Por Dr. M. Sommer
El aumento en los niveles de explotación pesquera están dañando la frágil biodiversidad de alta mar. Al estar abierta al acceso no regulado, alta mar se ha vuelto cada vez mas susceptible a la sobreexplotación. El incremento de la capacidad y alcance de las flotas pesqueras y los avances tecnológicos ponen en gran riesgo la sensible vida marina de alta mar.
La pesca pirata en el océanos austral es un ejemplo clásico del creciente problema de la pesca ilegal en todo el mundo.
"La flota pesquera son 40 por ciento mas grandes de lo que los océanos pueden sostener".
"Casi el 75 por ciento de las principales poblaciones de peces marinos experimentan sobrepesca o están siendo extraídas hasta su limite biológico".
"El índice de población de especies marinas cayo un 35 por ciento durante los últimos 30 años".
"Debido al agotamiento de otras pesquerías a lo largo del planeta, las compañías pesqueras han dirigido su punto de mira al océano austral. Una mentalidad de "dinero fácil" ha convertido al bacalao de profundidad en una especie muy perseguida".
"La pesca pirata esta conduciendo al bacalao de profundidad hacia la extinción comercial. Los científicos estiman que, de continuar la pesca pirata, esta especie comercialmente extinguida en un corto tiempo".
"El bacalao de profundidad juega un importante papel en el ecosistema del océano austral. De lento crecimiento, llega a alcanzar mas de dos metros de longitud. Puede vivir mas de 50 años y no comienza a criar hasta alcanzar los 10 años de edad. Vive en aguas profundas (entre 300 Y 3500 metros) y puede ser encontrado en las plataformas continentales de la mayoría de las islas sub-antárticas".
"Deberíamos estar plenamente conscientes de que hoy día carecemos tanto del conocimiento científico como de la voluntad política que se necesitan para enfrentar el reto. Si se han de tomar decisiones sólidas relativas al manejo de los ecosistemas marinos en el Siglo xxi, es esencial que se produzcan cambios drásticos en la forma en que utilizamos el conocimiento y la experiencia de que disponemos, así como en el tipo de información que tendría peso en las decisiones que se tomen sobre el manejo de los recursos marinos".
Uroeco (09.1999). Palangrego furtivo Camouco (150 toneladas) con pabellón uruguayo fue apresado por la Armada francesa pescando ilegalmente en las proximidades de su zona subantártica de isla Crozet.
Uroeco (02.05.2001). El gobierno australiano ha descubierto los primeros buques piratas (palangreros) en las aguas protegidas por el tratado del Antártico en la Bahía Prydz (reserva mundial de la naturaleza). La embarcación Arbisa I con pabellón uruguayo fue identificada. A esta embarcación se le concedieron documentos para otra cosecha, lo que contraviene cualquier acuerdo internacional. Uruguay forma parte de la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos del Antártico (CCRVMA). En vez de incautarse de ese buque su captura, Uruguay ha apoyado ese furtivo autorizando sus documentos de capturas (CCAMLR), con lo que les facilita descargar sus capturas en los mercados legales.
Omnames (08.2002). Francia apreso en sus aguas (zona económica exclusiva) del archipiélago galo de las Kerguel en territorios Australes y Antárticos del Océano Índico, al pesquero Eternal, que antes se llamo Camouco y Arbisa I. Es la tercera vez que este barco se lo encuentra pescando ilegalmente merluza negra con pabellón de Uruguay, pero de la misma casa armadora de Ribeira (España), fue interceptado por la Marina francesa y por idéntico motivo. Sus bodegas contenían 13 toneladas de merluza. Según preveen la legislación y normativa francesa será sancionado con una multa de 12.5 millones de euros por cada tonelada de pescado.
Omnames (08.2002). Francia ordena el hundimiento del Camouco y multa a sus mandos.
La Justicia gala castiga al capitán portugués con 150.000 euros y al patrón de pesca español con 100.000 euros. Al igual que otros barcos de capital español como el Antonio Lorenzo, el Praia do Restelo o el Mar del Sur I y II , el destino final del Eternal, propiedad de una sociedad radicada en las Antillas Holandesas aunque controlada por capital español, será un arrecife de coral a 2.000 metros de profundidad Omnames.
La Pesca Pirata esta muy extendida en el Océano Austral que rodea la Antártica. Dependiendo del área, entre el 30 y el 100 por ciento del total de la merluza negra pescada, es capturada por palangreros ilegales y no regulados.
