Por Arnaldo Pérez Guerra
No hay que ser adivino para vaticinar el fin de las bandas y de la industria remolachera. La nueva ley, simplemente, demora la sentencia que pondrá fin al azúcar nacional. Se institucionalizara, además, el fraude de las "mezclas" de azúcar
El Congreso aprobó la "nueva ley de bandas de precios" que afectará al azúcar y el trigo. La Comisión de Agricultura del Senado demoró el despacho e intentó que el precio por tonelada se estabilizara en 310 dólares, sin resultado. La Cámara de Diputados se pronunció por la desgravación de 2% durante ocho años para llegar a los 300 dólares. La indicación de Agricultura no prosperó tras el rechazo de la Comisión de Hacienda. Se impuso el fin de la remolacha y de amplias zonas y ciudades rurales desde la VII a la X regiones. Se dice que el 2014 el Presidente de la República podrá "reevaluar la continuidad de las bandas". Será tarde para la agricultura: los compromisos internacionales, tratados y acuerdos comerciales primarán, como hoy ya lo hacen.
No hay que ser adivino para vaticinar el fin de las bandas y de la industria remolachera. La nueva ley, simplemente, demora la sentencia que pondrá fin al azúcar nacional. Se institucionalizara, además, el fraude de las "mezclas" de azúcar: sólo aquellas que contengan más de 65% pagarán aranceles, y se incrementa las actuales 60.000 toneladas, que ingresan libres, a 105.000 -30.000 toneladas de mezclas y 75.000 de "azúcar pura". De paso, se elimina la banda a los aceites vegetales y semillas oleaginosas, lo que en la práctica ya había ocurrido luego de la "recomendación" de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), que nuestro país se apresuró a cumplir.
Por más de un mes, unos 60.000 remolacheros y obreros agrícolas protestaron desde la VII a la X regiones -principalmente en Curicó, Linares, Parral, La Unión, Chillán, Los Angeles y Osorno- cortando la Ruta 5 Sur con camiones, tractores y lanzando remolacha al camino, a pesar de la amenaza del gobierno de aplicar la ley de Seguridad Interior del Estado. Los remolacheros están concientes que se trata de un problema que afectará gravemente a la agricultura. Más de la mitad de las tierras cultivables -600.000 hectáreas- se ocupan en cultivos anuales: remolacha, trigo y maíz, principalmente. Sólo la remolacha produce unos 160 millones de dólares anuales, y Chile es primero en el mundo en productividad y costo, rompiendo anualmente nuevos records: incluso es más eficiente que países cañeros como Estados Unidos y Cuba.
En septiembre de 2001, Ricardo Lagos había firmado en Los Angeles un compromiso para "proteger el sector". Los remolacheros se comprometieron a alcanzar el primer lugar en el mundo en cinco años. En tres años lo habían logrado. Esa es sólo una de las molestias de los remolacheros, que ven que el gobierno no cumplió su compromiso. El sector ha logrado el apoyo de industriales, parlamentarios, alcaldes y concejales de las zonas agrícolas, además de transportistas y el comercio, pero no ha sido suficiente.
Condena a la pobreza
Ricardo Lagos señaló: "Tomando carreteras no van a solucionar absolutamente nada. El gobierno ha realizado todos los esfuerzos para enfrentar las adecuaciones al sector. Actualmente todo el país está pagando más caro por el precio del azúcar para que los agricultores puedan salir adelante". El ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, remató: "Anualmente los chilenos pagan entre 60 y 80 millones de dólares de sobreprecio en el azúcar, respecto del mercado internacional". Juan Claro, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), fue uno de los encargados por Hacienda para lograr el acuerdo que permite a los industriales importar hasta un 64% de azúcar en "mezclas" sin pagar aranceles, y que puso fin a las movilizaciones de los remolacheros. Claro dijo: "Si a una industria se le suben los costos, deja de ser competitiva. La industria alimenticia productora de galletas, chocolates, jugos en polvo, helados, confites y lácteos sustituye importaciones y demanda 93.000 hectáreas de cultivos agrícolas", haciéndose parte del lobby de las industrias de bebidas y confites.
