El Cultivo de la Palma Africana en Chiapas

Por Onésimo Hidalgo Domínguez

Debido a las características del cultivo y la deforestación, el suelo queda expuesto a los rayos solares y a las lluvias, lo que conlleva a su erosión, compactación y su empobrecimiento. El cultivo de palma contribuye al cambio climático por la deforestación y con ello al calentamiento global.

Hay cultivos agrícolas que están sustituyendo a la producción tradicional en Chiapas, productos provenientes del extranjero y que están siendo promovidos por el gobierno mexicano y chiapaneco en función de las empresas transnacionales y que poco a poco van teniendo un impacto negativo en la vida de las comunidades indígenas y campesinas. En esta ocasión, recogiendo información de diversas fuentes, escribiremos lo relacionado a la palma africana.

La palma africana también es conocida como palma aceitera, porque de ella se extrae aceite comestible, pero también tiene diversos usos, como por ejemplo; para productos alimenticios, medicinales, fabricación de fibras, la savia sirve para la producción de vino, fabricación de escobas y el palmaste es usado para alimentos del ganado. Esta plantación es originaria de África Oriental, pero en la actualidad se ha extendido su siembra y cultivo a diversas partes del mundo, a tal grado que en el año de 1997, eran mas de 6.5 millones de hectáreas sembradas en países como: Malasia (que genera el 50% de la producción mundial), Indonesia, Nigeria, Guinea, Tailandia, Nueva Guinea, Filipinas, Camboya, La India, Islas Salomón, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Gabón, Gambia, Liberia, Senegal, Tanzania, Guinea Ecuatorial, Burundi, Togo, Uganda, etc. En América Latina, países como Ecuador, Colombia, Brasil, Perú Venezuela, Costa Rica, Guatemala, República Dominicana, Honduras, Nicaragua, Panamá, Surinam, Guyana y México. En México se siembran unas 4 mil hectáreas, y Chiapas es el único estado donde se cultiva. En 1997 se sembraban unas 3 mil hectáreas. (El Amargo Fruto de la Palma Aceitera. Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales. Agosto 2001. Para mayor información se puede revisar la página electrónica: www.wrn.org.uy).

El cultivo de la palma africana se ha extendido a nivel mundial, porque para aquellos gobiernos de países endeudados representa la posibilidad de introducción de divisas provenientes de la exportación de la palma; representa una inversión rentable para el sector empresarial internacional (las empresas que dominan el mercado mundial de palma africana son: Unilever, Procter & Gamble, Kenkel, Cognis y Cargill), por la mano de obra barata, por la compra y/o renta barata de la tierra, por la falta de un control ambiental efectivo, por las grandes posibilidades de apoyo financiero de las multilaterales, por el corto tiempo que media entre la siembra, el crecimiento y la cosecha, y por el amplio mercado cada vez mas en expansión a nivel mundial.

El cultivo de la palma la presentan los gobiernos y las empresas como la solución a diversos problemas en el campo y en las regiones donde se instalan, argumentan, que generará empleo, riqueza, infraestructura, educación, etc., incluso en diversos países donde los programas son rechazados, los empresarios prometen una serie de proyectos y programas sociales, para ganarse el apoyo de la población local.

La producción de palma tiene sus impactos socio ambientales por la forma, el modelo y por el quien los implanta. En la mayoría de los casos es el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo quienes la promueva o son grandes empresas transnacionales que procuran su siembra y se benefician de ella, porque es un cultivo rentable orientado a la exportación.

El impacto negativo es que por lo regular su siembra requiere y exige grandes extensiones de tierra, despojando de ella a los campesinos e indígenas, generando resistencia de estos y como consecuencia, violándoles el derecho a la tenencia de la tierra, la violación a los mas elementales derechos a los habitantes de las comunidades rurales, la pérdida de los cultivos tradicionales y con ello la pérdida de la soberanía alimentaria, la destrucción de la economía comunitaria basada en la colectividad y la destrucción de culturas ancestrales. Genera la desaparición de bosques tropicales y con ellos diversos tipos de árboles y maderas finas, desaparición de una serie de animales que habitan estas regiones y la destrucción de la biodiversidad en general; con el uso de agroquímicos y las fumigaciones, afectan la salud de los habitantes de las zonas.

