Por Miguel Pickard
La banca multilateral ha estado rigiendo el destino económico del planeta, en mayor o menor grado, desde la conclusión de la 2ª Guerra Mundial. Los dos bancos lideres son el BM y el FMI, ambos en esencia controlados por el gobierno de Estados Unidos.
La banca multilateral ha estado rigiendo el destino económico del planeta, en mayor o menor grado, desde la conclusión de la 2ª Guerra Mundial. Entendemos por banca multilateral las instituciones que surgieron de los acuerdos de Bretton Woods en 1944, es decir el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Hoy también existen el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Africano de Desarrollo que, en conjunto, constituyen el Grupo Banco Mundial. Luego, aparte, pero muy cercanos en orientación, hay una serie de bancos de desarrollo regionales, como el Banco Centroamericano de Integración Económica. Los dos bancos lideres son el BM y el FMI, ambos en esencia controlados por el gobierno de Estados Unidos.
Para los ’80 había ya décadas de evidencia de lo destructivo en términos ambientales, sociales y económicos de los proyectos financiados por la banca multilateral en el mundo en desarrollo. Los ’80 también fueron años en que la banca multilateral exigió en forma generalizada a los países en desarrollo la instrumentación de políticas de ajuste estructural, medidas ensayadas bajo la dictadura de Pinochet en Chile, entre otros lugares, una década antes. Los primeros síntomas del ajuste estructural se empezaron a sentir todavía en los ’80: creciente desempleo, creciente pobreza, mayor diferencia entre ricos y pobres, raquíticas tasas de crecimiento económico y perdida de autonomía nacional en la conducción de la economía.
Los estragos cada vez más profundos del ajuste, mas los desastres ambientales y sociales provocados por préstamos mal concebidos, llevaron a la sociedad civil organizada a reaccionar, creando organizaciones de la sociedad civil (OSC) que lucharan contra (o por reformas a) las políticas de la banca multilateral. Se desarrollaron muchas tácticas en un esfuerzo por influir en la banca multilateral. Una de ellas fue exigir el diálogo con la banca para la revisión de sus políticas operativas.
Las OSC han tenido siempre una amplia gama de opiniones ante el diálogo con la banca multilateral. En un extremo están las OSC que no están dispuestas a siquiera sentarse a la misma mesa con la banca, explicitando que mas allá del dialogo, hay fundamentales diferencias político-ideológicas que impedirán, más temprano que tarde, llegar a un acuerdo de las partes. La brecha ideológica es tan grande que no puede ser "puenteada" mediante el diálogo. Además, estas OSC afirman que la voluntad de dialogar de la banca, en el fondo, no existe. Se trata de un truco de relaciones públicas, para mejorar la imagen de la banca, pero sin sustancia ni fondo.
Hay otras OSC que, sin menoscabo de la brecha ideológica, han resuelto sentarse a la mesa del diálogo. Esto a fin de "probar las aguas", aceptar de buena fe la (supuesta o real) apertura de la banca multilateral, a fin de aportar investigaciones, datos, análisis, pruebas, testimonios, propuestas y alternativas, y con todo ello tratar de reformar algunas de sus prácticas más dañinas. Algunas OSC que han lidiado durante una década o mas con la banca en un esfuerzo por acceder a información, reformar su quehacer, etc., dicen haber visto intentos "sinceros" de instituir reformas, en especial del Banco Mundial y de su actual presidente James Wolfensohn.
Hay todavía otras OSC que, como las anteriores, se acercaron a la banca multilateral tal vez con planteamientos críticos y deseos reformistas, pero que terminaron siendo cooptadas. Los viajes con gastos pagados a reuniones, foros, encuentros, los sobresueldos y honorarios ofrecidos a cambio de investigaciones, y otras prebendas, minaron, la mayoría de las veces, la critica sistémica y sistemática. En las palabras de un luchador social del istmo de Tehuantepec, estas OSC no tienen credibilidad, son "un caballo de Troya" y "estan trabajando para bajarle la velocidad a la oposición verdadera".
Pero ¿ha valido la pena estar en este diálogo? ¿Hay logros que demostrar? ¿Los costos económicos para las OSC (en términos de los recursos financieros y humanos que se han dedicado a la "batalla con la banca") y también los costos políticos, guardan relación con los beneficios obtenidos?