Oscar Guillermo Garretón, gerente de Iansa S.A., advertía en el diario electrónico El Mostrador: "¿Estamos dispuestos a sacrificar amplias zonas y ciudades rurales de Chile a la codicia de unas pocas empresas de altas utilidades o damos un horizonte de vida a esa gente? La legislación de bandas ha sido buena para los consumidores: nos ha obligado a correr tras la productividad porque no estamos tan protegidos. Quizás es por eso que hoy somos los primeros del mundo en productividad de azúcar de remolacha. A su vez, el precio del azúcar en Chile es uno de los más bajos del mundo. Todos los países que no producen azúcar, tienen precios a consumidor superiores a los de Chile. Agreguemos a eso que el cultivo de la remolacha da vida al agro de cuatro regiones. Sin la remolacha mueren de pobreza zonas y ciudades rurales completas del país. Lo que buscan es una colosal transferencia de excedentes desde la agricultura hacia la industria confitera, a costa de la miseria de vastas regiones del país".
"No permitiremos"
Industrias que importan mezclas -Carozzi y la Asociación de Embotelladores- abiertamente señalaron que no bajarán sus precios si se eliminaba la banda del azúcar, pues deben "recuperar márgenes" y utilidades. Desde 1990 hasta hoy, el precio del azúcar ha bajado un 31%, mientras la industria de confites ha subido sus precios un 34%, lo que demuestra como una mentira el que los consumidores sean afectados por el precio del azúcar o que dichas empresas no puedan competir. Garretón pregunta: "¿Por qué no han aprovechado la baja del azúcar para disminuir sus precios? ¿Defendemos una agricultura eficiente, afectada por el proteccionismo de grandes potencias y amparamos a cuatro regiones agrícolas -de la VII a la X- donde hay fuertes bolsones de pobreza o le damos ‘un caramelo’ a millones de chilenos?". Reitera: "¿Estamos dispuestos a sacrificar amplias zonas y ciudades rurales de Chile a la codicia de unas pocas empresas de altas utilidades o damos un horizonte de vida a esa gente?".
Para el ministro de Agricultura, Jaime Campos, la nueva ley ayuda a mantener -"y le da sustentabilidad"- a la producción de remolacha y trigo hasta el 2014: "Despeja, además, problemas prácticos que tienen las bandas, como el de las mezclas en el caso del azúcar; y es una propuesta compatible con las exigencias planteadas de la Organización Mundial de Comercio (OMC). No puede satisfacer los intereses de todos los sectores, pero trata de conciliarlos".
Los remolacheros exigían que Ricardo Lagos cumpliera su acuerdo, y que se fijara un marco que permitiera el cultivo de la remolacha sin la competencia desleal que genera el ingreso de productos subsidiados en forma de mezclas. "Queremos una ley que grave de acuerdo a la concentración de azúcar que trae el producto. No permitiremos que las bandas terminen el año 2014", advierte Fernando Larraín, de la Federación de Agricultores de Linares. El azúcar no es el único afectado por los acuerdos comerciales y "recomendaciones" del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC): también tendrán problemas el maíz y el arroz. Por medio de la banda, Chile aseguraba el abastecimiento de alimentos que ahora deberán importarse, afectando la "seguridad alimentaria", mientras decenas de ciudades del sur simplemente morirán.
