Por Jeffrey R. Bacon
A pesar de que los encinos (Fagaceae, Quercus spp.) son los árboles y arbustos predominantes en gran parte de las sierras templadas Latinoamericanas, han sido malentendidos desde la conquista del Nuevo Mundo por los europeos. Solamente recientemente han reconocido el valor de este importante grupo de plantas por su potencial económico y papel ecológico.
Los encinos del Mundo Antiguo y las latitudes mayores de Norteamérica han sido apreciados y aprovechados como recursos de alto valor por Siglos. El encino y el roble son conocidos en la Europa, los EE.UU. y Canadá como árboles que aportan importantes productos maderables a las economías de los dos continentes. Además, por su abundancia y predominancia en los bosques templados, han sido estudiados extensivamente y se las reconocen como importantes elementos de la biodiversidad e importantes funcionarios en los ecosistemas.
Europa, para las fechas que los exploradores del Nuevo Mundo regresaron con las noticias de los abundantes recursos disponibles en las Américas, había establecido una importante industria de madera de encinos. Varias generaciones de artesanas europeas ya habían perfeccionado la producción de productos de calidad como muebles, mangos para herramientas, corchos, tablas para construcción y otros. Sin embargo, los encinos de Latinoamérica retaron a los conquistadores del Nuevo Mundo con su madera densa, dura y resistente.
Así que la nueva civilización atacó el encino, rápidamente acabando gran parte de los árboles de mejor calidad en la producción de vigas, durmientes para ferrocarriles, construcciones, leña, carbón y productos variados. Los restos de los encinos Latinoamericanos, principalmente árboles demasiado deformados o pequeños para su aprovechamiento comercial, pronto ganaron mala fama por ser difíciles de aprovechar. El encino en dicha cultura cayó en estatus a una madera de segunda, adecuada principalmente para uso de leña, carbón o celulosa.
Los encinos, cuyo hábitat se comparte principalmente con los pinos en los bosques templados, tienen una ventaja reproductiva al lado de las coníferas. Casi todas las especies se pueden reproducir por ambos medios sexuales y asexuales. Además, crecen lentamente en la sombra por años hasta que un incendio, un árbol derrumbado, o un aprovechamiento forestal resulta en una perforación del pabellón del bosque, abriéndolo y liberando la plántula dejando que crezca a su potencial máximo.
Después de la intensiva explotación de la colonización e industrialización del Nuevo Mundo, la tanda genética que quedaba deteriorada por la falta de manejo adecuado de los encinos, dejaba principalmente árboles padres de mala calidad económica y genética. Esto, junto con la alta capacidad reproductiva de los encinos comparados con los pinos comerciales, les ganaron rápidamente una reputación como una plaga. A la mitad del siglo, los forestales se preocupaban más por la eliminación de sus encinos que por su propagación, y se los cincharon y tumbaron para abrir espacio para la reproducción del pino.
Ahora los prestadores de servicios forestales en los países Latinoamericanos, especialmente en México, están enfrentados con un recurso pinero (Pinaceae, Pinus spp.) a sus límites de tolerancia de aprovechamiento. Cómo resultado están echando un vistazo al recurso encinero como una alternativa para aliviar la presión al pino y abrir nuevas puertas a mercados anteriormente desaprovechados (1). En consecuencia, el encino, cómo recurso natural de nuevo esta sintiendo la presión de incrementos en las tazas de aprovechamiento en muchas regiones de Latinoamérica. De nuevo su composición genética esta en riesgo de cambios que afectarán la calidad y evolución de las especies de este género.
Sin embargo, conocimientos modernos sobre el mejoramiento genético y la importancia de la conservación de diversidad genético y biológico pueden, sí los interesados los aplican, pueden ser las salvaciones de este recurso para el futuro.
En Latinoamérica, se encuentran los encinos principalmente en los países del norte. La mayoría de las especies americanas se desarrollan en México, donde se encuentran aproximadamente 135 especies (2). El número exacto aún no se sabe porque hay mucha confusión sobre la taxonomía de los encinos de esta región. Misma confusión ha contribuido a la problemática del aprovechamiento inteligente de estas especies porque la industria forestal ha batallado con determinar las características de especies distintas, y hasta la fecha no toman en cuenta las diferencias silvícolas entre las especies en su manejo por lo mismo.
Los encinos en general tienden a desarrollarse principalmente en los bosques templados. Sin embargo, algunas especies Latinoamericanas se desarrollan en bosques y selvas tropicales y semi-tropicales y otras sobre los pastizales del interior de la República. A pesar de que se piensan que los primeros encinos en las Américas fueron especies de las trópicas áridas (3), la mayoría de las especies actualmente se desarrollan en las zonas templadas.
