Por Lic. Diana Durán y Lic. Beatriz Lukez*
EN BUSCA DE NUEVAS OPORTUNIDADES En La Argentina de hoy falta el trabajo. Esta es una afirmación insoslayable y grave. Quizá uno de los problemas más trascendentes que afronte el país en su crisis actual. Sus consecuencias múltiples, complejas y caóticas gestan una situación de alta vulnerabilidad para la población; para cada uno de los habitantes de nuestra tierra, para sus familias e hijos; especialmente para aquellos cuyos niveles de pobreza alcanzan hoy dimensiones nunca antes igualadas que afectan especialmente a los sectores más débiles de la sociedad, como los ancianos, niños y jefas y jefes de hogares con necesidades básicas insatisfechas. Planteamos en este artículo algunas posibilidades y oportunidades que brinda el trabajo colectivo, solidario y comunitario que puede concretarse a través de la organización de un microemprendimiento productivo. Estas organizaciones laborales, aunque pequeñas en dimensión, son altamente superadoras del autoempleo; constituyen una nueva alternativa, en el contexto socioeconómico actual; diversa de la actividad del trabajo individual por cuenta propia que frente a las condiciones económicas actuales, está cercana a la caída al desempleo o hacia la subocupación, y, consecuentemente, hacia situaciones de marginalidad socio-económica. Muchas de estas organizaciones que denominamos microemprendimientos ya se localizan en nuestro territorio, tanto en ámbitos rurales como urbanos, incluyendo actividades tan diversas como la lombricultura, las artesanías, las huertas, multiplicidad de servicios personales, entre otras. Anteponemos el prefijo "micro" por la cantidad de integrantes, menos de diez personas, y no por la dimensión de los ingredientes de orden económico, social e individual que requieren para su constitución y planificación. Se trata de una gran variedad de actividades productivas y de servicios vinculadas en muchos casos al Tercer Sector, pero que no pueden estar ajenas a la intervención -especialmente crediticia-, del Estado; al dinamismo de la economía y, sobre todo, a las propuestas elaboradas por una política que se oriente hacia la promoción social. Brindamos aquí una visión global de lo que son los microemprendimientos, sus rasgos clave y posibilidad de creación e inserción en las comunidades locales.
También se ha tenido en cuenta que uno de los aspectos clave para su gestación // EL MUNDO DEL TRABAJO EN EL SIGLO XXI
"La última función clara y definida del hombre -músculos que duelen al trabajar, cerebros que duelen para crear más allá de las necesidades elementales-, ése es el hombre. Construir una pared, construir una casa, una represa, y en la pared y en la casa y en la represa, poner algo del Hombre mismo y el Hombre mismo recibir algo de la pared, la casa y la represa, conseguir vigorosos músculos por el esfuerzo, obtener conceptos y formas claras de concepción. Porque el hombre, distintamente a cualquier otra cosa orgánica o inorgánica del universo se proyecta más allá de su trabajo, asciende los peldaños de sus conceptos, emerge más allá de sus realizaciones." Frente a las difíciles condiciones del mundo del trabajo a inicios del siglo XXI tanto en la Argentina como en el mundo, los microemprendimientos productivos constituyen un camino que abre la esperanza para aquellas personas que se hallan en estado de subempleo o incluso de desocupación y, también, para quienes han generado experiencias de autoempleo que quieren mejorar y organizar racionalmente. Esa esperanza se funda en muchas razones ligadas no sólo a lo económico sino a otros aspectos más relacionados con ciertos valores como la solidaridad, las acciones comunitarias y el bien común. En síntesis, existen razones superiores en aquellos que emprenden la tarea de organizarse a través de un microemprendimiento que permita recuperar la autoestima laboral, lograr un empleo estable y elevar su calidad de ida. El derecho de toda persona a trabajar y alcanzar su bienestar a través del empleo contrasta hoy con el descenso constante del número de personas que pueden trabajar y las escasas remuneraciones que reciben. Existe una incertidumbre generalizada con respecto al futuro del empleo, a tal punto que la población que posee trabajo renuncia a sus derechos más elementales ante la amenaza de perderlo. Nuevas