Por el PC
Luego de la inundación en Santa Fe, ya están dando vuelta por la ciudad y zona los reclamos, las demandas; comienza a surgir la necesidad de que los responsables se hagan cargo de lo que les corresponde, y paralelamente, la movilización social aborda la cuestión de tener formas mas concretas para canalizar tanta angustia, tanta rabia.
Crónicas de una inundación anunciada
Parafraseando a García Márquez, había informaciones muy concretas de que el agua se venía. El río siempre te anuncia su llegada. Según crónicas periodísticas, desde comienzos del mes de marzo -unos 45 días antes de la inundación- se podía ver que el comportamiento del río Salado no era el habitual. Grandes masas de agua bajaban hacia su desembocadura (lugar donde esta ubicada Santa Fe), y los terraplenes de defensa de la ciudad, si bien aparecían como insuperables, estaban incompletos. Eran una de las obras máximas del gobernador Reutemann, orgullo de su gestión anterior y referencia indudable para su propaganda política. También en marzo, un comunicado del Comité Zonal del PC, ante la aparición de grietas en las obras de defensa, advertía sobre la posibilidad de una inundación y las calamidades que acarrearía.
En una nota dice el periodista Carlos del Frade que ¨ "… desde el jueves pasado (por el 24 de abril) se advertía que una masa hídrica de enorme densidad avanzaba hacia la ciudad. Había tiempo suficiente para reforzar las defensas y hasta poner en marcha un programa de evacuaciones preventivas que habría evitado esta situación que viven los damnificados. No existen antecedentes de un fenómeno de esta magnitud desde 1914. En las últimas décadas desaparecieron los organismos que estudiaban el comportamiento del Río Salado por lo que hoy carecemos de elementos técnicos para hacer un estudio serio y lamentablemente, tengo que decir que casi tocamos de oído", dijo Enrique Rodríguez, director del Centro de Información Meteorológica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral. En su página en Internet, el Instituto Nacional del Agua venía informando que desde diciembre el ritmo de lluvias hacía inestable el curso del Río Salado…
A mediados de abril, el gobernador Reutemann sobrevoló la zona centro – oeste de la Provincia, y advirtió que la situación era complicada; el día viernes 25 de abril, empelados de una oficina municipal advirtieron a las autoridades políticas acerca de que la situación de los terraplenes en la zona noroeste de la ciudad era muy compleja; a todo esto, el Salado ya había cortado la ruta provincial Nº 70, que une la ciudad capital con el oeste de la provincia (Esperanza, Rafaela), centro de la cuenca lechera. Pero claro, el domingo había elecciones nacionales, y todo el aparato del municipio y de la provincia estaban dispuestos para otra cosa, que no son precisamente los intereses populares.
El lunes 28 siguieron las advertencias, e inclusive, el mismo martes 29, se solicitó a la repartición municipal correspondiente la elaboración de un mapa de cotas, mostrando hasta donde efectivamente llegaría el agua. Pero ya era tarde: antes de media mañana, el agua irrumpió en la ciudad, desbordando todas las defensas realizadas por los vecinos e inundó todo el cordón oeste de la ciudad, lugar donde se asientan los barrios populares. En cuestión de pocas horas quedaron totalmente anegados, con 2 o 3 metros de agua por encima de los techos -no es error, es así- barriadas populosas como Hipódromo, San Pantaleón, Barranquitas Oeste, Villa del Parque, Santa Rosa de Lima, San Lorenzo, Chalet, Centenario y otros mas.
Resultó que las tan cacareadas obras de defensa, en lugar de servir de protección justamente, hacían de dique, evitando que el agua escurriera. La ciudad de Santa Fe esta en un pozo, por debajo de la cota del río, y se llego a la ridícula situación de que el agua en el interior de la ciudad era mas alta que la que tenia el mismo río. Después de largas cavilaciones y dudas, se resolvió volar distintas partes de las defensas para lograr que el agua fluyera. Pero ya era tarde: el estrago se había producido.
¿Una inundación atípica?
No es la primera vez que el río Salado inunda la ciudad; sin embargo, casi todos los santafesinos estábamos acostumbrados a las inundaciones del Paraná. Inclusive hay una película memorable sobre la cuestión, realizada hace ya tiempo -pero no por eso menos vigente- por Fernando Birri: "Los inundados".
