Por Alfredo Seguel
No solamente existe la deuda histórica en el sentido territorial con el Pueblo mapuche, hoy está la Deuda ambiental con los derechos económicos, sociales y culturales, los que se han provocado, como ejemplo, entre otras consecuencias, a causa de la instalación de basurales. | |
Si bien es un conflicto latente, recién en el año 1992 la opinión pública se dio por enterada de los problemas que podría generar a otras personas la basura que día a día los citerinos depositan como hábito normal en su vida cotidiana, cuando numerosas familias de Boyeco se opusieron tenazmente a la instalación del basural en sus tierras, promovido por la Municipalidad de Temuco y administrado por una empresa privada "Siles". Hasta esa fecha, nadie de Boyeco se había imaginado que iban a ser el depósito de basuras de esta ciudad. La oposición de las familias mapuche generó su espontánea movilización, obteniendo como respuesta por parte de las autoridades la represión y detención de varios (as). Finalmente, el basural se instaló de todos modos en el sector, el que había sido trasladado de otra comunidad Mapuche en la cantera de Metrenco, salida sur de la ciudad. Tuvieron que pasar varios años para que el conflicto volviera a estallar. En agosto del año 2000 fallece Aquiles Epul, un niño mapuche del sector Boyeco, cuyos informes médicos determinaron que había sido víctima de la temible "bacteria asesina", situación que se relacionó inmediatamente con la existencia del basural. Nuevamente las familias reaccionaron. Se presentó un recurso de protección el que finalmente fue rechazado por la Corte de apelaciones de Temuco en el 2001. Luego de esto, varias familias lograron coordinarse para insistir en la erradicación del vertedero y de esta forma se enteraron que existía un nuevo proyecto para la ampliación de su funcionamiento que pretendía consolidarlo hasta el 2025. Las familias opositoras al proyecto en Boyeco ya no estaban solas, se habían sumado a los mismos fines otras familias mapuche también afectadas por basurales, como es el caso de Ancúe a causa del vertedero de Gorbea y Quilaco a causa del vertedero de Purén. Sus constantes protestas generaron una mesa técnica y de diálogo, generando la visita a las instalaciones con representantes de distintos servicios públicos y observadores, constatándose los impactos y consecuencias, con la idea de obtener una salida pacífica al conflicto y su pronta erradicación. Sin embargo, en diciembre del 2001 el proyecto que ampliaba el funcionamiento del vertedero Boyeco a través de un estudio de impacto ambiental fue aprobado por las autoridades públicas, sin informar a los propios afectado (a)s y nuevamente el diálogo se rompió.
La coordinación de comunidades y familias mapuche afectadas por basurales en la Región se mantiene plenamente vigente y desde sus denuncias han dejado al descubierto una triste realidad: El 70 % de los basurales en la llamada IX Región está en tierras Mapuche.... A parte de la poca tierra para las reducciones, de la histórica marginación, del despojo territorial, del colonialismo y atropellos a los Derechos fundamentales por parte del Estado chileno, sus aparatos de poder habían convertido las tierras de una gran cantidad de comunidades en el depósito de basuras. Al parecer, la vuelta de la supuesta "democracia" desde 1990, consolidaba esa política racista que ya existía en desmedro de las comunidades. Varios Municipios, tanto de Derecha como concertacionistas, bajo la complicidad de autoridades públicas y aprovechándose que aún no entraba en circulación la Leyes indígena y ambiental, rápidamente crearon nuevos basurales. La mayoría en comunidades. Son los casos de los basurales de Temuco, Gorbea, Lumaco, Perquenco, Melipeuco, Pitrufquén, Loncoche, Nueva Imperial, Vilcún, Cunco, Carahue, Collipulli, Traiguén, instalados entre los años 1990 y 1993. Otros, posteriormente, ya con Leyes activas, igualmente se instalaron, dejando en evidencia los verdaderos sentidos y alcances de estos cuerpos normativos que en nada sirvieron para resguardar los Derechos de numerosas familias y de su ecosistema. En el mismo contexto, importante ha sido aquellas personas que han traspasado las cercas de la ignorancia desde la sociedad chilena y han entregado su apoyo incondicional a las demandas de las familias, como también, los espacios y difusiones hechas para desenmascarar esta realidad por algunas organizaciones e instituciones locales; junto con aquellas que ayudaron a denunciar desde el extranjero. Estos respaldos han sido vitales para las comunidades en su fuerza y moral, quienes se han dado cuenta de que no están solas en sus problemas. 