El Pueblo Boliviano afirmó, en los dÃas más sombrÃos de octubre, su derecho de asentar sus propias bases constitucionales. Los partidos polÃticos y las supuestas élites económicas, sociales, culturales, jurÃdicas y otros llamados especialistas o tecnócratas, no tiene más el monopolio de preparar ni redactar la Constitución de Bolivia, como en tiempos pasados.
Por Dr. Carlos Terrazas Orellana
El Pueblo Boliviano afirmó, en los dÃas más sombrÃos de octubre, su derecho de asentar sus propias bases constitucionales. Los partidos polÃticos y las supuestas élites económicas, sociales, culturales, jurÃdicas y otros llamados especialistas o tecnócratas, no tiene más el monopolio de preparar ni redactar la Constitución de Bolivia, como en tiempos pasados.
La Nación entera exige un referéndum, que es la expresión máxima de la democracia, no solamente por el problema del gas natural, los impuestos excesivos que están asfixiando a las familias bolivianas de modestos recursos, sino y ante todo, pide un referéndum para adoptar una nueva Constitución PolÃtica del Estado, elaborada en una Asamblea constituyente representativa del paÃs. El Pueblo no quiere una constitución elaborada por los partidos polÃticos, sectarios que defienden únicamente sus intereses. El Pueblo Boliviano exige una constitución que le garantice su soberanÃa, sus derechos, sus riquezas, su prosperidad y su futuro.
La nueva Constitución PolÃtica del Estado tiene que ser preapartada, debatida e incluso redactada en su forma inicial en cabildos abiertos, foros, asambleas y tribunas populares, como la del Encuentro Social Alternativo que se realizó paralelamente a la XIII Cumbre Presidencial de Iberoamérica en Santa Cruz.
El Pueblo Boliviano afirmó, en los dÃas más sombrÃos de octubre, su derecho de asentar sus propias bases constitucionales. Los partidos polÃticos y las supuestas élites económicas, sociales, culturales, jurÃdicas y otros llamados especialistas o tecnócratas, no tiene más el monopolio de preparar ni redactar la Constitución de Bolivia, como en tiempos pasados.
La nueva Constitución PolÃtica del Estado, no podrá en ningún caso ser una « constitución bis », sin cambiar nada de fondo, como estarÃan planificando juristas y polÃticos de toda Ãndole, En otras palabras « guardar la misma filosofÃa y los mismos privilegios para los partidos polÃticos y para las clases dominantes con algunos remiendos endormecedores para el Pueblo ».
Desde su independencia, en 1825, es la primera vez que el Pueblo Boliviano tiene la posibilidad de definir su propia constitución, con bases sólidas democráticas y modernas, digna de los paÃses socialmente más avanzados del Mundo. Es el momento histórico que tiene el Pueblo Boliviano ante la expectativa iberoatinoamericana y mundial, que escudriñan con un ojo muy atento lo que va ha pasar en la Asamblea constituyente en Bolivia.
Una asemblea constituyente deberÃa normalmente estar formado por representantes dignos y elegidos por el Pueblo para este cometido. La actual MayorÃa Parlamentaria, con sus bancadas sectarias, muy desacreditadas por cierto, ante la Nación y ante el Mundo entero, no responde a esta noble y digna misión, que es la de dar una nueva Constitución a Bolivia. Las Leyes, como la de Hidrocarburos, que ha legislado la MayorÃa Parlamentaria, asà como el nombramiento de un agente foráneo, a la cabeza del PaÃs, teniendo pleno conocimiento sobre sus intenciones y prácticas despóticas en contra de la soberanÃa nacional, los desacredita y los descalifica automáticamente ha esos parlamentarios indignos de representar la Nación.
Sin embargo, pese a estos inconvenientes, el Pueblo Boliviano quiere dotarse de una nueva Constitución. Por lo tanto, los ciudadanos deben manifestar sus opiniones, sugerencias, ideas a fin de evitar que una pequeña minorÃa imponga sus propias decisiones o las de una potencia foránea e imperialista.
Entre algunas ideas que pueden servir de base a discusiones, encuentros, debates, cabildos para preparar la Asamblea Constituyente podemos sugerir de una manera breve los siguientes puntos :
Que la nueva Constitución PolÃtica del Estado, que ya empezó a escribirse con la sangre de los hermanos que dieron su salud y hasta sus vidas defendiendo los principios universales de la democracia que dice : « Que la soberanÃa nacional pertenece al pueblo y cuando un gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y de los deberes que tiene el pueblo ».
· Es asà que el Pueblo Boliviano ha manifestado, abiertamente ante el Mundo entero, su deseo de dotarse de una nueva Constitución PolÃtica del Estado que le garantice su soberanÃa, sus derechos y no solamente sus obligaciones.
