Última oportunidad para frenar el comercio ilegal de Especies

Por Emma Duncan*

Los cazadores ilegales y los piratas están llevando un número de valiosas especies a la extinción comercial. La falta de reglamentación del comercio internacional de especies amenazadas significa que los productos de las actividades ilegales muchas veces se venden por canales legítimos del mercado en todo el mundo, y Ud. y yo somos los compradores finales.

El comercio ilegal es una amenaza para muchas especies Ud. y yo a veces somos, inconscientemente, los compradores finales. Ya es hora que CITES regule el comercio internacional de especies que generalmente se consideran mercancía y no vida silvestre, para asegurar que no se comercialicen o cosechen ilegalmente a niveles insostenibles.

¿Ud cree que nunca ha estado involucrado en el comercio ilegal de animales o plantas en peligro de extinción? Piénselo bien. Si alguna vez ha comido mero chileno hay un 50% de posibilidad que lo que le han servido fue pescado y comercializado ilegalmente. Y si ha comprado recientemente algún mueble de caoba también es posible que la madera sea ilegal.

Los cazadores ilegales y los piratas están llevando un número de valiosas especies a la extinción comercial. Sus actividades ilegales constituyen un negocio a gran escala de millones de dólares cada año. Pero el dinero no viene del mercado negro. La falta de reglamentación del comercio internacional de especies amenazadas significa que los productos de las actividades ilegales muchas veces se venden por canales legítimos del mercado en todo el mundo, y Ud. y yo somos los compradores finales.

La merluza negra

Tomemos por ejemplo la Merluza Negra de la Patagonia (Dissostichus eleginoides). Este habitante de aguas profundas en los mares del sur era prácticamente desconocido hasta que un espécimen se pescó frente a Chile en 1982. Aparece en los menús como mero chileno (Reino Unido y Norteamérica) mero (Japón) y bacalao de profundidad (Chile y España) – para mencionar apenas unos cuántos de sus nombres en los mercados. Esta especie se volvió rápidamente una sensación en los restaurantes de todo el mundo, y hasta ganó el "Plato del Año" en el 2001 en la revista Bon Appetit. Cuesta hasta US$ 35 por kilogramo, y pronto mereció el sobrenombre de "oro blanco" entre los pescadores.

Pero como todas las fiebres de oro, la fuente de la merluza negra no es ilimitada. Para el 1998, las pesquerías sudafricanas ya no eran comercialmente viables porque las existencias estaban severamente agotadas. Otras existencias de también están peligrosamente agotadas y podrían encontrarse frente a la extinción comercial en un futuro cercano si se continúa la pesca a los niveles actuales.

La rápida merma de las existencias de la merluza negra de la Patagonia se debe a una combinación de biología, piratería y la falta de reglamentos comerciales.

Este pez vive unos 50 años y crece hasta los dos metros de largo. Necesita alrededor de 10 años para llegar a su madurez sexual y la hembra solo produce un número relativamente pequeño de huevos. Estos factores hacen que la especie sea especialmente susceptible a la sobrepesca.

Para enfrentar esta situación, la organización responsable para las pesquerías en los mares del sur, la (Commission for the Conservation of Antarctic Marine Living Resources – CCAMLR) – Comisión para la Conservación de Recursos Vivientes Marinos del Antártico – desarrolló un esquema proactivo para la conservación de la merluza negra y el manejo sostenible de sus pesquerías. Las medidas que se implementaron bajo este régimen incluyen la total pesca permisible y un esquema de documentar la pesca para monitorear su comercialización.

Si se implementaran con eficiencia las medidas de la CCAMLR, deberían bastar para proteger a la merluza de la sobre-explotación. El problema es que hay piratas – pescadores que se dedican a la pesca ilegal, no reglamentada y no reportada – que no cumplen con las reglas del CCAMLR.

Pesca pirata

La pesca pirata representa por lo menos el 50% del total de la cosecha del la Merluza Negra de la Patagonia que aparece en el mercado, y es la mayor amenaza individual para la especie. El problema es extenso, pues hay embarcaciones ilegales y no reglamentados de unos 11 países, y que muchas veces utilizan las llamadas "banderas de conveniencia". El colapso de una de las existencias sudafricanas de la especie se debió a apenas tres años de pesca pirata. Lo mismo podría ocurrir en aguas australianas.