Si nos remitimos a la evidencia mundial, lo real es que los desastres siguen. Algunos ejemplos en años recientes han sido el desplome de la economía rusa en los ’90 y la miseria generalizada de su población, la catástrofe de la crisis asiática y, mas recientemente, la tragedia en Argentina, atribuibles todos en parte a las políticas económicas instrumentadas por presión de la banca multilateral. Como dice el autor David Korten en una evaluación de las instituciones de Bretton Woods a los 50 años de su creación, las instituciones han cumplido con sus metas en términos de la expansión del crecimiento económico y del comercio. Pero trágicamente han fracasado en sus propósitos. En el mundo hay mas pobres en números absolutos y relativos, la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando y la violencia generalizada está devastando el tejido social de comunidades y países. Además los ecosistemas del planeta se están deteriorando aceleradamente.
A ese nivel tal pareciera que las OSC no han tenido mucha influencia en la banca multilateral. Pero lo curioso es que la banca multilateral parece estar inquieta. ¿Inquieta ante las OSC? Así pareciera, al menos así lo demuestra su creciente cerrazón hacia las OSC y sus planteamientos.
Si nos guiamos por los ensayos y declaraciones recientes, el fiel de la balanza apunta hacia un atrincheramiento de las posiciones duras dentro de toda la banca multilateral. Las OSC han encontrado que no hay voluntad de implementar medidas mínimas de, siquiera, transparentar el quehacer de esta banca, no digamos encontrar una fórmula menos desastrosa en lo social que las actuales políticas de ajuste estructural. La banca multilateral sigue afirmando su disposición de reconocer errores, ser mas responsable, mas amigable ambientalmente en sus decisiones, de establecer políticas de responsabilidad ciudadana y salvaguarda ambiental, de prestar especial atención a los pueblos indígenas, a mujeres, a niños y niñas, etc., pero las palabras están quedando sólo para la imagen, sin sustancia detrás.
También es la actitud, expresada en otras formas, de otros organismos internacionales que están fijando las "reglas del juego" económico como la Organización Mundial del Comercio (OMC). Se está generalizando entre ellos una actitud de bloqueo, menosprecio, incumplimiento, postergación, dilatación, cooptación y ninguneo.
Si la sociedad civil y sus organismos de seguimiento parecen haber tenido tan poco impacto en las políticas de la banca multilateral, frente a la evidencia de tanto desastre en todo el mundo, ¿cómo explicar la creciente inquietud de la banca hacia ella y su atrincheramiento? Una hipótesis de trabajo es que la banca multilateral parece haberse radicalizado en su posiciones a partir de los atentados en Nueva York y Washington del 11 de septiembre pasado, tal vez desde un poco antes.
Veamos brevemente por qué. (1)
No es menor la preocupación que ha generado en los altos círculos del poder, en Washington principalmente, la capacidad de actuar de grupos organizados en redes. En ingles el termino "netwar" ya esta en uso, algo así como la guerra (o lucha) de las redes. Para los estrategas, las redes de grupos o personas con intereses similares se han constituido en una fuerza real con capacidad de efectuar cambios en el orden establecido. Estas redes pueden ser conformadas por terroristas, narcotraficantes, por grupos armados y sus apoyos locales e internacionales (como paradigma esta el EZLN) y, por supuesto, también por las OSC. Para los estrategas, todos estos grupos constituidos en redes, desde Al Qaeda hasta las redes de OSC de derechos humanos, son caras de la misma moneda ("fuerzas oscuras" de un lado, y fuerzas "benignas" del otro). Son de la misma moneda porque, para los estrategas, estos grupos están ejerciendo "netwar", es decir, luchas como redes, y con tácticas nuevas. Por tanto toda red tiene que ser analizada con la misma lente, aunque tenga métodos violentos o pacíficos, porque la respuesta a estas luchas será similar en ambos casos, aunque tal vez de distinta intensidad.
