Por P. Luis Barrios
La mentira deliberada con la intención de manipular a la audiencia y manufacturar un consenso no es nada nuevo. Este fenómeno social sigue siendo un arma de desinformación masiva utilizada constantemente por quienes promueven la política desvergonzada que persigue como meta principal el control de la humanidad. | |
La mentira deliberada con la intención de manipular a la audiencia y manufacturar un consenso no es nada nuevo. Este fenómeno social sigue siendo un arma de desinformación masiva utilizada constantemente por quienes promueven la política desvergonzada que persigue como meta principal el control de la humanidad. Una manera sutil ?aunque sigue siendo inmoral- de llevar a cabo este proceso de manipulación lo es a través de la creación de mitos. De una manera interesantísima el ex-presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, muy sabiamente nos dijo que el enemigo mas frecuente de la verdad no es la mentira deliberada, continua y deshonesta- sino mas bien el mito- ese que está presente, es persuasivo y se caracteriza por no ser realista. Por supuesto, quienes tienen esta realidad clara recurren a los métodos propagandísticos para mercadear esos mitos. Por otro lado, la construcción social de los mitos se caracteriza por ayudarnos a organizar nuestras creencias sobre personas y/o fenómenos sociales y a la misma vez justificar acciones. Hay por lo menos ?en mi opinión- dos fuentes principales para la creación de estos mitos: el gobierno y los medios de comunicación. De aquí el que siempre lidere con estas dos entidades con la hermenéutica de la sospecha y la desconfianza. Por ejemplo, tenemos en este preciso momento el mercadeo de dos mentiras ?hasta con desfiles carnavalescos- para este 12 de octubre en donde se nos sigue diciendo por un lado, aun en los textos oficiales de historia, que Cristóbal Colón descubrió este Continente. Por otro lado, que podemos -en nombre del progreso- justificar y olvidarnos de los crímenes contra la humanidad, genocidios y holocaustos de los cuales no solo Colón sino también Hernán Cortés y Francisco Pizarro cometieron intencionalmente contra nuestras comunidades originarias. Por supuesto, los mismos crímenes que estos perversos cometieron en América Latina, los cometieron los grupos Peregrinos que llegaron a lo que mas adelante se conoció como Nueva Inglaterra, y finalmente Estados Unidos. El denominador común entre ambos actos inmorales ? me parece a mí- lo fue la bendición que la Iglesia dio lo cual es otra manera de exponer un destino divino en donde se crea una idolatría, o imagen falsa de Dios, cuando se dice que ésta le otorgó el derecho celestial a los colonizadores de administrar, oprimir, violar, robar, cristianizar y matar a las comunidades originarias porque eran una raza inferior, lo cual es lo mismo que decir que no eran gente. La Iglesia Católica Romana en América Latina y la Iglesia Protestante en Estados Unidos son culpables de estos crímenes. Medite por un momento en lo que sucedería si alguien comenzara a poner estatuas de Adolfo Hitler en la ciudad de Nueva York y encima de todo esto se declara un día de fiesta para recordarlo y honrar su holocausto y genocidios hacia las comunidades judías, rusas, gay/lesbianas, por solo mencionar algunas. De aquí la necesidad de no celebrar esta barbaries sino de reflexionar y pedir perdón dentro del marco de la solidaridad con las víctimas y a la misma vez desmitificar nuestra historia y lo que se nos está vendiendo como verdades. Por otro lado, cuando tiene que ver con mitos que promueven una serie de mentiras me parece a mí que en este preciso momento nadie le gana al presidente George W. Bush. No tengo la menor duda cuando digo que existen razones suficientes para descalificarlo y removerlo de su responsabilidad presidencial. Para quienes creemos que el orden empieza por la casa, podemos comenzar a promover el que el cambio de regímenes políticos debe de comenzar por nuestra morada, aquí en los Estados Unidos. El libro recientemente publicado por David Corn, The Lies of George W. Bush: Mastering the Politics of Deception, recopila de una manera sorprendentísima no solo la metodología sino también la frecuencia y el motivo de las mentiras de Bush. Entre otras