Energías Renovables El Camino del Sol

Por Ricardo F. Potts

La energía renovable es un tema económico de primer orden y tenemos que lograr hasta en el último municipio del país, que tengan mayor utilización, no sólo porque el petróleo esté caro o sea difícil adquirirlo, sino también por una cultura de protección del medio ambiente.

El secreto del ahorro energético no consiste en no gastar combustible, sino en hacer que este rinda con verdadera eficiencia y utilizar fuentes naturales alternativas.

El lema que titula este trabajo tiene un significado más profundo del que muchos se imaginan, como lo descubrió este reportero al conversar con América Santos, presidenta del Frente de Energías Renovables, y algunos especialistas del sector.


La energía renovable – expresó la también viceministra del CITMA- es un tema económico de primer orden y tenemos que lograr hasta en el último municipio del país, que tengan mayor utilización, no sólo porque el petróleo esté caro o sea difícil adquirirlo, sino también por una cultura de protección del medio ambiente.

Para ello fue constituido el frente de energía renovable el 14 de octubre del 2002 -agregó- y entre sus objetivos fundamentales en primer lugar está la actualización del programa de desarrollo de estas fuentes y lograr que en el plan económico del 2004 todos los organismos de la administración central del estado incluyan en sus presupuestos la atención de este tema.

El aprovechamiento energético, y sobre todo las energías renovables -puntualizó- también es un problema de cultura energética, o más bien de falta de ella, por eso estamos también enfrascados en un programa para incrementar la cultura en todos los organismos vinculados al tema, así como en un plan de formación de recursos humanos. Sobre todo, estamos analizando cada una de las Fuentes Renovables de Energía (FRE), fundamentalmente la solar y eólica, porque hay muchas cosas que se están produciendo en el país que pueden contribuir a hacer un uso más efectivo de ellas.

Hacia una economía Ecológica

Para el geofísico Bruno Henríquez Pérez, investigador de Cubaenergía, el asunto tiene doble cara, pues algunos entienden la economía de una forma "externa" a la naturaleza, excluyendo de sus proyectos al entorno y los seres vivos. Sin embargo, desde el punto de vista de la economía ambiental -aclaró-, se trata de darle un valor económico a esa "externalidad", para poder seguirla manteniendo; pero como esto es bastante difícil se aplica otro enfoque, la economía ecológica, el cual reconoce que esos sistemas tan complejos no pueden evaluarse económicamente y por tanto es preciso ampliar el marco de análisis para tenerlos en cuenta durante el desarrollo.

Tales estudios deberán valorar cuales fuentes no se pueden perder, como se administrará los recursos y la energía, y en lugar del concepto de externalidad se aplica el de integración, para poder hacer sistemas que sean sostenibles. Este concepto de la sustentabilidad es fundamental para entender la necesidad de construir y diseñar racionalmente desde hoy para poder seguir viviendo mañana.


Ejemplo típico -reflexionó el especialista-, es la falta de una cultura de iluminación natural en los proyectos, pues en lugar de utilizarse mejor las ventanas en sistemas de ese tipo, se colocan enormes ventanales encristalados en las fachadas sur de los edificios, que causan efecto invernadero en su interior e incrementan la carga de aire acondicionado que es preciso inyectar al local para mantenerlo fresco, o sea que contribuyen a elevar el gasto de electricidad.

Henríquez Pérez también es miembro de la sociedad Cubasolar, ONG nacional de expertos y técnicos para promocionar y facilitar el uso de la energía solar. Lo curioso es que la primera pregunta que nos hacen -explicó- es ¿que cantidad de petróleo sustituye esta tecnología? Sin embargo, ese no es el quid de la cuestión. No puede verse todo en galones o litros de petróleo ahorrados, porque se trata de una contabilidad más compleja, que incluye entre sus beneficios otros elementos. Si electrificamos con un panel fotovoltaico un consultorio médico de montaña por 6 mil U$S toda la instalación, debe medirse no sólo lo que no se gasta en petróleo, sino lo que hubiera costado llevar la línea eléctrica hasta allí, que puede llegar a decenas de miles de dólares, si está sólo a 30 kilómetros de la red más cercana, más el gasto ecológico porque hay que desbrozar monte para tender los postes. Todo esto se evita con energía solar. Ahora, ¿cree usted que la pregunta inicial sigue teniendo sentido?

El fascinante mundo de las energías sustentables.

Bienvenido al mundo fascinante de las energías sustentables, amigo lector, donde los beneficios no sólo se miden en dinero ahorrado, sino en daños evitados a la ecología y en el ahorro en los recursos naturales, que son limitados y se gastan igual aunque su precio descienda en los mercados internacionales. Entre los objetivos permanentes de esta tendencia se encuentran:

" Producir la energía que se necesite, donde se necesite.
" Considerar el medio ambiente como parte del sistema económico y no como algo externo.
" Tener en cuenta todas las transformaciones de la energía.
" Utilizar sistemas que no derrochen energía entre otros recursos.

