Por Bruce Katz y René Silva
Crímenes Contra la Humanidad por Razones Económicas
La Mundialización y La Candidez del Académico
Por Bruce Katz y René Silva*
El artículo que difundimos se enmarca en la campaña internacional para lograr la definición del delito económico, bajo determinados supuestos, como crimen contra la humanidad. "La segregación económica a la cual esos grupos sociales son sometidos no tiene más que un nombre: persecución criminal. Ese crimen puede ser castigado en Canadá y es por ello que el CCCCH pide a los ciudadanos del mundo que le entreguen la herramienta para perseguir a estos criminales y que firmen la petición del CCCCH. Ya que si grupos específicos y claramente identificables de nuestra sociedad son víctimas de persecución motivada por razones puramente económicas los responsables de esas persecuciones deberán responder de sus acciones, porque en virtud de la Sección 7, artículo 3.76 del Código Criminal de Canadá, la persecución es un crimen contra la humanidad"
Firme la petición del CCCCH:
http://comitecanadienhumanite.freeservers.com/spanish/petesp.html
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CRIMENES CONTRA LA HUMANIDAD POR RAZONES ECONOMICAS
LA MUNDIALIZACION Y LA CANDIDEZ DEL ACADEMICO
Por Bruce Katz y René Silva: Presidente y Director, respectivamente, del Comité Canadiense para Combatir los Crímenes Contra la Humanidad (CCCCH).
Resumen
El documento refuta, punto por punto, los argumentos simplistas avanzados en favor de la mundialización por Johan Norberg y Roger Bate en un artículo publicado por la Agencia Interamericana de Prensa Económica. Los autores, presidente y director del Comité Canadiense para Combatir los Crímenes Contra la Humanidad (CCCCH) estiman que cuando "académicos" pagados por las grandes empresas se libran al ejercicio de "modelar" la opinión pública con un análisis simplista de la compleja realidad económica que nos rodea, en
forma tan alegre y superficial como lo hacen Norberg y Bate, no sólo demuestran la candidez del académico, sino que, negando en forma tácita los millones de personas fallecidas por la aplicación de un modelo económico desigual, cometen un acto abyecto de lesa majestad y se hacen cómplices de un crimen contra la humanidad.
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ES irrisorio de observar cómo un puñado de dólares en el bolsillo de un académico lo hace observar la "buena" realidad en detrimento de la compleja realidad y lo conduce a concluir análisis macroeconómicos que se sitúan al nivel de un aficionado. Es el caso de Johan Norberg y Roger Bate, académico del Instituto Timbro de Suecia y director del International Policy Network de Londres respectivamente, de quienes la Agencia Interamericana de Periodismo Económico publicó en junio último un artículo intitulado "Manifestantes contra el libre comercio ignoran la realidad" (1)
De partida y sin decir agua va, los autores nos sirven la siguiente introducción que revela las huellas digitales del documento: "Los jóvenes anticapitalistas y los viejos socialistas que gritan consignas y tiran piedras cada vez que hay alguna conferencia económica internacional suelen lograr que los medios de comunicación les presten más atención a ellos que a lo que sucede en las discusiones formales".
En primer lugar los "jóvenes anticapitalistas y los viejos socialistas" han sido tildados por la prensa internacional de "grupos anárquicos", pero es sorprendente observar que los dichos anárquicos están tan bien organizados que en Seattle, Praga, Quebec y últimamente en Génova han forzado a los cuerpos de policía no sólo a parapetarse detrás de murallas de acero, sino también a enfrentarlos con armas de fuego. Cuando uno se pregunta quiénes son estos individuos el esquema general que se desprende es que son grupos e individuos de los segmentos más vanguardistas de la sociedad y que poseen ideas bien claras sobre el poder que las corporaciones multinacionales -y los grandes bancos- poseen sobre la economía mundial, entidades que luchan tan ferozmente por un "libre mercado" como contra la libertad de ideas.
Entre ellos encontramos igualmente grupos de misioneros, tanto católicos como protestantes, grupos de caridad y de voluntarios laicos agrupados en la Red de Lilliput cuyas demandas incluyen la cancelación de la deuda externa, una banca internacional transparente, y el rechazo a la manipulación genética, todas demandas que tienen sólidos fundamentos. Decir en forma tan simple que son jóvenes anticapitalistas y socialistas o anárquicos es hacer prueba de un reduccionismo intelectual al nivel de alguien parado en la
galaxia de Andrómeda mirando embobado la expansión del Universo. En otras palabras, sin saber dónde se está parado.(2)
En segundo lugar, si comprendemos bien el discurso de los académicos, las "discusiones formales" son las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI), las reuniones económicas del G8 o las de los clubes privados de Davos o Bildeberger. Reuniones evidentemente limpias, tenidas sobre tapetes espesos, con traguitos de whisky, buenos cigarros y agradable compañía en un decorado aseptisado de controversia. Lo que no comprendemos es porqué esas reuniones se hacen a puertas cerradas, pero lo que sí comprendemos es que las conclusiones de esas reuniones asépticas nos afectan a todos y sin embargo, según Norberg y Bates, los "todos" no podemos decir nada al respecto. ¡Curiosa la posición sobre "la realidad" que poseen estos académicos!