Las inundaciones anteriores causadas por el desborde del río Salado se produjeron hace tiempo; con el tiempo las obras que se hicieron -defensas, puentes, caminos, terraplenes, algunos asentamientos de población- encajonaron al río, impidiéndole fluir naturalmente, lo cual provocó que en un lapso muy breve, elevara su nivel en forma descomunal y no solo superara los muros de protección, sino que ingresara a la ciudad con una violencia inusitada y un caudal fenomenal. Era un aluvión, una verdadera pared de agua que avanzaba.
Hay muchos testimonios de vecinos que dicen que miraban como el agua subía en la calle, cuando estaba entrando en sus casa por los patios. En cuestión de pocas horas, casi un tercio de la ciudad estuvo anegada y mas de 130.000 personas (en una ciudad de poco menos de 500.000 habitantes) se vio afectada directamente.
Las primeras impresiones
La inundación en Santa Fe causo un verdadero estrago. En la TV se muestran las imágenes del recientemente inaugurado Hospital de Niños cubierto de agua hasta los techos o la cancha de Colon con agua en sus tribunas. Quizás sean ésas los aspectos mas espectaculares de la inundación. Capítulo aparte merecen los edificios escolares: no menos de 15 han sido literalmente arrasados.
Pero junto a eso está la ruina de miles y miles de santafesinos que vieron como sus casas, construidas con esfuerzo, con sacrificio, con tesón, eran virtualmente arrasadas por el agua. Miles de pobladores de los barrios mas sufridos y humildes han perdido todo, absolutamente todo; no solo que se les ha privado sus pocos bienes materiales, sino que también perdieron su historia. Quizás algunas cosas se puedan recuperar -alguna que otra silla, un ropero, aquella herramienta-, pero, ¿las fotos, los documentos, los recuerdos, la libreta de matrimonio, el dibujo que hizo mi hija en primer grado, el diploma de graduación, el diario en que salió publicada mi foto, los archivos como recuperarlos?. Esa gente ha perdido todo, incluso parte de su propia historia. Y eso es criminal.
Muchos no pudieran salir de sus casas o se ahogaron en la correntada. Aun no se sabe a ciencia cierta el número de las víctimas fatales, pero lo que sí sabemos es que a 15 días de la inundación no solo que hay casi una treintena de personas muertas, sino que hay casi 600 casos de personas desencontradas. Por ahora, esa es la denominación, pero … ¿qué encontraremos en cada barrio, en cada manzana, en cada casa cuando las aguas terminen de bajar?.
Las calles se transformaron en ríos. Se veía flotar cualquier cosa; animales muertos, tubos de gas, autos, colchones, bolsas de basura eran arrastrados con furia por la correntada. Alguien dijo por allí que las defensas hogareñas -hechas con bolsas de arena, ladrillos o maderas- eran para una lluvia, no para un mar. Algunos mas previsores pensaron en una inundación de un río de llanura, no de un río de montaña.
En los Centros de Evacuados cada historia causa espanto. Cada una de ellas genera un sentimiento casi indefinible, mezcla de rabia y frustración. Fueron miles y miles los que salían de sus barrios solamente con lo puesto, y que llegaban a las zona secas con frío, mojados y desconcertados.
El protagonismo popular
Y fue entonces cuando asistimos a una muestra – a lo mejor una de las mas grandiosas que nos toco presenciar- de heroísmo popular colectivo. Fue el pueblo, los hombres y mujeres sencillos, los que empezaron a dar las respuestas que la situación urgía. Desde el simple mate cocido caliente a una frazada, desde la creación precaria de un comedor comunitario en una avenida a una sopa, desde una mano alentando o una casa recibiendo a desconocidos, desde la organización de los primeros centros de evacuados a la búsqueda en piraguas y canoas de los que aun permanecían en los techos porque no habían logrado salir de las zonas anegadas, todo todo fue creación y gestión del pueblo.
Fue el pueblo el que empezó a organizar la solidaridad, reuniendo frazadas, alimentos, colchones, ropas, calzado, medicamentos para las personas evacuadas; fue el pueblo el que empezó a disponer de sus canoas, lanchas y piraguas para rescatar a quienes estaban en los lugares alejados y sumergidos, ubicados en los techos, en los tanques de agua, en los postes telefónicos, en los árboles. Fue ese pueblo el que alumbró con su solidaridad, con la fraternidad, con su organización la oscuridad en que estaba sumida la ciudad.
En forma inmediata, miles y miles reaccionaron ante la desgracia ajena. Se abrieron las puertas de las escuelas, de las iglesias, de los clubes, de las vecinales, de los sindicatos para dar socorro y calor a los que venían del horror. allí, con lo que había a mano, se empezó a dar una respuesta.
