Emporios del azúcar – La inminente invasión de la caña transgénica

Por GRAIN

Una de las tendencias más destructivas de la agricultura en los últimos veinte años es la expansión de las plantaciones de soja [o soya] en el cono sur de América Latina. Agresivamente, las empresas que estuvieron a la cabeza de ese “auge” se mueven ahora a la caña de azúcar, y fijan la mira en grandes extensiones de tierra en los países del sur, donde el azúcar puede producirse muy barato. De no oponerle resistencia, es probable que haya que enfrentar a graves impactos: la producción local de alimentos será menospreciada, habrá expulsión mano de obra y desplazamiento de comunidades o quedarán expuestos a crecientes niveles de plaguicidas.

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Una de las tendencias más destructivas de la agricultura en los últimos veinte años es la expansión de las plantaciones de soja [o soya] en el cono sur de América Latina. Agresivamente, las empresas que estuvieron a la cabeza de ese “auge” se mueven ahora a la caña de azúcar, y fijan la mira en grandes extensiones de tierra en los países del sur, donde el azúcar puede producirse muy barato. De no oponerle resistencia, es probable que haya que enfrentar a graves impactos: la producción local de alimentos será menospreciada, habrá expulsión mano de obra y desplazamiento de comunidades o quedarán expuestos a crecientes niveles de plaguicidas. Las agroempresas extranjeras afianzarán su control del azúcar. A continuación analizamos la confluencia entre el avance de la caña de azúcar genéticamente modificada y las transformaciones de la industria azucarera global.

En un lapso de tan sólo 10 años, casi toda la pampa argentina y enormes extensiones de bosques y tierras agrícolas en Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay fueron convertidas en desiertos verdes, monocultivos de soja. [1] El auge de la soja en América Latina fue, y sigue siendo, un gran filón para el agronegocio. Al pequeño grupo de gigantes cerealeros mundiales que dominan el comercio internacional de semillas oleaginosas y el mercado de alimentos comerciales le proporcionó sitios de producción barata y abundante donde pudieron expandir y consolidar sus actividades mundiales. Esas mismas empresas, tales como Cargill, ADM y Bunge, también hicieron también miles de millones de dólares con la venta de los fertilizantes químicos requeridos, mientras que otras grandes compañías extranjeras, como AGCO y John Deere, obtuvieron pingües beneficios con la venta de tractores. Monsanto y Syngenta obtuvieron ganancias récord con la venta de sus semillas modificadas genéticamente y sus plaguicidas químicos.

La invasión de la soja se basó en un modelo de producción que gira en torno a la utilización de semillas modificadas genéticamente para soportar enormes dosis de herbicidas químicos. Monsanto proporcionó las semillas y los herbicidas mientras que una nueva generación de compañías agrícolas, dirigidas principalmente por empresarios urbanos, arrendó o absorbió grandes extensiones de tierra y administró la producción. Toda vez que se ha aplicado este modelo, los pequeños agricultores y los campesinos fueron expulsados y las comunidades locales resultaron devastadas por el éxodo rural y la contaminación con productos químicos.

En cuanto a las grandes transnacionales de los agronegocios, la experiencia con la soja en el cono sur les mostró el modo de lucrar con la expansión de la agricultura industrial en los países en desarrollo y les abrió la puerta a una nueva era de conquista. El azúcar, un cultivo con un largo historial de destrucción ambiental y cultural, y de cruda explotación humana, bien podría ser el próximo promotor de un auge al estilo de la soja, sobre todo porque en el campo ya hay nuevos cultivos de azúcar transgénica. (ver Cuadro 1).

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Un nuevo mapa mundial del azúcar

Se puede obtener azúcar de una amplia gama de cultivos, pero actualmente la mayor parte del suministro mundial de azúcar proviene de la caña azucarera. De ahí se extrae más de 70 por ciento del azúcar en el mundo. La caña está plantada en unos 15 millones de hectáreas en más de 100 países de la región tropical y subtropical. La segunda fuente más importante de azúcar es la remolacha, que se cultiva principalmente en el hemisferio norte, en 10 millones de hectáreas de por lo menos 50 países. Pero el mapa de la producción mundial de esos cultivos es cambiante y gran parte de los mismos se traslada y extiende a nuevas tierras.