Debido a las características del cultivo y la deforestación, el suelo queda expuesto a los rayos solares y a las lluvias, lo que conlleva a su erosión, compactación y su empobrecimiento. El cultivo de palma contribuye al cambio climático por la deforestación y con ello al calentamiento global, aunado a ello, se dan otros procesos de deforestación y como consecuencia la falta de lluvias. En países como Malasia e Indonesia, son las propias empresas palmicultoras las que promueven, en la mayoría de los casos, los incendios forestales, porque con ello preparan el terreno para sembrar.

En la medida en que se van dando las recomposiciones del gran capital a nivel internacional y la inversión de empresas transnacionales que empujan una política de sustitución de cultivos tradicionales por otros productos en función de sus intereses, Chiapas juega un papel importante como productor de materia prima; entonces se orienta y se presiona como una política oficial los créditos destinados a producir lo desconocido por los campesinos y es así como se empieza a cultivar palma africana, eucalipto, palma camedor, hule, maranon, ajonjolí, flor de zempoalxochitl, cardamomo, macadamia, vainilla, ciruela, coco copra, mamey, sandia, etc. Tan solo por poner un ejemplo, en el ciclo agrícola 1990-91, Chiapas ocupaba el segundo lugar a nivel nacional en producción de maíz, con una siembra anual de 313 mil 500 has., produciendo un millón 647 mil 476 toneladas de maíz (Cultivos Anuales de México. INEGI. VII Censo Agropecuario 1997. Pág. 269). Después de firmado y de la puesta en marcha el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México, Estados Unidos y Canadá, Chiapas ocupa el tercer lugar a nivel nacional, por la introducción de maíz de los Estados Unidos, y con ello el beneficio que obtiene la empresa Monsanto, la productora de maíz transgénico mas grande del mundo; y con ello también se llega la reconversión de la agricultura chiapaneca.

En Chiapas la palma africana empezó a promoverse la siembra en el períoodo del gobernador General Absalon Castellanos Domínguez (1982-88), en los municipios de Villacomaltitlan, Escuintla, Acapetahua. Mazatan, Acacoyagua, Tapachula; pero por la diversidad de climas con que cuenta, en la década de los noventa se empezó a promover en otras regiones y municipios como Salto de Agua, Playas de Catazaja, Chilon, Tumbala y Palenque. En 1997, tan solo en la Costa de Chiapas se habían sembrado unas 3 mil hectáreas, que surtían del producto a las plantas extractoras de aceite ubicadas en Villacomaltitlan y Acapetahua. 

Según la Agenda Estadística de la Secretaria de Hacienda del Estado de Chiapas del año 2000, tan solo en Tapachula se tenían sembradas 7 mil 816 hectáreas, de las cuales 890 eran de producción de riego y 6 mil 926 de temporal. De todas ellas, las que estaban en producción eran 2 mil 748 Has, de las que 890 eran de riego y mil 858 de temporal. El volumen de la producción total en ese tiempo era de 39 mil 362 toneladas; de ellas 13 mil 350 provenían de la siembra de riego y 26 mil 12 de temporal; en total estaban generando un capital de 18 mil 807 millones de pesos anualmente (Págs. 449 y 456)

En su informe anual, en 1998 el gobernador Roberto Albores Guillen, manifestó que su gobierno procuro el apoyo a la producción de palma aceitera a la que le invirtió 31 millones 100 mil pesos, con lo que atendió 5 mil 700 has. Y su expectativa era que en 1999, esperaba poder apoyar otras 5 mil 50 has., con lo que pretendía cubrir el déficit de aceite en el país, que en ese año eran de 800 mil toneladas. Informó, que además de las dos plantas extractoras existentes en Chiapas, procuro instalar dos mas en los mismos lugares, y estableció un convenio con una empresa industrial enlatadora del producto (Informe Anual del Gobierno Estatal, 1998. Pág. 179)

Siendo Chiapas un Estado eminentemente agrícola, ha sido uno de los mas afectados con la crisis que se vive en el campo con la caída de los precios del café, el maíz, el sorgo, la piña, el frijol, etc., que ha generado una constante migración de campesinos al norte del país, Estados Unidos y Canadá; dichos fenómenos son aprovechados por el gobierno local y federal para la articulación de un discurso para la promoción de la siembra de palma africana en Chiapas. Para convencerlos a cambiar en la siembra de cultivos se les dice que "ya no trae cuenta sembrar maíz y frijol porque no tienen buen precio, ahora la alternativa es la palma africana", con ello obligan a los campesinos a que acepten el Programa de Certificación de Derechos Ejidales, Solares y Parcelarios (PROCEDE), caso contrario, no obtendrán crédito (esto es una denuncia generalizada de los campesinos de las comunidades); posteriormente los campesinos rentan la tierra con los productores y se vuelven asalariados en su propia tierra, la que es desforestada, erosionada y contaminada con agroquímicos cuando existen plagas que combatir.