La nueva ley de bandas de precio, aprobada recientemente por el Congreso, mantiene el piso de importación de cuatro (4) años en 310 dólares por tonelada. Posteriormente, se producirá una desgravación de 2% durante ocho (8) años para llegar a un mínimo de 300 dólares por tonelada. Se eliminó el párrafo que estipulaba que las bandas de precios "terminaban" el 2014: ahora, será evaluado, en ese año, por el Presidente de la República. Se rebajó de 90 a 65% el porcentaje de azúcar en las mezclas -adoptando la norma norteamericana- que estarán sujetas al sistema de bandas de precios. El volumen de importación de estos productos se elevó de 60.000 a 105.000 toneladas. Los principales beneficiados son la Unión Europea, Bolivia, Colombia y Brasil, entre otros países, que exportan azúcar a Chile, y los industriales de golosinas, confites, lácteos y bebidas. Bolivia, además, negocia un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile.
Colombia y Brasil manifestaron sus reparos al pago de aranceles por las mezclas de azúcar superiores al 65%. Alfredo Wahling, de la Asociación de Agricultores de Ñuble, señaló a la prensa: "Los fabricantes de bebidas y golosinas están empeñados en continuar perforando las bandas de precios, lo que significaría el término de Iansa y del cultivo de la remolacha. Las bandas son un mecanismo de estabilización de valores que han sido muy eficientes en los últimos 18 años. No debe desaparecer por cuanto compensa las distorsiones que generan los subsidios que otorgan otras naciones a sus productos agrícolas". En el mismo sentido opina el presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche), Ricardo Michaelis: "Se ha hecho mucha publicidad sobre las transferencias que habrían efectuado los consumidores en beneficio de la industria azucarera nacional, pero nada se ha dicho sobre las millonarias transferencias que deberán efectuar los chilenos hacia los importadores de azúcar, en caso de colapsar el cultivo de la remolacha. La experiencia del raps fue idéntica a la que estamos viendo hoy. Veamos el resultado concreto: hoy estamos pagando hasta un 50% más por el litro de aceite, respecto de lo que pagábamos cuando existía industria aceitera nacional".
El informe The Great EU Sugar Scam, publicado por Oxfam Internacional, señala que la Unión Europea se ha convertido en el mayor exportador de azúcar blanca del mundo gracias a los subsidios y aranceles que le significan enormes utilidades, junto con excedentes que exporta al mercado mundial. "Las consecuencias las sufren los pequeños agricultores y trabajadores agrícolas de los países pobres. Los sistemas agrícolas subsidiados de Europa y Estados Unidos generan enormes superavits que no pueden ser absorbidos por sus mercados internos. Han fabricado un sistema de reglas multilaterales que les permite subsidiar la colocación de estos excedentes forzando a otros países a las consecuencias. El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han presionado a los países en desarrollo para que reduzcan sus aranceles, mientras los países ricos reciben sus créditos sin contraer obligaciones. No así los países en desarrollo, para los cuales muchas veces la liberalización del comercio es parte de las condiciones crediticias".
El poder de Iansa S.A.
El 15 de agosto era el plazo fatal para que los remolacheros sembraran. El proyecto de ley que elimina bandas de precios y legaliza las mezclas de azúcar, fue aprobado escasos días antes. Según los remolacheros, asistimos al fin del sector: se condena a morir a unos 60.000 trabajadores de la VII a la X regiones, que viven hace más de medio siglo del cultivo de la remolacha. En los últimos años, inversiones por 25 millones de dólares habían permitido situar a Chile en el primer lugar del mundo en "productividad y costo" de la remolacha.
La cosecha 2002 obtuvo un rendimiento histórico que colocó a la industria remolachera entre las más productivas y eficientes del mundo. James Fry -LMC International, la mayor consultora mundial de commodities agrícolas- lo había anticipado un año antes: "Chile es un país competitivo en la producción de azúcar, y número uno mundial entre los remolacheros. Su eficiencia está sustentada en los bajos costos de la producción agrícola e industrial, junto con los altos índices de rendimiento tanto en el cultivo como en las operaciones de fábrica. A lo largo de toda la década de los ’90 la producción fue alrededor de 30% más económica. En el plano industrial, durante el mismo período, los costos fueron cerca de 60% inferiores al promedio internacional". Agregaba: "Al revisar el rendimiento promedio de remolacha por hectárea en Chile, la Unión Europea, Estados Unidos, Turquía, China, Polonia y Ucrania en el período 1994/95-2000/01, Chile exhibe el mejor resultado. Al ampliar la comparación incluyendo a los productores de caña: en primer lugar figura Colombia, luego Australia, y en tercer lugar Chile". Las cifras evidencian el enorme poder de Iansa S.A., que además compra "por anticipado" la remolacha a los agricultores, que dependen casi exclusivamente del consorcio para sobrevivir.