1.- Basurales en Tierras Mapuche: Síntesis del conflicto Público. En la IX Región, existe un gran número de basurales sin cumplir en lo más mínimo las normas del servicio de salud o de la Comisión Nacional del Medio Ambiente CONAMA, como asimismo, la relación con otras disposiciones legales que competen a otros órganos públicos desde el punto de vista social, económico y particularmente con componentes culturales en relación a las comunidades Mapuche. En el año 2001 comunidades Mapuche de Boyeko, en Temuco; de Kilako en Purén y de Ankúe en Gorbea, inician diversas gestiones y acciones con la finalidad de exigir a las autoridades la erradicación de basurales que se encuentran en sus tierras, descubriéndose así un potencial conflicto debido a que ellas mismas, junto a la agrupación Konapewman, denuncian la existencia de un 70 % de vertederos en tierras mapuche en la llamada novena región. En dicho año, se inició un proceso de reuniones a través de la constitución de una mesa con diferentes actores públicos (Servicio Salud, Gobierno regional, Conadi, Asociación Municipalidades, Municipalidades involucradas, CONAMA, Serplac y las propias comunidades). Sin embargo, con posterioridad a una serie de encuentros y salidas a terreno en conjunto, el gobierno regional a través de la COREMA (Comisión regional del medio ambiente), presidida por la ex intendenta Berta Belmar, se aprobó un día antes de su salida de dicho cargo, el Estudio de Impacto Ambiental (E.I.A) para la ampliación del plazo de funcionamiento del basural Boyeco de la comuna de Temuco, el 26 de diciembre del año 2001. Cabe mencionar que el basural Boyeco viene funcionando desde el año 1992 y podrá mantenerse hasta el 2025 con un depósito de basura sobre las 7.000 toneladas mensuales. Desde ahí, diversas acciones impulsaron la coordinación de familias de comunidades afectadas por los basurales para a dar a conocer su situación: campañas internacionales, denuncias, encuentros y hasta una demanda por daños y perjuicios contra la Municipalidad de Temuco y la empresa concesionario por sus responsabilidades en el caso del vertedero Boyeco. Al respecto, la información de los servicios es sumamente precaria y limitada, esto debido a que su competencia se regula exclusivamente en lo que respecta el funcionamiento interno de los basurales y no los impactos externos, quedando en evidencia las limitaciones legislativas y administrativas. Tampoco existe un diagnóstico oficial de estos servicios en los componentes territoriales que conviven alrededor de los recintos basurales como en los casos de Escuelas públicas, viviendas, esteros, ríos, manantiales, condiciones socio-económicas familiares, lugares patrimoniales (religiosos, culturales, etc.), entre otros aspectos. Las propias comunidades han insistido en señalar la gravedad que enfrentan en sus territorios, denunciando entre otros aspectos: Contaminación ambiental, contaminación de las aguas, alteración de los sistemas de vida, empobrecimiento, violación a los patrimonios culturales, entre otros. 2.- Diagnóstico: Impactos Generales: Los problemas visibles que han sido detectados y que se mencionarán más adelante con detalles y por sector, han provocado según los propios dirigentes innumerables consecuencias "irreparables" en perjuicio de las Comunidades. Al respecto mencionaremos algunos impactos generales y comunes que han sido señalados frecuentemente: a) Empobrecimiento de las Comunidades: En la actualidad, no solamente la falta de tierra o limitaciones para la subsistencia son preocupaciones permanente de las familias mapuche que conviven con basurales en la Región de la Araucanía, además, deben sufrir la existencia y consecuencias de un basural en sus tierras. La sola presencia de un vertedero limita cualquier posibilidad de desarrollo ¿Qué posibilidades hay en una zona latente de concentración contaminante?. El sólo hecho que las poblaciones urbanas depositen sus basuras en estas tierras atenta contra su autoestima; altera su sustentabilidad; productividad agrícola y comercialización. Es importante señalar, que la gran mayoría de las familias mapuche de comunidades afectadas, están actualmente consideradas en programas sociales o de desarrollo por parte del Estado. b) Alteración de sistemas de vida, cultura y costumbres: El funcionamiento de basurales ha provocado en muchos lugares y de manera progresiva la alteración de sus sistemas de vida, ya que son muchos los que han debido cambiar radicalmente sus