Por el Tráfico de Especies Peligra la Diversidad Biológica en Venezuela

Por Fritz Sánchez

Venezuela, país con una vasta diversidad biológica, es clasificada a nivel latinoamericano entre las primeras regiones con mayor variedad de vida silvestre. Sin embargo, la extracción de especies vivas, es hoy, más que una preocupación, una amenaza a la existencia misma de las especies que en está tierra habitan.

Venezuela, país con una vasta diversidad biológica, es clasificada a nivel latinoamericano entre las primeras regiones con mayor variedad de vida silvestre. Nuestra República ha sido privilegiada con una gran cantidad de fauna y flora exótica y única en el globo terráqueo; sin embargo, la extracción de especies vivas, es hoy, más que una preocupación, una amenaza a la existencia misma de las especies que en está tierra habitan. La Asociación de Rescate de Fauna (ARFA) quien viene sumando esfuerzos desde principios de la década pasada, por frenar el ecocidio y la extracción de vida silvestre que llevan a cabo personas inescrupulosas para su lucro personal, ha emprendido programas educativos y de conservación que contribuyen a la protección y restauración de los hábitats naturales y al bienestar animal de los ejemplares afectados.


Las 15.353 especies de plantas superiores que han sido identificadas, ubican a Venezuela entre los cinco países botánicamente más ricos del mundo. Venezuela se ubica en el sexto lugar como país más diverso en América Latina y entre los diez primeros a nivel mundial. En relación a vertebrados, se han descrito unas 350 especies de mamíferos, 1350 especies de aves, 295 especies de reptiles y 1860 especies de peces.

Sin embargo, existe una constante amenaza sobre esta biodiversidad, como consecuencia de la acción humana, denominada por Gilpin & Soulé (1986) y Rodríguez (1990) como factores extrínsecos de extinción. La fragmentación del hábitat, la explotación ilícita y la caza indiscriminada pueden llevar a la extinción de algunas especies de la fauna en vida silvestre. En Venezuela, estas prácticas están muy arraigadas y hasta 1999, según los datos registrados por la ciencia, habrían conllevado a la posible extinción de la danta de montaña ( Tapirus pinchaque), el zorzal ( Margarops fuscatus) y la mariposa papilionide de Caripito ( Heraclides mausiki); habrían colocado once especies, entre ellas, el venado de margarita ( Odocoileus virginianus margaritae), el cóndor ( Vultur gryphus) y cardenalito ( carduelis cucullata) en peligro crítico; a otras 38 especies, como la cotorra margariteña ( Amazona barbadensis) en peligro y otras 53 especies vulnerables a la extinción. Especies como los loros ( Amazona sp.), guacamayas ( Ara sp.), iguanas ( Iguana iguana), morrocoyes ( Geochelone sp.), chigüires ( Hydrochoerus hydrochaeris), lapa ( Agouti paca), venado ( Odocoileus sp.), danta ( Tapirus terrestris) y algunas tortugas ( Podocnemis sp.), han sufrido las consecuencias de usos y costumbres tradicionales en la cultura venezolana y son los más traficados.


Se estima que de los dos a cinco millones de aves que se comercian internacionalmente con el fin de atender la demanda de animales vivos para mascotas en hogares, zoológicos y animales de laboratorio, un aproximado de 65.000-75.000 psitácidos provienen en su mayoría ilegal- anualmente del medio silvestre venezolano. A nivel internacional se mercadean más de 30.000 primates, cerca de tres millones de reptiles y unos 600 millones de peces ornamentales, sin incluir la gran proporción que muere antes de salir al tráfico internacional. De cada diez animales capturados, nueve mueren durante el transporte. En el caso de las aves, podría resultar en un total de cien millones de ejemplares sacados del entorno silvestre cada año.