Los inicios y la transnacionalización
El Estado creó la Industria Azucarera Nacional para "apoyar y tecnificar" el cultivo, a través de la Corporación de Fomento (Corfo). En 1953, en Los Angeles, se instaló la primera planta industrial. A orillas del lago Llanquihue, en 1958, se creó la segunda. En los años siguientes, nacieron las fábricas de Linares (1959), Chillán (1967), Rapaco (La Unión, 1970) y Curicó (1974). El criterio de administración de Iansa era el "beneficio social". En la dictadura comenzó el desmantelamiento. Entre 1980 y 1981 se enajenaron las plantas de Linares y Los Angeles a manos de Crav, mientras Rapaco fue comprada por Indus. A pesar que Iansa S.A. es privada, aún hoy mantiene -en cierta medida-, el "criterio social". Una gran parte de la actividad agrícola, desde la VII a la X regiones, gira en torno a la remolacha, y miles de pequeños, medianos agricultores y trabajadores agrícolas, dependen de sus cosechas anuales.
De la remolacha se obtiene el 30% de la producción mundial de azúcar. Todos los países productores protegen la actividad. Los agricultores y trabajadores de la remolacha saben que si se eliminan las bandas de precios se hará inviable el cultivo, y se los condenará a una reconversión incierta o a desaparecer. El lobby de Iansa lo encabeza su presidente Oscar Guillermo Garretón y su gerente general, Christian Chadwick, asesorados por la consultora de Enrique Correa, quienes han logrado el apoyo del Consorcio Agrícola del Sur, el Consorcio Agrícola del Centro, la Federación Nacional de Remolacheros (Fenare), la Federación Nacional de Productores de Leche (Fedeleche) y la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
Iansa es una empresa poderosa. En 1999, la transnacional española Ebro adquirió las acciones de Campos Chilenos, que controlaba Iansa -la más grande empresa agroindustrial de Chile-, alcanzando un 51% de su capital. Hugo Fazio, economista del Centro de Estudios Alternativos (Cenda), señala: "Campos Chilenos era la empresa holding de diversas compañías de alimentos (Iansa, Pesquera Eicosal e Iansagro). Sin duda, la principal de ellas es Iansa. Su actividad primordial es la fabricación de azúcar, habiendo procesado tres millones de toneladas de remolacha durante el año anterior a la adquisición. También es el mayor importador de azúcar, que representa las dos terceras partes de sus ventas globales, ascendentes anualmente a unos 600 millones de dólares. Al mismo tiempo, es la matriz de un conjunto de empresas que operan en los sectores de derivados de tomates (Sofruta, en Brasil e Icatom en Perú), insumos agrícolas (Iansagro), nutrición animal, frutas y verduras procesadas y centros comerciales de productos agrícolas".
Azucarera Ebro se encuentra entre las cinco (5) primeras en su rubro en la Unión Europea, con una facturación que supera los 1.500 millones de dólares anuales. Es el principal productor de azúcar en España, con una participación de un 78% del total. "Tiene una fuerte presencia de capitales transnacionales. Su mayor accionista individual es Saint Louis Sucre, con el 21,3% de su capital accionario. Kuwait Investment Office posee otro 12,1%", agrega Hugo Fazio.
* Lic. en Historia por la Universidad de Chile. Redactor de los medios chilenos Punto Final y El Siglo. Colaborador de La Insignia (España), Prensa Latina y EcoPortal.net.