Arboles Autóctonos

Por Por Walter Lopez

¿QUÉ ES UN ÁRBOL?

Los árboles son vegetales leñosos y perennes, cuyo tallo principal debe tener un diámetro no menor a los 7 centímetros medido a 1 metro del suelo y su altura, incluida la copa, no debe ser inferior a los 4 metros.

¿QUÉ ES AUTÓCTONO?

Para hacerlo más comprensible, convengamos que autóctono y nativo, son la misma cosa. Los que nacimos en un país, somos nativos de ese país, pero no somos originarios. Originarios fueron los primeros que lo habitaron. A los efectos de presentar a estos árboles para que los conozcan, digamos que incluiremos a los que crecían espontáneamente cuando los europeos llegaron a la provincia por primera vez.

LOS BOSQUES DE LA ETERNA LLANURA.

Se dice que en el 1583, los bosques nativos de Córdoba, ocupaban los dos tercios de su superficie. En el año 2000 ya no es así; es previsible lo que sucedió. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los bosques naturales fueron consumidos por las calderas de las locomotoras que llevaban el tan mentado progreso por las entrañas del territorio, a los lugares más recónditos, invadiendo de bienestar a la gente que estiraba la mano para alcanzar un poco de él, sin caer en la cuenta de la devastación que se estaba produciendo.

A ese estrago se le sumó el consumo de los ampulosos hogares de las ciudades y el crecimiento de la actividad agrícola, que talaba los bosques para instalar sus emprendimientos camperos. Los incendios forestales hicieron el resto.

Nombre Común: ALGARROBO BLANCO.
Nombre científico: PROSOPIS ALBA GRISEB.

Crece mejor en suelos bien sueltos, no compactos, que tengan buen drenaje y sean profundos. Si bien es un excelente árbol para soportar sequía, en tiempo de buena lluvia crece sin problemas. Soporta las heladas sin problemas.

Florece de setiembre hasta noviembre y fructifica entre diciembre y febrero.

LA HISTORIA DEL NOMBRE.

Cuando aparecieron los españoles de la conquista por la provincia de Córdoba, confundieron al algarrobo con un árbol muy parecido que tenían ellos, que se llamaba Ceratonia siliqua. Este nombre derivaba del árabe "al carob" cuyo significado es simplemente "el árbol". Aunque parezca increíble los indígenas lo llamaban Takku, que también significa, en quechua, "el árbol".

Aquí se le daba una categoría superior por las bondades que repartía: sombra; comida con su fruta y bebida; fuego con la madera y también muebles, tintura para sus prendas utilizando la corteza; con sus hojas curtían cuero y todavía le quitaban al fruto, una sustancia que les permitía preparar algunos remedios.

Con la madera se fabricaron toda clase de enseres, pero lo más importante es que con ella se tallaron las imágenes religiosas de numerosas capillas a lo largo y ancho del país. Del fruto se fabrica una harina con la que se prepara una torta muy dulce llamada "Patai" y también una bebida fuerte denominada " Chicha" o " Aloja".

Si se tuestan las semillas se prepara una infusión que reemplaza largamente al café. De su corteza puede extraerse un látex que, disuelto en el agua, es una excelente anhilina. Una vez quitadas las semillas, se secan las vainas para cocerlas: con el jugo obtenido se logra un excelente remdio para disolver los cálculos vesiculares.

Mucho más adelante, los científicos descubrieron además, su enorme capacidad para fijar en el suelo el nitrógeno atmosférico que toman sus hojas del aire y que otras plantas aprovechan, lo que cierra una larga cadena que concluye con la fertilización natural de pastos que come el ganado.

El mismo ganado que se sirve de su sombra para engordar, porque se quedan debajo de ella para comer en los tórridos veranos y que explotan con verdadero placer pues el pasto que crece debajo de un algarrobo es más tierno y de mayor valor proteico.

Los que creyeron en el algarrobo, se llegaron de insólitas latitudes hasta nuestro país para sacarles la semilla y plantarlos en zonas áridas, ya que gracias a su resistencia a las sequías se le añade la inmensa virtud de estar capacitado para recuperar áreas disminuidas estructuralmente.

 
Por Walter Lopez