Una visión sobre la generosidad de los bosques y la perdida de sentido común de la humanidad – EcoPortal.net

Por Lucas Chiappe

Acabo de volver de una gira por los bosques templados húmedos de la región occidental de Canadá (British Columbia) adonde las montañas tapizadas de árboles y vibrantes de diversidad biológica, se encuentran con el Océano Pacífico y dan vida a una de las regiones más ricas y abundantes de vida silvestre del planeta.

Acabo de volver de una gira por los bosques templados húmedos de la región occidental de Canadá (British Columbia) adonde las montañas tapizadas de árboles y vibrantes de diversidad biológica, se encuentran con el Océano Pacífico y dan vida a una de las regiones más ricas y abundantes de vida silvestre del planeta.

Un lugar donde aún subsisten un 4to de los bosques lluviosos más antiguos del mundo, pero que a la vez es el exportador de más de la mitad de la madera y la pulpa de Canadá, y posee sólo el 12% de su territorio bajo algún tipo de protección. Si tuviera que ser hiper sintético diría que en los diez días que duró mi intensa recorrida, tuve la oportunidad de admirar uno de los más imponentes ecosistemas boscosos del Planeta Tierra, disfrutando a fondo de su majestuosidad y belleza, sin embargo, en simultáneo, pude constatar con mis propios ojos uno de los desastres ecológicos más descabellados que jamás haya presenciado en mi vida.

Sin lugar a dudas los Bosques Templados Húmedos que se extienden a lo largo de este inmenso territorio que hoy llamamos Canadá, deberían considerarse uno de los tesoros más preciados de la Humanidad, ya que, además de permitir el florecimiento de decenas de culturas muy evolucionadas (150 etnias diferenciadas), mantuvieron durante milenios un verdadero "desarrollo" como sociedades en perfecto equilibrio con su hábitat… Provocando un intercambio riquísimo, frágil y complejo, entre la abundante diversidad biológica que fue evolucionando en esta bioregión y unas sociedades muy observadoras y respetuosas de su "hábitat".

Por otra parte el hecho de observar detenidamente el grado de inconciencia aplicada en la deforestación a "tala rasa" por parte de las corporaciones madereras que se dedican a la destrucción impiadosa de estos sistemas biológicos, me llenó de una sensación parecida a lo que deben de haber sentido todos los seres humanos que vivieron una guerra de alta intensidad y adonde el único resultado visible es el exterminio de todo ser viviente, dejando a su paso una mínima porción de restos informes, que poco tiempo antes eran una comunidad viva y floreciente… Sentí como si un perverso grupo de mercenarios hubiera decidido desatar una guerra de exterminio, sin ningún tipo de contemplaciones, en contra de una comunidad de seres indefensos. Seres altamente evolucionados cuyo sentido básico es el de mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de este planeta y cuya condena es haberse transformado en una moneda de cambio para el enriquecimiento económico de unos pocos… 

No exagero ni un poquito confesando que las repetidas visitas que realicé en estos bosques – catedral llegué a emocionarme hasta las lágrimas… En un sentido y en el otro. Contemplar ejemplares de Cedros Rojos y Abetos milenarios de tamaños descomunales (70-90 metros de altura y 4-5 metros de diámetro); hundirme en las entrañas de estos bosques lluviosos tapizados de todo tipo de musgos helechos y plantas que trepan y cuelgan de las ramas; cruzarme con algunos ejemplares de su abundante fauna (osos, lobos y pumas, sólo por mencionar algunos de sus mamíferos emblemáticos); oler ese aroma punzante de tierra mojada acompañado por un concierto de pájaros e insectos; admirar la variedad de flores que estallan en este período del año en su denso sotobosque y hundirme en la humedad que todo lo impregna como una gigantesca esponja que absorbe filtra, y re-distribuye el más precioso de los líquidos, me produjo un estado de conmoción totalmente movilizador.

Pero en realidad no me alcanzan las palabras para describir la locura a la que asistí en vivo y en directo: Montañas enteras deforestadas desde sus cimas hasta sus estribaciones para extraer sus árboles antiguos, incluyendo en esta "esquila", la absurda remoción de hasta el último de sus pastizales y arbustos…  Y todo sin contemplar siquiera las pendientes que superan los 45 grados de inclinación…  Lo cual provoca el deslave completo de la capa superior de tierra fértil, que es arrastrada por la ladera y va tapando rápidamente todos los arroyos y  manantiales que antes corrían libres… Y provocando la consecuente desaparición de los millones de salmones que han sido desde siempre uno de los eslabones básicos de estos ecosistemas.  Y así estamos… En el Norte y en el Sur… Siguiendo los peores ejemplos en todos los ámbitos sociales, éticos y ecológicos. Creyéndonos el cuento de la globalización como una forma económica inteligente y digna de imitar (una ilusión que jamás se podría concretar en un sistema capitalista apuntalado por la explotación del hombre por el hombre, y en un consumismo desmedido que se mantiene por medio de la sobreexplotación de los mal llamados "recursos naturales")…