· La nueva Constitución deberá darnos las bases filosóficas, jurÃdicas, geopolÃticas, sociales? que garanticen los principios fundamentales de la Sociedad boliviana. En cuanto a las normas y al funcionamiento administrativo de las instituciones del Estado no tiene nada que hacer en la Constitución, puesto que estos puntos pueden ser tratados en reglamentos internos de la administración sin necesidad de amparo constitucional.
Efectivamente, la actual Constitución PolÃtica de Estado de Bolivia, compuesta de 235 artÃculos y 5 disposiciones transitorias (la Constitución de los USA tiene 7 artÃculos y 27 enmiendas, la de Francia, 89 artÃculos?), tiene la forma de Código « polÃtico », administrativo y civil, con la única finalidad de confiscar la soberanÃa del Pueblo en favor de los partidos polÃticos « tradicionales ».
· La separación y la limitación de los tres Poderes del Estado deberán ser la base fundamental de la democracia dentro de la nueva Constitución de Bolivia. No existe verdadera democracia sin separación y limitación de poderes, sin respeto de los Derechos del Hombre. Las funciones de un miembro del Gobierno son totalmente incompatibles y antidemocráticas con el ejercicio de cualquier tipo de mandato parlamentario, inclusive la función del Vicepresidente de la República que ejerce también la de Presidente nato del Senado.
Nuestro actual régimen parlamentario o más exactamente « régimen de partidos » se adueña de la soberanÃa del Pueblo y de su democracia directa. Un presidente electo por este sistema polÃtico no puede gozar de la legitimidad de una democracia moderna. Puesto que resulta ser un presidente de partido, sectarista que engalardona únicamente los colores de su bancada y que gobierna el paÃs como si se tratará de administrar su partido o sus empresas privadas, distribuyendo cargos y riquezas que no le pertenecen, enajenando los bienes y las aspiraciones del paÃs.
· El Presidente de la República deberá ser elegido por la mayorÃa absoluta de los votos emitidos en la primera vuelta. Caso contrario, una segunda vuelta deberá ser prevista para la elección del presidente entre los dos candidatos que hayan obtenido los porcentajes más altos del sufragio. Es la única manera democrática que garantiza la soberanÃa del Pueblo y la legitimidad del mandato presidencial. En una palabra, el Presidente de la República deberá ser el Presidente de todos los bolivianos, y no solo de su partido o de una asociación de partidos polÃticos.
· La Constitución deberá prever claramente, las obligaciones que debe tener el Pueblo, asà como también los deberes y la responsabilidad del Estado y de sus instituciones hacia el Pueblo.
Para la preparación y la redacción de la nueva Constitución deberÃamos inspirarnos tanto de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, asà como la del niño y de la mujer? pero también de la sabidurÃa milenaria, de la organización comunaria de nuestros Pueblos autóctonos . El sistema del « El Ayllu » deberá guiarnos y estar presente en la nueva Constitución.
· Por ejemplo, la asistencia y la toma a cargo por la comunidad a los niños huérfanos, abandonados, a los enfermos, y a los ancianos. Esta manera de vida secular de los pueblos nativos, que representan más del 50 % del paÃs, deberá servir de ejemplo a la Nación entera. El Estado tiene la responsabilidad de velar que se cumpla este avance social.
· La medicina tradicional (y las plantas medicinales), por intermedio de sus « Kallawayas », que hoy en dÃa ganó su tÃtulo de nobleza, al ser declarada por la UNESCO como patrimonio de la Humanidad, deberá ocupar un buen lugar en la Constitución, principalmente cuando se trate el tema de la seguridad social y la asistencia médica para todos los bolivianos.
· El respeto y la protección de la naturaleza y de sus riquezas naturales, que durante milenios los pobladores de estas tierras practicaron y que nos legaron tierras vÃrgenes, fecundas sin contaminaciones y que hoy en dÃa representan nuestras riquezas naturales. Por medio de la Constitución debemos asegurar su protección, puesto que cientÃficamente ya ha sido demostrado, que la protección ecológica es una necesidad vital para Planeta. Esto nos sitúa, en el contexto mundial, como un paÃs altamente ecológico con la mayor cantidad de ecosistemas y biosfera del Planeta.
· Lo propio resultarÃa con la utilización del gas natural en nuestro paÃs. El gas para muchos paÃses es la energÃa del mañana, para el nuestro, es la energÃa del presente.
· La voluntad que el Pueblo ha manifestado durante los dÃas de octubre en defensa de la soberanÃa y de la riqueza nacional, deberá figurar claramente en la nueva Constitución de Bolivia y de esta manera se pondrá fin a todos los negociados, concesiones, dilapidaciones, enajenaciones anticonstitucionales de los gobiernos anteriores. Todas las concesiones otorgadas a nacionales, multinacionales, hombres de paja, extranjeros, deberán volver al patrimonio nacional. Lo propio deberá realizarse con los latifundios y megafundios que se han creado por diferentes medios y que hasta la fecha son anticonstitucionales.
* Dr. Carlos Terrazas Orellana
Doctor en historia (Universidad Paris VII)