Los atentados del 11 de septiembre recalcaron, de forma inequívoca, como la "netwar" puede obtener espectaculares logros, a partir de tácticas nuevas, que incluyen el uso de tecnologías novedosas, pero también por sus formas de organización nuevas, poco jerárquicas, con unidades de acción independientes pero coordinadas coyunturalmente. Ejemplificando porque los practicantes de "netwar" tienen que ser respondidos usando el mismo rasero, los estrategas opinan que tanto los manifestantes que lograron paralizar la reunión cumbre de la OMC en Seattle en diciembre 1999 y los supuestos integrantes de Al Qaeda en los aviones del 11 de septiembre, usaron tácticas nuevas y similares, propias de las estructuras de las redes. Los fines pueden ser diferentes, inclusive contrapuestos, y los métodos también, pero a nivel táctico comparten similitudes. Otro ejemplo importante del actuar de las redes fue el revés que la sociedad civil movilizada e "interconectada" propino a las fuerzas de la globalización cuando se derroto el AMI (Acuerdo Multilateral de Inversiones) en 1998. Los analistas atribuyen el golpe al AMI en gran parte a las protestas mundiales que se pudieron armar, casi en sincronía, gracias al Internet.
Para algunos observadores es evidente que la sociedad civil "enredada" (perdón por el termino), es decir, enlazada en redes, movilizada e informada, tiene la capacidad de "echarle arena a los bien aceitados engranes" de la globalización. He ahí el meollo del asunto. La sociedad civil organizada, organizada en redes, está tocando un punto muy sensible, el orden económico mundial. Constituye un peligro latente, que ya ha hecho sus pininos.
Cómo hacerle frente a esta sociedad civil "enredada" ha de ser una de las preocupaciones de algunos estrategas en los círculos de poder. Mientras se plantea, se prueba y se pule una estrategia coherente para enfrentarla, no es ocioso pensar que, por lo pronto, la orden es tajante: limitar o eliminar las concesiones hacia las OSC. ¿Estaremos ante estelas de la consigna de George Bush, "o estás con nosotros o estás con el enemigo?
La evidencia de esta mayor cerrazón es indirecta. Los funcionarios de la banca multilateral siguen profesando públicamente su deseo de dialogar y "revisar" las opiniones y sugerencias de la sociedad civil organizada. En todo caso la hipótesis de una cerrazón nueva puede ser planteada hasta que la evidencia demuestre lo contrario. Pero son elocuentes las declaraciones recientes de las OSC sobre la banca multilateral. Leamos algunos:
En un comunicado de noviembre 2001 las OSC estadounidenses Development Gap y la Red Internacional de Ríos declararon:
"No obstante sus llamados a los manifestantes de dejar las calles y entablar el diálogo, el Banco Mundial, a los seis años de que James Wolfensohn llegó a su presidencia, aún no está preparado para trabajar de forma constructiva con los ciudadanos en el sur y en el norte para abordar las políticas y las operaciones del Banco que los afectan más directamente… El Banco se mantiene inflexible en la imposición de su agenda económica en todo el mundo e indispuesto a usar el conocimiento valioso que la sociedad civil le ha estado brindando a fin de promover la justicia económica, el progreso y la estabilidad."
Stephen Corry, director general de Survival Internacional, indicó lo siguiente en una carta dirigida al coordinador de políticas de pueblos indios del Banco Mundial:
"Como lo han demostrado tan dolorosamente incontables estudios, evaluaciones e informes, el problema más grande en cualquier discusión sobre las políticas del Banco Mundial hacia los pueblos indígenas es que las políticas son violadas continuamente. Sin duda usted conoce las muchas críticas dirigidas a los proyectos del Banco Mundial durante las décadas de los ’80 y ’90, pero la experiencia de Survival sugiere que muchos de los mismos problemas siguen existiendo hoy. Para tomar solo un ejemplo: diecinueve años después de que el Banco Mundial prestó US$ 900 millones a Brasil y a su minera CVRD para desarrollar los depósitos de hierro, y a pesar de que fue condición del proyecto el reconocer todos los territorios indígenas dentro del área, los indígenas Awa en el estado de Maranao están esperando todavía a que sus tierras sean oficialmente reconocidas y protegidas. Esta falta de protección ha tenido consecuencias fatales para los Awa: sus tierras han sido invadidas por madereros, finqueros y pobladores, y muchos de los Awa han muerto."