Tomemos el caso de una "discusión formal" del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En Junio de 2000 el Comité Canadiense para Combatir los Crímenes Contra la Humanidad (CCCCH) emitió un comunicado de prensa en donde revelaba una serie de documentos obtenidos por la Iniciativa de Halifax, una coalición nacional de organizaciones no gubernamentales en Canadá, obtenidos en virtud de la Ley de Acceso a la Información. El contenido de los documentos fue citado en el "Informe de Justicia Económica" de diciembre de 1999, publicación de la organización Ecumenical Coalition for Economic Justice, con sede en Toronto.
Los documentos enseñan que el FMI envía anualmente un equipo de economistas para evaluar la acción económica de cada uno de sus miembros, y estas misiones se conocen como "consultas del Artículo IV" (en referencia al artículo IV del acuerdo del FMI). La declaración del artículo IV del FMI al Ministro de Hacienda de Canadá, Paul Martin, en diciembre de 1994, contuvo un plan detallado, esencialmente el embrión del presupuesto federal presentado por este ministro en 1995 al parlamento canadiense. El plan refleja la obsesión del FMI con los cortes de presupuesto y comienza aconsejando al Ministro de Hacienda "… consolidar la posición federal …(?) cortando en el gasto público…[y] …que la política fiscal tome el
liderazgo". En febrero de 1995 Paul Martin anunció cortes de presupuesto, escalonados sobre un período de tres años, que ascendían a 29 mil millones de dólares en exactamente las áreas especificadas por el FMI(3).
Curiosamente la "discusión formal" del FMI con respecto a Canadá mantuvo un silencio de tumba frente a las transacciones financieras y no aconsejó al ministro Paul Martin aplicar un impuesto a esas transacciones, el llamado impuesto Tobin. ¿Habrá sido porque Paul Martin es demasiado poderoso y que una sugerencia de ese tipo habría afectado sus fuentes de ingresos? En Canadá los titulares de un puesto público deben declarar, en un documento público, sus haberes, en conformidad con el Código de Conflictos de
Intereses y de Empleo (Conflict of Interest and Post Employment Code for public Office Holders). Las revelaciones del Ministro de Hacienda de Canadá, Paul Martin, dejan atónito.(4)
Y fue este mismo individuo, cuyo imperio se extiende desde la construcción naval hasta una flota de navíos que le pertenece a 100%, pasando por una que otra empresa de inversiones, el que aplicó los cortes presupuestarios, salidos directamente de una "discusión formal", que afectaron a grupos bien definidos de la sociedad canadiense, a la población más frágil, a los ancianos, a los enfermos y a los niños. "Mamá -decía uno de ellos- tengo hambre", según un artículo del periódico Le Soleil de la provincia de Quebec (citado por Katia Gagnon, "Être pauvre au Québec. Le choc de Lucien Bouchard", La Presse,9 junio 2001, p.A1) un artículo que hizo derramar lágrimas de cocodrilo al primer ministro de la misma provincia, Lucien Bouchard, quien no hizo nada al respecto.(5)
El caso de este niño no es aislado; según la organización Canadian Feed The Children, hay más de 100.000 niños en la misma situación, que en Canadá van cada mañana a la escuela sin comer. No hablemos de los centenares de personas que murieron en los corredores de los hospitales por falta de atención médica debido justamente a los cortes de presupuesto que el ministro de Hacienda, Paul Martin, puso en vigor en 1995 y que también obligaron a la desinstitucionalización de enfermos mentales. Gino Laplante (38), un canadiense sin domicilio, presentando problemas psiquiátricos, de aquellos enfermos desinstitucionalizados por el gobierno de Quebec, murió de frío en la calle, en la mañana del lunes 18 de enero de 2000 bajo una
temperatura de menos de 51 grados Celsuis (6) Sin embargo los autores del documento "Manifestantes contra el libre comercio ignoran la realidad" nos advierten que "sus principales argumentos, [de los manifestantes] que el mundo cada día empeora y que las injusticias son causadas por el capitalismo, no tienen fundamentos teóricos ni empíricos"
Los sufrimientos causados por los cortes de presupuesto de Paul Martin, si comprendemos bien, son simplemente sueños, ni siquiera son empíricos según Norberg y Bate, y hablamos de un país cuyo PIB a sido de más de 800 mil millones anuales en los últimos años (7). Pero estos académicos de pacotilla no se detienen allí, y del alto de sus banquillos de autoridades "académicas" nos asestan una "lección" histórica al agregar: "La proporción de la población del Tercer Mundo que pasa hambre se ha reducido de 37% a 18%
en los últimos 30 años". Suponemos que lo que ellos llaman Tercer Mundo se refiere a países en desarrollo cuya población total redondea los mil millones de habitantes. De esos habitantes, hace treinta años, 370 millones sufrían de hambre (el 37%). Hoy en día, según los académicos en cuestión, "solamente" 180 millones (el 18%) sufren de ese flagelo. ¡Treinta años! ¿Se dan cuentan estos pajarracos de que estamos hablando del lapso de tiempo de una generación completa en la vida de esas personas? Treinta años y el
problema sigue vigente. Una sola persona en el mundo sufriendo de hambre, cuando los países desarrollados producen un superávit de alimentos al punto de tener los más altos índices de enfermedades cardíacas, no sólo es un drama, sino que es una aberración social y moral de la cual somos todos
