Por Juliana Lasagno
Mientras el conflicto sobre las papeleras llega a Viena, en Santa Cruz los desastres ambientales hacen rehenes a la población. A continuación el informe sobre la realidad que desnuda la verdadera política ambiental en la tierra del Presidente Kirchner.
Mientras el conflicto sobre las papeleras llega a Viena, en Santa Cruz los desastres ambientales hacen rehenes a la población. A continuación el informe sobre la realidad que desnuda la verdadera política ambiental en la tierra del Presidente Kirchner.
El Sahara en Santa Cruz
Es como viajar a la Luna sin nave espacial. Desde que se privatizó Yacimientos Petrolíferos Fiscales, esta zona del norte de la provincia de Santa Cruz recibió 4.500 perforaciones buscando petróleo. Los pozos tienen sus piletones que quedaron abiertos, mirando el cielo; e irrigando hacia abajo su contaminación que destruye las napas de agua potable. Algunos se taparon, pero sin respetar las normas y procedimientos previstos. La mayoría continúa con su labor destructora en Caleta Olivia, Pico Truncado, Las Heras, Koluel Kayke… ni en Puerto Deseado el agua se encuentra a salvo de esta maldición y para todos hay una única planta de ósmosis inversa –que en verdad desaliniza pero no elimina el plomo y otros metales-. Las petroleras traerían el progreso, pero habría que evaluar a qué llaman ‘progreso' y cómo denominar a esto que ellas trajeron.
Árida y no tan fría en esta época del año (15º C, una sorpresa), la localidad de Pico Truncado, ubicada en la zona norte de Santa Cruz, se encuentra a 681 Km. de Río Gallegos, y es una de las zonas petroleras más explotadas de la provincia, junto a Caleta Olivia y Las Heras. La mayor concentración de pozos petroleros existente en esa región, es propiedad de las operadoras PanAmerican Energy, Vintage y Repsol.
Desde hace 50 años que se extrae petróleo de ese perímetro geográfico, básicamente para exportación, y los salarios que pagan esas empresas, los servicios que contratan ellas o sus proveedores y las regalías que la Nación liquida a Santa Cruz por esa producción de hidrocarburos, resulta la base de la economía provincial. Solamente en concepto de regalías, la Nación liquida anualmente $ 500 millones.
Las regalías que la Nación aceptó haber liquidado mal a las provincias, y pagó en forma retroactiva, fue la clave del apoyo de varios gobernadores a Carlos Menem para la privatización de YPF, la reforma constitucional de 1994 y la reelección de 1995.
Néstor Kirchner, gobernador desde 1991 y hasta 2003, fue un beneficiario directo de ese millonario reintegro pagado por la Nación; por esto sorprenden en este caserío llamado Koluel Kayke, los comentarios periodísticos acerca de un supuesto ‘arrepentimiento' de Kirchner por haber apoyado la privatización de YPF, la reforma constitucional de 1994 y la reelección de 1995; y que pretendería impulsar una futura reforma constitucional que devuelva los recursos hidrocarburíferos de las provincias a la Nación. Para los santacruceños lo que en verdad querría Kirchner es una reforma constitucional, con cualquier excusa, para eliminar el tope a la reelección por un único período, y así repetir lo que hizo en Santa Cruz: reglamentar la reelección indefinida.
YPF fue la única empresa que explotó el petróleo en Santa Cruz hasta el 31 de diciembre de 1990. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Sociedad del Estado era el verdadero poder en la Patagonia. YPF administraba más presupuesto y se encontraba más líquido que Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, el otro Estado dentro del Estado en la zona.
Los sobreprecios que pagaba YPF permitieron muchos negocios y algunos comerciantes de la zona aún recuerdan, con cierta melancolía, aquellos años. YPF, que no lograba autoabastecer de petróleo a la Argentina y por eso debía importarse crudo y/o refinado, también permitía un sobreempleo; pero eso puede molestar a un empresario o un ejecutivo o un inversionista, nunca a los pobladores que aquí añoran el pasado, tal como sucede en Cutral-Co y en Comodoro Rivadavia.