Aparecieron los voluntarios, especialmente jóvenes. Estudiantes universitarios y secundarios, militantes de las organizaciones políticas de izquierda y de derechos humanos, los docentes, de clubes populares estuvieron en la primera línea para emprender las tareas de socorro y solidaridad.
Las responsabilidades
Evidentemente lo sucedido no es una fatalidad de la Naturaleza. Tiene sus causas estructurales, producto combinado de varias cuestiones, algunas que se fueron dando en el tiempo y otras circunstanciales como obra del momento.
Entre las causas estructurales hay que señalar que la responsabilidad última es de las políticas neoliberales emprendidas desde Martines de Hoz a la fecha, y en eso podemos citar la ausencia, desde el Estado nacional de políticas hídricas hacia el conjunto de la Cuenca del Plata, el abandono casi total de los estudios sobre el río Salado y el desmantelamiento del aparato estatal. En este punto, la fiebre privatizadora y la venta a precio vil de empresas del estado como Ferrocarriles Argentinos o Agua Energía Eléctrica privó“o a la sociedad de algunas funciones que -evidentemente- son vitales para su misma subsistencia, como son las mediciones hidrométricas. Esta por demás de claro que para una empresa privatizada -que busca el máximo de ganancia en el menor tiempo posible- eso representa un gasto; para el Estado, es una información precisa, preciosa y necesaria para su desenvolvimiento. Hoy, lo acumulado anteriormente en ese sentido esta ausente, y vemos su importancia.
A esto hay que sumarle la ineptitud, inoperancia, desidia, negligencia, imprevisión, incapacidad e insensibilidad de los gobiernos provincial y municipal. Si el Estado provincial y municipal no estaban en condiciones de responder ante la masa de agua que llegaba desde el norte, al menos debió dar la voz de alerta a la población para que se evacuara, aunque sea por sus propios medios. Pero presa de su propia incapacidad, necedad y torpeza, de su falta de comprensión social, de su inoperancia no se hizo nada. No se realizaron los terraplenes en tiempo y forma, ni tampoco -una vez producida la inundación- se fue capaz de reaccionar para organizar el rescate de las personas inundadas o los centros de evacuados.
La política municipal fue un caos. El Intendente Álvarez (PJ) estuvo desaparecido durante varios días, ya que lo que NO HIZO fue una de las causantes del desastre. Mientras el agua corría rauda por las calles y avenidas, convertidas en verdaderos ríos, el intendente desde la radio decía -palabras mas palabras menos- que no pasaba nada, que si bien la situación era complicada el norte, en los barrios del oeste y del sur no habría problemas. El agua penetró en la ciudad por el extremo norte; en barrio Centenario, ubicado en el extremo sur, el agua cubrió las casas.
No son casualidades estas. Son producto de la política neoliberal, que dejó librado todo a la voracidad del mercado. La incompetencia con que actuaron los elencos gobernantes es demostrativa de cómo actúan estos personajes, a los que solo les interesa el clientelismo político para quedarse en sus cómodos sillones usufructuando para sí y sus amigotes del poder. Para ellos el pueblo es objeto de la Historia, es comparsa. En realidad, han mostrado su verdadera cara, su condición de clase, su desprecio y desinterés hacia los sectores populares.
De allí que, hoy como nunca, tiene plena vigencia esa consigna que ganó el corazón y la conciencia de millones de compatriotas en diciembre de 2001: ¡QUE SE VAYAN TODOS!. No es posible que estos verdaderos inservibles nos sigan gobernando. Pero sabemos que solos no se Irán: habrá que echarlos.
Propuestas del PC para la emergencia
El Comité Zonal del PARTIDO COMUNISTA (en IZQUIERDA UNIDA) ante la gravísima situación por la que atraviesa el pueblo santafesino expresa que:
a) los responsables de esta terrible coyuntura tienen nombre y apellido; es la política neoliberal conservadora, es el maldito sistema capitalista y sus personeros y agentes; son los gobernantes, tanto de la Provincia como de la ciudad, quienes con su total inacción y falta de previsión provocaron que miles de conciudadanos hoy estén sumidos en la desesperación
b) nos oponemos tajantemente a la virtual "militarización" y ocupación de la ciudad por los efectivos de distintas fuerzas armadas y de seguridad, que mas que para la ayuda humanitaria o garantizar la seguridad de bienes y personas, ha venido a la ciudad para reprimir la previsible movilización popular en reclamo de lo perdido.