colectivamente responsables. Sin embargo, para Norberg y Bate, 180 millones de almas sufriendo diariamente la agonía del hambre son una simple cifra en la columna del Haber de contaduría, en consecuencia para ellos es todo un "éxito". Pero dejemos mejor a la Organización para la Agricultura y los
Alimentos (FAO) responder a estos académicos : "A pesar de que la proporción de la población mundial en un estado crónico de malnutrición se ha reducido de 37 al 18 por ciento en los últimos 30 años, el número actual de personas malnutridas se ha reducido de 960 millones a 790 millones en los países en desarrollo. Al mismo tiempo, existen 34 millones de malnutridos y que sufren del hambre en los países industrializados". ¡Todo un "éxito"!.(8)
Más aún, no contentos con este análisis nauseabundo de fondo de basurero nos explican que "La expectativa de vida en los países en desarrollo ha aumentado de 46 años a 65 años desde 1960. Y, en el mismo período, la mortalidad infantil se ha reducido de 18% a 6%"
Bueno, en primer lugar, no hablamos del "Tercer Mundo", ni del mundo aborrecible descrito por Dickens hace más de un siglo, sino de Canadá y de la realidad que viven miles de niños y ancianos en un país del grupo de los G8. Evidentemente la expectativa de vida ha aumentado y los trabajadores pueden llegar a los ochenta años. ¿Pero de qué les sirve si después de los 65 años, al acogerse a jubilación, en muchos casos, se ven obligados a visitar los basureros públicos en busca de botellas para vender y así redondear los fines de mes debido a que las pensiones de jubilación fueron reducidas por el presupuesto de Martin? ¡Situación en un país en donde el crecimiento del PIB es superior a los 800 mil millones de dólares anuales! ¡Podemos ya imaginar lo que es la prolongación de la vida en países en vías de desarrollo, abrumados por los intereses de deudas externas pagadas ya más de diez veces y en donde el FMI se abate, cual pájaro de rapiña, con sus
planes de reajuste! (9)
Y continúan los académicos agregando, como para asestar el golpe final del profundo análisis, con olor a fondo de letrina, de la realidad que ellos observan y con la autoridad de quien ha inventado la rueda: "Tales
estadísticas actuales son mejores que las de los países ricos hace un siglo" ¿Pero se dan cuenta los "estudiosos" que están comparando sandías con habichuelas? Hace un siglo, si contamos a partir del año dos mil, no existía ni la radiografía ni la penicilina. Existía sí la quinina, que los europeos utilizaron en forma masiva para vencer el paludismo y conquistar África, cuestión de sacar un beneficio. Hace un siglo apenas se comenzaba a utilizar la electricidad en forma masiva y no existía ningún tipo de protección social ni médica como existe hoy en día. ¡Es tan claro como el agua cristalina, estimados académicos, las estadísticas de los países industrializados deben necesariamente reflejar una realidad diferente un
siglo después!
Veamos. Un estudio del Institute for Policy Studies, aparecido en United For A Free Economy, revela que los salarios de los dirigentes de grandes corporaciones aumentaron en 535% en los años 90 contra solamente 32% en el salario de los trabajadores. Lo que lleva a concluir que una desigualdad de esa magnitud es un peligro para la democracia cuando se compara el salario de esos dirigentes al salario de los políticos. En consecuencia se puede observar que efectivamente hay riqueza en el mundo (10). Esa riqueza no solo
proviene de la venta de salchichas y de hamburguesas en los países industrializados, ni de las mismas ventas a países en desarrollo, bajo la amada noción de "libre mercado" con el cual los académicos nórdicos se hacen gárgaras. Esa riqueza está teñida de sangre.
Que nosotros sepamos la Gripen Saab, es uno de los principales actores en la industria aerospacial y de defensa en el mundo y manufactura el jet de combate JAS 39 Gripen. Que nosotros sepamos este conglomerado de la defensa tiene su sede social en nada menos que Suecia, el mismo país en donde el
Instituto Timbro reposa sus asentaderas. El JAS Gripen, si creemos al comunicado de prensa, del 23 de marzo 1998, de la empresa que lo fabrica …. se está comercializando actualmente en ocho países: Chile, Brasil, Polonia, República Checa, Austria, Hungría, Sudáfrica y Filipinas. El marketing y las ventas son realizados conjuntamente por Saab y British Aerospace". El quince de septiembre de 1999 (siempre de acuerdo a uno de los comunicados de prensa de SAAB) Sudáfrica anuncio la compra de un paquete de
aparatos aéreos de combate, nada menos que 28 Gripen y 24 Hawks con opciones para 19 otros Gripen y 12 Hawks. "Estamos encantados -exclamaba el jefe ejecutivo de BAE, John Weston, un super-vendedor de material de guerra desde 1970- con la decisiòn del gobierno sudafricano y esperamos tener una larga y
sostenida asociación" ¡Ya podemos imaginarnos como le corría la baba al mercader de muerte mientras se sobaba las manos! Segùn la Agencia Bloomberg el precio de las acciones de BAE, el 24 de julio de 2001 era de $517.590 cada una con un dividendo de $1.8.y el valor de las de SAAB subió de $94.50 en marzo de 2000 a $102,5 en julio de 2001 lo que le permitió acumular un capital, según la evaluación entregada por la misma empresa, de US$ 8.3 mil millones.
