alimentos que contribuye a mantener el bosque.

¡Qué difícil es encontrarse frente a frente con un mono araña!, y es que estos primates viven en las copas de los árboles más altos del bosque y solamente pisan tierra cuando por juguetones, entre una pirueta y otra, terminan en el suelo.


Es entonces cuando podemos observar que se trata de un animal de cuerpo delgado, unos 10 kilos de peso a lo sumo, totalmente cubierto de áspero y corto pelo negro, excepto en el vientre donde el color es marrón claro. De pie a cabeza puede llegar a medir 58 centímetros, pero con la larga cola prensil que le sirve para asirse a las ramas de los árboles, fácilmente alcanza los 90 centímetros. Sus pies parecen más bien unas manos de dedos muy largos, a las que invariablemente les falta el pulgar, pues entre los primates del nuevo mundo, esta pieza no existe.

Además, tiene colmillos bien desarrollados que aun cuando le resultan de mucha utilidad a la hora de comer, ¡porque vaya que es glotón!, cuando sonríe, le imprimen al rostro una expresión que más bien parece una mueca satánica, y probablemente ése sea el origen de la denominación de su especie, belzebuth, uno de los tantos nombres que recibe el inquilino del infierno.

Sin embargo, nuestro Ateles belzebuth, conocido en el país como Mono Araña, y como Atelo Peludo en otras regiones de América del Sur, no es un animal agresivo, sino más bien amigable y simpático, y tal vez por esa razón algunos ejemplares terminaron estrenando hábitat en el Paington Zoo de Inglaterra, donde hace más de 100 años, Herbert Whitley, un apasionado del mundo animal y vegetal, mostró al público su primera colección.

Obviamente Whitley ya no está en este plano, pero su espíritu permanece en aquel espacio natural concebido con lo mejor de sus manos y su intelecto, que más allá de ser tan sólo un zoológico para la recreación, es ahora un centro de educación ambiental, donde los proyectos de investigación para la conservación de especies de flora y fauna ocupan un lugar especial.

Hasta hace pocos años era poco lo que se sabía sobre esta especie originaria de América del Sur, cuyas poblaciones están distribuidas al este de Ecuador, al norte de Perú y Brasil, en Colombia y en algunas regiones del territorio venezolano, donde por cierto enfrentan un alto riesgo de extinción en estado silvestre a mediano plazo, debido al proceso de fragmentación de los bosques, su hábitat natural.

El Ateles belzebuth estuvo por los lados de Guatopo, entre Miranda y Guárico, y ya no está, también hizo vida en las selvas de Ticoporo y Caparo en el estado Barinas, así como en las regiones boscosas de Turén y del Caño San Benito en Portuguesa, ¿y qué es lo queda?, probablemente algunos pocos ejemplares y los registros de las colecciones zoológicas, nada más, al igual que al sur del Lago de Maracaibo donde sus poblaciones también pasaron a la historia.

En la amazonía venezolana sus poblaciones son relativamente estables, aun cuando han sido golpeadas por las comunidades indígenas que consumen su carne. Sin embargo, en las proximidades del río Nichare, en la cuenca del Caura, una de las reservas forestales más importantes del mundo por su extensión y alto nivel de biodiversidad, el Mono Araña nace, crece y se desarrolla en sana paz, contribuyendo al mantenimiento del equilibrio ecológico del bosque, y defendiéndose del águila arpía y de ofidios como la tragavenados, sus principales depredadores, pues por suerte, las comunidades indígenas de esa región no se alimentan de primates.

Aún así, el Ateles belzebuth aparece en la categoría de Vulnerable en las listas rojas de especies en peligro de extinción de la Unión Mundial de la Naturaleza, el inventario más completo, toda una guía con autoridad elaborada con base científica, sobre el estado de conservación de animales y plantas a nivel mundial.

INVESTIGANDO LA ESPECIE

Y es precisamente en este momento cuando entra al escenario un colaborador muy especial. Se trata de Hernán Castellanos, biólogo de profesión egresado de la Universidad Central de Venezuela, actualmente docente e investigador del Centro de Investigaciones Ecológicas de la Universidad Nacional Experimental de Guayana, quien obtuvo su Phd en Ciencias Biológicas en la Universidad Exeter de Inglaterra, luego de más de dos años de estudios pagados por los herederos del Paington Zoo, quienes querían conocer detalles de la vida del Mono Araña en áreas no intervenidas o poco perturbadas.