Tabla 1: Aprobaciones de la remolacha azucarera

Roundup Ready H7-1 de Monsanto y KWS

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Tres tendencias alteraron la distribución geográfica de la producción de azúcar. La primera fue el surgimiento de Brasil como el mayor productor mundial de azúcar y por lejos el mayor exportador mundial de azúcar. Cerca de tres cuartas partes de la expansión de la producción de caña de azúcar en los últimos diez años ocurrieron en Brasil, donde la superficie de caña de azúcar creció un promedio de 300 mil hectáreas por año entre 2000 y 2007 —una tasa equivalente a la expansión del cultivo de soja en el país. [2] En 2008, la superficie de caña de azúcar registró un notable aumento del 14 por ciento. Una proporción considerable de la producción de caña de azúcar de Brasil se destina a la industria local de etanol, pero gran parte sigue fluyendo hacia el mercado mundial (ver Figura 3). Actualmente, más de la mitad de las exportaciones mundiales de azúcar sin refinar proviene de Brasil —en comparación con el 7 por ciento que representaba a principios de los años 1990.

Pese al crecimiento de ese enorme productor con bajos costos, hasta hace poco la vieja estructura de la producción mundial permaneció casi intacta debido a los antiguos sistemas proteccionistas para la producción nacional de la Unión Europea y los Estados Unidos, y debido también a los acuerdos comerciales preferenciales entre Europa y sus ex colonias, que continúan dependiendo de exportar azúcar. Sin embargo, una segunda tendencia que afecta a la industria azucarera —la reforma azucarera de la Unión Europea— ha venido a romper esta vieja estructura.

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Cuando Australia, Brasil y Tailandia impugnaron en la OMC las subvenciones y protecciones nacionales de la industria azucarera de la Unión Europea, ésta aprovechó la oportunidad y deshizo unilateralmente el antiguo Protocolo Azucarero que mantenía con sus ex colonias e introdujo cambios importantes en los regímenes de sus naciones miembros. Las cuotas de protección de los productores de la Unión Europea se mantienen, pero se redujeron, de tal manera que la producción al interior de la Unión Europea se concentrará cada vez más en algunas regiones productoras de azúcar importantes. Otro cambio es que la Unión Europea ya no promoverá su práctica de “comercio desleal” [o dumping como se le conoce], en el mercado mundial con su azúcar subvencionada. El mercado de la Unión Europea también se abrió a importaciones libres de cuotas e impuestos de los países menos adelantados (PMA) y de los países que firmaron los Acuerdos de Asociación Económica. Esto significa que las ex colonias ya no podrán vender a los precios protegidos de la Unión Europea, con lo cual las exportaciones al mercado de la Unión Europea resultan antieconómicas para todos menos para quienes produzcan a más bajos costos. [3]

Se espera que a medida que las reformas de la Unión Europea referidas al azúcar vayan entrando en vigor en 2009, la UE pase repentinamente de ser una exportadora neta —que volcaba millones de toneladas de azúcar subvencionada al mercado mundial— a ser importadora neta. Esto ya está generando una maniobra para reubicar la producción de azúcar, sacándola de países como Fiji, Île de la Réunion y gran parte del Caribe, donde los costos de producción y transporte son elevados, para situarla en países como Sudán, Etiopía y Mozambique, donde los costos de producción son bajos y existe un acceso favorable a la Unión Europea, en términos de acuerdos comerciales y transporte. Además, fuera de la Unión Europea, grandes refinerías azucareras, hambrientas de fuentes de azúcar baratas para reemplazar a las exportaciones de la Unión Europea, miran ahora a su alrededor en busca de rutas alternativas de abastecimiento.