La pesca del Bacalao de Profundidad o merluza negra supera en casi diez veces a la pesca autorizada (18.000 toneladas es la cuota pesquera anual establecida, esta siendo superada en 130.000 toneladas), con un valor de su precio a bordo que oscila entre los 6 y los 10 dólares el kilo, teniendo en cuenta que una marea puede superar ampliamente las 200 toneladas de capturas, incluso llegar a las 300, el gran negocio de esta pesca ilícita es evidente, reportando cada "expedición" de un barco cientos de miles de dólares. Debido a las altas cotizaciones que alcanza el "toothfish", sobre todo en el mercado japonés, es también conocido como "white gold", oro blanco. En 1997, el total de las capturas ilegales de esta especie ascendió a cerca de 100.000 toneladas, con un valor de 500 millones de dólares USA.
Muy apreciado en los mercados estadounidenses, japoneses y europeos, aquí la merluza negra pueden alcanzar un precio de 1000 dólares la pieza. Su carne muy blanca es extraordinariamente apreciada tanto por su sabor como por su alto contenido de grasas, y es una de las más exquisitas y apropiadas para preparar el "sashimi" japonés, aunque también cuenta con presencia en otros mercados de Oriente y en Estados Unidos, incluso en algunos países europeos. Como ya se señaló, el principal destino comercial de la merluza negra es Japón, que recibe el 80% de las capturas, tanto legales como ilegales.
Las poblaciones de bacalao de profundidad han sido llevadas al borde del colapso en los ocho años que los palangreros piratas llevan pescándolo, por ejemplo los stocks de esta especie en las islas Prince Edward y Marion fueron devastados, hasta alcanzar casi su extinción comercial.
En el mercado, el bacalao de profundidad es conocido con muchos nombres: Sea bass, Chilean sea bass, Chilean grouper y merluza negra. En Japón es conocido como mero. En Chile es conocido como bacalao de profundidad o merluza negra. Su nombre científico es Dissostichus eleginoides. A mediados de los años 80, la sobrepesca forzó a docenas de barcos pesqueros industrializados de España, Corea del Sur y Japón a abandonar sus aguas territoriales. Se encaminaron hacia Chile, donde capturaban dos especies conocidas como "Austral Hake" y "Golden Kingclip". A principios de los años 90, la sobrepesca había colapsado totalmente estas pesquerías. Fue entonces cuando estos barcos se fijaron en el bacalao de profundidad. En 1994, la pesca de esta especie se extendía hasta la costa de Argentina. La pesca ilegal o pirata se desarrolló al abrigo de la pesquería legal. Cuando las poblaciones de bacalao de profundidad de aguas sudamericanas comenzaron a agotarse, los pescadores ilegales se movieron hacia el este.
Entre 1996 y 1997, se extendieron por todo el sur del Océano Indico. En 1998 la pesquería desarrollada alrededor de las islas Prince Edward y Marion estaba sobrexplotada, hasta el punto de la extinción comercial. Los barcos pesqueros industrializados continuaron pescando miles de toneladas de bacalao de profundidad alrededor de las islas sub-antárticas pertenecientes a Sudáfrica, Francia y Australia.
La pesca pirata en el Océano Austral es un ejemplo clásico del creciente problema de la pesca ilegal en todo el mundo – un problema reconocido recientemente por la Comunidad Internacional. Muchos de los barcos piratas están abanderados en países con banderas de conveniencia como Uruguay, Belice, Panamá y Honduras. Para eludir las regulaciones de pesca, las compañías pesqueras están reabanderando cada vez más sus barcos en estos países, donde a cambio de una cuota, abanderan a estos barcos, que, a partir de ese momento, son libres para pescar en alta mar violando todas las regulaciones internacionales sobre pesca.
Aproximadamente la mitad de las descargas de las estimadas 130.000 toneladas de merluza negra capturada de forma ilegal se llevan a cabo en la isla de Mauricio. En Port Louis, que cuenta con magníficas instalaciones portuarias y frigoríficas, tienen su sede las compañías que después se encargan de exportar el pescado a Japón. Aunque también es enviado a Chile y Argentina, donde se finaliza el proceso de elaboración y se etiqueta con las distintas denominaciones – róbalo chileno, bacalao de profundidad – a las que antes hicimos referencia. Otros puertos calificados de "piratas" por las entidades denunciantes de la pesca ilegal del "toothfish" son Walvis Bay, en Namibia, y la capital de Uruguay, Montevideo. También es frecuente, para evitar los controles que la organización Isofish lleva a cabo de las entradas de los pesqueros piratas en los puertos mencionados, el trasbordo de las capturas a cargueros en alta mar.