Castellanos recorrió el río Caura hasta encontrar en la parte baja de la cuenca una zona boscosa, densa y húmeda, caracterizada por la presencia de árboles de hojas caducas que conviven con especies siempre verdes, y por una gran riqueza y heterogeneidad florística. El sitio era remoto, pero ideal. Allí no había fragmentación del bosque, el indígena se mantenía alejado, la zona presentaba poca o nula incursión de cazadores y las poblaciones del Ateles belzebuth lucían en perfectas condiciones para ser estudiadas.

Para Hernán Castellanos, el Mono Araña es un animal muy interesante y las razones son muy variadas. A igual que el resto de los primates, incluyendo al hombre, el Ateles belzebuth marca su territorio, entre 200 y 250 hectáreas dependiendo de la calidad del hábitat y la disponibilidad de alimento, donde conviven 4 ó 5 machos con unas 30 hembras, lo que no significa, sin embargo, que se trate de sociedades promiscuas. Cada macho tiene su grupo de hembras y éstas sólo se relacionan sexualmente con quien corresponde.

Su vida sexual también es curiosa. El macho propone y la hembra dispone, y cuando ésta se siente animada, la pareja se retira del grupo a un lugar confortable y copula en privado durante un lapso de tiempo que puede variar entre 15 minutos y una hora enterita. Una vez que el macho recupera sus fuerzas, selecciona a otra de sus hembras y se repite la historia hasta que todas quedan inseminadas. Después de un proceso de gestación de 4 meses y medio, nace la cría con quien la madre establece una estrecha relación, pues la mima, la acicala y la cuida hasta que está bastante crecidita.


Los machos viven y mueren en el mismo territorio; sin embargo, en ocasiones las hembras abandonan el hogar en busca de nuevas aventuras fuera de sus fronteras, y aun cuando no hay estudios que expliquen tal comportamiento, esta practica resulta excelente para evitar la degeneración de la raza por endogamia, que es lo que ocurre en grupos cerrados que se entrecruzan. Estas migraciones permiten el fortalecimiento de la carga genética, pues las hembras terminan inseminadas por machos diferentes a los que viven en su antiguo territorio.

Si una hembra se va, el macho no se siente ni solo ni abandonado, pues aún tiene mucho en qué entretenerse. Nunca descuida su responsabilidad de patrullar el territorio y, por supuesto, proteger el recurso alimenticio. El sentido del olfato es muy importante porque lo utiliza para medir la madurez de los frutos. Cuando encuentra un recurso valioso, lo monitorea hasta que está listo para servir. Es entonces cuando utiliza la vocalización para llamar la atención de sus compañeros, a quienes invita a compartir el alimento.

Por lo general, en época de sequía los árboles que producen frutos están agrupados en un pequeño entorno, adonde necesariamente va la familia entera a satisfacer el hambre. Sin embargo, durante el invierno abunda el alimento por todo el bosque, lo que les permite desarrollar una especie de estrategia alimentaria que mantiene el equilibrio ecológico, pues los grupos se dividen para aprovechar mejor el recurso en lo que a tiempo y espacio se refiere, y así evitar su sobreexplotación.

EL SENTIDO DE LA VIDA

Sin detenernos en reflexiones filosóficas, podemos decir que alimentarse para crecer, procrear y perpetuar la especie es lo que da el sentido a la existencia de todo ser vivo, y en ocasiones damos estos pasos sin percatarnos de la importancia de cada proceso que cumplimos para lograr el fin.

Nuestro protagonista, el Mono Araña, es una criatura que se alimenta principalmente de frutos silvestres, pulposos y maduros, dentro de los cuales están las semillas de más de la mitad de las especies de árboles que conforman el bosque. Cada 2 horas, entre las 7 de la mañana y las 7 de la noche, el Ateles belzebuth ingiere un promedio de 30 frutos por minuto y expele sin digerir unas 60 mil semillas diarias.

Son como unas sofisticadas máquinas procesadoras de alimentos, pues se tragan el fruto enterito, le extraen el nutrimento y, luego de utilizar la semilla como agente triturador de la pulpa para que ésta sea más digerible, la expulsan a través de las excretas. Las semillas salen al mundo exterior acondicionadas para germinar, pues los ácidos estomacales se encargan de ablandar su capa exterior, que en ocasiones es muy dura. Además, al pasar por el intestino grueso se impregnan de materia fecal, lo que mantiene alejados a los insectos que pudieran atentar contra la semilla por germinar.