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La tercera tendencia decisiva que altera el mapa de la producción mundial de azúcar es el aumento monumental de los agrocombustibles. La caña de azúcar es considerada como una de las materias primas más rentables en la producción de etanol, si no la más rentable. El mercado mundial de etanol crece a gran velocidad, conforme varios mercados importantes de combustibles utilizados en el transporte ponen en vigor los mandatos que exigen ciertos porcentajes de etanol mezclado con petróleo (o están por hacerlo). Antes de la crisis financiera de 2008 y del colapso en los precios del petróleo, la industria azucarera estaba inundada por inversiones destinadas a establecer nuevas fábricas de etanol. Últimamente estas inversiones bajaron su ritmo y muchos proyectos se detuvieron o se clausuraron. Aun así, los mandatos gubernamentales son suficientes para que haya mucho dinero destinado a la producción de etanol. De hecho, ya hay numerosos proyectos de producción de etanol a gran escala, combinados con plantaciones de azúcar, que se ponen en funcionamiento por todo el mundo y que impulsan la producción de azúcar a nuevas áreas. También hay inversiones en tecnología que podría abrirle nuevos mercados a los agrocombustibles basados en caña de azúcar. [4] En suma, el creciente mercado de agrocombustibles ha hecho crecer en gran medida la demanda de azúcar y a su vez, esta demanda expande la producción mundial de azúcar (ver Gráficas 1 y 2).

La hora de los agronegocios

Las grandes agroempresas son quienes están introduciendo estos cambios en la producción mundial de azúcar y son las que se embolsan las ganancias. Las principales empresas azucareras europeas han aprovechado las reformas relativas de la Unión Europea, por ejemplo, para consolidar su control sobre las cuotas de producción y para producir en ultramar, en zonas con costos más bajos y un acceso preferencial a la Unión Europea. [5]

Pero los grandes actores de la industria azucarera del Sur, que tradicionalmente se enfocaron en la producción nacional, comenzaron también a expandirse a ultramar. Por ejemplo, la mayor compañía azucarera de Tailandia, Mitr Phol, está estableciendo actividades en Laos con miras a exportar a la Unión Europea, mediante una empresa conjunta con Tate & Lyle, mientras que la compañía colombiana de azúcar Manuelita se amplió a Perú y Brasil. Sudán y Etiopía se han vuelto objetivos particularmente importantes para los inversionistas del Sur, inversiones que sus gobiernos reciben con los brazos abiertos. El gobierno de Sudán dice que quiere ampliar la producción de caña de azúcar en el país de menos de 200 mil hectáreas plantadas, a 1.7 millones de hectáreas. [6]

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También hay nuevos actores en la industria del azúcar, sobre todo en la producción de etanol. Los gigantes del comercio de granos, que hasta hace poco no estaban demasiado involucrados en producir caña de azúcar o remolacha azucarera, ahora se incorporan agresivamente a la industria. Cargill, que ya controla 15 por ciento del comercio mundial del azúcar, hizo hace poco grandes inversiones en la producción de caña de azúcar en Brasil y México, y emprende proyectos conjuntos en refinerías y/o etanol en Siria, India y El Salvador. Incluso ADM, el rey del etanol de maíz de Estados Unidos, hizo su primera gran inversión en caña de azúcar brasileña en 2008, un proyecto de colaboración que abarca dos fábricas de azúcar/etanol y plantaciones a gran escala. Lo mismo ocurre con las empresas de energía y recursos naturales con sede en el Norte y el Sur, sean grandes actores consolidados —como BP— o capitalistas más pequeños del sector minero.

El panoramas entonces el de una gran expansión en la producción mundial de azúcar, concentrada geográficamente y en las manos de un pequeño número de empresas que actúan integradas verticalmente en cadenas mundiales de producción y distribución.