c) entendemos que el famoso "ministerio de la reconstrucción" es parte de un negociado mas, esta vez a escala fenomenal; quizá al día de hoy ya estén asignados cuáles serán los grandes grupos empresariales, que harán sus grandes negociados amparados por este Estado, que solamente se pone al servicio de los poderosos y abandona a los mas humildes.
d) Es preciso declarar, con URGENCIA, la EMERGENCIA HABITACIONAL. Las condiciones en que hoy se hallan los evacuados son terribles dadas las condiciones de hacinamiento y falta de higiene. Esto implica que el gobierno prepare lugares dignos, a escala humana, o sea que habilite casas desocupadas y haga cargo del alquiler de las mismas.
e) El gobierno provincial debe derogar en forma inmediata las leyes de emergencia económica y previsional, ya que es el pueblo trabajador el que las sostiene. Debe haber un impuesto de emergencia a los grandes empresarios, a los grandes terratenientes, a las empresas financieras y bancos, que son los que han obtenido las grandes ganancias en todo este periodo y no se han visto perjudicadas en un ápice por ésta inundación.
El PARTIDO COMUNISTA (en IZQUIERDA UNIDA) saluda a todo el pueblo santafesino por las sobradas muestras de solidaridad y dignidad que esta dando en medio del caos reinante (cosa que los gobernantes fueron incapaces de realizar) y convoca a todo los sectores populares, a los damnificados directa e indirectamente por la ineficacia e insensibilidad de estos gobernantes, a organizar el reclamo, a movilizarnos, a conformar organizaciones de base para instalar la demanda a los responsables e ir constituyendo los cimientos de un nuevo tipo de poder popular, ya que ha quedado palmariamente demostrado que este sistema político es absolutamente incapaz de dar alguna respuesta a los mas humildes, a los que mas sufren y que son los que siempre pagan las consecuencias de sus políticas.
Lo que se viene
Han quedado planteadas muchas cuestiones, esbozadas mas arriba. Entre ellas podemos citar:
a) la reconstrucción de la ciudad, ¿cómo se hará?; ¿la conducirán los mismos inútiles que nos llevaron a esta situación?. habrá millones de dólares en circulación, provenientes de un mundo que se horrorizó ante tamaña catástrofe; ¿serán para nuevas formas de clientelismo o para el pueblo?.
b) habrá que estudiar los nuevos horizontes que se abren en lo jurídico, social, cultural. Santa fe no será mas la de antes.¿Cómo será?
c) La ciudad esta virtualmente militarizada, ocupada por fuerzas de Prefectura, Policía Federal, Gendarmería y Ejército, a lo que hay que sumarle los efectivos de la Policía Provincial -la que fue reforzada con las Tropas de Operaciones Especiales y otras-. Nuestro reclamo es que NO HAYA MAS MUERTOS POR REPRESION QUE POR LA INUNDACION. ¿A que han venido tantos efectivos?. No es para tareas humanitarias ni para resguardar la seguridad de las personas; es un ejercicio preventivo ante las seguras movilizaciones sociales que se darán. Están abriendo el paraguas y naturalizando la presencia militar en las calles. Hay quienes dicen que la llegada de estas fuerzas fue la que organizó la contención de las personas inundadas y evacuadas. No hay mayor mentira que esa: fue el propio pueblo, con su iniciativa y con su energía el que dio todas y cada una de las respuestas adecuadas.
Finalmente, un pedido a la solidaridad del movimiento popular argentino. Todo es bueno, todo sirve. Los envíos deben realizarse al local del Comité Zonal del Partido Comunista, sito en H.Irigoyen 2490 (tel/fax 0342 – 4535178), ciudad de Santa Fe. En próximas notas ampliaremos, con testimonios vivos de nuestros propios compañeros, inundados evacuados o colaboradores, ya que la solidaridad desplegada por el conjunto del PC ha sido realmente encomiable. En realidad no hicimos mas que cumplir con lo que debíamos: estar hermanados con los que sufren, con los que luchan, con los que resisten, que somos nosotros mismos.
El titulo de esta nota es "Somos todos inundados". Aunque no nos haya llegado al agua, estamos inundados de bronca, de dolor, de rabia, de angustia. Pero también estamos inundados de fervor por transformar las cosas desde su misma raíz. Ese es nuestro objetivo. Ni el agua ni el clientelismo ni los (des)manejos de los gobiernos de turno taparan nuestro rumbo.