Por Carlos U. Leoni
El Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) manifiesta: "Lejos de servir para paliar el hambre y la pobreza, la ingeniería genética aplicada a los alimentos ha contribuido a aumentar y controlar un mercado desigual e injusto"
Ahora hay muchos que pareciera están preocupados por combatir el hambre de los argentinos y aparecen los que creen que la solución es fácil y está en la soja. Este craso error ya lo hemos comentado. Si bien la soja tiene propiedades nutritivas, no es el maná ni la panacea que curará el hambre. No es un alimento completo ni mucho menos.
El tema de combatir el hambre y la pobreza de esa forma es el principal argumento de los defensores de la manipulación genética aplicada a los alimentos. Son los mismos que dominan y manejan a voluntad el mercado de granos en nuestro país (todo ello en manos extranjeras). Son los que venden toneladas de agroquímicos y fertilizantes que terminan por destruir la fertilidad de nuestros suelos.
Y la soja es el máximo exponente de esta política. En varias oportunidades informamos que en nuestro país el 90 % de la soja que se cultiva es transgénica y el 60 % de los alimentos que se ofrecen en las góndolas están elaborados con estos organismos genéticamente modificados. Y lo consumimos y no nos enteramos porque muchos legisladores se oponen a aprobar los varios proyectos de ley (más de 20) presentados en el Congreso sobre el etiquetado de los alimentos que contienen productos transgénicos .
Es sugestivo que se insista tanto con la soja. Pero hay algunas razones que nos preocupan. Hay un excedente de este producto que no se puede colocar en el mercado mundial, entonces tenemos que colocarlo aquí, a cualquier costo.
La gran producción de soja estaba destinada al consumo animal, no humano, esto es la verdad. El 13 de febrero de 2000 advertíamos en estas páginas lo que podría ocurrir con nuestra producción. En esa oportunidad escribíamos: " Qué puede pasar con nuestra producción. Más allá de la discusión innegable de que ambas posturas son esgrimidas por fuertes intereses del mercado mundial, cada uno defendiendo lo suyo, nosotros tendremos que pensar que soja adquirirán los mercados que representan ser potenciales compradores. …Y por aquí pasará el problema, los compradores decidirán si compran o no nuestra producción de soja transgénica." Hoy tenemos varios problemas.
No es un cuento chino
Ahora la nueva normativa china dice que "todos los ingredientes de un alimento que sean, contengan o deriven de un cultivo transgénicos deberán ser etiquetados. Esto se alinea con el proceso que actualmente se da en Europa y seguramente reforzará la posición de la Unión Europea ante la de los Estados Unidos y las amenazas de la Organización Mundial del Comercio".
Los datos suministrados sobre la implementación en marzo del año pasado, del requerimiento del certificado en China, significó la pérdida de aproximadamente $180 millones de dólares para de las exportaciones sojeras de los Estados Unidos y de la Argentina, ya que las embarcaciones fueron detenidas.
¿Cuántas veces anticipamos que esto iba a ocurrir? Estos productos que no los quieren en otros lugares serán destinados a los pobres argentinos.
Cuando las papas queman y el azúcar no es tan dulce
Después de meses de protestas de consumidores, la empresa canadiense McCain Foods, productora de papas fritas, dejará de comprar papas transgénicas. Los cultivadores de remolacha y productores de azúcar en Bélgica firmaron un acuerdo en noviembre para producir azúcar "limpia" no transgénica. "El consumidor aún no está dispuesto a aceptar el azúcar transgénica", señaló un vocero. Las empresas productoras de alimentos para bebés Gerber y Heinz prohibieron el uso de ingredientes transgénicos en sus productos. En Gran Bretaña, las compañías Unilever y Nestlé, dos de los gigantes de la industria, anunciaron que irán eliminando gradualmente los ingredientes transgénicos de sus productos, gracias a la campaña liderada por los consumidores. En Japón, las cervecerías Kirin y Sapporo y las molineras Itochu, Nippon y Fuji, junto con la Asociación de Tofu del Japón, entre otras, anunciaron que prohibirán los ingredientes transgénicos o que se abocarán a producir y vender productos no transgénicos. Maseca, la empresa productora de harina de maíz más grande de México, dejará de utilizar ingredientes transgénicos en sus productos. México se encuentra en el segundo lugar de los países importadores de maíz estadounidense. La Municipalidad de Edimburgo creará un laboratorio para detectar ingredientes transgénicos en los alimentos, reveló la BBC. Los científicos tomarán muestras de alimentos ofrecidos en los cafés, tiendas y restaurantes de la capital
escocesa para determinar si se están cumpliendo las nuevas normas sobre el etiquetado de productos transgénicos.
Los austríacos rechazaron la modificación genética con un firme "¡No!" en un referéndum realizado en abril de 1997, votando contra los ensayos genéticos en terreno y contra el otorgamiento de patentes para productos transgénicos.
Pero son los consumidores europeos quienes se encuentran a la vanguardia, con su rechazo absoluto a los productos transgénicos y sus demandas, dinero en mano, por alternativas no transgénicas. Los principales supermercados han establecido un consorcio para la compra de productos no transgénicos. Y en Austria, el 90% de los supermercados se declara libre de transgénicos.
Cambiamos de política o comemos comida Frankestein
Es increíble que con todos los antecedentes obrantes, la Argentina continúe con esta postura. También escribíamos en Norte hace tres años lo siguiente: "Con fecha 27 de junio de 1999, el entonces encargado de la Consejería Agrícola, Federico Stoessel, Embajada Argentina ante la Unión Europea Sección Agrícola, enviaba el siguiente fax (CACE Nº 465/99) al Dr. Luis Barcos y al Consejo de Administración. El mismo informaba adjuntar, "en traducción no oficial, las conclusiones del Consejo de ministros de Medio Ambiente, relacionadas con la aprobación de la Propuesta de modificación de la Directiva 20/220/CEE (liberación intencional en el medio ambiente de organismos genéticamente modificados)."
A su vez el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) manifiesta: "Lejos de servir para paliar el hambre y la pobreza, la ingeniería genética aplicada a los alimentos ha contribuido a aumentar y controlar un mercado desigual e injusto" "El progreso tecnológico sigue estando lejos del alcance de los pobres" y denuncia que sólo 10 empresas en el mundo controlan el 32 % del comercio de las semillas en un mercado que facturó 23.000 millones de dólares en 1998.
"Los organismos transgénicos no obedecen a un requerimiento de la Unicef o de la OMS, sino a la lógica misma de la tendencia del mercado", dice Greenpeace. Por su parte, científicos de todo el mundo han advertido que plantas transgénicas pueden originar nuevos virus, o matar otras plantas o insectos.
La "contaminación genética" puede ser irreversible y el asunto ha tomado tal dimensión que se estableció un Protocolo de Cartagena sobre la Seguridad Biológica, firmado por 130 países.
* Carlos U. Leoni
Autor del libro libro "El Río Pilcomayo, la contaminación y otros problemas."
carlos.leoni@infovia.com.ar