La South Africa Council of Churches (SACC) imploró a los responsables gubernamentales suecos que se reconsiderase esa venta de armas y les pidió que pusieran "particular atención al impacto de la transacción sobre la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible en Sudáfrica, en el África del Sur y en el continente entero". Pero sus ruegos cayeron en suelo estéril. No hay que olvidar que SAAB es el principal asociado de British Aerospace, un conglomerado de empresas que incluye Astrium, Thomson Marconi, STN Atlas,
Alenia Marconi Systems y Airbus. Esta pequeña empresa británica, asentada en el mismo suelo desde donde el International Policy Network lanza su nauseabunda moral macroeconómica, está asociada a Exostar, otro conglomerado que incluye Rolls’Royce, Boeing, y Raytheon. Cabe entonces preguntarse si
acaso el salario de John Weston aumentó en 535% en los últimos diez años. De ser así el salario de este jinete del Apocalipsis sería superior en tres veces al salario conjunto de todos los presidentes y primeros ministros de los países del G8.
El comunicado de SAAB concluye que el negociado con Sudáfrica "generará un aumento de las ventas domésticas, de las exportaciones y que incluirá inversiones en la industria de ese país". Las ventas de este conglomerado "espacial y de defensa", como nos informa un comunicado de prensa de Exostar, genera ventas de más de $400 mil millones al año. Curiosa dicotomía ésta de los países que se dicen "neutros". Canadá no está ausente de ese "mercado" lucrativo de la muerte. En 1997 este país vendió armas de pequeño calibre a Argentina, a Chile, a Guyana, a Filipinas, a Tanzania y a Zambia, todos países en desarrollo, en particular de América latina, cuya militarización es alarmante y presagia, con el Plan Colombia a la cabeza, el enfrentamiento definitivo de los Estados Unidos a la Comunidad Europea en el teatro latinoamericano por el dominio del dólar sobre el euro. No hay que olvidar que los $8,000 mil millones de "ayuda" a Colombia es una ayuda militar cuyo objetivo es, no como se cree una lucha contra las drogas, sino
una lucha por el control de las bolsas subterráneas de petróleo, explotadas o por explotar, de este país y que el euro comienza a circular a partir del 1ro de enero de 2002 en Europa y en América latina.(11)
Pero según los grandes analistas del Timbro y del International Policy Network esta "realidad" hay que observarla como un beneficioso desarrollo y progreso, tanto económico como tecnológico. ¿Quién se enriqueció con esta "transferencia" tecnológica, señores académicos? ¿Chile? ¿Brasil? ¿Zambia?
¿Tanzania? ¿Filipinas? ¿No sería preferible hacerse la pregunta de otra manera y preguntarse: son éstas las riquezas que producen los "inversionistas" extranjeros en los países en desarrollo? Pero creemos que a
estas alturas de la cuestión la pregunta definitiva a formular es cuál de todos estos tíos que generan billones de dólares financian las "investigaciones" macroeconómicas de los académicos del Instituto Timbro y
del International Policy Network? La respuesta es evidente.
Por otro lado no podemos negar que los Marcos y los Estradas en las Filipinas, así como los Suharto en Indonesia se hicieron ricos gracias a la "apertura" al libre comercio, atrayendo "inversiones" extranjeras que
crearon los sweatshops de Singapur y los grandes delirios de grandeza arquitectónica de Djakarta en donde, si bien se dice que las tensiones nacieron de la sucesión a la presidencia, no hay que olvidar que las
tensiones subyacentes fueron motivadas por los grandes pilares militares que Suharto logró construir para legitimar su propia ideología y el enriquecimiento de su familia. ¿Si Indonesia logró un crecimiento económico sin igual gracias al "libre mercado", cómo explican los académicos majaderos, como se explica que este país se haya convertido de productor de arroz en un mendigo de arroz en Asia? ¿Dónde fue a parar la "riqueza"? Por no decir nada de la explotación de millares de niños por la llegada de los "inversionistas" extranjeros al Asia atraídos por una mano de obra barata (12). Es cierto, en los años 80 y en gran parte de los años 90 no solo se habló del gran "milagro" asiático sino del surgimiento de los "Tigres del Asia", Japón, Malasia, Corea del Sur, Tailandia, Singapur, etc., que efectivamente registraron crecimientos de 8% anual y que finalmente resultaron ser tigres de papel. ¿El amado modelo de "libre mercado" de los académicos en cuestión sirvió entonces para enriquecer a quién? (13).
En lugar de observar la realidad que los rodea las cándidas palomas del Instituto Timbro y del International Policy Network continúan aleccionándonos que "según el estudio de David Collar y Aart Kraay, del Banco Mundial, aquellos países que se abrieron al comercio internacional obtuvieron tasas de crecimiento económico de 5% al año en la década de los 90, mientras que los que se mantuvieron cerrados sufrieron de tasas negativas de crecimiento." ¿Qué se puede decir frente a tanto ardor neoliberal acompañado de fuentes de información reconocidas?