tendencias en el mundo del trabajo La Organización Mundial del Trabajo (OIT) realiza informes anuales sobre la situación mundial del empleo. Recientemente ha calculado que el 30 % de la fuerza laboral del mundo (más de 800.000.000 de personas) se encuentra desocupada o subempleada, mientras que el 20 % de la población empleada no logra vivir con lo que gana. En la Argentina, los datos de desempleo del primer trimestre del 2002 revelan cifran que superan el 22 % de la población económicamente activa. Jeremy Rifkin(1) (1997) señala que en Estados Unidos, durante los años 60, un tercio del empleo se realizaba en fábricas Hoy ese porcentaje cayó al 17 %. En el 2020, los trabajadores de planta será apenas el 2,5 % del total. Ese mismo porcentaje ocupa hoy el trabajador rural, cuya actividad fue decayendo por la urbanización y la industrialización en todo el mundo. El mismo autor define que después del tránsito actual de la sociedad postindustrial a la sociedad de la información, el mundo laboral será totalmente distinto al que vivió la humanidad en los últimos siglos. Pero a su juicio, esa revolución, no tiene por qué ser tan negativa como se la anuncia y, en realidad, podrá producirse un salto hacia delante, un nuevo modelo. La magnitud del problema de la desocupación, la tendencia al crecimiento de los datos de desempleo, el carácter masivo que presenta por afectar a toda la población y a todas las ramas de la producción y los servicios, son causas suficientes para que se imponga como uno de los problemas fundamentales que aquejan a la humanidad. El problema del empleo está vinculado actualmente al modelo de desarrollo neoliberal. En la Argentina, el actual cierre de la economía por el alto precio del dólar, podría representar para muchos nada menos que el regreso al trabajo. Esto, en un país que sufre una desocupación crónica superior al 20 %. Una consecuencia negativa del desempleo es el auge de la sociedad ilegal o criminal como "salida laboral", para las nuevas generaciones; un fenómeno que se aprecia en EEUU por su población carcelaria record, y en la Argentina con el incremento de la violencia en todas sus manifestaciones. La socióloga Susana Torrado afirma que "para la inmensa mayoría de los trabajadores argentinos es preciso correr cada vez más ligero en la pista ocupacional para lograr permanecer parados en el mismo lugar en la pista del bienestar. Sólo que el número de carriles es cada vez más reducido". Esto implica más años de escolaridad para sostenerse en el mismo nivel ocupacional. Cada día más el sector servicios y el sector informal tienen un porcentaje más significativo en la fuerza de trabajo. El problema es que se dificulta la inserción laboral de las personas menos capacitadas y aumentan las exigencias con relación al nivel educativo de l os postulantes. Cada día más, los trabajadores tienen la exigencia de recalificarse para la búsqueda de nuevas ocupaciones. Se debe tener en cuenta también, que la tecnología -factor al que se adjudica una gran reducción de los puestos de trabajo- no es sólo la gran culpable, sino que las prácticas laborales dependen, según Castells(2) (1998), en gran medida, de:
El sistema de pequeñas empresas, incluyendo los microemprendimientos ha sido estudiado en detalle en un libro titulado "Las regiones que ganan"(3) . Allí se han identificado entre éstas regiones a aquellas donde se forman aglomeraciones de emprendimientos pequeños que se relacionan con lo "típico de la comunidad". Estas empresas -muy presentes en Italia- tienen un alto grado de autonomía y un conocimiento del conjunto de factores histórico-sociales-culturales que se han sedimentado en la comunidad y las instituciones locales.
En las últimas décadas los modelos de trabajo y empleo han sufrido cambios que impactan en la estructura social como se puede apreciar en el siguiente esquema: Impacta en
Paradigma Informacional
En este nuevo modelo de organización del empleo aumentan las ocupaciones con alto contenido de información (como los profesionales y técnicos, que son el núcleo de la nueva estructura social) y la fuente de productividad y crecimiento es la generación del conocimiento y la información. A partir de la segunda mitad del siglo XX la maximización de la productividad se basa en la revolución de las tecnologías de información.
