Por José Santamarta
Los incendios forestales afectan con más gravedad a los eucaliptos y pinos, especies utilizadas exclusiva y desgraciadamente en las repoblaciones realizadas desde 1940 hasta el día de hoy.
En las declaraciones de los responsables ambientales sobre los incendios forestales creo que falta una alusión a las especies utilizadas en las repoblaciones y sus repercusiones en los incendios forestales. Incluso, el análisis de ADENA/WWF es muy insuficiente. Los incendios forestales afectan con más gravedad a los eucaliptos y pinos, especies utilizadas exclusiva y desgraciadamente en las repoblaciones realizadas desde 1940 hasta el día de hoy.
Las especies mediterráneas, como la encina, el quejigo, el rebollo y el roble, todas del género Quercus, o las sabinas y enebros, están más adaptadas al fuego, lo resisten mejor, arden peor y se regeneran con más facilidad. Lo que tiene que cambiar es la política forestal, dando prioridad a las frondosas autóctonas, y dejar de repoblar con pinos y eucaliptos. El Ministerio de Medio Ambiente debe reformar el Plan Forestal elaborado por el PP, y concensuar con las comunidades autónomas una nueva política que suponga una ruptura real con la herencia del franquismo forestal.
Las estadísticas oficiales sobre incendios forestales ya no recogen ni siquiera la información sobre las especies afectadas, a diferencia de lo que hacía el antiguo ICONA.
Las medidas preventivas a veces tienen un gran impacto ecológico y son inútiles (como la mayoría de los cortafuegos), y todas las inversiones van destinadas a la compra de aviones y helicópteros, y otros medios de extinción.
Hay, digan lo que se digan los ingenieros forestales y las empresas que viven de los monocultivos de pinos y eucaliptos, especies pirofíticas (y sino basta con recorrer los incendios y analizar las estadísticas existentes), y eso es un tema que apenas se discute. Se debe introducir el debate y reclamar una nueva política forestal que dé prioridad absoluta a la recuperación de la cobertura forestal con las especies autóctonas más adecuadas a cada nicho ecológico.
Justificación: los servicios ambientales y paisajísticos de las especies autóctonas, en un país donde la producción forestal representa menos del 0.1% del PIB, y el turismo 100 veces más (el paisaje crea más renta y empleo en forma de turismo rural que el valor de la celulosa o la madera de los eucaliptos y pinos). Ahí está el desastre de Galicia y toda la costa cantábrica, del Miño al Bidasoa, donde los eucaliptos han sustituido totalmente a los "carballos", y si el destrozo no es mayor es porque el eucalipto no resiste las heladas, lo que ha salvado a los Picos de Europa.
Ceballos, nuestro gran botánico, decía que el eucalipto es un insulto a la vista, un insulto que perjudica al turismo rural y a los servicios ambientales del bosque (propensión y resistencia a los incendios forestales, ciclo hidrológico, retención de carbono, biodiversidad, erosión).
* El autor es director de World
www.nodo50.org/worldwatch
Revisión: Colaboración de Tania Fernández Pino para EcoPortal