En otro testimonio del creciente enojo y frustración de grupos indígenas hacia la banca multilateral, hace menos de dos meses, en marzo del 2002, líderes indígenas de todo el mundo escribieron al presidente del Banco Mundial James Wolfensohn para expresarle su "profunda preocupación y frustración" respecto a la revisión de la política del BM sobre pueblos indígenas. La política, dijeron los líderes indígenas, "establece normas muy por debajo de las normas de derechos humanos aceptadas y vinculantes para la mayoría de los [países] miembros del Banco…Lo anterior es especialmente evidente, por ejemplo, por el hecho de que [la política] omite garantizar el derecho indígena a tierras, territorios y recursos. […] Las consultas sobre la política [hacia pueblos indígenas] han sido superficiales e inadecuadas en lo sustancioso. Estamos extremadamente decepcionados por el proceso, implementado con presentaciones ambiguas y engañosas de parte del personal del BM. Además el personal del BM a cargo de la revisión ha rechazado a priori abordar los temas que consideramos como los más importantes, a la vez que sigue insistiendo que el BM esta participando de buena fe en consultas con nosotros. Estos temas son: derechos a la tierra, el derecho al consentimiento libre e informado y la autodeterminación".
Un investigador de Focus on the Global South, Shalmali Guttal, publicó en marzo del 2002 un revelador informe sobre las políticas de información del BM y del Banco Asiático de Desarrollo (BAD). Comenta lo siguiente:
"Más importante que la información que revelan es lo que no revelan. La recientemente revisada política de apertura de información del Banco Mundial continúa poniendo la atención en informar sobre decisiones ya tomadas, en lugar de la información necesaria para que el público participe en la toma de decisiones. […] Según el Centro de Información sobre Bancos (BIC), una organización de investigación de políticas con sede en EE.UU., que ha seguido de cerca la política de entrega de información del Banco Mundial, bajo la nueva política, el Banco esencialmente renunció a su responsabilidad de ser transparente, al transferir las decisiones sobre la entrega de información a los gobiernos prestatarios. Claramente, el Banco Eligio negar al público su derecho de acceder a documentos importantes relacionados a los préstamos de ajuste estructural."
Lo que dice Guttal a continuación sobre el BAD, también es cierto de toda la banca multilateral:
"El BAD orgullosamente promociona su pagina web y ofrece el número de informes publicados disponibles en la pagina web, como evidencia de su compromiso con la apertura de información. Sin embargo […] lo que está disponible en la pagina web o en forma impresa no es pertinente al proceso de toma de decisiones del BAD. Demasiadas decisiones se toman en discusiones cerradas e informales que deben ser accesibles al público."
Development Gap y la Red Internacional de Ríos concluyeron que existen estas constantes en las iniciativas que ha tomado el Banco Mundial para acercarse a la sociedad civil:
· "El desacato del BM a muchos de los acuerdos y compromisos hechos con las organizaciones ciudadanas con las que ha trabajado.
· "El BM hace esfuerzos por controlar y manipular su quehacer y de utilizar las consultas con la sociedad civil para validar e impulsar sus propias posiciones y objetivos.
· "Cuando no puede controlar las iniciativas, el BM se aleja de sus resultados y evitar la implementación de las recomendaciones."
Los mismos denominadores comunes que las OSC han encontrado en su trato de años con el BM se repiten en el caso del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Algunas organizaciones ciudadanas que han presionado al BID para tener más información sobre aspectos del Plan Puebla-Panamá (PPP) han encontrado lo mismo: escamoteo de información, poco aviso anticipado de reuniones públicas, consultas "públicas" manipuladas para provocar las conclusiones deseadas, etc.
En una reunión en marzo de 2002 en Washington con organizaciones de la sociedad civil, representantes del BID fueron tajantes en su percepción del papel de las organizaciones ciudadanas en las consultas públicas sobre el PPP: "…este proceso esta controlado por nosotros; ustedes (organizaciones civiles) no deberían tratar de controlar el proceso. Hay una percepción de que están tratando de controlar el proceso. Los gobiernos impulsan el proceso consultivo. Los gobiernos no siempre hacen su trabajo. Encontraremos una ONG/grupo de la sociedad civil en cada país para coordinar las consultas".