Riftkin también afirma que en la sociedad del conocimiento estarán los trabajadores del futuro, pero también hay una gran esperanza en el llamado Tercer Sector (la sociedad civil, la comunidad organizada), con el que se integran en redes sociales, los microemrpendimientos ya que ni el Estado ni el mercado están en condiciones de absorber a los desplazados laborales por las nuevas tecnologías. Los microemprendimientos productivos: finalidades y rasgos clave El mercado ofrece desafíos a los microemprendimientos productivos, cuyos integrantes (los emprendedores) responden proveyendo de bienes y servicios, siempre que han estudiado correctamente ese mercado. Además las diferentes organizaciones de la comunidad requieren habilidades de los emprendedores que, a su vez, pueden dar respuesta a las necesidades constituyendo redes sociales que los impulsen y dinamicen. Sin capital (capital circulante, es decir, dinero, es bastante difícil gestar una empresa. Es necesario primero constituir un microemprendimiento que permita a través de la relación con otros y de la integración en el contexto social, cubrir las necesidades, incorporar un ingreso a la familia o amplia r los ingresos y acumular capital. Los microemprendimientos constituyen una organización que generalmente tiene su origen en la cercanía residencial y cuyos pilares son:
Además los micoremprendimientos se sostienen en valores tales como la solidaridad, la creatividad, la conciencia comunitaria y la sustentabilidad. Los microemprendimientos son pequeñas empresas que no reúnen más de diez emprendedores. Si consideramos el ejemplo de Italia, los microemprendimientos y las microempresas se caracterizan por distintos aspectos que deberían ser tomados como modelo para nuestro país:
Los microemprendimientos en la Argentina
Fuente: Elaboración personal en base a Casaburi, Gabriel, Angelelli, Pablo. Estrategias de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas. Eudeba. PNUD. Bs. As. 2001. Cuando las pequeñas empresas y los microemprendimientos encuentran su lugar en el mercado, resurge el empleo autónomo. El microemprendimiento productivo forma parte de la oferta(4) que va a tener como objetivo satisfacer las necesidades, los deseos o las expectativas de la demanda(5) mediante determinada estrategia. Algunas empresas tienen una estrategia definida, explícita: son conscientes de que van a llegar a la demanda de una forma determinada. La demanda está constituida por consumidores que difieren entre sí en distintos aspectos. En el contexto de competencia actual el microemprendimiento no puede competir "en todas partes", sino que deberá identificar determinados sectores o segmentos de la demanda a la que pueda acceder; deberá identificar necesidades y deseos a satisfacer, oportunidades a explotar y intentará buscar una posición determinada en el contexto comunitario (deberá posicionarse.) En general, el microemprendedor no analiza suficientemente la demanda cuando está inmerso permanentemente en los problemas productivos u operativos. La composición del gasto de los hogares argentinos se expresa en este gráfico, que puede servir para analizar las posibilidades de encarar determinados microemprendimientos.
Es necesario segmentar al mercado en distintos subconjuntos de clientes a los cuales el microemprendimiento dirigirá sus estrategias, según las características especialmente referidas a la actitud de los clientes (percepciones de los consumidores sobre los productos.) Los microemprendimientos intentan, como las empresas mayores, posicionarse en un sector de demanda. Este posicionamiento está relacionado mucho más con lo que el consumidor percibe que con lo que el producto es en sí mismo. Por ello, hay que tener en cuenta las siguientes acciones:
Además del entorno que constituye la comunidad para un microemprendimiento, será necesario que éste tenga en cuenta: el contexto nacional y el contexto internacional que siempre tendrán influencia en el microemprendimiento. Estos contextos incluyen las cuestiones económicas (ahorro, inflación, políticas económicas), político-legales (leyes, elecciones, sistemas de gobierno, estructuras de poder), socioculturales (moda, costumbres, formas de vida) y tecnológicas (nuevas tecnologías) que pueden afectar al emprendimiento, así como también al competidor y a la demanda. El microemprendimiento que no tenga en cuenta estos aspectos puede encontrar dificultades debido a: inercia, incapacidad para competir, incapacidad para innovar, flexibilidad para responder a los cambios y percepción de las amenazas y oportunidades. Así, el esquema de la demanda se relaciona con el de la oferta formando parte del entorno del microemprendimiento. Conceptos clave para la organización exitosa de un microemprendimiento Más allá de los cambios en el entorno, gran parte del éxito de un emprendimiento está en manos de él mismo.