Para complementar su dieta, pues en nuestros bosques hay cierta deficiencia de minerales como calcio, potasio, fósforo, magnesio, yodo, zinc, cobre, boro y selenio, entre otros, el Mono Araña consume flores y hojas tiernas, y nidos de hormigas y termitas con alto contenido de proteínas, y para hacerse de lípidos como fuente de energía, echan mano a algunas especies de la familia de las Lauraceae, como por ejemplo el aguacate, cuyo contenido de grasa vegetal almacenan como sustancia de reserva.

FUNCIÓN CLAVE

Cada ejemplar de la especie Ateles belzebuth es capaz de recorrer diariamente entre 8 y 10 kilómetros a lo largo y ancho de su territorio, garantizando así la dispersión de semillas de múltiples especies por todo el bosque.

Hay muchos otros animales que comparten hábitat con el Mono Araña y que también son frugívoros, como por ejemplo las aves; sin embargo, ni las más grandes ni las más pequeñas son capaces de cumplir la función de nuestro protagonista, pues o no tienen movimientos tan amplios como éste o sencillamente no consumen igual variedad y cantidad de semillas.

Desde esta óptica, la conclusión del estudio financiado por el Paington Zoo luce muy simple. Es necesario proteger las poblaciones del Ateles belzebuth localizadas en la cuenca del Caura, pues así estaríamos asegurando el mantenimiento, la permanencia y el equilibrio del bosque, productor y reservorio de agua, alimentos, plantas medicinales y recursos maderables, captador de carbono, protector de los suelos y proveedor de un sinfín de servicios ambientales.

RECUADRO
Inventario de especies en peligro
Las Listas Rojas de la UICN

Las Listas Rojas de la Unión Mundial de la Naturaleza, UICN, es el inventario más completo del estado de conservación de las especies de animales y plantas a nivel mundial, para cuya elaboración utiliza criterios científicos que le han permitido ser reconocida como la guía de mayor autoridad sobre el estado de la diversidad biológica. Esta guía agrupa a las especies según el grado de posibilidad de extinción en el que se encuentran, y las categorías son:

*Extinto: Cuando no existe duda razonable de que el último individuo de una especie ha muerto.
*Extinto en estado silvestre: cuando se conoce que sólo sobrevive bajo cautiverio, cultivada o como una población o poblaciones naturalizada muy lejos de su hábitat natural. Una especie se presume en extinción en estado silvestre cuando se han realizado investigaciones profundas en su hábitat, en momentos adecuados y no se ha conseguido registrar un solo individuo.
*En peligro crítico: cuando enfrenta un riesgo muy alto de extinción en estado silvestre en el futuro inmediato.
*En peligro: cuando no está críticamente en peligro pero enfrenta un riesgo alto de extinción en estado silvestre.
*Vulnerable: cuando no está críticamente en peligro o en peligro, pero enfrenta un alto riesgo de extinción en estado silvestre en el mediano plazo
*Menor riesgo: cuando se ha evaluado, pero no satisface los criterios de ninguna de las categorías de críticamente en peligro, en peligro o vulnerable. Las especies que se incluyen en esta categoría pueden ser separadas en tres sub-categorías, conservación-dependiente, casi amenazada, y menor importancia.
*Datos insuficientes: cuando existe información inadecuada para realizar una evaluación de su riesgo de extinción basado en su distribución y o estado poblacional. Una especie en esta categoría puede ser bien estudiada y su biología bien conocida, pero los datos apropiados sobre abundancia y/o distribución están ausentes. Así, no es por lo tanto una categoría de amenaza o de bajo riesgo.
*No evaluado: Cuando no ha sido evaluado con base en los criterios antes expuestos. Correspondería a las especies que por falta de información y/o tiempo, o por no considerarlo necesario, fueron excluidos de los estudios en que se basa el presente libro

Se calcula que cerca de 300 especies han sido eliminadas del planeta en los últimos 30 años y casi 1000 más podrían estar en grave peligro de desaparecer. www.ecoportal.net

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La especie Ateles belzebuth aparece en la categoría de Vulnerable en las listas rojas de la Unión Mundial para la Naturaleza, lo que significa que en las últimas tres generaciones, han desaparecido el 30% de sus poblaciones. Foto Website www.saveamericasforests.org