Por Javier Sosa Ruiz*
A la Cumbre se le conoció con varios apelativos como "Río menos diez", la "Cumbre del Desarrollo Insostenible" y "Doha bis"; mi intención es compartir mis impresiones antes y después de Johannesburgo, de lo que constituyó tan importante reunión, que ambientalistas de la talla de Diana Pombo, han denominado "la puerta de entrada a un nuevo paradigma".
Hace seis meses finalizó la Cumbre Mundial Para el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo, Sudáfrica. Los jóvenes que asistimos a la Cumbre regresamos con diferentes visiones de lo que allí sucedió. Algunos, que habíamos seguido el proceso preparatorio de Río +10, teníamos muchas luces acerca de lo que pasaría en Johannesburgo, en especial con la última Prepcom celebrada en Bali, Indonesia, del 27 de mayo al 7 de junio del año 2002. Por ejemplo no esperábamos a George Bush, y sabíamos de la intrusión de las multinacionales en las negociaciones.
A la Cumbre se le conoció con varios apelativos como "Río menos diez", la "Cumbre del Desarrollo Insostenible" y "Doha bis"; mi intención es compartir mis impresiones antes y después de Johannesburgo, de lo que constituyó tan importante reunión, que ambientalistas de la talla de Diana Pombo, han denominado "la puerta de entrada a un nuevo paradigma" (1).
En la Cumbre nos hicimos presentes siete jóvenes por Colombia (de los cuales tres viven en el exterior), cada uno con una tarea especifica que cumplir. Yo viajé para llevar las reflexiones desde Colombia una década después de la Cumbre de Río respecto al proceso del Desarrollo Sostenible y la implementación de la Agenda 21. Este trabajo comprendió la recopilación de materiales relevantes para el proceso preparatorio de Río+10 en la publicación titulada: "El Conversatorio", como material de insumo para foros en las universidades, talleres a nivel nacional, regional y local, en los que se congregaron más de 170 organizaciones. Este trabajo fue realizado por el Consejo Ad-Hoc para el Desarrollo Sostenible (2).
Por lo tanto, mis expectativas eran muy diferentes a las de otros jóvenes, ya que no esperaba la ratificación de los convenios, ni modificaciones en los acuerdos multilaterales; yo asumí la Cumbre como la oportunidad de encontrarme con diferentes visiones y compartir la experiencia del trabajo que llevaba en el disco "Reflections From Colombia. A decade after Rio", en los diferentes escenarios: el grupo mayoritario de jóvenes y el de organizaciones no gubernamentales en el evento oficial y, paralelo a éste, la Cumbre de la Sociedad Civil en Nasrec.
En cada lugar que estuve durante la Cumbre, expresé la preocupación demostrada por los ambientalistas de mi país ante la situación de los denominados "cultivos ilícitos" y lo que conllevan las políticas de erradicación implementadas hasta el momento. Simultáneamente, el Vicepresidente de la República Francisco Santos, leyó un discurso en una plenaria del Sandtom Convention Centre (lugar donde se desarrolló la cumbre de los Gobiernos), solicitando apoyo de la comunidad internacional en la erradicación de los cultivos, pues los calificaba como el mayor problema ambiental del país; recientemente, este discurso fue ratificado en el pronunciamiento de la Ministra del Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Cecilia Rodríguez, en el Tercer Foro Mundial del Agua realizado en Kyoto, Japón.
Para Colombia, la Cumbre significó además de la validación de las aspersiones de los cultivos ilícitos ante los ambientalistas del mundo entero, una significativa perdida en su imagen institucional. Mi objetivo no es entrar a calificar el trabajo de quienes viajaron dentro de la delegación oficial. Pero es mi deber resaltar, que ante la presencia activa de tres ex ministros del Medio Ambiente, investigadores y ambientalistas expertos en varios de los temas tratados en Johannesburgo, muchas veces vi en los diferentes auditorios, los asientos vacíos en la mesa correspondiente a Colombia. Sin embargo, ninguno de los personajes que sufrieron de este apartheid (por llamar de alguna forma el descuido del Estado al no tenerlos en cuenta dentro de la delegación oficial), sintió el fracaso que dictaminaron los medios de comunicación referente a la Cumbre, pero saben que las reglas de juego han cambiado con la introducción de la participación activa del sector privado en las decisiones sobre el ambiente y los recursos naturales.