Los piratas amenazan no solamente con acabar con la Merluza Negra. El equipo de palegre que emplean ahoga a más de 100.000 aves marinas cada año – incluyendo 20 especies de albatros en peligro de extinción – que se zambullen para agarrar el cebo. Cachalotes, Focas Elefantes y otros animales que se alimentan de la Merluza Negra también estarían afectados por su merma.

Los pescadores legítimos que observan las reglas de la CCAMLR también se encuentran afectados. El África del Sur ha perdido unos 290 millones de dólares por la pesca ilegal de la Merluza Negra de la Patagonia desde mediados de los 1990, y la pesca legítima ha desaparecido por completo. Los pescadores de Australia también temen que su sustento desaparecerá con esta especie. Las autoridades australianas persiguen activamente y arrestan a los pescadores ilegales, y el gobierno ha prometido aumentar este mes el número de patrullas en los mares del sur.

Pero ¿poner más policías es la mejor forma de hacer cumplir la pesca ilegítima? El océano del sur es vasto y remoto lo que hace extremadamente difícil el patrullaje. Arrestar a los ilegales es también difícil y costoso: en abril las fuerzas navales de Australia y Sudáfrica persiguieron a una embarcación registrada en Togo, la South Tomi por 6.100 kilómetros a través de los mares del sur hasta lograr detenerla. Aún cuando el patrullaje es efectivo, su resultado es que los pescadores se mudan a áreas no patrulladas.

Reglamentación

La reglamentación más estricta de la comercialización ayudaría al cumplimiento de las reglas – los piratas no pescarían la Merluza Negra si no pudieran venderlo. Aunque los reglamentos de la CCAMLR fueron diseñados para impedir el comercio de los especímenes ilegalmente pescados, hay numerosas evasiones. Un número limitado de países respetan los reglamentos, pero no incluyen muchos estados involucrados en la pesca, importación y comercialización del pez.

Aun si la pesca tomara lugar dentro de la jurisdicción de la CCAMLR, los reglamentos se pueden eludir fácilmente con reportar falsamente el sitio de la pesca. Además, muchas embarcaciones dedicadas a la pesca de la Merluza Negra operan bajo la "bandera de conveniencia" de países que no aplican rigurosamente las reglas de la CCAMLR y permiten que la pesca ilegal reciba documentación válida. También hay un problema de cumplimiento en países que importan el pescado. Por ejemplo, Canadá es uno de los mayores importadores pero no ha implementado el sistema de documentación de la CCAMLR.

CITES – La Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora (Convención del Comercio Internacional de Especies de Flora y Fauna Silvestre en Peligro de Extinción) – tiene un procedimiento bien establecido para proteger las especies que se comercializan internacionalmente. El comercio de especies que aparecen en sus Apéndices se controla estrictamente para asegurar que es legal y no afecta la sobrevivencia de las especies en su hábitat.

Desde que se estableció la Convención, ni una sola de las más de 30.000 especies protegidas por CITES se ha extinguido como resultado de su comercialización, aunque algunas, tales como el botuto (Strombus gigas) que se pesca como alimento cocodrilos y caimanes – cazados por sus pieles – se comercializan en grandes cantidades. Además, CITES ya ha demostrado su valor en la reglamentación de la pesca comercial al incluir en el Apéndice las especies del esturión para así combatir el negocio ilegal de caviar.

Incluir la merluza en CITES

Incluir a la Merluza de la Patagonia en el Apéndice II de la CITES permitiría el monitoreo transparente y global de los flujos de su comercialización y proveería medidas para asegurar que solamente se negociaría con lo pescado legalmente. Se debería incluir también a la Merluza del Antártico (D. mawsonii) por ser una especie muy parecida a la de la Patagonia, y con apoyar las medidas conservacionistas del CCAMLR se combatiría la matanza en gran escala de las aves marinas que acompaña las operaciones ilegales.

La Merluza de la Patagonia claramente cumple con los requerimientos para su inclusión en el Apéndice II y hacerlo complementaría el manejo ya existente de la CCAMLR de pesquerías. Entonces, dada la condición crítica de su existencia, ¿por qué no se ha incluido en el Apéndice?