Las leyes físicas de la conservación de la energía plantean que esta ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. Así, la energía solar se convierte en electricidad por conversión fotovoltaica, los vientos pueden producir energía mecánica atrapándolos con un molino, y esta en eléctrica. La energía hidráulica, el ciclo del agua, se mueve gracias al calor de la energía solar y a su vez produce energía mecánica. La biomasa (leña, bagazo), que ha recogido energía solar con el crecimiento de las plantas, puede entregar biogás, calor y producir hidrógeno. Y lo más importante, todas estas formas de aprovechar y reciclar la energía no producen desechos ni contaminan el medio ambiente.

Tenemos por otra parte la energía solar térmica -explica Henríquez Díaz-, que utiliza el efecto invernadero para los calentadores solares, secar y otras aplicaciones. Hemos desarrollado colectores solares compactos, secadores para plantas medicinales, para frutas, para tabaco, son múltiples los usos que se puede dar a la energía solar a menos costo y con más eficiencia.

Hemos desarrollado también el "Veranero" -agregó- por nuestros especialistas Jorge Alvarez y Luis Berri, es una casa de cuarentena pero que en el techo tiene una piscina con un líquido que solo deja pasar la parte del espectro que usan las plantas que están ahí dentro, y el calor excesivo, en lugar de sacarlo con aire acondicionado se saca por absorción radiativa. Esto es, ponemos superficies frías que no reflejan la radiación sino que la absorben. Este veranero se usa para producir semillas de alta calidad y lo estamos instalando en varios lugares.

La energía hidráulica, en cambio, no se produce sólo con centrales hidroeléctricas, también existen otras formas como el "ariete hidráulico", un sistema de diferencia de presión que bombea agua a gran altura utilizando la energía que de la misma corriente de agua. No se necesita otra energía externa.

En cuanto a la energía eólica -argumentó el especialista- hubo una época en que por los campos de Cuba se venían dondequiera pequeños molinos de viento. Eso se abandonó en un momento dado -el del petróleo barato- porque se pensaba en la mayor potencia de los motores de petróleo, y no en el ahorro energético. Ahora tenemos que recurrir de nuevo a ella, y de forma permanente no sólo por el ahorro, sino para mejorar el medio ambiente. Ya se ha elaborado el mapa de potencial eólico de Cuba y tenemos Parques Eólicos como el de Turiguanó, que está acoplado a la red y le da energía al turismo.

La energía de Biomasa, en cambio, es la parte de la masa viva que se puede crear con ayuda de fotosíntesis, como hacemos con el bagazo. Las calderas de biomasa trabajan con cualquier materia orgánica que se descompone (excretas, desperdicios), genera biogás y este se emplea para cocinar, para el alumbrado y hasta para mover vehículos. El mar es otra gran fuente de energía -señaló Henríquez- de las olas, las corrientes, las mareas y las diferencias del gradiente térmico. Vivimos en una isla, así que también esa es una fuente aprovechable.

Arquitectura bioclimática y normas de construcción.


La arquitectura bioclimática es otra forma de aprovechar de manera pasiva las energías alternativas, que a menudo no se tiene en cuenta o se aplica mal, como en el uso de tejas translúcidas para iluminación natural -dijo Henríquez-, que da buenos resultados y se utiliza poco o se exagera, como algunos "Rapiditos", donde han tirado todo el techo de estas tejas y han creado un efecto invernadero que al final da más calor a los usuarios, en lugar de sólo en una parte de la cubierta.

Si siguiéramos las normas de arquitectura bioclimática -alegó- comprenderíamos que la globalización, y también antes de ella, nos trajo la "arquitectura extraclilmática", tendencias que funcionan en la fría Europa, pero no en el trópico donde hay que observar requerimientos especiales, pues los grandes paneles de vidrio fijo crean efecto invernadero. En su lugar, habría que instalar ventanas "quiebrasoles", como las del edificio de la facultad de economía frente a Coppelia, que permite pasar el fresco pero evita que penetre el sol… y es un edificio del año 59. Hoy se hacen cosas como un edificio de tiendas en la Habana Vieja con techo de vidrio, que genera enorme calor y hay que gastar una millonada en aire acondicionado para refrescarlo.

El problema -concluye el especialista – es que a menudo no sabemos bien qué es la energía, ni aplicamos bien en las construcciones las leyes de como se transmite y funciona para aprovecharla mejor en nuestro beneficio. Esto también es parte de la cultura ambiental y energética.

Como dijo América Santos, Cuba con su condición de isla tiene mucho sol y lugares donde el aire es fuerte, estamos haciendo esfuerzos para lograr que en todos los proyectos de inversión se aprovechen estas condiciones climáticas, y existen normas que deben cumplirse para aprovechar esos elementos. Tenemos que lograr que los requisitos del uso de las FER, sean cumplidos, a la hora de hacer la proyección de una construcción o una nueva inversión.

* Por Ricardo F. Potts
Miembro de la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico
Secretario del Capítulo Cubano de la Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados y técnicos.