Gravísimo problema al que se le agrega la destrucción de las economías bioregionales, que serían la única forma  de contrarrestar ese modelo, brindando cada vez más arraigo y obteniendo cada vez más autonomía. Una forma de adecuar la política según el perfil de cada región, respetando las decisiones tomadas en conjunto por la población local y los pueblos originarios, siguiendo patrones de conservación a largo alcance y permitiendo que las generaciones futuras puedan seguir beneficiándose de un ambiente sano y propicio para la vida. Sinceramente quedé muy impactado por esa cadena de desastres ecológicos difíciles de entender hasta para el más inexperto de los observadores, que te producen una indignación sin límites, seguido por una pregunta candente para el futuro de la humanidad: " Qué sentido puede tener una política de estado que permite la desaparición de los bienes naturales sobre los que se basa la subsistencia del planeta entero?". La respuestas sin embargo hay que buscarla en otra simple pregunta: "Quienes son los directos beneficiarios de semejante carnicería?". … Sobredimensionadas corporaciones manejadas por anónimos ejecutivos que funcionan con una inercia económica que sólo contempla ganancias para sus accionistas y no conoce razones de lógica o sentido común… … Ganancias fabulosas a corto plazo, que implican una degradación sistemática que conduce a desastres inevitables en el mediano y largo plazo… Leyes de mercado que se rigen por precios que ignoran toda consideración sobre los valores… 

En definitiva, demostraciones cabales del suicidio colectivo hacia el que vamos enfrentando nuestro destino como civilización … Y sin embargo, en el mar de anestesia y desinformación en el que vivimos sumergidos, siquiera provocan reacciones que permitan revertir esta situación de alto riesgo… Mi sensación sigue siendo el de estar transitando por una cuerda floja… Y deseo con cada una de estas reflexiones colaborar para seguir despertando esa lucidez que a veces aflora en situaciones de peligro extremo… Algo que los cordilleranos hemos experimentado con mucha conciencia en el caso de la mina de oro de Esquel, y que nos permitió un gran salto colectivo respecto a la imprescindible re-valorización de los bienes naturales de la Patagonia…  

Encuentros en el bosque: Una corajuda banda de Eco – guerreras bloqueando un camino Maderero

Muy temprano en la mañana nos arrimamos a los vehículos que habían puesto a nuestra disposición un grupo de jóvenes colegas canadienses: 2 furgones y 3 vehículos todo terreno adonde nos apiñamos una treintena de personas de diversas nacionalidades, con un objetivo en común: La conservación de las 7 regiones del mundo donde aún subsisten porciones de los Bosques Templados Húmedos (sólo el 3% de los bosques del Planeta Tierra). Lloviznaba tupido por las carreteras que se abren paso a través de la maravillosa isla de Vancouver, sin embargo el espíritu del grupo era decididamente festivo. Gente llegada de los sitios más lejanos (Australia-Chile-Alaska-Patagonia) aprovechaba para conocerse y para compartir cuentos y anécdotas de sus respectivas luchas, intercambiar direcciones y emociones, vibrar con las pequeñas pero invalorables victorias obtenidas y consolarse por los desastres ecológicos que se repiten con acelerada recurrencia en todas las latitudes de ambos Hemisferios.

3 horas más tarde y luego de haber transcurrido la última media hora de camino transitando una intensa red de caminos madereros abiertos por las topadoras al servicio de las corporaciones, nos encontramos con una gruesa pared de piedras colocadas a mano y con mucha precisión sobre un puente estatal, como para interrumpir todo tránsito de vehículos y camiones. Estábamos a pocos metros de lo que los gringos llaman "un eco-bloqueo" y cuyo significado es fácil de entender en nuestro país de piqueteros: Una decisión conciente meditada e intencional por impedir el paso de las maquinarias pesadas con el fin de detener la deforestación de alguna de las decenas de cuencas que componen el frágil y complejo mosaico en este fantástico territorio boscoso al sur del Estado de British Columbia.