actividades de subsistencia. Las posibilidades de desarrollo agrícola, ganadero y turísticos son absolutamente limitados en estos lugares. Asimismo, también es preocupante la dependencia de subsistencia que ha generado estos basurales en algunas familias, con toda la peligrosidad que conlleva, como es el caso de Boyeco y la recolección que se hace ahí por algunos (s) en medio de la basura. Otro factor a considerar, son las emigraciones. Si bien a la existencia de basurales en Comunidades Mapuche se agregan otros problemas, también es cierto que un basural contribuye a que muchos Mapuche decidan emigra y buscar nuevas posibilidades, principalmente a zonas urbanas, ante la carencia de desarrollo y sustentabilidad. Son varios los que han preferido vivir en un medio libre de contaminación y buscar otras alternativas de supervivencia que se les ha negado en sus lugares de origen. Sin entramparse en análisis romanticistas o fundamentalistas, es un hecho que para las Comunidades, como parte de la cosmovisión del Pueblo Mapuche, su relación con el entorno territorial es de un equilibrio entre las fuerzas de la naturaleza y su forma de vida. La existencia de basurales en tierras Mapuches trae graves consecuencias a esto, con irreparables daños a la cultura territorial. Los mismo dirigentes se han referido a su territorialidad no como un pedazo de suelo, sino a espacios que tienen sus propias fuerzas (gnen) en la tierra, ríos, esteros, bosques, animales, personas, las que se interrelacionan entre si y permiten un equilibro. Sin embargo, estas fuerzas desaparecen por la trasgresión y contaminación de los ecosistemas como consecuencia de los basurales. La violación y contaminación de menokos (pantanos), árboles como el Foye (canelo), plantas medicinales y espacios sagrados donde habitan los antepasados (cementerios y gillatuwe), trae graves desequilibrios por la ruptura de los elementos de la territorialidad. c) Riesgo latente a la salud de la población: Los riesgos de infecciones y enfermedades no solo es un peligro para quienes colindan con los recintos vertederos, cuya localización de la basura se ubica en las proximidades de numerosas familias, mayoritariamente mapuche, las que presentan un alto riesgo para su salud. La existencia de perros vagos en arios de ellos, han provocado la muerte de decenas de ganado menor, causando un enorme daño a los activos familiares y el peligro de transmisiones de enfermedades . De igual forma, las aves de rapiña y la incalculable existencia de plagas de moscas e insectos, como una situación frecuente, son potenciales peligros de transmisión de enfermedades, causando además molestias y peligros constantes para muchos hogares. Como ya se ha dicho, en Boyeco, un niño Mapuche (Aquiles Epul), según informes médicos habría muerto por la bacteria asesina en el año 2000. En el mismo sector, principalmente niños (as) han sido víctimas de brotes de enfermedades como la hepatitis o la sarna, lo que se ha relacionado con la existencia del basural. Cabe consignar, que el recinto se encuentra cercano a la Escuela pública con más de 120 niños (as) de origen mapuche. Situación similar se ha denunciado en Ancúe (Gorbea). Evidente fue el caso en Pilimapu (Lumaco), donde las casas cercanas al recinto están plagadas de moscas, lo que se suma a la falta de agua en temporadas estivales, donde se secan pozos y aguas superficiales por la existencia de plantaciones forestales en el sector. d) Contaminación de Recursos Naturales: Un gran porcentaje de basurales existen próximos a aguas superficiales, siendo en algunos casos notoria la contaminación en causes que comúnmente suministran a los animales y se aplican en regadío o microregadío para sembrados. Algunos de los casos a mencionar, son por ejemplo el del lugar Ancúe, vertedero Gorbea, cuyo recinto se ubica a 50 mts. del río. En Boyeco, al interior del vertedero, al lado de la basura, nace el estero tromen y se encuentra cercano también al estero Cuzaco pelahuen, los que son utilizados por un amplio sector poblacional. Con respecto al basural de Pitrufquén, este se ubica a 50 mts. de un canal llamado faja Maisa, encause de unos 17 kmts., proyecto reciente para un programa de regadío. Otro ejemplo, es el del basural de Loncoche en el lugar Penchucón, cuyo recinto colinda en declive con quebrada donde fluye un manantial, del que varias familias mapuche consumen agua. En el basural de Vilcún, también adyace a un estero que suministra agua a los predios agrícolas y ganaderos colindantes. En Lautaro, en temporadas de lluvia, se ha denunciado