Debido al agotamiento de otras pesquerías a lo largo del planeta, las compañías pesqueras han dirigido su punto de mira al Océano Austral. Una mentalidad de "dinero fácil" ha convertido al bacalao de profundidad en una especie muy perseguida.
Cada vez hay menos pescados adultos, se captura actualmente los pequeños inmaduros y esto quiere decir que cada día hay menos peces que alcanzan la madurez y se reproducen para reponer los stocks. Los científicos estiman que, de continuar la pesca pirata, esta especie estará comercialmente extinguida en solo dos años.
La merluza negra habita en el hemisferio Sur en profundidades mayores de 70 – 1500 metros, se han detectado ejemplares hasta los 3500 metros, a partir de los 800 metros se hallan ejemplares adultos, y viven a mas de 1.000 metros. Campañas de investigación han evidenciado la poca cantidad de ejemplares juveniles menores de 85 centímetros, en profundidades de mas de 100 metros. Los pescados pueden alcanzar los 50 años de edad y su talla de primera madurez cuando es reproductiva, se ubica en los 70 centímetros de largo, a una edad de 10 o 12 años. Cuando son adultos pueden llegar a alcanzar más de dos metros de longitud.
Al igual que pasa con muchas otras especies de profundidad, no es mucha la información que se tiene sobre el Bacalao de profundidad. Se sabe que forma parte de la dieta de los cachalotes y estudios científicos ponen de manifiesto que constituye la mayor parte de la dieta de los elefantes marinos que viven en la sub-antártica Heard Island.
El Bacalao de profundidad juega un papel muy importante en el ecosistema antártico. Forma parte de la dieta del cachalote y estudios científicos afirman que el 98% del pescado consumido por los elefantes marinos es Bacalao de profundidad.
Hasta el 2000 la pesca de esta especie estaba prohibida por redes de arrastre, solo la podían pescar buques de palangres (anzuelos) con un tamaño mínimo de 3,5 centímetros para la protección de la especie. En los últimos años se incursiona con buques de arrastre a esta especie y siendo estos buques de mas de 1000 toneladas de carga, capturando el 10 por ciento estarían llevando mas que algunos buques de pesca con anzuelos que se dedican específicamente a esto.
Dependiendo del área, entre el 30 y el 100% del total del Bacalao de profundidad pescado, es capturado por palangreros ilegales y no regulados. En 1997, el total de las capturas ilegales de esta especie ascendió a cerca de 100.000 toneladas, con un valor de 500 millones de dólares USA.
Por primera vez en el 2002 los representantes de la pesca y los conservacionistas unieron sus fuerzas en un llamado para que la merluza negra se incluya en el Apéndice II de la Convención sobre la Comercialización de Especies en Peligro (CITES).
Se estima que cerca de 330.000 aves marinas, entre las que se incluyen varias especies de albatros en peligro de extinción, han engrosado las capturas accidentales de estos barcos piratas. Los cada vez mas potentes y enormes buques de pesca de altura son los principales causantes de la esquilmación de los mares del mundo.
Merluza negra (Dissostichus eleginoides)
Desde el final de la última guerra mundial, hace mas de cinco décadas, las flotas pesqueras de altura no han cesado de crecer. En aguas cada vez mas alejadas, han llenado repetidamente sus bodegas, hasta el punto de que las capturas de los cinco países pesqueros mas poderosos han ascendido a 170.000 millones de toneladas en este tiempo. En esta cifra no están calculados los descartes: las especies sin interés comercial, que, a veces, son hasta la mitad de lo que atrapan las redes. Casi el 75 por ciento de las principales poblaciones de peces marinos experimentan sobrepesca o están siendo extraídas hasta su limite biológico. Los stocks pesqueros disminuyen aceleradamente y algunos de ellos se encuentran ya al limite del colapso. Según el informe de WWF/Adeno, "Baby Fish" (2002) los peces de tamaño adulto se hacen cada día mas raros y los pequeños inmaduros son los que llegan a nuestros platos. Una evaluación del atún rojo atlántico de 1998 demostraba que los tamaños adultos representan menos del 20 por ciento sobre el nivel de 1970, lo mismo ha sucedido con los stocks, recientemente colapsados, de bacalao del Mar del Norte.