Fuimos bajando de los vehículos con gritos de alegría y risotadas amistosas y del otro lado del puente comenzaron a asomarse las cabezas de un puñado de valientes mujeres que nos miraban asombradas… … Y en unos pocos instantes nos reconocimos en un abrazo solidario y emocionado…  Lloviznaba en esa tarde gris de primavera, pero el sol parecía brillar sobre nuestras cabezas, las palabras se derramaban en ríos de comunicaciones múltiples y de gestos sinceros, hasta que se fue armando un extenso círculo de personas agarradas de las manos, y, María Teresa Panchill, nuestra compañera Mapuche que había dejado su Temuco nativo para hacer escuchar sus justos reclamos, decidió tomar las riendas de este encuentro de espíritus y con voz vibrante nos regaló una ceremonia de bienvenida desgranando una cadena de palabras "en lengua" que fueron traducidas improvisadamente a varios idiomas.  Luego fue el turno de nuestros "anfitriones" que le pidieron a la celebre "Abuela de los Bosques" canadienses (Betty Krawczy, de juveniles 72 años de edad) darnos una bienvenida y explicarnos en pocas palabras el sentido de esa lucha determinada y corajuda en los Bosques Antiguos del Alto Valle de Walbran… "-La nuestra es una lucha riesgosa y desigual que en lo personal me costó una condena en 1996 a cuatro años de cárcel en efectivo"- nos contó. Pena "suspendida" por la misma Justicia de Canadá, para apagar el "fuego" desatado por Betty y sus aliados luego de los 4 primeros meses de intenso activismo que desarrollaron en una cárcel de Vancouver.

La incómoda propaganda que recibieron el Gobierno y las compañías madereras logró movilizar a todos los medios de prensa internacionales que describieron este caso emblemático y pronto Betty y sus amigos se transformaron en muchos países en otro paradigma de esta lucha despareja entre David y Goliat por la conservación de los bosques (recuerdo haber incluido esta historia increíble y ejemplar en la revista que edito desde  hace años con Proyecto Lemu: Hoja por Hoja N 4). "- Hoy, nos resumía Betty, la lucha continúa acá y yo estoy en este lugar desde hace semanas esperando que me arresten de nuevo… Sin embargo sólo aparecen los esbirros de las corporaciones, que vienen a amenazarnos con las palabras más ofensivas y a tratar de asustarnos con simulacros de agresiones… Pero la policía bajo presión del mismo Gobierno central ya no desea arrestarme luego de la experiencia anterior y así la situación se encuentra tensamente detenida en el tiempo… Es por eso que hoy, luego de no haber tenido contacto con ninguno de nuestros compañeros en los últimas dos semanas, los recibimos con nuestros corazones hinchados de esperanzas y sabiendo que este contacto nos permitirá ir tejiendo una nueva trama de alianzas que va a seguir cubriendo el continente americano de norte a sur… Bienvenidos hermanos de lucha…. Bienvenidos guerreros de la esperanza…"  Gracias al respetuoso silencio que se produjo al final de su charla, pudimos disfrutar por unos instantes del agradable sonido del río que corría por debajo de nuestros pies, en el puente "bloqueado", identificar el graznido de los extraños cuervos (Raven) que llenan las espesuras del bosque y admirar entre nieblas el preciso vuelo de una pareja de águilas sobrevolando el campamento… Sincronicidades que siguieron sucediéndose durante toda esa tarde de encuentros entre magos, pares y espejos…

Nota:
Lucas Chiappe Coordinador del "Proyecto Lemu" (Epuyen-Chubut) nos da un pantallazo de sus impresiones luego de una intensa gira por los bosques canadienses de la provincia de British Columbia, en el marco de la 1 Conferencia Internacional por los Bosques Templados Húmedos que se celebró en Victoria del 3 al 7 de Mayo. Ocasión que aprovechó para recorrer los fantásticos bosques que aún quedan en la Isla de Vancouver (75 % de los cuales asombrosamente fueron talados en los últimos 30 años), celebrar junto con sus eco-legas norteños los 10 años de la mayor movilización de la historia de Canadá para la protección de los Bosques, en Cayoquot Sound (850 personas arrestadas durante los 8 años de lucha concluidos en mayo de 1993 con una victoria total de las Ongs conservacionistas aliadas con los pueblos originarios), y aportar su solidaridad patagónica al "bloqueo" de rutas por parte de un grupo de mujeres, encabezado por la celebre "abuela" Betty Krawczyk, de 72 años de edad, que a pesar de haber sido encarcelada y condenada a 4 años de prisión en 1996, hoy sigue luchando para la protección de los antiguos bosques del Valle de Walbran.

* Lucas Chiappe
Coordinador del "Proyecto Lemu" (Epuyen-Chubut)