que el recinto basural ha colapsado por el agua, inundando predios agrícolas y ganaderos colindantes. En Villarrica, uno de los basurales (son 2) que se conoce como el antiguo, se ubica a unos 600 mts. del río; por su parte el otro (el nuevo) adyace a un estero. En perquenco, el vertedero se ubica a unos 900 mts. en línea recta de la piscina natural que es Municipal y que presenta en temporada veraniega una alta asistencia de público que se baña en sus aguas. La gran mayoría de las familias mapuche que conviven con los basurales utilizan agua de pozo para su consumo y en algunos casos más extremos aguas superficiales que adyacen a estos recintos. Las consecuencias al respecto son absolutamente insospechadas ante el peligro de contaminación de las napas, esteros, ríos o manantiales. Otro grave problema de contaminación a los recursos naturales y de riesgo a la población, son la existencia de microbasurales. Al respecto, se puede mencionar como ejemplo el de Boyeco que es uno de los más afectados en este sentido, ya que la presencia de basura en caminos cercanos y terrenos, botados por particulares que vienen principalmente desde Temuco, fuera de los horarios de depósito del recinto vertedero, han convertido el amplio sector mapuche de Boyeco en depósitos de desechos de todo tipo. Por otra parte, catastrófica es la situación que enfrenta el lugar pelahuenco, comunidad Curihuentro a causa del vertedero de Galvarino. Si bien, dicho recinto se encuentra oficialmente cerrado, el que dejó de funcionar el año 2002 a causa de un litigio de propiedad con una familia mapuche, la que finalmente ganó, el sector, principalmente en las inmediaciones de dicho recinto, en pleno camino público, se ha convertido en un basural clandestino donde transitan obligadamente, día a día, numerosos niños (as) y adultos. La quema de basuras al interior de los recintos es otra práctica común que se hace. La incineración aumenta los malos olores y la amplia contaminación del aire de las familias que colindan. e) Impactos a los valores paisajísticos: La existencia de los basurales ocasiona graves impactos a los valores paisajísticos que contaban los lugares. La importancia histórica, cultural y paisajística que la mayoría presenta, se ve absolutamente disminuida con su funcionamiento, empañando las características propias de la zona. Hoy. Muchos sectores son conocidos exclusivamente por el funcionamiento de un "Vertedero" y no por sus variadas riquezas y pertinencias. La casi totalidad de los basurales, colindantes con caminos públicos, presentan precarias infraestructuras, con plena visión hacia su interior, incluso varios de ellos con basura a exposición sin que se hayan rellenado. Los malos olores y la frecuente quema de basura son situaciones frecuentes que alteran ampliamente las zonas. f) Disminución del valor patrimonial: Junto a los daños en la calidad de vida y prejuicios morales que han debido soportar numerosas familias, también se han visto desvalorizadas comercialmente sus tierras. De acuerdo a estimaciones de peritos topográficos, las propiedades en Boyeco por la sola existencia del vertedero en sus cercanías, han tenido una disminución patrimonial de cada hectárea, de unos 2 millones de pesos, situación que motivó a la presentación de una demanda por daños y perjuicios en contra la Municipalidad de Temuco y la empresa responsable a fines del año 2002 en representación de unas 40 familias mapuche. Idéntica situación se replica a todos los terrenos que se encuentran próximos a los recintos de basurales. 3.-.- Basurales en Tierras Mapuche: Racismo ambiental No solamente existe la deuda histórica en el sentido territorial con el Pueblo mapuche, hoy está la Deuda ambiental con los derechos económicos, sociales y culturales, los que se han provocado, como ejemplo, entre otras consecuencias, a causa de la instalación de basurales. En este último tiempo, distintos gobiernos, amparando a empresas privadas, han adoptado medidas que tienen efectos negativos en el medio ambiente y perjudican a comunidades Mapuche, condición que se ha convertido en una forma contemporánea y habitual de discriminación. Basta sólo con fijarse dónde viven las comunidades Mapuche y luego identificar donde están los problemas de impacto ambiental: La existencia de plantaciones de monocultivos en especies exóticas forestales con sus inevitables consecuencias (sequía de recursos hídricos, contaminación por plaguicidas, etc.); megaproyectos como carreteras y la construcción de la represa Ralco y sus impactos a los ecosistemas; la contaminación