En Costa Rica, se ha estimado que para satisfacer la demanda nacional de psitácidos con mascotas se requieren entre 25.000 y 40.000 ejemplares. Uno de cada cuatro hogares tiene fauna silvestre como mascotas y la mitad de estos hogares reponen sus mascotas cuando estas mueren o escapan. Si la incidencia de psitácidos en hogares venezolanos es similar a la de Costa Rica, es muy probable que también en Venezuela la demanda nacional exceda el total de aves exportadas por tratarse de un país con más habitantes.

Según estudios y estadísticas llevadas por Virginia y Lucy Alió, directoras de ARFA existe en Venezuela una alta tendencia a tener a fauna silvestre como mascotas. Algunas encuestas realizadas reflejaron que hay zonas donde en grupos de 33 viviendas pueden encontrarse hasta 21 ejemplares de fauna silvestre en cautiverio. Generalmente las condiciones de mantenimiento no son adecuadas y hay una falta de asesoría capacitada para su manejo. Las mascotas son mantenidas en áreas pequeñas donde no pueden ejercitarse apropiadamente, se mantienen aisladas de sus congéneros, las dietas no son adecuadas y por si fuera poco, sus alas son cortadas y sus garras y colmillos extraídos. Los precios son muy atractivos en el mercado internacional y el estímulo que han dado entidades gubernamentales a este comercio, como las exportaciones legales de psitácidos capturados del medio natural, posiblemente estimule la extracción. La captura indiscriminada de psitácidos para satisfacer la demanda nacional e internacional, parece explicar, el porque algunas especies, como la cotorra margariteña ( Amazona barbadensis), está desapareciendo en vida silvestre, estimándose que en 1989, su población fue reducida a niveles tan drásticos como solo 100 ejemplares en la isla La Blanquilla y 750 en la isla de Margarita, señala Virginia de Alió, directora de ARFA.

De aquí la importancia de crear y fomentar campañas de reeducación a las comunidades elevando los niveles de conocimiento y concientización sobre la protección y restauración de los hábitat naturales, así como la no extracción de especies de sus respectivos ecosistemas para comercializarlos o tenerlos como mascotas o especies decorativas en nuestras casas.

El público debe comprender la importancia de frenar la demanda de animales de tráfico ilegal, no adquiriéndolos como mascotas. Al no haber demanda, tampoco habrá oferta. Los días ecológicos de ARFA, las charlas y conferencias, los trabajos publicados y otras actividades, apuntan a explicar a la población, el daño, muchas veces IRREVERSIBLE, que se hace a cada animal y a la especie en general; los peligros sanitarios que pueden ocasionar los animales silvestres en casa; y aportar recomendaciones para elevar la calidad de vida de los animales en cautiverio, expresa Lucy de Alió, presidente y fundadora de ARFA.


En el intrincado camino hacia el cambio de actitud por parte de la población venezolana hacia la conservación de la diversidad de especies en esta hermosa nación, el Centro de Rescate y Rehabilitación de ARFA brinda la protección y suma esfuerzos por devolver a su medio ambiente las especies que en el Centro son tratadas y rehabilitadas a fin de liberarlas en sus ecosistemas idóneos para la vida en libertad.

Esto no es tarea fácil, muchos animales son capturados muy pequeños, como crías que aún no saben alimentarse por si solos. Otros, han convivido con el ser humano suficiente tiempo como para olvidar los mecanismos básicos de subsistencia. Enseñarles a procurar su alimento, a trepar y volar adecuadamente, recuperar su pelaje y plumaje, a protegerse de los depredadores y a vocalizar y socializar con sus congéneres son solo algunos de los retos que tiene el personal y los voluntarios del Centro de Rescate y Rehabilitación de ARFA. Adicionalmente, deben ser minimizados los riesgos de transmisión de enfermedades que puedan poner en peligro las poblaciones silvestres y humanas, afirma Virginia de Alió. -EcoPortal.net

* Por: Fritz Sánchez
Comunicador Social / Venezuela
E-mail: [email protected]
Fotos: Archivo ARFA