Cualquier emprendimiento, público o privado, debía contemplar la opinión de YPF. El sindicato de los trabajadores de YPF, el mítico Supe (Sindicato Unido de Petroleros del Estado), era una de las unidades de negocios más formidable de la región. Néstor Kirchner lo sabe porque su por entonces cuñado Armando Mercado, esposo de Alicia Margarita Kirchner, se desempeñaba en el secretariado santacruceño del Supe que respondió, siempre vertical, a Diego Ibáñez hasta su muerte, en aquel accidente vial cuando viajaba desde ‘su' ciudad de Mar del Plata hacia la capital federal.
Aquel 31 de diciembre de 1990, con la vigencia del Decreto 2.778, YPF Sociedad del Estado se convirtió en YPF S.A., conducida por José Estensoro, quien más tarde moriría al desplomarse un jet ejecutivo en Ecuador. Eso provocó algunos cambios complejos, que siguieron hasta que en 1998, YPF S.A, quedó bajo control de la compañía española Repsol S.A, denominándose desde entonces Repsol YPF.
Por entonces Perez Companc tenía una actividad importante en la zona. Más tarde llegó el resto. Nunca a nadie le importó si la producción petrolera cumplía con requisitos ambientales que preservaran el agua. Antes porque la performación era escasa pero cuando esto se convirtió en un paisaje lunar, sí debió llamar la atención de los responsables de la perforación y de la extracción.
Pero no ocurrió un poco por desidia, otro poco por una mala interpretación de qué es un costo adicional y qué es competitividad.
La eficiencia nunca puede ocurrir al precio de la vida.
Koluel Kayke son 6 manzanas de largo y 2 de ancho, 300 personas; en cambio Pico Truncado por aquí es la gran metrópolis, con sus 15.000 habitantes. Río Gallegos suena a la New York City que fascina a Cristina Fernández de Kirchner.
Una Advertencia
En el año 2006, la gente de Koluel Kayke y de Pico Truncado tienen problemas con el agua potable. También Caleta Olivia y Las Heras. Los residentes en la zona, y mucho más los visitantes, beben agua mineral; hay que estar muy pobre para desafiar a la muerte consumiendo agua extraída de las napas de la zona. El problema es que la pobreza también existe.
Cartel Planta de Osmisis Inversa
Un problema con el agua de Pico Truncado y Koluel es la salinidad; otro problema son los elementos tóxicos. Luego de las denuncias de que esa agua provocaba enfermedades oncológicas, en Koluel se construyó una planta de osmosis inversa, donación de PanAmerican Energy luego de algunos escándalos ambientales; pero esa agua no se distribuye por la red pública. A cualquier visitante le sorprenderá que quien quiera aprovechar el agua de la planta de osmosis deba ir hasta la canilla comunitaria y llenar un bidón o cualquier otro recipiente que haya llevado. Ese es todo el aporte a la descontaminación del agua en la zona.
Luego, hay límites estrictos
Está prohibido llevarse más de 20 litros por persona, ya que el tanque sólo produce 1.000 litros de agua por día para abastecer a la población estable de Koluel Kayke y a quienes desde Pico Truncado recorren diariamente 22 Km. hasta la planta para llevarse un par de bidones con agua a su domicilio.
En Truncado no hay planta de ósmosis inversa pero nadie bebe el agua de la red pública. Con tanto dinero que llega en estos tiempos a Santa Cruz, a nadie se le ocurrió invertir en alguna obra que disminuya los riesgos de contaminación de la población.
El presidente de Servicios Públicos, Luis Barletta, no está de acuerdo con estas apreciaciones. Para él, la contaminación es una exageración política de los opositores al Frente para la Victoria.
Según Barletta, el agua es potable en toda la provincia. ¿Qué autoridad competente lo certifica? Él, Barletta, quien provee a su familia de agua mineral hasta para lavar la vajilla.
En la planta de osmosis inversa hay un cartel donde los interesados pueden leer las pautas para la utilización del agua potable. Hay una advertencia que, amenazante, indica:
“No queremos vernos en la obligación de suspender la entrega del agua. Respete las normas establecidas”.
¿Qué ocurriría si PanAmerican Energy cumpliera esa amenaza de suspender la entrega de agua en Koluel? Resultaría devastador.
Inimaginable. Aterrador. Pero ¿acaso es más preocupante que saber que el agua de la canilla propia se encuentra contaminada y acaso podría provocarle cáncer al sediento?