Veamos. En primer lugar el Banco Mundial, así como su hermano mayor el Fondo Monetario Internacional, forma parte de los que se encierran para tomar decisiones en el marco de "discusiones formales", es decir es parte del problema y no de la solución (14). En segundo lugar, tal cual la historia lo confirma, cuando un país se abre al comercio internacional, en particular bajo la forma de un acuerdo de libre cambio, siempre ha sido el país importador el que más pierde. Es el caso del Tratado de Libre Comercio de la América del Norte (TLCAN) firmado entre Canadá y los Estados Unidos. Para Canadá, pérdida de empleos, expoliación de sus recursos naturales, aumento de importaciones y precios más altos para los recursos energéticos.
Evidentemente que el TLCAN generó riqueza, sin lugar a dudas, a prueba de ello el PIB de Canadá. Sin embargo, si creemos al Banco Mundial, esa riqueza se construye sobre las espaldas de miles de trabajadores sometidos a leyes laborales escurridizas, por no decir inexistentes. ¿Pero cómo explican los
académicos que el gobierno conservador del primer ministro de la provincia de Ontario (Canadá), Mike Harris, ataque a los más pobres de su provincia, que forman legión, en un claro ejemplo de persecución políticamente motivada contra los abandonados por las riquezas producidas? ¿Dónde está esa riqueza?
(15)
En el nombre del libre comercio, aquellos que pasan su día pegados a los ordenadores, con el trasero en confortables sillones, mirando las cifras financieras que danzan en las pantallas, se arrogan el derecho a dar
lecciones académicas sobre los crecimientos económicos. Pero el mismo ejercicio les ciega ante los efectos de la misma danza de cifras en millones de seres humanos. ¿Qué decir, por ejemplo, de la situación de los niños en África, denunciada por la organización británica Christian Aid, que estipula en su último informe, "Millennium Lottery Who Lives, Who Dies In An Age Of Third World Debt?" que miles de niños en el continente africano mueren como consecuencia de las infames políticas económicas forzadas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI)? Políticas económicas que son puestas en práctica sin discriminación por responsables en los gobiernos que piden ayuda a esta institución. Decisiones evidentemente tomadas en "discusiones formales" (16)
La UNICEF entregó recientemente el estudio "La situación mundial de la infancia en 2001", en donde se encuentra la respuesta adecuada a los que ven "la realidad" a través de un embudo: "Debido a que la pobreza es un enemigo despiadado. En una época en que impera una prosperidad mundial sin precedentes, según los cálculos del Banco Mundial, 1.200 millones de personas, entre ellas más de 500 millones de niños, vivían en la pobreza en 1998, con menos de 1 dólar diario. En los países más pobres, el dinero que podría dedicarse a la educación, a la atención de la salud y la mejora de la infraestructura se destina al pago de la deuda. Los países en desarrollo deben más de 2 billones de dólares al Banco Mundial, al Fondo Monetario
Internacional (FMI), a otros prestamistas y a países industrializados. Los préstamos cuyo propósito era sacar a los países de la pobreza -un logro que podría alcanzarse en una generación si ese mismo dinero se invirtiera hoy en programas de desarrollo del niño en la primera infancia-, los están sumiendo en cambio cada vez más en la deuda". Que nosotros sepamos ni el Instituto Timbro ni el International Policy Work han desmentido este informe, por lo que se deduce que aceptan sus conclusiones.(17)
Las deudas inducidas por los grandes banqueros fuerzan a las familias a enviar sus niños a trabajar como un medio de redondear los fines de mes con un segundo y a veces un tercer salario. Duncan Green estimó esta fuerza laboral a 17,5 millones de niños, entre las edades de 5 a 14 años, forzados a trabajar en América latina y en el Caribe. ¿Dónde trabajan estos niños, señores académicos? ¿En la iglesia del pueblo en donde viven, en el almacén de la esquina de la calle donde acostumbraban a jugar? No. En fábricas creadas por el beneficioso, milagroso y benefactor capital de "las inversiones extranjeras" de los nuevos mercados libres que ha encontrado un medio ambiente laboral que perdió el sentido de un día laboral legal, convirtiéndolos así en una mano de obra prescindible, la cual se puede explotar, expoliar, castigar y despedir impunemente y en total silencio (18).
A fines de los años 70, Chile, bajo la bota militar del general Pinochet, recibió a brazos abiertos las sugerencias de aquellos alumnos enviados a estudiar a la Universidad de Chicago, de donde recibieron el apodo de los "Chicago boys". Estos "boys" recomendaron la apertura de los mercados chilenos a las inversiones extranjeras y la privatización de los fondos de jubilación que se hizo casi con la bayoneta en el trasero. Cierto, el crecimiento económico de Chile fue, durante una década, de más de 5% anual con el flujo de dinero que se generó. Pero los académicos majaderos ocultan sabiamente las consecuencias de miles y miles de personas que perdieron sus ahorros de toda una vida en operaciones fraudulentas de las miles de
corporaciones financieras nacidas ad hoc, bajo la sombrilla protectora de la dictadura, para "gestionar" privadamente ese flujo de dinero.