Siendo un género con muchas especies comerciales o de potencial comercial, se entiende la importancia de la conservación de la diversidad genética en el grupo. Hasta las especies sin ninguna utilidad aparente para el ser humano se considera importantes contribuyentes a la tanda genética de las especies comerciales. Hibridación introgresiva, una especie de formar puentes reproductivas entre especies distintas, es un importante mecanismo de migración de genes de una especie a otra en los encinos. Se considera que la hibridación cíclica puede ser un mecanismo utilizado por grupos de plantas perennes para adaptarse a cambios climáticos cíclicos a largo plazo, y en zonas de las Américas donde el clima alterna de un extremo a otro sobre tiempo geológico, este fenómeno puede ser importante en la evolución de Quercus.
Supervisores del manejo forestal saben la importancia de la selección artificial en el manejo de rodales de árboles. De hecho, la mala calidad de muchos rodales en la Sierra Madre Occidental de México ha sido atribuida a la selección artificial contra los árboles de mejor calidad y valor económico (4). La aplicación de técnicas de mejoramiento genético es una técnica que puede utilizar para incrementar la calidad de poblaciones de encino, aprovechando genes ya existentes en ellas.
Aparte de su propia diversidad genética, los encinos contribuyen a la biodiversidad en los bosques, selvas y pastizales donde se desarrollan, los encinos son importantes elementos de la biodiversidad. Son hábitat y alimento para muchas especies de fauna silvestre. Algunas especies, como ciertas ardillas, guajolotes y venados, dependen de las bellotas de los encinos en ciertas temporadas. En general, los bosques de encino han sido identificados como elementos importantes para la conservación de especies de aves migratorias.
Los encinos también son importantes para la flora silvestre. Generan mucha materia orgánica, en ocasiones son de las pocas especies que se desarrollan en sitios con suelos delgados y con poca materia orgánica. Las ramas actúan como substrato para el desarrollo de variadas epifitas, como orquídeas (Orchidaceae), broméliaceas (Bromeliaceae), y muerdagos (Viscaceae). También muchas especies de insectos y otros invertebrados inhabitan el follaje, frutos, ramas y raíces de encinos. Entre los hongos, algunas especies dependen de los encinos, como las micorrhizas, y otras llevan alguna relación simbiótica distinta con plantas de este género.
Así que el encino, a pesar de ser una planta dura y resistente con alto potencial reproductivo, ha sido la víctima de explotación intensiva en diferentes etapas de la colonización de las Américas. Su maltrato ha tenido un alto costo a la misma industria que la aprovecha y hoy la industria forestal busca soluciones para una recuperación y mejor aprovechamiento del recurso renovable. A pesar del mal estado actual del recurso, en términos económicos, los encinos son muy importantes por sus papeles ecológicos y tienen potencial con técnicas de mejoramiento genético y utilización inteligente, contribuir a una economía sustentable en Latinoamérica.
Ecoportal.net
Notas
Se agradezca la revisión de la redacción por la C. Socorro Mora Cabrales (ISIMA-UJED). S. I. Díaz Reyes y A. Martínez de la Escuela de Ciencias Químicas de la UJED proporcionaron transporte para la toma de fotografías relacionadas con este articulo. Investigación fue financiada por FOSIVILLA XX, FOSIVILLA XX y FMCN XX.
(1) Bacon, J. R. 1997. Diagnóstico del Encio y su Industrialización en el Estado de Durango, México: Parte I: Problemática desde el Punto de Vista Biológico. Colección Productos de Investigación Universitaria, Serie Ecología Forestal Número 1, Universidad Juárez del Estado de Durango, Cd. Durango, Dgo., México.
(2) Nixon, K. C. 1993. The genus Quercus in Mexico. En T. P. Ramamoorthy, R. Bye, A. Lot, y J. Fa. (eds.). Biological Diversity of Mexico: Origins and Distribution. Oxford University Press, New York, E. U. A.
(3) Axelrod D. L. 1983. Biogeography of oaks in the arcto-tertiary province. Annals of Missouri Botanical Garden 70:629-657.
(4) Bacon, J. R. 1999. La calidad genética de los encinos (Quercus spp.) en la Sierra Madre Occidental de México e implicaciones para su manejo forestal. Ubamari 15(45).
* Jeffrey R. Bacon
Investigador
Área de Ecología Forestal
Instituto de Silvicultura e Industria de la Madera
Universidad Juárez del Estado de Durango
Calle Constitución 404 Sur, Zona Centro, Cd. Durango, Dgo., México.
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