“Que Bulgheroni beba de esa agua. Yo lo desafío”, se escucha en casa de los Castaño, pero no vayamos tan de prisa. Hasta el año 1992 las denuncias por contaminación por parte de la gente que habita esa zona no habían tenido eco, luego de que se difundiese la Resolución 105 de la Secretaría de Energía de la Nación, coincidente con la cumbre ambiental que ocurrió en Río de Janeiro, Brasil, las petroleras fueron obligadas a tapar, siguiendo normas estrictas, los piletones ubicados junto los 4.500 nuevos pozos petroleros. En los piletones se arrojan los desechos tóxicos que ocurren durante la perforación y/o explotación (agua, químicos, barro empetrolado, petróleo, etc.).
Para entonces, el descontrol dominaba el norte de Santa Cruz
Un ejemplo de la situación ocurrió cuando un cambio en la dirección de los vientos produjo una variación en la ruta migratoria de aves que, al descubrir los piletones, los confundían con grandes espejos de agua y se arrojaban en picada, muriendo de a miles empetroladas en los espejos de hidrocarburos a cielo abierto. El caso tuvo una gran repercusión en la prensa nacional. Más que la contaminación de los humanos que viven en la zona.
Operadores que trabajaban en las perforaciones de YPF afirman que dentro de esas piletas se arrojaba no solamente barro y derivados del laboreo sino que allí se depositaban los tachos de hasta 200 litros de sustancias químicas en desuso y los bidones plásticos de 20 litros con otros residuales y también guantes, depósitos vacíos, baldes, y hasta confesaron –anónimos informantes- haber arrojado herramientas rotas, cubiertas, cables y otras basuras que se acumulan junto a las baterías y las bocas de extracción.
Es patético entrar a, o salir de, Caleta Olivia: toneladas de barro empetrolado que quedaron apiladas para la posteridad, como si fuesen monolitos que homenajean la contaminación.
Mientras el conflicto sobre las papeleras llega a Viena, en Santa Cruz los desastres ambientales hacen rehenes a la población. A continuación el informe sobre la realidad que desnuda la verdadera política ambiental en la tierra del Presidente Kirchner.
Los Sanadores
Con aquella Resolución 105 surgieron las empresas ‘remediadoras ambientales', o sea los sanadores, quienes se encargarían, en lo sucesivo, de cubrir, a su costo, todo aquello que no debía verse.
Este nuevo concepto provocó la creación de empresas puntualmente dedicadas a lo que se denominó ‘remediación ambiental', constituidas en muchos casos por algunos ex proveedores de las mismas petroleras, que advirtieron este filón comercial.
También se organizaron cooperativas de trabajo, donde confluyó personal desempleado por las petroleras que necesitaban ganarse el pan de cada día. Y en otros casos, como fue el caso de la empresa Oil, es casi una extensión de la actividad complementaria a la extractiva.
Pero antes de la resolución, que firmó María Julia Alsogaray, no existía norma alguna que regulara cómo se construían y cómo se tapaban las piletas de desechos. A menudo eran simples agujeros, excavados a determinada profundidad, donde eran volcadas estas sustancias peligrosas y contaminantes. Independientemente de la acción que realizaron las ‘remediadoras', algunas bien, otras muy mal, el daño ya estaba hecho en las napas de agua. Simplemente había que sentarse a esperar sus resultados en la población.
Por supuesto que hubo piletones que aún con la resolución en vigencia, se taparon mal; y hay piletones que nunca se taparon.
Los piletones improvisados permitieron que todo lo que se arrojara en su interior, se filtrara hacia abajo, llegando hasta las napas freáticas, haciéndolas sumamente tóxicas para el consumo de animales, de seres humanos y aún inconveniente para el riego. Es así que la pequeña localidad de Koluel Kayke, distante a solo 20 Km. de Pico Truncado, es el paradigma de los serios inconvenientes para el consumo de agua, pero no es la única localidad dañada.
Los habitantes de Koluel cuentan que el color del agua ya por entonces era turbio, de sabor salado y afectaba a quienes la bebían rutinariamente. Pero nadie tenía suficiente conciencia de qué era la contaminación ni de sus consecuencias. Obviamente que la educación ayuda a prevenir la contaminación, y no había suficientemente concientización de la población. Esto debía ser responsabilidad del Estado pero también de las empresas. La famosa RSE (responsabilidad social empresaria) que tanto rescata.