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El auge azucarero de Brasil

Es en Brasil donde las tendencias de la producción mundial de azúcar se hacen sentir más. Allí, la industria azucarera está cada vez más concentrada en pocas familias, conocidas en Brasil como los barones del azúcar, y en unas cuantas compañías extranjeras, que habitualmente actúan asociadas entre sí. Con el aluvión de inversiones extranjeras al sector azucarero de Brasil —9 mil millones de dólares sólo para producir etanol en 2006—, los barones del azúcar han consolidado sus posiciones y reestructurado sus empresas con el fin de captar esos flujos de inversión. Algunos incluso pusieron sus negocios familiares en la bolsa de valores brasileña. Es frecuente que los inversionistas extranjeros acaparen las participaciones mayoritarias o las acciones minoritarias, dejando que los barones del azúcar supervisen las operaciones agrícolas —si bien los inversionistas extranjeros están empezando a adoptar un papel más dominante (ver Cuadro 2). Los ingenios de propiedad extranjera procesaron 12 por ciento de la caña de azúcar brasileña durante el periodo 2007-2008, mientras que a comienzos de la década procesaban menos del 1 por ciento. Si se incluyen los ingenios en que los capitales extranjeros tienen la minoría accionaria, esta cifra salta al 23 por ciento. [7] Actualmente es posible identificar apenas algunos cuantos conglomerados —redes de empresas transnacionales y familias del azúcar— que controlan gran parte de esa industria. Los tres principales están conformados en torno a Cosan, Crystalsev y Copersucar, que, según Maurílio Biagi Filho, director de Crystalsev, poseen cerca de un tercio de los ingenios azucareros de Brasil. [8]

Con el auge azucarero de Brasil, la producción se movió del noreste del país al centro sur, donde el terreno es más apto para la producción mecanizada. Millones de hectáreas de El Cerrado, una región de Brasil comparable a la Amazonía por la riqueza de su biodiversidad, fueron abatidas para abrirle espacio a la nueva producción de caña de azúcar. [9] Los ingenios de esta región son responsables ahora de un 90 por ciento de la producción de azúcar de Brasil, de la cual cerca de 60 por ciento se convierte a etanol.[10] La región se ha convertido en la base del poder de la industria y, con fuerte apoyo del gobierno del presidente Lula, los barones del azúcar de la zona —con sólidas conexiones políticas— y sus socios extranjeros, pudieron fácilmente imponer sus planes de expansión, y están reconvirtiendo vastas superficies de tierra agrícola y bosque a la producción de caña de azúcar. Y si bien la crisis financiera mundial disminuye el ritmo de las cosas, la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), de Brasil, y el Banco Interamericano de Desarrollo pusieron fondos para habilitar la expansión y consolidación de la industria. [11] También se establecieron recientemente varios fondos de inversión privados, con miles de millones de dólares destinados a la compra de tierra en Brasil para reconvertirla a la producción de caña de azúcar. Uno de ellos es el fondo Radar Propriedades, manejado por Cosan, el fondo Calyx, manejado por Louis Dreyfus y el fondo BrasilAgro, manejado por Cresud, compañía de la cual es propietario el barón argentino de la soja Eduardo Elsztain. No es de sorprender que aumenten los conflictos por la tierra en los lugares donde la caña de azúcar se está expandiendo, a la par de la violencia infligida a quienes se atreven a resistir. [12]

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El modelo de producción que buscan aplicar los conglomerados del azúcar en Brasil es de gran escala y de integración vertical. Tres cuartas partes de la tierra plantada con caña de azúcar en el país es propiedad de los ingenios azucareros o bien está rentada por ellos, y los 60 mil productores independientes de Brasil, con predios de menos de 150 hectáreas, representan tan sólo 27 por ciento de la producción nacional. [13] Las condiciones de trabajo en las plantaciones cañeras son tristemente famosas por su brutalidad y en la medida en que el poder de las compañías aumenta, han podido explotar más y más a los jornaleros, a quienes generalmente se les paga por la cantidad de caña que cortan. El promedio de toneladas de caña cortada por día en la región de São Paulo se ha duplicado de 5-6 toneladas en la década de 1980, a 10-12 toneladas actualmente —lo que se calcula representa 12 mil golpes de machete diarios. [14] Desde 2000, los cortadores de caña de la región aumentaron su productividad en 11.9 por ciento, pero les aumentaron tan sólo 9.8 por ciento en el mismo periodo. [15] Todos los años mueren trabajadores de agotamiento y el trabajo forzado continúa siendo una práctica generalizada en la industria. La Comisión Pastoral de la Tierra informa que en 2008, 2 164 trabajadores fueron liberados de condiciones de trabajo forzado en las plantaciones de caña de Brasil. [16]