La Cumbre requiere entonces una mirada sistémica, en cuanto fue mucho más allá de las reuniones a puerta cerrada; la Cumbre fue una movilización mundial por un mejor futuro. Sus resultados concretos: la Declaración Política y el Plan de Implementación, se ven reflejados en nuestro país en el marco del nuevo Ministerio del Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, el cual soporta las obligaciones de vivienda que conllevan al complejo dilema de los asentamientos de los habitantes más pobres en suelos vulnerables, y la gestión del recurso hídrico, en términos de asegurar el acceso al agua potable y los servicios de alcantarillado. Las reuniones de los indígenas en Territorio Khoi, los Sin Tierra africanos, los movimientos sociales de antiprivatización reunidos en Alexandra, y las alianzas estratégicas entre ellos, son los resultados de la sociedad civil ante la oportunidad de congregarse. Seis meses después de finalizada la Cumbre, han demostrado ser más concluyentes los resultados de las sinergias que se generaron entre los pueblos del mundo, que el impacto en sí que tiene sobre lo ambiental las firmas en el borrador del Plan de Implementación.
La brecha entre los gobernantes y los gobernados se abra cada día más y la credibilidad ante este tipo de eventos genera desconfianza, por eso se hace necesario entender, que en escenarios como la pasada Cumbre, no podemos esperar los resultados sino empezar a construirlos. Como lo expresó Catherine Kamping, Secretaria General de la Asamblea de la Juventud para el Desarrollo Sostenible, quien leyó el mensaje del Cuacus Juventud: "¡Trabajemos juntos! Al final de la Cumbre, tomemos nuestros primeros pasos juntos. Jóvenes y niños: Nosotros estaremos alrededor de 50 años tratando los resultados de esta Cumbre. Estamos comprometidos con un mundo mejor, pongámonos de pie por una acción conjunta para este objetivo vital. Juventud - por favor mantengámonos una y otra vez de pie ante esta posición. Cabezas de Estado - no se engañen...Así, tal y como estamos de pie ahora en el 2012 debemos poder estar de pie, juntos, cuando se pregunte si hemos alcanzado los compromisos de Johannesburgo" (3)
Fuentes
(1) Revista Javeriana, Número 692. Tomo 139. Año de publicación 70. Marzo de 2003
(2) Información disponible en http://www.rds.org.co
(3) Leído en la sesión final del Dialogo Multilateral ante las delegaciones oficiales de los Gobiernos presentes en la Cumbre.
Disponible en: http://www.rds.org.co
La consigna es empezar a concretar acciones desde la resistencia; porque de la misma forma en que los jóvenes marchamos y hacemos parte de múltiples manifestaciones para alzar una voz de protesta, también tenemos ideas y propuestas claras.
NOSOTROS SOMOS EL MOTOR DEL DESARROLLO, NOSOTROS SOMOS LA MITAD DE LA POBLACIÓN DEL MUNDO, NOSOTROS SABEMOS ASUMIR LAS RESPONSABILIDADES DE NUESTRA GENERACIÓN.
Los desafíos que resultan después del hito de La Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible son tantos como las formas de entender lo que allí sucedió. Un semestre después, espero que Ana María Aristizábal, Pablo Casasbuenas, Jason García, Andrés Luque, Adriana Valenzuela, e Irene Vélez, transmitan la experiencia que vivimos en Johannesburgo acompañada de propuestas, y asumamos, desde esa nueva perspectiva, el reto que tenemos los ambientalistas en Colombia.
* Javier Sosa RuizFacilitador Red de Desarrollo Sostenible de Colombia - RDSPrograna de las Nacionas Unidas para el Desarrollo, Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, ColnodoEl autor participo en La Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible y nos envio este articulo porque quiere compartir con los lectores de Ecoportal su percepción de lo que fue La Cumbre y su relación con su país, Colombia. Abril de 2003