En el año 1997/1998 comenzaron los problemas cuando, alrededor del pozo distribuidor de agua, a apenas 1 Km. de Koluel, se instalaron dos perforaciones de petróleo.
De inmediato fue evidente que algo no andaba bien. Pero a las autoridades no les llamó la atención, y tampoco a los profesionales del petróleo, dos perforaciones junto al pozo de agua. ¿Estudio de impacto ambiental? Ninguno.
Algunos pobladores buscaron respuestas, en vano. Entonces fue cuando, varios vecinos, en conjunto, efectuaron una denuncia ante la Justicia Federal contra quien era el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, y la operadora Perez Companc. No buscaban hacer del caso un lío judicial. Solamente buscaban que se remediara lo que ocurría y que el Estado se interesara en la situación. Perez Companc comprendió que había problemas en puerta y decidió salirse, antes que cerrar los pozos. Entonces se los vendió, a precio de saldo, a Bridas, que más tarde se fusionó con Amoco en PanAmerican Energy, y hoy Amoco es parte de BP.
Cuando Bridas, la empresa de los Bulgheroni, se hizo cargo de los pozos en Koluel, por supuesto que conocía las denuncias y el peligro de contaminación. Pero invertir implicaba aumentar el precio efectivo por lo que adquirieron como bicoca. Y ya habrá escuchado Ud. eso de que los Bulgheroni tienen una atracción casi genética por la miserabilidad, aunque tengan un nuevo jet familiar de US$ 70 millones. Si bien la prioridad era introducir las modificaciones necesarias, los Bulgheroni no lo hicieron, y transfirieron la responsabilidad a PanAmerican, empresa propia... en 49%.
¿Qué hizo al respecto PanAmerican? Sin duda que es la cuestión central hoy día. ¿Hizo lo suficiente?
Para esto deberían realizarse análisis periódicos de daño ambiental.
¿Se hicieron?
¿Se hacen?
¿Quiénes los realizan?
¿Quiénes los difunden?
Una vez se hizo un análisis, a pedido del por entonces juez federal Ricardo Napolitana, con asiento en Comodoro Rivadavia. Lo realizó el Laboratorio de Hidrología de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, de Comodoro Rivadavia, a siete vecinos escogidos, compulsivamente, al azar, y se les detectó la presencia de plomo y fenoles en la sangre. Pero allí quedó todo. No hubo dinero para hacer el estudio complementario, que costaba 0,5% de lo que pagó la ex mujer de Carlos Bulgheroni por su nueva mansión en el porteño Barrio Parque.
La Voz Oficial
La oficina local de Servicios Públicos Sociedad del Estado efectuó el análisis en el agua pero nunca exhibió los resultados a los pobladores para constatar si el agua era bebible. Actualmente, una vez al mes los inspectores van a Koluel y recogen muestras para analizar el agua pero nunca se informa a los pobladores cuál es el resultado de las pericias, cuáles son los estudios a que se somete el agua, ni la idoneidad de los investigadores.
La única respuesta fue, a fines de 1999, la planta de ósmosis inversa (desalinizadora de agua). Pero los daños físicos en algunos pobladores producidos por el agua contaminada, ya eran irreversibles.
Por esto la familia Castaño inició una demanda judicial en 1998. Es la causa judicial más famosa del lugar. José Castaño, quien se jubiló en 1990 luego de trabajar en saneamiento en Servicios Públicos Sociedad del Estado, era propietario de una chacra a la que bautizó ‘Un Día Normal'.
Una suma de dramáticas paradojas: trabajó en saneamiento y le ocurrió algo que no debió ser ‘normal': enfermó, coincidiendo con la instalación de los pozos, y en menos de un año falleció por un cáncer de vejiga. Lo que llamó la atención fue que Castaño, periódicamente, se hacía controles de salud; a sus 71 años era un hombre de gran fortaleza física. Cuando fue derivado a la Ciudad de Buenos Aires, algunos oncólogos comentaron a la familia que los sorprendía la cantidad de casos que trataban, de pobladores de la zona norte de la provincia de Santa Cruz.