LOS MICROEMPRENDIMIENTOS COMO ORGANIZACIONES Toda empresa y, por lo tanto, también, un microemprendimiento constituye una entidad organizada que establece formas de coordinación de las actividades productivas o de servicios para generar una ganancia. Las empresas son unidades de acción económica conformadas por grupos de personas organizadas bajo reglas de comportamiento comunes. La situación de organización que viven esas personas permite, además de la actividad económica, intercambios y relaciones que expresan sus necesidades y proyectos cuya realización induce a formular cambios y ajustes del comportamiento, y de la situación organizacional. Por lo tanto, las empresas son, también, unidades de acción social. La acción social en el seno del microemprendimiento es un objetivo de la maximización y optimización del uso de los recursos. Es muy importante comprender la capacidad de acción del microemprendimiento sobre su entorno (el mercado), a través de la construcción de relaciones sociales entre los actores de la comunidad. Los mercados, por su parte, son realidades concretas que conforman espacios de creación de reglas y delimitan las fronteras para la realización de los proyectos de las empresas. De esta forma, estructuran los intercambios entre las organizaciones e influyen sobre ellas pero no las determinan. La capacidad de los emprendedores para captar las situaciones nuevas y poder actuar sobre ellas genera anticipaciones que pueden conducir a innovaciones productivas, organizacionales y de sus relaciones con el entorno. La interacción entre personas dentro y fuera de la empresa moldea la capacidad de acción de ésta con el mercado y con la variedad de agentes institucionales que conforman el entorno. Así, la empresa no solo existe en el mercado sino que a través de su acción económica y social también contribuye a modificarlo. La idea de que las empresas evolucionan a través de procesos de aprendizaje cobra cada vez mayor fuerza. Sin embargo, la incorporación de la dimensión social implica que las empresas y los actores sociales que les dan vida tienen biografías particulares, posiciones sociales y expectativas ante el trabajo y la organización que los hacen actuar de manera diferente. Así, el cambio en las empresas resulta de aprendizajes que tienen un contexto social y geográfico. Son producto de la acción colectiva que promueve el enfoque y los contenidos de dicho aprendizaje. Los procesos de innovación son determinados hoy por las nuevas articulaciones de los sistemas socioproductivos, los nuevos usos productivos del conocimiento y las nuevas formas de interrelación entre los actores económicos. Las redes en los sistemas productivos El estudio de redes es importante porque permite apreciar cómo se relacionan en un territorio las pequeñas y medianas empresas, como una forma alternativa de organización frente a la crisis. El concepto de redes se aplica a todo intercambio recíproco de un grupo de actores sociales pertenecientes a un mismo contexto geográfico, institucional, político, etc. Los sistemas productivos son redes donde participan microemprendimientos, empresas, instituciones sociales y políticas en la construcción de espacios productivos, que constituyen nuevas formas de acción económica y social. El mercado es el entorno más inmediato en el que se relacionan los microemprendimientos y las empresas en los que existen distintos grados de incertidumbre que la empresa no es capaz de resolver por sí sola. Por ello son importantes las relaciones de intercambio (de confianza y reciprocidad), con otros agentes institucionales de su entorno. En la actualidad las instituciones de investigación pública, las organizaciones no gubernamentales, los organismos de consultoría y otras instituciones, especialmente las del Tercer Sector, se han convertido en actores económicos en su relación con las empresas y los microemprendimientos. Un ejemplo de esto, en el caso de las pequeñas empresas, es casi un caso paradigmático de desarrollo endógeno. Por ejemplo, en Italia donde se forman inmensas aglomeraciones de empresas que fabrican el mismo producto o gravitan en torno a una producción típica. ¿Por qué se caracterizan estas empresas? Porque tienen un alto grado de autonomía y un conocimiento del conjunto de factores históricos, geográficos, sociales y culturales que se han sedimentado en la comunidad y en las instituciones locales. En consecuencia estas empresas poseen una fuerte especialización productiva a nivel local por su sistema de producción, constituyen una densa red de interdependencias productivas, existen una gran cantidad de empresas y no una impresa líder y dominante sobre el sistema local, existe el impulso hacia