¿Y qué decir de la Argentina que abandonó la flotabilidad del valor de su moneda y se "abrió" al valor del dólar americano adoptando, a principios de los años 90, la paridad del peso con la moneda americana? Que nosotros sepamos actualmente Argentina sufre una de sus más graves crisis económicas, bautizada con el apodo de "el efecto tango", que podría arrastrar en su caída a los demás países del MERCOSUR. Es cierto, después de la adopción del plan de paridad la Argentina redujo la inflación de más del 2000% anual a
casi cero. ¡Qué bueno para las estadísticas de académicos majaderos! ¿Pero fue beneficioso para el 18% -cifras oficiales- de cesantes que actualmente deambulan por las calles del país?
Nos dicen los majaderos de siempre, cambiando el fusil de hombro: "No sorprende que los países en desarrollo del Este de Asia fueron los primeros en tener éxito en su transición, convirtiéndose en países industrializados y ricos." Que sepamos, Japón se encuentra en el este asiático, más precisamente en lo que se conoce como la cintura Asia-Pacífico. ¿Cómo explican que el gobierno del Japón haya instalado espejos en las estaciones de metro como medida para reducir la ola de suicidios de empleados sin trabajo?. El Acuerdo Plaza a fines de los años 80 creó las bases para un yen fuerte, lo que originó una estampida de capitales hacia el Japón en donde compraron todo lo que podían, vale decir activos en las bolsas de valores
japonesas, que originó una expansión industrial que comió espacios de terreno para ampliaciones industriales, haciendo subir el precio de los terrenos en un país exiguo que lucha por centímetros de terreno para viviendas. El efecto alcanzó a Malasia, a Indonesia y el sudeste asiático provocando una "burbuja" financiera casi sin precedentes en la región (19).
Aprovechándose de la euforia los bancos japoneses prestaron dinero a diestra y siniestra a especuladores inmobiliarios, dinerillos que naturalmente no pudieron recuperar con el tiempo y causaron la explosión de la "burbuja" económica del Japón. Nada menos que la friolera de US$246 mil millones en deudas que hoy día el gobierno japonés debe pagar, con el dinero del contribuyente, para sostener la confianza en su sistema bancario corrompido hasta la médula de los huesos.
La apretada de cinturón japonesa influyó en los mercados financieros de Asia y ocasionó la pérdida de valor de las monedas locales lanzando millones de personas a la pobreza y al hambre. ¿Estos académicos de pacotilla no han oído nunca hablar de las favelas de Thailandia o de Indonesia en donde se hacinan millones de seres humanos, aquellos abandonados por el "nuevo orden" económico tan enriquecedor? Sin embargo Norberg y Bates estiman la situación beneficiosa ya que ocasionó la "riqueza" de los países de Asia; corrupción aparte evidentemente. ¿Estarán estos tipos en su sano juicio? (20)
Poco importa la respuesta, ya que continúan a aleccionarnos con un análisis de biberón para adormecer bebés lactantes: "Los enemigos de la globalización -aseguran con énfasis de grandes conocedores- insisten que el mercado es dañino, pero resulta que el peor problema del Tercer Mundo es la falta de capital, de tecnología y de conocimientos. Y la más eficiente manera de transferir esos tres requisitos para el crecimiento es por medio de inversiones extranjeras. Los inversionistas han transferido al mundo en
desarrollo un billón de dólares (un trillón en inglés) en la última década, suma mayor que toda la ayuda extranjera desde la Segunda Guerra."
¡Profundo análisis! Comencemos por lo más simple, la falta de "capital". ¿Pero de qué sirve el capital extranjero si no produce nada? Al menos así lo estiman Barry Bosworth y Susan Collins de la Brookings Institution en Washington, en un estudio empírico de los flujos de capital hacia 58 países en desarrollo entre 1978 y 1995, intitulado "Capital Flows to Developing Economies: Implications for Saving and Investment" llegando a la conclusión que el capital caliente que llega a los países en desarrollo es estéril (21).
En cambio, el latinoamericano que reside en los Estados Unidos, en Europa o en Japón se ha convertido en una pieza clave para el crecimiento económico de sus respectivos países de origen. Un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que el volumen de dinero que los inmigrantes latinoamericanos envían a sus países de origen supera los US$20.000 millones al año. El monto de divisas extranjeras enviadas por estos trabajadores supera ampliamente los flujos de ayuda oficial entregados
por países donadores a los países en desarrollo. La suma de los dineros a veces representa hasta el 10% del PIB nacional en ciertos casos (22).