En realidad el interés de la inversión en el cultivo es la variedad del clima, la mano de obra barata, incluso por su condición de ser estado fronterizo con Centroamérica, se emplea mano de obra indocumentada y mas barata que la chiapaneca, existen los recursos abundantes para ello, que reportan buenas ganancias. Otra cosa importante de hacer notar, es que en varias ocasiones el Consulado Guatemalteco en Tapachula ha intervenido para presionar a los dueños de los cultivos para obligarlos a pagar los salarios de jornaleros centroamericanos que se les ha negado.

En Chiapas no resulta novedoso que los gobiernos anteriores y el actual, promuevan la siembra de palma africana, como tampoco es novedoso que la Embajada de Malasia en México visite constantemente la Costa de Chiapas, sabiendo que los empresarios de ese país, son los que controlan la producción y el mercado mundial de palma.

Sin embargo, no todo es "miel sobre hojuelas", porque en la medida en que los productos del campo caen en crisis, también el mercado de la palma ha empezado a tener sus problemas, porque la producción de aceite de palma a nivel mundial, empieza a tener competencia con otros productos que también producen aceite, como el sorgo, girasol, cacahuate, maíz, soya, etc. Aun, mas complicado es la producción de la palma, cuando ya se empieza a producir genéticamente modificada, lo que traerá nuevos problemas y efectos sobre la población que la produce y que la consume.

Una política de las empresas transnacionales para bajar los precios, es promover la expansión de la siembra de manera masiva, sabiendo que el aceite de palma africana es mas barato que el de soya, sorgo o girasol, con ello logran un consumo masivo de aceite de palma y obligan a las otras empresas a bajar sus precios, por lo que el aceite de palma se convierte en el punto de referencia para fijar los precios internacionales.

Por supuesto que esto también ha tenido sus repercusiones en Chiapas, ya que los productores de Acapetahua en el año 2000 empezaron a reportar que se encontraban ".. a merced de la voracidad de los compradores, que son los dueños de las plantas extractoras, que pagan lo que quieren por tonelada". Además, reclamaban que "siendo el gobierno el principal promotor...", debería ser el rector de los precios de garantía. Por el otro lado, en los tiempos del gobierno de Julio Cesar Ruiz Ferro y Roberto Albores Guillen, en la región Norte de Chiapas, en Palenque, Salto de Agua y Playas de Catazaja, los grupos campesinos que se beneficiaron con estos proyectos fueron los de Solidaridad Campesino Magisterial (SOCAMA), los paramilitares de Paz y Justicia, y los que hoy se llaman Unión de Comunidades Indígenas Agropecuarias y Forestales (UCIAF) y otros grupos de campesinos filiales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que también cayeron en crisis porque no estaban preparados para controlar las plagas que les cayeron, pero también la proliferación de ratas que en la mayoría de los casos se comían la planta.

La siembra de palma africana en Chiapas y otras partes del mundo, por supuesto que no mejorara las condiciones de vida de los campesinos, como tampoco mejorara la situación ambiental, ni es la opción para salir de la pobreza, al contrario, sirve para enriquecer a los empresarios mas poderosos a nivel internacional, en detrimento de los mas pobres y de la degradación ambiental.

Sin embargo, no es en si la siembra de la palma africana el problema, sino, el modelo industrial que la implanta en beneficio de empresas transnacionales; porque es posible la siembra de la planta y cosecharse ambientalmente manejable y si puede satisfacer necesidades de los campesinos, pero tiene que ser en forma sustentable, manejable, sin que afecte a los campesinos, sino, mas bien que los fortalezca, y puede ser impulsada en la lógica del desarrollo campesino, no en la ganancia empresarial.

* Onésimo Hidalgo Domínguez
Extractado del Boletín "Chiapas al Día" No. 293
CIEPAC, CHIAPAS; MÉXICO.
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