una especialización productiva, se produce una difusión de las relaciones "cara a cara" lo que favorece el desarrollo en cascada dentro del sistema de empresas de mejores técnicas y organizaciones de mayor eficacia en el sistema local. Todo esto se ve acompañado en su evolución por una mayor movilidad social. (Garafoli; Giaccino. Los sistemas de pequeñas empresas: una caso paradigmático de desarrollo endógeno, 1994.) (7) Sustancialmente estas empresas requieren de una formación social territorial homogénea, que puede ser el municipio. El proceso de aprendizaje técnico-organizacional puede definirse como la creación y el uso competencias tecnológicas nuevas, de adquisición de conocimientos, y de su traducción en el diseño de estrategias novedosas frente al mercado. Las empresas y microemprendimientos construyen y mejoran sus competencias en la medida en que acumulan experiencias de aprendizaje en las diferentes unidades organizacionales que la componen, talleres de fabricación y mantenimiento, laboratorios de investigación y desarrollo o de control de calidad, etc. Son estas competencias las que permiten el uso productivo de las nuevas tecnologías y constituyen, en esencia, un conjunto de conocimientos distribuidos a lo largo y ancho del sistema productivo. La solución de problemas técnicos o del mercado requiere la movilización de las competencias de los diversos actores sociales que componen la empresa. Los dispositivos y reglas organizacionales que permiten y fomentan la interacción entre los individuos pueden convertirse en espacios de articulación de los diversos tipos y niveles de conocimientos: individual y colectivo, genérico y específico, tácito y codificado que existe en la empresa. En este sentido, las empresas logran construir una competencia colectiva que encierra al mismo tiempo la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos y así evolucionar. La innovación representa la capacidad de elaborar nuevos conocimientos productivos, nuevos productos y procesos, pero también nuevas formas organizacionales. No es un problema de encontrar o recombinar las "rutinas" para adaptarlas a las condiciones productivas que demanda el mercado como postulan algunos economistas. Por un lado, resulta de procesos de aprendizaje colectivo que permiten a los actores de la empresa traducir y reinterpretar las incertidumbres del entorno en función de modificar el comportamiento organizacional de la propia empresa y, consecuentemente las relaciones con su entorno. Por otro lado, resulta de procesos de valorización y capitalización de oportunidades de cambio que genera la propia acción organizada de los individuos dentro de la empresa y que permite articular los diversos tipos de conocimiento que en ella existen. EL TERCER SECTOR Y SU INFLUENCIA EN LA CONSTRUCCION DE MICROEMPRENDIMIENTOS
"Cuando el mundo se vuelve demasiado grande para ser controlado, los actores sociales pretenden reducirlo de nuevo a su tamaño y alcance. Cuando las redes disuelven el tiempo y el espacio, la gente se ancla en los lugares y recuerda su memoria histórica" La identidad nacional y las organizaciones en el siglo XXI Hoy nuestro país padece una crisis de identidad nacional por ausencia de un modelo nacional que permita el desarrollo humano y sustentable de su población. En este sentido, todos los estamentos de la sociedad están en crisis y el mercado, frente a más de un lustro de estancamiento económico, funciona en su mínima expresión, a pesar de la hegemonía de políticas neoliberales que han aplicado los últimos gobiernos. Mientras tanto, la sociedad civil asume cada día una mayor representación en su papel dentro de la sociedad, incluso en la generación de actividades productivas y su participación en el Producto Bruto Interno es cada vez mayor. Muchos microemprendimientos surgen de la iniciativa del Tercer Sector o pueden ser apoyados por éste, aspecto que debe ser tenido muy en cuenta por los emprendedores. La identidad es la fuente que da sentido y experiencia a la gente. Con referencia a los actores sociales, la identidad es la construcción de sentido, de un atributo cultural o un conjunto relacionado de atributos culturales, al que se da prioridad sobre el resto de las fuentes de sentido. Las identidades son fuentes de sentido para los propios actores y por ellos mismos son construidas mediante un proceso de individualización. Muchas veces las identidades se originan en la pertenencia a determinadas organizaciones, por ejemplo las organizaciones laborales o las organizaciones sociales. Lo más importante es cómo, desde qué, por quién y para qué se construyen las identidades. La construcción de las identidades se produce a través de la historia, la