de monocultivos de salmones; la instalación de basurales, entre otras tantas realidades de daños y contaminación, son situaciones que generalmente se mantienen en desmedro de una vasta cantidad de personas mapuche de comunidades. Dentro de las discusiones sobre Racismo ambiental a nivel del Derecho internacional, se ha sostenido que.... "El racismo ambiental es una violación a los derechos y es una forma de discriminación causado por gobiernos y políticas del sector privado, practicas, acción o inacciones, que intencionalmente o no intencionalmente apuntan desproporcionadamente y agreden el ambiente, la salud, biodiversidad, la economía local, la calidad de vida y seguridad en comunidades, trabajadores, grupos e individuos basado en raza, clase, color, género, casta, etnicidad y/o su origen nacional"... Considerando esta definición, la existencia de basurales en comunidades mapuche en la región de la araucanía, no es una coincidencia ni acción fortuita, por el contrario, forma parte de un comportamiento social e ideológico político que establece una jerarquía al interior de los grupos de poder del Estado y que se ha replicado al conjunto de la sociedad chilena, como práctica colonialista y de asimilación al Pueblo Mapuche y que hoy se traducen en nuevas formas de discriminación, como es este racismo ambiental. En la región, latifundistas y empresas que controlan grandes extensiones de terrenos, siendo el caso de muchos que ni siquiera viven ahí, nunca en sus terrenos han recibido el depósito de basuras u otros proyectos con algún tipo de impacto, a pesar de que en sus alrededores prácticamente no hay existencia demográfica, pero las redes políticas y económicas corrompidas por grupos fácticos, controladores del poder, hacen que las consecuencias sean recibidas por amplios sectores desposeídos. Los basurales se sitúan mayoritariamente en medio de comunidades mapuche, y en algunos casos, en sectores cercanos a poblaciones de campesinos pobres, donde habitan numerosas familias, soportando la contaminación al lado de sus viviendas, al lado de sus caminos, al lado de los predios agrícolas y ganaderos, al lado de sus escuelas, al lado de sus recursos naturales, como el agua y bosques. Basurales como los de Galvarino, Gorbea, Imperial, Loncoche, melipeuco, Perquenco, Pitrufquén, Pucón, Saavedra, Teodoro Schmidt, Temuco, Vilcún, Villarrica, Ercilla, Los Sauces, Lumaco, Purén, Lautaro, se sitúan al interior, adyacente o muy cercanos a comunidades Mapuche. Otros, como los de Cunco, Freire, Traiguén, por ejemplo, se sitúan cercanos de poblaciones de campesinos chilenos pobres. Esto deja en absoluta evidencia la práctica de racismo ambiental sostenida y en algunos casos, evidencia el clasismo, atentando contra sectores vulnerables y desprotegidos en sus Derechos. Alcaldes y autoridades de servicios públicos, son reproductores de una ideología racista y con consecuencias etnocidas al atentar contra Derechos individuales y colectivos, por ser responsables directos en la existencia y funcionamiento de los basurales en comunidades mapuche y otros sectores vulnerables. Los antecedentes de basurales en comunidades Mapuche, confirma que el 70 % de ellos funcionan en comunidades Mapuche, lo que transgrede diversas normas de Derecho internacional que versan en la materia (medio ambiente, pueblos indígenas y racismo) y que son varias las reconocidas por el Estado chileno. Como ejemplo: La Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo (en particular el principio 22), el Programa de Acción sobre Desarrollo Sostenible (en particular, capítulos 11 y 26), El Convenio sobre Diversidad Biológica ( en particular, artículos 8j y artículos conexos), la Convención Internacional para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, El Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y otros instrumentos principios y programas de las Naciones Unidas y de sus agencias especializadas. En relación al derecho a ser consultados en todos los asuntos que conciernen ; el derecho al consentimiento previo e informado, el derecho a que las opiniones y decisiones sean respetadas, contempladas en el Derecho internacional en asuntos indígenas y señalado en la Ley chilena para Indígenas Nº 19.253, artículo 34º, inciso 1º, nunca han sido considerados para las comunidades afectadas por los basurales y en realidad en ningún conflicto. Por el contrario, las comunidades mapuche han debido soportar las políticas de imposición y divisionismo. 4.- Consolidado: Basurales en la Región de la Araucanía y Comunidades Mapuche afectadas