Investigaciones coincidentes demuestran que el 83 por ciento de los atuneros rojos capturados por la flota palangrera española en el Mediterráneo eran inmaduras y lo grave no es solo que se tratase de inmaduras, sino que su captura era legal de acuerdo a la legislación de la Unión Europea. Así, el 86 por ciento de los peces espada capturados por los palangreros españoles estaban por debajo de los 120 centímetros, el tamaño mínimo adoptado en 1994.
Otro de los sectores mas afectados por la pesca pirata es la industria atunera, por ejemplo la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), advirtió sobre el peligro del crecimiento de la flota atunera en el Océano Pacifico Oriental (OPO) que había alcanzado el nivel de 127 mil toneladas. A pesar de esto la Unión Europea apoya con subsidios a la industria pesquera por ejemplo la española. Ingresando en esa región con 4 barcos, siendo uno de ellos el mas grande del mundo. Estos barcos no solo están incrementando la captura de atún, sino que por usar FAD´s, están impactando la población juvenil de este recurso y millones de individuos de diversas especies no objetivo.
En un estudio en el Atlántico Sur (Argentina) la flota tangonera durante el primer cuatrimestre de 2002 devolvió al mar 18 mil toneladas de merluza y 25 por ciento del langostino capturado por no alcanzar tallas comerciales. En el norte del Mar Tirreno, los arrastreros descartan el 34 por ciento de la merluza, el 41 por ciento de brótala y el 39 por ciento de las pobres capturas de bacalao. En el Mar del Norte el 90 por cientos de las bacalaos juveniles que deberían crecer y reproducirse para reponer los stocks en 1996 fueron capturados y descartados.
La piratería esta poniendo en jaque la rentabilidad de las compañías que observan todas las recomendaciones de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún, que operan legalmente y que, además, han desarrollado la pesquería del pez espada. La Secretaria General de las Naciones Unidas ha declarado que la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada es uno de los mas severos problemas que actualmente afectan a las pesquerías mundiales. El aumento en los niveles de explotación pesquera están dañando la frágil biodiversidad de alta mar. Al estar abierta al acceso no regulado, alta mar se ha vuelto cada vez mas susceptible a la sobreexplotación. El incremento de la capacidad y alcance de las flotas pesqueras y los avances tecnológicos ponen en gran riesgo la sensible vida marina de alta mar.
El Congreso Mundial de Conservación de la IUCN en Aman en octubre del año 2000, urgió a los gobiernos, organismos internacionales y a las ONG, a revisar los acuerdos legales existentes e identificar las áreas de alta mar adecuadas para un manejo conjunto y establecer acuerdos para manejarlas y conservarlas. Parte de la solución, dice el informe, podría ser la designación de diferentes tipos de Áreas Protegidas de Alta Mar (HSMPAs) para abordar la incierta explotación de sus recursos vivos.
Algunos elementos de los acuerdos internacionales ya requieren que los estados cooperen en el manejo de los recursos de alta mar, en el sentido de someter a control ciertas capturas, establecer vedas, hacer santuarios marinos e impedir algunos artes de pesca, los gobiernos de los países desarrollados siguen aportando ayudas multimillonarias a un sector que se comporta muy agresivamente con el medio marino. Lo que deben hacer los gobiernos y los organismos internacionales de conservación es adelantarse y tomar urgentes medidas para salvar los obstáculos políticos, legales e institucionales hacia la implementación practica de actividades para proteger alta mar. Cada año se dan ayudas a fondo perdido a flotas pesqueras de la UE, Corea, Noruega, China, Japón, Rusia y EEUU de entre 12 y 45 millones de euros.
Lo peor de la magnitud de estas subvenciones es que el 90 por ciento de ellas se destina a ayudar flotas que incumplen algunos de los acuerdos internacionales de pesca.
Hay momentos en que la decisión más difícil es admitir lo obvio. Es obvio que en todo el mundo las economías nacionales están basadas en bienes y servicios derivados de los ecosistemas, como también lo es que la vida humana depende de la capacidad que tengan esos ecosistemas para seguir proporcionando sus múltiples beneficios.
Con todo, tanto en los países ricos como en los pobres, por mucho tiempo las prioridades del desarrollo se han centrado en aquello que podemos extraer de los ecosistemas, sin tomar demasiado en cuenta el impacto de nuestras acciones. Si decidimos continuar con los patrones actuales de uso, es casi seguro que enfrentaremos una disminución de la capacidad de los ecosistemas para producir su amplio espectro de beneficios, desde agua limpia hasta un clima estable, desde leña hasta cultivos alimentarios, desde madera hasta hábitats para la vida silvestre.