geografía, las instituciones productivas y reproductivas, la memoria colectiva y las utopías individuales, los aparatos de poder y las revelaciones religiosas. Pero los individuos, los grupos sociales y las sociedades procesan todos esos materiales y los reordenan en su sentido, según sus proyectos culturales, su estructura social y en su marco geográfico e histórico. Las identidades generan la sociedad civil, es decir, un conjunto de organizaciones e instituciones, así como una serie de actores sociales estructurados y organizados. La gente se socializa e interactúa en su entorno local, ya sea en el pueblo, la ciudad o los suburbios residenciales, y construye redes sociales entre sus vecinos. Por otra parte, las identidades de base local se combinan con otras fuentes de significado y reconocimiento social en un patrón altamente diversificado. Las comunidades locales han construido sus propios estados de bienestar basándose en redes sociales que practican la solidaridad y reciprocidad en torno a iglesias, organizaciones no gubernamentales, mutuales, uniones vecinales, etc. (Castells, M. 1998). Las anteriores consideraciones nos acercan al concepto de lugar ligado a la experiencia individual, a la localización concreta, al mapa mental o cognitivo. El lugar describe una posición geográfica pero también una experiencia humana y se configura en la imagen que percibimos de la realidad. Es el espacio vivido, el horizonte cotidiano, que tiene sentido de identidad y pertenencia. Marc Augé, antropólogo francés, ha definido al lugar como aquél espacio bien definido, bien delimitado por los grupos humanos, muy simbolizado del que se extrae una identidad individual y colectiva. (Durán, 1996)(8) Pero también, es importante tener en cuenta el concepto de no-lugar "indisociable de una percepción más o menos clara de la aceleración de la historia y del achicamiento del planeta) que es hoy un componente esencial de toda existencia social" (Augé, 1993) El lugar corresponde a los procesos de democratización, a la participación ciudadana, al reconocimiento de los derechos humanos, al desarrollo sustentable. Lo contrario es el despedazamiento del tejido social a través del agravamiento de las desigualdades, la precarización de las mayorías poblacionales y la destrucción de las identidades colectivas. Se trata, entonces, de repensar cómo pueden articularse de modo creativo y activo las relaciones entre la empresa y la comunidad. Nuestra convicción radica en que el espacio local construye la comunidad, a través de lazos afectivos, profundos, participativos que otorgan estabilidad a los actores sociales. En sentido contrario, las fuertes tensiones procedentes de las crisis de identidad como la que sufre hoy nuestro país provoca rupturas en las comunidades. Hoy existen en el mundo y en la Argentina espacios geográficos residuales, también denominados "no lugares" (Augé, 1996, Durán, 1997)(3), en los que se encuentran los desarraigados, los desempleados, los empobrecidos. Existen en nuestro país múltiples espacios que acogen provisionalmente al desempleo, la pobreza, el deterioro ambiental, condenando a la expatriación, a la urbanización del pobre o a la reclusión y ellos corresponden a la pérdida del vínculo social que se inscribía en un lugar. Los proyectos de microemprendimientos que promovemos reafirman los vínculos sociales para promover los contactos culturales y estrechar la relación sociedad-naturaleza y las interacciones entre los grupos sociales. El papel de las organizaciones sin fines de lucro (9) Es necesario replantear las clásicas polarizaciones entre acción privada-acción estatal y asistencialismo-ciudadanía, que tienen su origen en la década de los 70. La crisis del Estado de bienestar, sumada al descubrimiento del accionar de la "gente" y del desarrollo desde las bases, colaboraron en la construcción de una visión antagónica por la cual se enfatizaban las ventajas de las ONGs-, encontrando por cada una de sus buenas cualidades un equivalente negativo expresado en el Estado. Esta versión liberal, con la puesta en primer plano de la libertad de los individuos para hacerse cargo de sus problemas, se enfrenta sin embargo a una situación más compleja. Así, la solución no política del problema de los derechos sociales -al dejarlos en manos de la caridad privada- se revela también como un aspecto importante de la participación voluntaria de los ciudadanos. Salamon (1993) denomina la "mítica edad de oro de la pureza del sector voluntario", en el que éste se habría desarrollado en forma totalmente independiente del Estado. En este sentido, Salamon señala la existencia de datos empíricos que demuestran un extenso aporte gubernamental, indebidamente