A pesar de las insistentes críticas sobre el proceso de consultas públicas sobre el PPP los oficiales del BID también fueron tajantes de que la metodología de participación "no cambiara".
En la reunión citada, Marcelo Antinori, coordinador del BID para el PPP, dijo que el BID "no esta contento con el proceso consultivo en la región. [El personal del BID en los países del PPP] no da información debido a que 1) no la conoce; 2) tiene miedo de hacerlo. [El personal] compartirá información cuando perciba que hay un ambiente amigable. Tiene que haber un ambiente amigable. Es una alta prioridad del BID entrenar a nuestro personal para tratar con la sociedad civil. No es una habilidad innata y en especial si ha trabajado en una organización como este Banco durante más de una década. Si el BID no tiene gente que puede hablar sobre el PPP en todas las oficinas, puede ser entrenada. Hay países donde es más difícil tener reuniones, por ejemplo México, debido a los temas políticos de la ley indígena que van mas allá del PPP, así es que no intentamos nada."
¿Otro ejemplo de lo mismo? Las redes Alianza Frente al BID y Rede Brasil concluyeron en diciembre del año pasado que tras cuatro años de reuniones que han tenido con el vicepresidente ejecutivo del BID "poco avance sustantivo se ha logrado en los temas clave de preocupación" y resolvieron suspender su participación hasta que cambie la situación.
Es decir, aun cuando las OSC logran tener reuniones cara a cara con altos oficiales de la banca multilateral, los resultados concretos son pocos, debido a la enorme cantidad de lo que generosamente llamaremos "paja" que generan los oficiales. Atole con el dedo, dirán otros.
La vieja pregunta "Que hacer" se impone. ¿Seguirán las OSC las mismas tácticas de buscar el diálogo amable con la banca multilateral, sabedoras de que los resultados serán magros o nulos? ¿O es el momento de desplazar las prioridades hacia la "netwar" (aunque no debemos adoptar este neologismo, por su asociación con la guerra). ¿Son tácticas excluyentes?
Es obvio que la lucha es de muchos frentes. La evolución de las tácticas de las redes en los últimos años apuntan hacia ello. Cada OSC en una red tiene que tener la independencia para realizar la lucha que estima conveniente, pero debe estar interconectada, en redes formales e informales, a fin de actuar coordinadamente según lo requiera la coyuntura. Los avances en años recientes en la lucha por un orden económico más justo apuntan a las ventajas de actuar en redes.
(1) Para un análisis mucho mas detallado sobre redes y las nuevas tácticas, ver el libro de John Arquilla y David Ronfeldt "Networks and Netwars", RAND, 2001.
Fuentes consultadas:
Banco Interamericano de Desarrollo, documento para discusión, "Citizen participation in the activities of the Inter-American Development Bank", 27 de octubre, 2000.
Corry, Stephen, Survival International, Carta a Navin Rai del Banco Mundial, 27 de julio, 2001.
Development Gap y International Rivers Network, Boletin de Prensa: "Critics attempts at constructive dialogue find World Bank less than engaging", 9 de noviembre, 2001.
Fox, Jonathan, Universidad de California, Santa Cruz, "Control y supervisión social sobre la banca multilateral de desarrollo", julio de 1996.
Guttal, Shalmali, "¿Apertura o decepción? Las instituciones multilaterales y el acceso a la información", Focus on the Global South, marzo, 2002.
InterAction, Committee on Development Policy and Practice, E-bulletin: Inter-American Development BankCivil Society Initiative, marzo, 2002.
Korten, David, "The failures of Bretton Woods", articulo en el libro de Jerry Mander y Edward Goldsmith, "The case against the global economy and for a turn toward the local", Sierra Club, San Francisco, 1996.
Varios líderes indígenas, carta a James Wolfensohn, presidente Banco Mundial, 15 de marzo, 2002.
Ver también las paginas del Bank Information Center (www.bicusa.org) y Trasparencia (www.transparencia.org). * Por Miguel Pickard
CIEPAC, A.C.
Centro de Investigaciones Economicas y Politicas de Accion Comunitaria
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Pagina Web: www.ciepac.org