El problema es un debate de larga duración acerca de la inclusión o no de peces marinos en los Apéndices de la CITES, especialmente aquellos sujetos a cosecha comercial en gran escala fuera de las aguas de cualquier país. Algunas naciones resisten todos los esfuerzos para más reglamentación de pesquerías y asegurar su sustentabilidad pues prefieren maximizar la pesca a corto plazo.

La biología de la merluza no se puede cambiar. Las reglas de comercialización sí, y constituirían una medida efectiva para combatir la pesca ilegal. La venidera Conferencia de Interesados de la CITES en noviembre – que tendrá lugar, irónicamente, en Chile, el país que atrajo la atención del mundo a la pesca comercial esta especia amenazada – sería la ocasión para darle una última oportunidad, junto con otras especies amenazadas por el comercio sin reglamentación.

Notas
Nombres comunes del TOOTHFISH de la Patagonia:

" Merluza negra (España)
" Bacalao de Profundidad (España y Chile)
" Mero de mar chileno (EE.UU. y Canadá)
" Legine (Francia)
" Mero (Japón)
" TOOTHFISH de la Patagonia (R.U.)
" BUTTERFISH (Mauritias)
" Merluza Negra

Miembros de la CCAMLR
Los estados miembros son: Argentina, Australia, Bélgica, Brasil, Chile, la Comunidad Europea (C.E.), Francia, Alemania, India, Italia, Japón, República de Corea, Namibia, Nueva Zelandia, Noruega, Polonia, la Federación Rusa, Africa del Sur, España, Suecia, el R.U. Ucrania, USA y Uruguay.

Los estados que se adhieren a la Convención pero no son miembros son: Bulgaria, Canadá, Finlandia, Grecia, los Países Bajos, Perú y Vanuatu.

Para más información acerca de la lista de la CCAMLR, véase
http://www.ccamlr.org/pu/e/gen-intro.htm

"Bandera de conveniencia"
La embarcación registrada bajo una bandera de conveniencia es la que exhibe la bandera de un país que no es el de su propietario. Los beneficios de una bandera de conveniencia para el dueño de una embarcación incluyen tarifas de registro más bajas, impuestos menores o inexistentes y, en algunos casos, la falta del control por el país de la bandera sobre las actividades de la embarcación.

CITES
La Convención del Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Silvestre en Peligro de Extinción es un acuerdo entre gobiernos para asegurar que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza a su supervivencia. Por medio de reglamentos de comercialización, CITES ofrece protección a más de 30.000 especies de plantas y animales y es uno de los tratados de conservación más antiguos (1975) más grandes y de más éxito.

Las especies se clasifican en uno de tres apéndices según el nivel de peligro de extinción en que se encuentren:

" El Apéndice I cataloga las especies en peligro de extinción. Se prohíbe el comercio internacional de estas especies.
" El Apéndice II cataloga las especies que no necesariamente estén en peligro de extinción por el momento, pero que podrían serlo al menos que su comercialización esté sujeta a estricta reglamentación. Se permite el comercio de estas especies con la condición de que los especímenes se obtengan legalmente y que no sea perjudicial a la población silvestre.
" El Apéndice III cataloga las especies protegidas en por lo menos un país y que ese país haya solicitado la asistencia de los miembros de la CITES para el control del comercio de las especies.
Para más información acerca de la CITES véase www.panda.org/species/cites ó www.cites.org

La duodécima reunión de la Conferencia de Interesados del CITES (COP12)
La COP12 tendrá lugar en Santiago, Chile del 3 al 15 de noviembre. Los 158 estados que se adhieren a la CITES tomarán una serie de decisiones concernientes al comercio internacional de especies silvestres, incluyendo a la Merluza Negra de la Patagonia, elefantes, caoba, tiburones, tortugas carey, ciervo almizclero y muchos más.

WWF trabajará con COP12 para obtener resultados positivos para estas especies. Para consultar las posiciones de WWF acerca de especies que se discutirán en la COP12, véase www.panda.org/species/cites.

Hay más información acerca de la Merluza Negra de la Patagonia en el informe de TRAFFIC titulado Aguas sin Explorar – Implementación de temas y los beneficios potenciales de catalogar a la Merluza Negra en el Apéndice II de la CITES, obra que se puede ver en www.traffic.org/news/uncharted_waters.pdf

* Emma Duncan
Editor Gerente del WWF Internacional en Gland, Suiza.