Por Dr. José Carlos Corbatta
Los desastres ambientales y la comprensión del fenómeno ecológico en todos sus aspectos, nos predisponen a estar atentos a los acontecimientos donde está siempre en juego la vida del ser humano. Es evidente que estamos en mora con el ambiente en general y que además la crisis diagnosticada desde el inicio de la humanidad, hoy va de la mano de la supervivencia. Ayer, hoy y siempre el hombre está en peligro.
Ese peligro potenciado se transforma en riesgo, es decir: cuando aumenta la peligrosidad. Así como el combustible acondicionado en tanques debajo de una estación de servicios es considerado peligroso, por ello la prohibición de fumar, es dable también afirmar que la nafta, transportada en un recipiente abierto o deficitario aumenta su peligrosidad. He aquí el riesgo.
En otras palabras la población se expone a constantes riesgos y la Nación debe minimizarlos, no obstante la reconversión del sector eléctrico, y el énfasis por la necesidad de concentrar "la responsabilidad del Estado en el diseño y aplicación de políticas superiores y en la regulación y el control que sean necesarios…" a fin de "compatibilizar el desarrollo del sector con el uso de los recursos energéticos sustitutivos y complementarios, y establecer normas para la protección ambiental y el uso racional de dichos recursos dentro de las leyes y decretos vigentes, la normativa que resulte del Marco Regulatorio a establecer y las directivas impartidas por los órganos competentes del Gobierno Nacional."
Es evidente que al tema hay que abordarlo con conocimientos y sin los sensacionalismos a los que muchas veces nos tiene acostumbrado una de las interpretaciones del "fenómeno ambiental".
Lo real es que existe riesgo para la población y para los trabajadores frente a una sustancia peligrosa tal el caso de los PCBs. Los PCBs. son un grupo de algo más de 209 compuestos químicos sintetizados por el hombre, entre los cuales hay sustancias de muy distinta toxicidad.
Los informes de las plantas de tratamiento y disposición final de los mismos en el Reino Unido y Bélgica, o los netamente empresariales, como por ejemplo los proporcionados por la Planta Depuroil en Bilbao, nos pantean una realidad de la cual debemos estar alertas. Alertas y expectantes por las incidencias de las sustancias en el hombre y en la naturaleza. En muchos casos el camino más corto es por medio de la higiene y seguridad del trabajador.
La detección y la correcta disposición final de los transformadores cuyo contenido tiene presencia de PCBs, es más preocupante de lo que parece. La difusión y aplicación de las normas para el uso, manipuleo y disposición segura de difenilos policlorados y sus desechos -Resolución 369 (M.T.yS.S.)- en gran proporción tutela la salud como bien jurídico protegido y por ella preserva la vida. Las tareas mencionadas y sus pasos, deben ejecutarse con la mayor seguridad posible, de manera de controlar los riesgos emergentes. La importancia de las obleas, rótulos, impresos u otros medios de identificación de PELIGRO – Solamente personal autorizado – Difenilos Policlorados. Conforme Anexo II de la Resolución 369 (M.T.yS.S.) y disposiciones complementarias, es la herramienta más eficaz frente a la ignorancia o error humano. Evidentemente debemos conocer a nuestro común enemigo para vencerlo con la única herramienta o arma capaz de derrotarlo: la educación.
Entonces diría un docente: Los hidrocarburos aromáticos clorados constituyen una amplia gama de compuestos químicos orgánicos, obtenidos a partir del agregado de átomos de Cl (entre el 42 y 51%) a moléculas de difenilos de origen sintético. Entre ellos los "difenilos policlorados" (DTC) y los "trifenilos policlorados" (TPC); también se los conoce por su denominación en idioma inglés "polichlorynated biphenyls" (PCBs) y "polichlrynated triphenyl" (PCTs), y son utilizados en las siguientes aplicaciones (enumeradas en orden a su mayor frecuencia): Capacitores, componentes de resinas y gomas sintéticas, papel carbónico, en transformadores, rectificadores, fluido hidráulico, aceite de corte, líquido para transferencia de calor, pigmento para pinturas, selladores, adhesivos, tintas de imprenta, ceras. Cuando se lo emplea en equipos eléctricos se lo conoce bajo la denominación genérica de Askarel (primera marca registrada)no obstante raramente las placas características de los equipos indican Askarel o DPC, siendo común indicar la marca registrada del fabricante (más de treinta a principios de la década de los 90). En muchos países se dejaron de fabricar a finales de la década de 1970 cuando se encontraron signos de ser sustancias dañinas para el ambiente y posiblemente para la salud.
Las características y propiedades físico – químicas de los difenilos en el alcance son: Un líquido viscoso, transparente, ligeramente amarillento, de olor característico comparable a los compuestos clorados (DDT, Gamexane y otros).
Más especificaciones:
Densidad a 15,5° C entre |
1,38 a 1,57 Kg/lt. |
Presión de vapor a 40° C |
menor a 1,5 mm Hg. |
Viscosidad Saybolt Universal a 40° C |
38 a 95 segundos. |
Máximo de agua a saturación |
150 ppm a 40° C. |
Punto de solidificación |
-45 a –10 C. |
Punto de inflamación |
alrededor de 200° C. |
Punto de combustión |
no tiene. |
Punto de ebullición |
alrededor de 340° C. |
Contenido de cloro |
30 a 60 % |
Tensión discruptiva |
70 KV/cm a 15° C y 30 ppm agua. |
Constante dieléctrica |
200 KV/cm |
Resistencia específica |
5×10 a la 12 ohm.cm. |
Otras propiedades son: Gran estabilidad, no corrosividad, a temperaturas elevadas desprende productos de descomposición, tales como: Acido clorídrico, dióxido de carbono, monóxido de carbono, puede también desprender, baja ciertas condiciones, pequeñas cantidades de policlorodibenzodioxinas (PCDD) y policlorodibenzofuranos).
Al ser absorbidos por vía respiratoria, dérmica o por ingestión, puede provocar trastornos irritativos, respiratorios, lesiones cutáneas (cloracné) y manifestaciones tóxicas generales (pelos, uñas, digestivas, neurológicas, etc.). Como inferimos sus desechos son peligrosos, conforme nuestra legislación nacional, Ley 24.051 y Decreto reglamentario 831/93. Por ello nuestra preocupación, más que el recuerdo del agente naranja.
La calidad de vida es posible siempre que exista educación. Las maravillas de la química son (muchas veces y con el tiempo "de conocimientos") villanos atmosféricos. Esa atmósfera envuelve toda la vida y de ella depende nuestra supervivencia.
Dr. José Carlos Corbatta
[email protected]