cosas, Bush nos mintió -y sigue mintiendo deliberadamente- cuando dice que sabía que Iraq tenía armas de destrucción masiva; que él sabía donde estaban las armas de destrucción masiva en Iraq; que Saddam Hussein nos iba a atacar; que la invasión a Iraq era para liberar al pueblo iraquí y exportar la democracia; que él iba a reducir los impuestos; y para el colmo sigue ocultando información sobre la verdad concerniente a quienes son responsables de nuestro 11 de septiembre; Este mentiroso publica semanalmente una columna en el periódico El Diario La Prensa todos los domingos -curiosamente el aparece en la derecha y yo en la izquierda, tremenda coincidencia- y me extraña que para la junta editorial del periódico ?entiéndase los dueños- o quienes se proclaman los/as paladines dizque de la verdad y la justicia- entiéndase el exilio cubano- esto no es una preocupación como para censurar sus escritos llenos de mentiras, mitos y desinformaciones. Este es el periódico que censuró la columna del presidente Fidel Castro y son tan irrespetuosos e irresponsables que todavía no dan una explicación a la comunidad. Entendamos que la mentira, los mitos, verdades a medias, la omisión de información y/o la desinformación como noticia no es sinónimo de libertad de prensa. De hecho, esto no es noticia, sino mas bien una violación a los derechos humanos y civiles de un pueblo porque es parte de un aparato represivo y explotador que se presta para promover la ideología de la clase dominante. Aquí en los Estados Unidos tenemos el montón de periódicos, canales de televisión y emisoras de radios que mercadean la fabricación de la mentira como consenso y luego pretenden llamarle a esto noticias objetivas. Por cuanto es un periodismo corporativo este responde a los intereses de quienes venden este producto o se anuncian en el mismo para promover el producto. De aquí la penosa realidad del periodismo amarillento y sensacionalista que predomina en Estados Unidos, aunque que reconocer que también hay gente seria quienes son la diferencia y practican la verticalidad periodística. Para esta gente mis respetos. Yo soy fiel creyente que un periodismo que es condicionado por salarios o la producción de ganancias económicas no es periodismo. Nuestro sistema capitalista ?en donde se vende hasta los clavos de la cruz- tiene miles de periódicos que mercadean información para la producción de ganancias. También se hace necesario el poner sobre el tapete nuestra supuesta democracia en donde tenemos a un presidente ?quien habla mucho de democracia y no tiene una idea de lo que esto significa- que no fue electo democráticamente sino escogido por el Tribunal Supremo con un voto político partidista ? cuatro votos republicanos en su favor y tres votos demócratas en su contra. Esto no son elecciones, esto fue un golpe de estado. Eso no es todo. Si también tomamos en consideración que tenemos un sistema de gobierno en donde no hay democracia participativa, porque a través de la abstención se elige a un gobierno, ni tampoco tenemos democracia representativa porque quienes fueron electos/as como clase gobernante no representan los intereses del pueblo sino los de la clase dominante, entonces tenemos que reconocer que estamos viviendo el camuflaje de una dictadura. Les recuerdo que el periodismo que persigue educar al pueblo es si es periodismo profético porque no se pone ni se deja poner mordaza, o sea, no se autocensura ni se deja censurar. Lo mismo digo de quienes se llenan la boca llamándose periodistas. La crítica va con respeto. De aquí el que sea creyente de la necesidad de elaborar una ética moral de responsabilidad global que tenga como meta el crear un mundo diferente, pero por supuesto mejor. Una sociedad que descubra las maneras en que manipulamos la información y violamos los derechos humanos y lo corrija. Esto nos dará el derecho y privilegio de poder criticar a quienes no lo hacen, pero de nuevo, el orden comienza por la casa. Por lo tanto, comencemos hoy mismo en nuestras comunidades destruyendo la fabricación del consenso de la mentira. Paz con justicia.
"When I give bread to the poor, they call me a |
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* P. Luis Barrios Iglesia San Romero de Las Américas New York |