**vertedero por comuna ? IX Reg.
1) Vertedero Temuco
2) Vertedero Gorbea
3) Vertedero Purén
4) Vertedero Lumaco
5) Vertedero Perquenco
6) Vertedero Melipeuco
7) Vertedero Pitrufquén
8) Vertedero Villarrica II
8) Vertedero Villarrica I
9) Vertedero Loncoche
10) Vertedero Imperial
11) Vertedero Freire
12) Vertedero Galvarino
13) Vertedero Carahue
14) Vertedero Lautaro
15) Vertedero T. Schmidt
16) Vertedero Saavedra
17) Vertedero Vilcún
18) Vertedero Cunco
19) Vertedero Toltén
20) Vertedero Victoria
21) Vertedero Pucón
22) Vertedero Collipulli
23) Vertedero Traiguén
24) Vertedero Ercilla
25) Vertedero Lonquimay
26) Vertedero Curacautín
27) Vertedero Los Sauces
28) Vertedero Angol 5.- Demandas y propuestas en el Marco del conflicto: Entre los años 2000 y 2001, importantes fueron los planteamientos emitidos por los dirigentes en representación de las familias mapuche afectadas por los basurales, junto a la agrupación Konapewman, con la idea de resolver los conflictos que les afectaban. A continuación, en extracto, señalaremos las demandas y propuestas generales al respecto, las que en su mayoría se mantienen hasta la fecha: a).- Evaluación técnica de los riesgos e impactos en las Comunidades: Como ya se ha mencionado, por consecuencia de las constantes protestas y a propuesta de las familias Mapuche de Boyeko (Temuco), Ankúe (Gorbea) y Kilako (Purén), a mediados del 2001 se inició una mesa de diálogo que generó una comisión técnica de diversos servicios públicos, observadores y los propios afectados, para constatar los riesgos e impactos en terreno, visitando las instalaciones. Su idea era recoger las denuncias, que se hicieron, tales como: Lugares visiblemente expuestos a contaminación (ríos, esteros, menokos, microbasurales, quema de basura); viviendas cercanas a los recintos a menos de 300 mts; la existencia de lugares patrimoniales, culturales y religiosos de las comunidades cercanos a los basurales (cementerios, canchas de gillatuwe, paliwe); plagas de moscas y la existencia de manadas de perros vagos; Escuelas públicas cercanas, entre otras situaciones. A su vez, se pretendía iniciar un estudio científico sobre las actuales condiciones ambientales y sanitarias a las que estaban expuesta las familias, cuyos compromisos fueron adoptados por los servicios públicos, principalmente el Servicio de salud y CONAMA, tales como: mediciones de contaminación de las aguas cercanas y de los pozos de las familias para el consumo; calidad de vida y de salud de la población expuesta. Pues bien, ninguno de esos compromisos finalmente fueron asumidos y las familias mantienen la incertidumbre de la verdadera condición que enfrentan en la actualidad. Para más el diálogo se rompió con la aprobación en secreto del estudio de impacto ambiental para ampliar el plazo de funcionamiento (2025) del basural Boyeco en diciembre del 2001.- b) Erradicación de los basurales: Una de las demandas principales de las familias, es obviamente la erradicación de los basurales y no su mejoramiento. La existencia de basurales, en la mayoría de los casos llevan más de 10 años funcionando, sin cumplir en lo más mínimo siquiera las propias exigencias sanitarias y ambientales. La contaminación ya se ha provocado de manera irreversible y su sólo perfeccionamiento en infraestructura no garantiza la seguridad e integridad de las familias que están expuestas. Ante esto, la posición de las familias es intransable: ?Erradicar los basurales. Velar por la salud y los ecosistemas. Terminar con la contaminación y el racismo ambiental imperante?.