Entonces fue cuando la familia llevó su caso al abogado José Omar García Camed, buscando respuesta y justicia por los daños ocurridos. Luego ocurrieron las demandas de la familia Cárcamo, y de la familia Sánchez, que también habían perdido familiares por cáncer.
De acuerdo al relato de los pobladores, nunca se les informó qué productos químicos se utilizan para darle mayor solubilidad al petróleo. La empresa Bolland es la mayor proveedora de sustancias químicas entre las operadoras de la región y nunca ha revelado el contenido de los productos que distribuye entre las empresas extractivas.
La gente del pueblo, atemorizada pero aferrada al lugar porque no tienen dónde marcharse, manifiestan su permanente preocupación porque desconocen el componente artificial que se inyecta en los pozos, junto con enormes cantidades de agua que elevan el hidrocarburo desde las cuencas internas de la tierra. Este uso indiscriminado de agua para la operación extractiva es otro de los puntos frágiles que las empresas no pueden explicar ante la magnitud del impacto en el medio ambiente que produce el líquido cuando es devuelto a la superficie.
La contaminación posible en Fray Bentos (Uruguay) y Gualeguaychú (Entre Ríos) por dos fábricas de pasta de celulosa en construcción, es un acontecimiento del futuro; pero la producción petrolera lleva más de 15 años haciendo añicos el medio ambiente en el norte de Santa Cruz, y a pocos parece preocuparle.
Existe un hecho ocurrido hace un año y medio aproximadamente en cercanías de Comodoro Rivadavia cuando un camión que transportaba productos químicos hacia Caleta Olivia, volcó en la ruta, desparramando su líquido en la banquina.
Entonces, ocurrió un gran operativo de emergencia, con bomberos, policías y personal especializado de las empresas que, en pocas horas limpiaron todo el lugar, luego de aislar la zona afectada del posible contacto por parte de gente o vehículos. Los ‘descontaminadores' con trajes llamativos y máscaras similares a las que se usan contra los gases tóxicos, desembarcaron con tanta celeridad como reserva.
¿Por qué los Bulgheroni no logran que similar eficiencia ocurra en Koluel, Pico Truncado, Las Heras, Caleta, Puerto Deseado, Cañadón Seco?
Presente y Futuro
La causa Castaño no prosperó y duerme en el Juzgado Federal de Comodoro Rivadavia. La familia demandante no pudo acceder a ella. Nunca consiguió el dinero para pagar una pericia necesaria, solicitada en un recurso de amparo que fue aceptado por la Justicia.
El Estado tampoco la pagó. Ni la empresa PanAmerican. Ellos demostraron un escaso compromiso real con la zona, con su gente. Todos lo dicen en el pueblo.
Cuando los Castaño llegaron a su chacra, en 1990, había en servicio un pozo hacia la zona norte, a unos 1.500 metros y otro hacia el N.O., a 400 metros de distancia de la casa. Entre 1995 y 1997 la chacra fue rodeada por 8 pozos de extracción, uno de los cuales se encuentra a 100 metros de la puerta de la casa.
A 150 metros sigue estando el pozo que distribuye el agua al pueblo. ¿Cómo se identifica esa infraestructura tan importante como precaria? A ras de tierra hay una plataforma de hormigón armado de 8 mts. por 15 mts. de lado que contiene en su interior las bombas elevadoras; y a 50 metros de este pozo surgente de agua hay un piletón tapado que contiene petróleo y que data de los viejos tiempos de YPF Sociedad del Estado (cuando no existían las normas que sí hay hoy, acerca de cómo deben cavarse y rellenarse esas instalaciones).
Es decir que todo lo depositado allí durante tanto tiempo, por estratificación del terreno, según la evaluación de quienes entienden del tema, ha alcanzado un punto directo de inyección de contaminantes en la napa freática. Y ahí sigue, pese a todo, monumento mudo a la irresponsabilidad.
Estoy parada junto a la casa de los Castaño y veo cómo el afluente de agua también se encuentra rodeado por ocho activos pozos de petróleo, que durante horas extraen a diario el crudo. Acabo de convencerme que a los Bulgheroni no se les ocurriría vivir en Koluel Kayke. www.EcoPortal.net
* Juliana Lasagno de OPI Santa Cruz - Organización Periodistas Independientes