El modelo de producción también se vuelve más industrial —máquinas, nuevos cultivares e insumos químicos suministrados por las agroempresas. El auge de la caña de azúcar es la razón principal por la que se cuadruplicó el mercado de plaguicidas de Brasil entre 1992 y 2006, alcanzando un valor de más de 5 mil millones de dólares en 2007. [17] También está generando un nuevo, enorme y creciente mercado para las compañías extranjeras que controlan el mercado de tractores de Brasil. [18] La mecanización reduce la necesidad de mano de obra, liberando en parte a las compañías azucareras de las demandas de los trabajadores y de la creciente crítica internacional por las condiciones de trabajo en las plantaciones azucareras de Brasil. Es también una forma de evitar la práctica común de la quema de los campos antes de realizar la cosecha manual, lo cual tiene gran peso como argumento de los méritos ambientales del etanol brasileño. De hecho, el criterio de “sustentabilidad” elaborado por los importadores de etanol de la Unión Europea y sus abastecedores brasileños, exige la mecanización y, en este sentido, el gobierno brasileño introdujo en 2007 un protocolo que implicará eliminar la quema de campos en 20 por ciento de los predios de caña de azúcar para 2010, y en un 100 por ciento para 2020.

En suma, la expansión de la caña en Brasil se caracteriza por un gran control empresarial, conversión rápida y en gran escala de la tierra y un modelo industrial de producción basado en la explotación de la mano de obra y que las agroempresas suministren maquinaria moderna e insumos. [19] Brasil puede ser el epicentro del auge mundial de la producción de caña de azúcar, pero también se suman otros países que siguen el mismo modelo de agronegocios. En efecto, en el escenario internacional Brasil se ha convertido ahora en el principal proponente del etanol a partir de la caña de azúcar, brindando financiamiento, inversiones y tecnología brasileñas a todos los países del mundo que se involucren en producirlo.

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Monsanto incursiona en azúcar brasileño y más

Una parte clave de la historia de la expansión de la producción de azúcar brasileña fue el desarrollo de variedades destinadas a la producción de etanol que se buscó adaptar a la región centro-sur. La mayoría de esas variedades las desarrolló el Centro de Tecnología Canavieira (CTC), una institución semi-privada que estuvo controlada por Copersucar pero que ahora es de un grupo que figura entre las principales fábricas de azúcar del país. CTC solía cobrar regalías a quienes no eran sus miembros, pero ahora niega todo acceso a sus variedades a quienes están fuera de su estructura, lo que equivale a más de la mitad de la producción de azúcar del país. [20]

No obstante, un nuevo actor acaba de aparecer en escena y le está restando a la posición dominante de CTC. CanaVialis, la mayor compañía mundial de cultivo de caña de azúcar dentro del sector privado, fue creada en 2003 por varios ex productores públicos con financiamiento del conglomerado brasileño Votorantim, junto con una compañía hermana, Allelyx, dedicada a la biotecnología en caña de azúcar. De manera similar a CTC, CanaVialis trabaja para las principales compañías azucareras, quienes la contratan para que desarrolle específicamente variedades para ellas. CanaVialis firmó hace poco un acuerdo de 25 millones de dólares con Cosan para instalar 10 estaciones de investigación y desarrollar variedades de caña de azúcar. También desarrolló variedades de caña de azúcar para la plantación de caña de Odebrecht situada en Angola. CanaVialis dice que sus variedades abarcan ahora por lo menos el 15 por ciento de la superficie de caña de azúcar de Brasil. En Brasil, entonces, el cultivo de caña de azúcar se ha convertido en una empresa potencialmente rentable, algo que todavía no ocurre en otros lados.