- c) Tratamiento de la basura que queda: Considerando el principal objetivo: su erradicación ¿qué ocurre con la basura que por años se ha acumulado, que por años viene contaminando y continúa con sus procesos de descomposición?. La sola salida de los basurales, tampoco garantiza la seguridad e integridad a la salud y al medio ambiente. la basura que queda, continúa con su inevitable avance de impactos. Los residuos sólidos, domiciliarios e industriales, los percolados continúan. Por lo mismo, el Estado a través de sus órganos públicos debe hacerse responsable en el tratamiento de la basura que queda y elaborar, en conjunto con los afectados, nuevas estrategias que intenten revertir dichas condiciones, una vez que los basurales se hayan erradicado. En Galvarino por ejemplo, el año pasado el recinto basural se cerró, sin embargo la basura queda, los impactos quedan y ningún órgano público se hace responsable, por los demás se mantiene el depósito de basura clandestina en todo el sector, situación que tampoco es sancionada. Idéntica situación se replica a todos los basurales que han cerrado y se han trasladado a otros lugares. En Temuco, lugar la cantera de metrenco; En Freire, Lonquimay, y en general en la mayoría de las comunas donde nunca ha existido un tratamiento para la basura que queda. d) Compensaciones y mitigaciones: Ya se ha descrito las consecuencias de los basurales para las familias cercanas: prejuicios morales, disminución de la calidad de vida; prejuicios a la productividad; alteraciones a las formas de vida; prejuicios pecuniarios, mayor empobrecimiento, en fin, sin embargo resulta inconcebible, que en la gran mayoría de los sectores afectados no existen programas sociales y de desarrollo por parte del Estado, no existe conciencia al respecto, por el contrario, se encuentran en el absoluto abandono y desamparo. Una de las preocupaciones, junto con el tema de fondo: la erradicación de los basurales, ha sido el diseño de una política de desarrollo para estos sectores, pero de acuerdo a la idea de desarrollo de las propias familias y comunidades afectadas, con sus verdaderas prioridades y con la finalidad de mejorar la calidad de vida desde su perspectiva y no por imposición de los proyectos y programas del Estado, siendo esto una forma indispensable de compensación y mitigación a los daños que han sido ocasionado directamente por responsabilidad de órganos públicos. Ya en mayo del año 2002, la comunidad Ancúe a través de un comunicado público, señalaba su dirigente Pablo Matamala Lefimil: ?Hoy el empobrecimiento es peor en la comunidad y las emigraciones van en aumento, ante la falta de tierra y la contaminación que vivimos?. .... agregaba .... ?junto con enfrentar los graves impactos ambientales que enfrentamos por el basural, también nos ha ocasionado irreparables consecuencias socio-económicas. ¿quién se atreve a sembrar estando al lado de un depósito de basura, estando con la tierra y el agua contaminada?; o mejor dicho ¿quién nos compraría productos agrícolas?, señaló el dirigente.....continuaba diciendo ..... ?No solamente se nos ha negado una solución a las demandas para erradicar el basural con el que convivimos, sino también se nos ha negado aspectos básicos del asistencialismo estatal. Hemos postulado al saneamiento de títulos a través de Bienes nacionales y Conadi para poder postular a viviendas; estamos fuera de programas de desarrollo, como el de orígenes. Nuestra capacidad está para crecer, nuestras propuestas están, sin embargo, estamos en el abandono, marginación y discriminación por parte de instituciones públicas del Estado?.... Hoy, Pablo Matamala Lefimil, Presidente de la Comunidad Ancúe, es uno de los tantos emigrantes que desde sus tierras ha tenido la obligación de emigrar a Santiago para buscar fuentes de trabajo y poder alimentar a su familia. e) Proyectar una política modelo ambiental en materia de basurales: Las propias familias han señalado que no pretenden replicar lo vivido a otros sectores poblacionales, mapuche o no mapuche. ?Lo que mi familia ha vivido no se lo doy a nadie? ?Queremos que nos devuelvan el respeto, pero también exigimos el respeto a los demás?, señalaba María Huenchún, quien vive a menos de 200 mts. de la basura de Boyeco, con sus aguas absolutamente contaminadas, recibiendo diariamente los