apreciado por deficiencias en las teorías con que se analizaban estos temas. El mismo autor resalta la continuidad y efectividad de la acción del Tercer Sector, no suficientemente considerado por estar fuera de las preocupaciones de la ciencia social en esos momentos. En este punto, Landim (1993) remarca la necesidad de investigar las especificidades nacionales. La oposición entonces entre la iniciativa privada y la iniciativa estatal busca resolverse actualmente en un modelo de cooperación, en el que la evaluación en términos de eficiencia y mejor "llegada" de los servicios intenta ser más importante que el recorte presupuestario estatal. El papel de las ONG’s como fomentadoras de la participación, como expresión de la fortaleza y vitalidad de la sociedad civil es en términos generales un elemento que aparece en todos los entrevistados. Se reivindica también el papel técnico de las ONG’s, como lo que le permite resolver bien los problemas planteados, y diferenciándose así de un "simple asambleísmo barrial". En la actualidad se hace referencia a la profesionalización de las ONG’s. No pueden ser manejadas simplemente con espíritu militante. Es necesario también competir en un mercado. En un mercado por la obtención de fondos escasos, y para competir es imprescindible contar con capacidad burocrática y técnica que permita brindar profesionalmente el servicio que queremos brindar. Las ONG’s pueden contribuir a grandes temas: delinear políticas públicas alternativas, por ejemplo. Pero para hacerlo deberán contar con una alta capacidad técnica. En el caso de las ONG’s ambientalistas surgidas al calor militante, más con el objetivo de "transmitir un mensaje" que de realizar acciones concretas. Actualmente, su función es mucho más amplia y compleja incluyendo la investigación y la educación. INTRODUCCION AL MARKETING DE LOS MICROEMPRENDIMIENTOS Conceptos, método, praxis El marketing es un área de estudio y también una actividad que utiliza una serie de procedimientos o herramientas (investigación de mercado, segmentación, planeamiento estratégico, análisis competitivo, análisis multivariado, programas informáticos específicos -Excel/pymes, Office/pymes, etc.) para operar con mayor eficiencia el funcionamiento de una empresa en el mercado. De todos estos procedimientos se ha elegido el planeamiento estratégico cuyas etapas se explicarán en el último capítulo de este libro, por considerarlo el más adecuado para el caso de los microemprendimientos. "Hacer marketing" significa entender que la misión de los microemprendimientos es servir a sus clientes y que para poder hacerlo tienen que conocer que es lo que cada grupo de clientes desea y necesita recibir de la organización para diseñar productos y servicios acordes con esas expectativas. (Fernando Frydman, 1999 (10)). Una de las máximas del marketing es que "quien trata de servir a todos no sirve a nadie" y "quien trata de satisfacer todas las necesidades no satisface ninguna". En consecuencia el marketing incluye un proceso lógico que implica resolver qué elegir y qué descartar y definir prioridades de acción. El marketing es, a la vez:
En el marketing radica la energía del microemprendimiento enfocada hacia la "búsqueda de oportunidades de negocios", representada por:
El buen marketing promueve la competencia y permite que la presión competitiva genere los incentivos adecuados para un aumento constante de la eficacia la eficiencia y la productividad con el beneficio correspondiente para la lógica económica del emprendimiento. EL PLAN ESTRATÉGICO DE UN MICROEMPRENDIMIENTO
Todo microemprendimiento es un sistema abierto y, por ello, se ve influenciado por el entorno.
Qué es la estructura? Comprende los rasgos internos del microemprendimiento. a) Tamaño: se mide generalmente por la cantidad de personas que se emplean. En un microemprendimiento, menos de diez personas. b) Oganización interna: todo microemprendimiento lleva a cabo una serie de actividades diversas que se interrelacionan y constituyen lo que Porter (11) ha denominado cadena de valor, por cuanto "las empresas crean valor para sus compradores por medio de la realización de estas actividades. El valor que crea un microemprendimiento se mide por el precio que los compradores están dispuestos a pagar por su producto o servicio. Una firma es rentable si este precio supera el costo colectivo de realización de todas las actividades requeridas" (Porter, 1991). El conjunto de actividades que generan valor pueden subdividirse en dos grandes grupos: 1- Actividades básicas: se relacionan con la producción de bienes y servicios y la generación del valor, que incluyen:
2- Actividades de apoyo: organizan y controlan las anteriores.