Como se percibe, a través de ese cándido discurso académico, Norberg y Bates desearían ver naturalmente un aumento del dinero caliente, aquel manejado por los fondos de cubertura (hedge funds), fondos especuladores que se amparan de los mercados financieros de un país para sacar, a cortísimo plazo, el máximo de beneficios para el especulador y abandonándolo, tan inopinadamente como llegaron, sin dejar beneficio alguno para el país, comerciando así sin vergüenza alguna con la miseria. Ese fue el caso de la
crisis del peso mexicano en 1994-1995, que lanzó lo que se conoció como el "efecto tequila", la desvalorización del peso mexicano debido al rápido retiro de "capitales calientes" (23). Evidentemente, estimados académicos, que el arribo de dinero quedó registrado en las cifras oficiales, lo que
permite decir a los débiles de espíritu que los "inversionistas han transferido al mundo en desarrollo un billón de dólares (un trillón en inglés) en la última década, suma mayor que toda la ayuda extranjera desde
la Segunda Guerra". Evidente también que hubo traspaso de capitales – a los mercados financieros- y luego fueron retirados sin producir un solo empleo y sin tener en cuenta la miseria que ocasionaban. Sin embargo para Norberg y Bates este comportamiento especulativo en los mercados financieros no sólo es saludable, sino que también "enriquecedor". ¿Enriquecedor para quién? En lo que concierne al África, 37% de los fondos privados de ciudadanos africanos están depositados en el extranjero. Debido a esto Kofi Annan,
secretario general de las Naciones Unidas, exigió la repatriación de esos fondos adquiridos ilícitamente y transferidos por dirigentes y funcionarios corrompidos. No hay que olvidar que esos fondos se originaron durante el proceso de "enriquecimiento" de los países africanos que se abrieron al "libre mercado" tan amado de los académicos del Instituto Timbro y del International Policy Network, dinero indudablemente teñido de sangre humana, en particular aquel poseído por las elites africanas de Nigeria, uno de los
países en donde la corrupción de la elite gobernante es legendariamente famosa y sin embargo los grandes bancos occidentales esconden los crímenes de estas elites con la modestia y confidencialidad que requiere el valor del dinero ya que las fortunas de varias elites africanas corrompidas son invertidas en Europa, en Canadá y en los Estados Unidos. ¿Qué dice el Instituto Timbro y el International Policy Network acerca de estos "enriquecimientos", fruto del "libre comercio" y de la mundialización? (24)
En segundo lugar, los "inteligentes" del Instituto Timbro y del International Policy Network nos sirven el argumento, que raya en la xenofobia, de la falta de "tecnología y de conocimiento". En otras palabras,
de ese discurso se desprende que los países en desarrollo están llenos de tarados mentales que no han sido, no son y no serán nada sin el extraordinario conocimiento de los países desarrollados. Respondan una
simple pregunta los "inteligentes": ¿Quién desarrolló el virus "I Love You" que paralizó los ordenadores de algunos gigantes de la informática americana? ¿Un escandinavo o un británico blanco, alto, rubio de ojos
azules, hablando un idioma que nadie comprende, miembro de una raza elegida y poseedor de un know-how extraterrestre? No. Fue un simple estudiante de ingeniería trabajando en un sótano de una callejuela en las Filipinas. Con veinte individuos como ése trabajando al unísono y los países desarrollados quedan relegados al estado de homínidos en la era de la tecnología informática (25). Permitan recordarles, señores académicos, que Microsoft, el gigante americano de los ordenadores, está lleno de ingenieros en
informática de origen hindú, así como también la Silicon Valley. ¿Y qué decir de la batalla que opuso Bombardier, el gigante de la aerospacial canadiense, a la empresa aeronáutica Embraer, de Brasil? Bombardier siempre reclamó que las firmas con apoyo gubernamental deberían ser tenidas al margen de las ofertas de compra de aeronaves, porque los precios ofrecidos se sitúan bajo el nivel de los mercados (26). Cosa curiosa en este discurso de "libre mercado", Bombardier pidió ayuda financiera al gobierno de Canadá
para asegurarse el contrato de la venta de aviones a Northwest. Nada menos que la friolera de CAN$87 millones. Bombardier fue el principal proveedor de fondos a la campaña del Partido liberal de Canadá, partido que actualmente forma el gobierno y el dinero lo recibió libre de intereses! Como consecuencia Brasil y Chile firmaron un acuerdo para construir las aeronaves de Embraer y nadie puede negar que juntos se convertirán en feroces concurrentes de Bombardier en los mercados internacionales. Pero Norberg y
Bates con una información obtenida seguramente en el medioevo, estiman que en esos países no hay ni cerebros ni tecnología (27)
No hablemos de Pakistán, quien junto con la India, la China e Irak nos hacen erizar los cabellos con su poder nuclear. No hablemos de la Argentina quien, gracias a su ex presidente Carlos Menem, hoy día bajo arresto domiciliario, se dio el lujo de vender armas a diestra y siniestra. La Argentina es uno de los tantos productores de armas del mundo y no sufre de falta de cerebros, como lo dejan suponer Norberg y Bate. La Argentina, así como el resto de los países en desarrollo, sufren en primer lugar del carcoma del pago de
intereses de las deudas exteriores ya pagadas diez veces y de las altas sumas de dinero que deben pagar en royalties por tecnología prestada, no transferida. Sufren de la fuga de divisas extranjeras por la compra de
armas. Y sufren además del otro carcoma, que los majaderos aficionados a la macroeconomía mundial no ven, estos países sufren de la falta de mercados que no se abren para ellos.