Monsanto, la mayor compañía de semillas del mundo, no pasó por alto la jugada. En 2007 se asoció con CanaVialis y Allelyx para desarrollar variedades de caña de azúcar modificada genéticamente resistente al glifosato (Roundup Ready). Luego, a fines de 2008, decidió comprar ambas compañías por 280 millones de dólares, lo que repentinamente catapultó a Monsanto a la posición de la mayor compañía de cultivo de caña de azúcar del mundo.

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Monsanto tiene claro que su intención es utilizar la red de clientes comerciales de CanaVialis y su colección de germoplasma como plataforma para la introducción generalizada de caña de azúcar transgénica. La caña de azúcar, a diferencia de la soja, es perenne, y lo habitual es que los agricultores replanten cada cinco años, más o menos, y luego utilicen esquejes, no semillas. Así que Monsanto planea vender sus variedades siguiendo el modelo de CanaVialis —trabajando mediante contratos y sociedades con los principales ingenios, que utilizarán las variedades en sus propias plantaciones produciendo bajo contrato con sus proveedores. El mismo modelo podría entonces aplicarse fácilmente fuera de Brasil. CanaVialis ya ha trabajado en el desarrollo de variedades en Angola y California, y las variedades de caña de azúcar del centro-sur de Brasil se cultivan en todas partes del mundo, incluso en Sudán por Kenana Sugar, la compañía integrada más grande del mundo en azúcar.

Parte de la estrategia de Monsanto para promover la caña de azúcar transgénica ya la facilitó las variedades de remolacha azucarera Roundup Ready. Estas variedades fueron introducidas en Estados Unidos y Canadá en 2008 y Monsanto cuenta con la aprobación regulatoria para exportarlas a grandes mercados, como la Unión Europea y Japón. Aprobaciones similares podrían concederse a la caña de azúcar Roundup Ready ya que, en ambos casos, se dice que el producto refinado está libre de material transgénico. Esto, por lo menos, es lo que argumentan los proponentes del azúcar transgénico. En Australia, donde tanto Dow como Syngenta colaboran con importantes institutos de investigación pública en caña de azúcar transgénica, la industria azucarera ya formó un grupo de presión para facilitar la introducción de caña de azúcar transgénica —el Grupo de Tecnología Genética de la Caña de Azúcar, que sigue el modelo del grupo de presión de la remolacha azucarera transgénica de los Estados Unidos. [21]

Desiertos de caña de azúcar transgénica

Así como con todos los demás cultivos transgénicos introducidos hasta ahora en el mercado, la inminente primera generación de caña transgénica incluirá modificaciones que la hagan resistente al herbicida de glifosato, el Roundup de Monsanto. Igual que con la soja transgénica, la supuesta ventaja de estos cultivos de caña transgénica es que simplifican las cosas para la producción industrial a gran escala. La soja transgénica tuvo éxito en América Latina porque facilitó su producción a los inversionistas de los agronegocios, preocupados solamente con obtener ganancias rápidas en grandes extensiones de tierra fértil. Lo mismo pasará con la caña de azúcar transgénica. El rasgo de resistencia Roundup Ready hace que el control de malezas se reduzca simplemente a empapar cada tanto los campos con glifosato.