Para asegurar el buen funcionamiento de cada una de esas actividades así como un enlace eficiente entre todas ellas, las empresas establecen un estructura organizacional, definida por Mintzburg (1979) (12), como la "suma total de medios empleados para dividir el trabajo en tareas distintas y asegurar la coordinación necesaria entre las mismas". En un microemprendimiento la estructura organizativa es muy simple, ya que se desarrollan directamente tanto las funciones de decisión y gestión como las de supervisión y coordinación del proceso productivo. Por ejemplo: áreas de Producción, Marketing, Finanzas e Investigación y Desarrollo. c) Origen del capital y forma jurídica de la empresa: debe considerarse que el capital no sólo es el circulante (dinero), sino que en un microemprendimiento que recién comienza interesa el capital humano y el intelectual, así como los recursos en infraestructura y equipos que puedan aportar sus integrantes. La forma jurídica del microemprendimiento podrá iniciarse como una sociedad de hecho y, posteriormente, como una sociedad de responsabilidad limitada. ¿Qué es el PLAN ESTRATEGICO? El plan estratégico es un conjunto de procedimientos o técnicas que permiten saber lo que el microemprendimiento quiere lograr, cómo se quiere lograr, los recursos que se necesitarán y cómo evaluar lo proyectado. Es una secuencia de etapas que incorporan acciones flexibles para conseguir un conjunto de objetivos para lo cual es necesario anticipar las reacciones ante una acción dada. Requerirá, entonces, una negociación con los factores oponentes y una apreciación del futuro deseado. El plan estratégico implica:
Es el medio necesario para elaborar las estrategias de gestión(13). Para planificar correctamente, se deben cumplir tres condiciones previas, que corresponden al diagnóstico: 1- Conocer y comprender la razón de ser del microemprendimiento, es decir su misión
Para ello, se necesitan definir: El compromiso personal será necesario repartirlo entre diferentes actividades de acuerdo con la prioridad de las necesidades de los emprendedores (negocios, familia, deportes, ocio, etc.) Es necesario verificar si los objetivos personales de los integrantes del microemprendimiento son compatibles con los objetivos del mismo.
El tipo de negocio debe responder esencialmente a la pregunta siguiente: ¿cuál es su vocación, su razón de ser? 2- Conocer y comprender la marcha del microemprendimiento. Incluye el conocimiento del mercado, de la competencia y el Tercer Sector. El mercado está compuesto por todas las personas que compran su producto y/o servicio (consumidores actuales) y por todas las personas que ahora no lo compran pero que podrán hacerlo en el futuro (consumidores potenciales). Es importante conocer las fortalezas y debilidades de la competencia en el mercado y respecto a nuestro microemprendimiento. Como ya se ha visto el Tercer Sector permitirá muchas veces encontrar nichos o segmentos y fuentes de financiamiento antes impensados para la concreción de un microemprendimiento. La competencia es importante para conocer fortalezas y debilidades del mercado y respecto al microemprendimiento. 3- Conocer y comprender las fortalezas y debilidades propias del microemprendimiento. Cuanto más conozcamos nuestras fortalezas y debilidades más posibilidades de permanecer y crecer tendremos. La mayor parte de los planes de marketing fracasan antes de atravesar la etapa de ponerlos en acción, simplemente porque gran parte de los empresarios o microemprendedores ignoran como formular sus objetivos. A partir de definir la razón de ser del microemprendimiento, es necesario establecer objetivos medibles, lo que significa imaginarse el punto de arribo del microemprendimiento. Un objetivo del microemprendimiento es mucho más que una simple resolución ó la expresión de un deseo. Un objetivo válido debe indicar los medios necesarios para alcanzar ciertos resultados sobre el mercado, en un tiempo determinado. Por ejemplo, aumentar su porción del mercado un 2% entre enero y diciembre del 2002. Cuánto más claro y medible se defina un objetivo, más seguros se estará sobre cómo orientar las acciones. Ello ayudará a sumar planificación más estrategia al servicio del marketing. Un objetivo vago y poco concreto proporciona una base muy débil para convertirse en un programa de marketing sólido y organizado y no proporciona una solución a un problema ni permitirá explotar una oportunidad de mercado. Las estrategias Son las decisiones a tomar para crear o desarrollar un microemprendimiento, e implican la construcción de recorridos o cursos de acción posibles:
El objetivo común a todas las decisiones será conseguir una ventaja competitiva que permita a la organización asegurarse beneficios a corto, mediano y largo plazo. Las estrategias comprenden tres rasgos básicos, asociados entre sí:
Referencias
(1) Rifkin, Jeremy . El fin del mundo del trabajo. Buenos Aires. 1997 |