Pilas de discordia. Proyecto Andacollo Cobre

Por Marcela Corvalán, actualizado por Paula Alvear

La pequeña minería es desplazada a lugares cada vez más distantes del área aledaña de la vida andacollina, para dar paso a la instalación de grandes empresas transnacionales que utilizan en sus faenas grandes volúmenes de sustancias peligrosas, haciendo cada día más vulnerable el entorno natural y humano

Introducción

Indicadores tales como una economía abierta y estable con un nivel de crecimiento promedio del 6 por ciento anual, una inflación menor a los dos dígitos, una tasa de desempleo friccional del orden del 5 al 7 por ciento, un nivel de competitividad que lo ubica en los primeros veinte lugares del ranking mundial y una economía que se interrelaciona con bloques económicos y que pretende integrarse a otros (MERCOSUR, NAFTA, APEC, Comunidad Económica Europea), son algunos de las referencias, que a juicio de connotados economistas y voceros oficiales de Gobierno, colocan a Chile en una posición preferencial en el contexto económico mundial, invitándolo a dar un salto cualitativo y cuantitativo hacia adelante. Proyecciones que se encuentran vinculadas principalmente a la exportación de sus materias primas, lo que conlleva a generar una acelerada explotación de los recursos naturales, que en el caso de la minería son no renovables.

Lo anterior contrasta enormemente cuando empezamos a explorar la situación en que se encuentran los y las habitantes de la zona interior de la IV Región, los que se han enfrentado desde la mitad del presente siglo a una condición de segregación socio-espacial, que no es ajena a la que ocurre con muchos poblados y comunidades que comprenden el territorio nacional (tal es el caso de comunidades indígenas del norte y sur del país), situación que por el contrario a los valores e indicadores económicos pujantes, ha ido acentuándose con el transcurso del tiempo, todo ello enmarcado dentro de una política económica de libre mercado que esta a favor de la inversión privada en todos los ámbitos, y en donde la preocupación por el medio ambiente no frenará este codiciado desarrollo económico impulsado por un pequeño sector del país.

Estas poblaciones viven en condiciones caracterizadas por una escasa integración geográfica, socialmente deprimidas, con altas tasas de pobreza y marginalidad, sin una diversificación de las actividades productivas concentrándose en la actividad minera y servicios, lo que ha originado una explotación precaria de sus recursos naturales que en la mayoría de los casos ya se encuentran masivamente deteriorados.

Andacollo -al igual que Chepiquilla- no escapa a la situación descrita anteriormente. Una condición material de vida que se cimienta en una economía de subsistencia a través de la explotación artesanal de piques mineros, la falta de fuentes laborales a nivel local, lo encarecido de transporte público -inexistente en el caso de Chepiquilla- la suspensión de la transmisión regional del Canal Nacional, el bajo crecimiento demográfico, negativo en algunos periodos, representan claros ejemplos de ello. Esto hace pensar que la concepción de la actual política de desarrollo no sitúa a estas áreas en una posición preferencial.

Como si esto fuese poco, la calidad de vida de andacollinos/as se ve fuertemente mermada cuando debemos introducirnos en el tema ambiental, elemento que sólo a partir de mediados de los años 80 comienza a adquirir conciencia pública reflejada en exigencias legales de trabajadores, trabajadoras y comunidades de distintos puntos geográficos.

Algunos ejemplos son: el caso de los trabajadores de Chuquicamata, que presentaron una demanda en contra de la compañía debido a la emisión de gases de la fundición; los propietarios de predios en los valles de Puchuncaví y Catemu, que presentaron pleitos contra los dueños de las fundiciones vecinas de Ventanas y Chagres; los cultivadores de olivos en el valle del Río Huasco contra la Compañía Minera del Pacífico (CMP). En muchos de estos casos los demandantes no tuvieron éxito, incluso invocando el art.Nº19. inciso 8 de la Constitución de la República de Chile, que establece que todo ciudadano tiene “el derecho de vivir en un ambiente libre de contaminación”.

Este deterioro ambiental en el sector de Andacollo es respaldado por un pasado donde la sobre explotación de los recursos naturales (agua, vegetación, aire, suelos etc.), asociado a la larga historia de extracción (pique y bombeo) y procesamiento (plantas trapicheras, flotación y lixiviación) de minerales, dejaron como herencia una alta degradación del medio ambiente.

Hoy una actividad minera tradicional de pequeña escala es reemplazada por una actividad minera en donde el tamaño y la tecnología utilizada marcan la diferencia no sólo en los beneficios económicos, sino también en el impacto ambiental que genera.

La pequeña minería es desplazada a lugares cada vez más distantes del área aledaña de la vida andacollina, para dar paso a la instalación de grandes empresas transnacionales que utilizan en sus faenas grandes volúmenes de sustancias peligrosas, haciendo cada día más vulnerable el entorno natural y humano, situación que se tiende a agudizar debido a la proximidad de las compañías mineras a los centros urbanos.

El presente trabajo pretende exponer la situación de insensibilidad e irregularidades con la autoridad ha manejado las denuncias de contaminación de los y las habitantes de Chepiquilla generada por la Compañía Minera Carmen de Andacollo, una de las dos grandes empresas transnacionales que se encuentran en el área.

La tónica del conflicto ha girado en torno al lento proceso del ir y venir de solicitudes, peticiones, comunicados y resoluciones, producto de la marcada dilación que la autoridad ha hecho de él. Por este motivo la presentación de este documento es una exposición simplificada de un sin fin de papeles que dejan entrever la responsabilidad directa de los representantes del Estado y la Compañía Minera en los sucesos y a una comunidad que se ve constantemente afectada por problemas de salud, sumado esto a un deterioro constante en su calidad de vida producto de la degradación de los huertos y viviendas, limitando las fantasías de niños y niñas, los sueños y utopías de los jóvenes, la tranquilidad de un desarrollo digno y la seguridad de un porvenir armónico para niños, niñas, hombres y mujeres de Chepiquilla. Julio de 1999 – Marcela Corvalán.

Indice

I Parte por Marcela Corvalán, 1999

I.I) El Area Afectada. La Explotación Minera. La Empresa. Primeras Señales de Contaminación
I.II) El Colapso. El Encuentro. La Acusación
I.III) La Ubicación de las Pilas. La Noticia. La Confianza: Una Puerta Abierta

II Parte por Paula Alvear, 2002

II.I) El Lento Avance. Denuncia al Acuerdo Ambiental Chile-Canadá. Se inicia la denuncia contra el Estado chileno
II.II) Fallo Final. Nueva Ofensiva. El Resultado de los Estudios
II.III) Plan de Mitigación. Fuerza de Mujer. A Modo de Reflexión

Anexos:
Contenido
Anexo I: Instrumentos claves para la Inversión
Anexo II: Extracto del documento presentado a la I. Municipalidad de Andacollo, el 7 de enero de 1999, por la Junta de Vecinos Nº12 de Chepiquilla.
Anexo III: Otras peticiones al Acuerdo de Cooperación Ambiental entre Chile y Canadá.

* Por Marcela Corvalán, actualizado por Paula Alvear.
Publicado por Corporación Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA)
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Esta publicación contó con el apoyo de 11.11.11, Bélgica