olores y las plagas generadas por la basura. Traslado y disminución de recintos basurales: ....?No se trata de tapar un hoyo para hacer otro y seguir con los mismo, traspasando los problemas a otras personas?, señalaba Pedro Cariqueo de Boyeco en una reunión técnica de la fallida mesa mesa de diálogo en el 2001. ?Está bueno que terminen con la discriminación, nuestras tierras no son basura de nadie?, agregaba Sara Lefimil de Ancúe. El seguir manteniendo las actuales políticas sanitarias y ambientales sobre los basurales es seguir causando un abierto ecocidio y etnocidio. La erradicación de los recintos desde comunidades Mapuche, no pasa simplemente por su traslado, pasa por las transformaciones que en este sentido deben ocurrir. Una de ellas es terminar con el racismo ambiental y la discriminación conexa a sectores poblacionales no mapuche desprotegidos en sus Derechos. En el mismo contexto, es injustificable la gran cantidad de recintos basurales que existen en la actualidad en la Región de la araucanía, perfectamente es viable la disminución de recintos, agrupando a varias comunas para la concentración de la basura, con recintos modelos donde no haya demografía y recursos naturales expuestos; a la par de una política ambiental de educación cívica, cuyo fundamento sea el de reducir, reciclar y re-usar al interior de las ciudades y pueblos urbanos. Tampoco pasa por la privatización de la administración de la basura, como se pretende, los órganos públicos no pueden trasladar su responsabilidad ambiental y sanitaria a entes privados que solo buscan lucrarse sin considerar en lo más mínimo los impactos que se puedan generar. Educación sobre la basura: Una de las grandes prioridades debe ser la disminución de la basura que es depositada en los recintos. La gran mayoría de ella puede evitarse si existe una política para reciclar y re-usar. Las pilas, las baterías, los vidrios, el plástico, los papeles, pueden ser el motivo de una nueva política económica, fuente de trabajo y de ingresos, siempre y cuando los grupos de poder económico lo permiten, ya que el reciclaje atentaría a varios en sus activos. En este sentido y reproduciendo la experiencia que tienen varias localidades en distintos Países, el diseño de una nueva estrategia debería apuntar a los siguiente: a) La Promoción en la comunidad sobre Educación Ambiental. b) La promoción de alternativas económicas y comerciales a través del reciclaje y de re-usar desechos sólidos domiciliarios. c). Investigar y promover el aprovechamiento de los desechos sólidos, con participación comunitaria. d) Capacitación cívica con respecto al tratamiento adecuado de los desechos sólidos y su recuperación, promoviendo la recogida selectiva, en su origen, para la separación de los residuos.
e) Especial énfasis de una educación de conciencia con respecto a los desechos de pilas y baterías, las que científicamente comprobado presentan sustancias peligrosas que tienen efectos adversos inmediatos o retardados en el medio ambiente y las personas. En la mayoría de los Países Europeos de occidente, está prohibido enterrarlas o depositarlas en rellenos sanitarios; en otros ya no se fabrican con tanto contenido de mercurio; o en el caso de Japón, donde se reciclan. ¿Cuántas pilas y baterías existen actualmente en los recintos basurales? ¿cuántas personas, familias, comunidades y sus recursos naturales están expuestas hoy día a causa de las sustancias peligrosas de estas, como el mercurio, litio, óxido de plata, zinc-aire, etc. |
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* Por Alfredo Seguel, extracto del texto basurales en comunidades mapuche: un conflicto latente en la región de la araucanía - Agrupación Konapewman / Comité técnico coordinación de comunidades en conflictos ambientales (región de la araucanía) - Gulumapu julio 2003. Mapuexpress - Informativo Mapuche desde territorio Mapuche mapuche@mapuexpress.net http://www.mapuexpress.net |