Sin embargo, tenemos otra opción.
Esta requiere que reorientemos la forma en que vemos los ecosistemas, de manera que consideremos su sostenibilidad como esencial para la nuestra.
La adopción de este "enfoque ecosistémico" implica que evaluemos nuestras decisiones sobre el uso de la pesca y los recursos en términos de cómo afecta éste la capacidad de los ecosistemas para mantener la vida, pero no solamente el bienestar humano sino también la salud y el potencial productivo de plantas, animales y sistemas naturales. Mantener esta capacidad se convierte en nuestra "llave maestra" para el desarrollo nacional y humano, en nuestra esperanza para acabar con la pobreza, en nuestra salvaguardia para la biodiversidad y en nuestro pasaporte hacia un futuro sostenible.
Obviamente es difícil saber qué será sostenible en el ambiente físico o político del futuro. Es por ello que el enfoque ecosistémico hace hincapié en la necesidad de contar con buena información científica y con políticas e instituciones sólidas.
Desde un punto de vista científico, un enfoque ecosistémico marino debería:
# Reconocer el "SISTEMA" en los ecosistemas, respetando sus fronteras naturales y manejándolo de forma holística y no sectorial.
# Evaluar con regularidad las condiciones del ecosistema y estudiar los procesos que subyacen en su capacidad de sostener la vida con el fin de entender las consecuencias de nuestras opciones.
Desde la perspectiva de las políticas, un enfoque ecosistémico debería:
# Demostrar que se puede hacer mucho por mejorar el manejo de los ecosistemas marinos mediante la formulación de políticas más inteligentes y el desarrollo de instituciones más eficientes para que las implementen.
# Reunir la información que nos permita sopesar cuidadosamente las contraprestaciones (trade-offs) entre los varios bienes y servicios de los ecosistemas, y entre las metas ambientales, políticas, sociales y económicas.
# Promover la participación del público, y particularmente de las comunidades locales, pues por lo general son éstas las que tienen un mayor interés en proteger el medio ambiente.
La meta de este enfoque es optimizar la variedad de bienes y servicios que producen los ecosistemas marinos, preservando al mismo tiempo su capacidad para generarlos en el futuro.
Deberíamos estar plenamente conscientes de que hoy día carecemos tanto del conocimiento científico como de la voluntad política que se necesitan para enfrentar el reto. Si se han de tomar decisiones sólidas relativas al manejo de los ecosistemas marinos en el siglo XXI, es esencial que se produzcan cambios drásticos en la forma en que utilizamos el conocimiento y la experiencia de que disponemos, así como en el tipo de información que tendrá peso en las decisiones que se tomen sobre el manejo de recursos marinos.
Con el fin de satisfacer las necesidades de información detectadas y de impulsar evaluaciones locales y regionales, se requiere una evaluación verdaderamente global e integrada de los ecosistemas marinos mundiales que vaya mucho más allá de nuestro análisis piloto.
En los albores del nuevo siglo, tenemos la capacidad de cambiar los sistemas vitales de este planeta, para bien o para mal. Si queremos lo primero, debemos reconocer que el bienestar de la gente y el de los ecosistemas se hallan entretejidos y que esa trama está cada vez más deteriorada. Hace falta repararla, especialmente ahora que tenemos a mano las herramientas necesarias.
El ritmo actual de los avances tecnológicos hacen que al momento de llegar a conocer el valor de un recurso; este pueda ya haberse extinguido.
Debemos planificar hoy la preservación y el uso sustentable y equitativo de los recursos marinos en áreas que caen fuera de la jurisdicción nacional.
"PRIMERO ESTABA LA MAR…….TODO ESTABA OSCURO.
NO HABÍA SOL, NI LUNA, NI GENTE, NI PLANTAS.
LA MAR ESTABA EN TODAS PARTES.
LA MAR ERA LA MADRE:
LA MAR NO ERA GENTE, NI NADIE, NI COSA ALGUNA.
ELLA ERA EL ESPÍRITU DE LO QUE IBA A VENIR.
ELLA ERA EL PENSAMIENTO Y LA MEMORIA". (Puebo Kogui, Colombia).
Flotas pesqueras depredan el océano sin control, Produciendo la casi extinción de especies como el bacalao y el atún rojo
* Dr.M.Sommer
Ökoteccum – Germany
e-mail: stu38884@mail.uni-kiel