Los Norberg y Bates del mundo lo único que desean es que los países en desarrollo abran sus puertas al saqueo del pequeño asalariado, por los vendedores de pacotilla tipo Amway en el nombre de la "libertad de
mercados", pero guardan un silencio cómplice frente al proteccionismo comercial que practican tanto Suecia como Gran Bretaña y los otros países, conocidos como "desarrollados" ¿Cómo explican estos aturdidos que Europa haya impuesto cuotas a la venta de bananas del Ecuador? ¿Cómo explican estos aturdidos que los americanos impongan cuotas a la exportación de carne de vacuno producida en Uruguay? ¿Cómo explican que aviones fabricados en Brasil no puedan ser vendidos en otros países que han "abrazado" el "libre
mercado"? El "libre mercado", entonces, ¿es libre para quién? Cuando respondan les rogamos que no nos sirvan el argumento de la Organización Internacional del Comercio (OIC), no olvidemos que es otra organización que mantiene sus "discusiones formales" a puertas cerradas (28).
El Instituto Timbro y el International Policy Network son dos organizaciones cuya misión es "compartir el intercambio de ideas de intelectuales y de otros interesados en cuestiones de políticas públicas, en particular
aquellas que tienen un alcance internacional y de modelar la opinión pública en favor de la libertad económica, creencia en el futuro, en la razón y en los valores morales de una sociedad abierta". En otras palabras el mundo según la libre empresa. Consecuentemente y por extensión son organismos financiados por las grandes empresas suecas y británicas (29) No solamente son "intelectuales" financiados por las grandes empresas, sino que forman parte de esa casta que se cree tan privilegiada como para imponer sus puntos de vista como siendo el único punto de vista, o más bien dicho, el único filtro a través del cual se debe observar "la realidad". Otros dirían que es para imponer el "nuevo orden económico". En junio de 1999 en la reunión Bilderberger en Baden Baden, Alemania, otra "discusión formal", David Rockefeller, presidente de la Chase Manhattan Bank, expresaba así su euforia de miembro de esa raza elegida que debe imponer el "nuevo orden económico" : "We are grateful to the Washington Post, the New York Times, Time Magazine
and other great publications whose directors have attended our meetings and respected their promises of discretion for almost forty years . . . It would have been impossible for us to develop our plan for the world if we had been subjected to the lights of publicity during those years. But, the World is more sophisticated and prepared to march towards a World government. The supranational sovereignty of an intellectual elite and world bankers is surely preferable to the national auto-determination practiced in past centuries." (Le estamos agradecidos al Washington Post, al New York Times, Time Magazine y a las otras grandes publicaciones cuyos directores han asistido a nuestras reuniones y que han respetado la promesa de discreción
durante casi cuarenta años… Nos habría sido imposible de desarrollar nuestro plan para el mundo durante todos esos años si hubiéramos estado expuestos a la luz pública. Pero el Mundo es mucho más sofisticado y está preparado para marchar hacia un Gobierno mundial. La Soberanía supranacional de una elite intelectual y de banqueros mundiales es ciertamente preferible a la autodeterminación nacional practicada en los últimos siglos.") (30) Este esperanto de la libre empresa significa simplemente, traducido a un idioma entendible: "modelar la opinión pública en favor de la libertad económica, creencia en el futuro, en la razón y en los valores morales de una sociedad abierta". Vale decir, la escala de valores del banquero.
Cuando "académicos" pagados por las grandes empresas se libran al ejercicio de "modelar" la opinión pública con un análisis simplista de la compleja realidad económica que nos rodea, en forma tan alegre y superficial como lo hacen Norberg y Bate, no sólo demuestran la candidez del académico, sino que, negando en forma tácita los millones de personas fallecidas por la aplicación de un modelo económico desigual, cometen un acto abyecto de lesa majestad y se hacen cómplices de un crimen contra la humanidad. Lo que
Eduardo S. Barcesat, catedrático de la Facultad de Leyes de la Universidad de Buenos Aires, refiriéndose al pago de la deuda externa de la Argentina, calificó de genocidio económico (31)
Sin embargo estos "académicos" se admiran de que miles de personas lapiden a los que se reúnen en "discusiones formales", en circunstancias que esos individuos, encerrados en sus torres de marfil, no hacen otra cosa que atacarse a grupos bien definidos de nuestra sociedad en un acto de abierta persecución contra el débil. La segregación económica a la cual esos grupos sociales son sometidos no tiene que un nombre: persecución criminal. Ese crimen puede ser castigado en Canadá y es por ello que el CCCCH pide a los ciudadanos del mundo que le entreguen la herramienta para perseguir a estos criminales y que firmen la petición del CCCCH. Ya que si grupos específicos y claramente identificables de nuestra sociedad son víctimas de persecución motivada por razones puramente económicas los responsables de esas
persecuciones deberán responder de sus acciones, porque en virtud de la Sección 7, artículo 3.76 del Código Criminal de Canadá, la persecución es un crimen contra la humanidad.
Firme la petición del CCCCH
http://comitecanadienhumanite.freeservers.com/spanish/petesp.html
Montreal, julio de 2001
*Bruce Katz y René Silva: Presidente y Director, respectivamente, del Comité Canadiense para Combatir los Crímenes Contra la Humanidad (CCCCH).