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Es un sistema hecho a medida para las grandes multinacionales del azúcar, que están expandiendo su control vertical sobre la producción y distribución mundial del azúcar. Está perfectamente adaptado a sus estrategias de mecanización creciente, en Brasil y otros lugares, y facilitará la conversión de más tierras agrícolas a la producción empresarial de la caña de azúcar, que será utilizada fundamentalmente para etanol. Los productores independientes, de pequeña escala, quedarán completamente excluidos de este sistema, y vastas superficies de tierras que están [ o podrían estar] ocupadas por campesinos y se utilizan para la producción local de alimentos, quedarán transformadas en desiertos verdes de caña de azúcar transgénica. [22] El gobierno brasileño aduce haber identificado otros 44 millones de hectáreas para la producción de caña de azúcar —unas seis veces la superficie actual de caña de azúcar (que ya representa un tercio del total de la producción). [23]

Figura 1. Producción Mundial de Azúcar, 1950-2008 (millones de toneladas)

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Los impactos sobre el ambiente y la salud que tendría un auge de la caña de azúcar transgénica también serían graves. Aunque la caña de azúcar Roundup Ready pudiera simplificar las aplicaciones de herbicida, la experiencia de la soja Roundup Ready en América Latina demuestra que fomenta el abuso de los plaguicidas.[24] Como los cultivos se modifican genéticamente para tolerar altos niveles de glifosato, se empapan los campos con el producto, que con frecuencia se rocía desde aeroplanos, sin importarles en lo más mínimo el impacto en las comunidades vecinas. Durante el proceso de aprobación de su remolacha azucarera Roundup Ready en Estados Unidos, Monsanto presionó con éxito a la Agencia de Protección Ambiental estadounidense para que aumentara en 5 mil por ciento los residuos de glifosato permitido en las raíces de la remolacha azucarera.[25] El Roundup (glifosato) es un herbicida tóxico que presenta graves riesgos a la salud humana, incluso a niveles bajos. [26]

Además, el Roundup Ready seguramente alentará el uso de otros herbicidas. En la caña de azúcar, la práctica común de la agricultura sin labranza con producción mecanizada es depender del glifosato para destruir los rastrojos restantes cuando es tiempo de replantar. Como esta práctica ya no será posible cuando los rastrojos tengan tolerancia al glifosato, el cultivo de caña de azúcar sin labranza seguramente requerirá más herbicidas. La creciente presencia de malezas tolerantes al glifosato y de maíz y soja Roundup Ready, especialmente en América Latina, forzará también a los emprendimientos industriales de cultivo de caña de azúcar Roundup Ready a utilizar herbicidas adicionales. Para resolver esos problemas con su soja, Monsanto dice que pronto introducirá una soja Roundup Ready que también sea resistente al herbicida dicamba —de manera que se puedan rociar ambos herbicidas y se garantice la destrucción de las malezas tolerantes al glifosato.[27]

Es frecuente que los trabajadores rurales sean los más afectados por las aplicaciones de plaguicidas. Jorge Chullén, de la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, dice que el problema de los plaguicidas para los trabajadores de las plantaciones de caña se ha intensificado en los últimos años, especialmente porque hay una creciente tendencia a que los ingenios le tercericen a contratistas la aplicación de plaguicidas, entre otras labores del campo, evadiendo así sus responsabilidades para con los trabajadores. Chullén describe las condiciones de trabajo en esas actividades tercerizadas como “horribles” y dice que la práctica está deteriorando aún más las condiciones de seguridad de los jornaleros. La caña de azúcar transgénica podría, así, asestar un doble golpe a los trabajadores —aumentando su exposición a los plaguicidas y contribuyendo a un proceso de mecanización que elimina puestos de trabajo en el sector. [28]

Figura 2. Producción mundial de etanol combustible (mm de litros/anuales), y Figura 3. La tierra en Brasil/cultivo de caña de azúcar

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La otra cara del azúcar

La producción de caña de azúcar se ha vuelto tan industrializada e integrada al sistema empresarial de la alimentación que a menudo no se reconocen otras formas de producción y uso. Pero las comunidades tienen cultivos totalmente diferentes —e importantes— basados en la caña de azúcar. Cuando no está refinada y tratada químicamente, la caña de azúcar es en realidad un cultivo sumamente nutritivo, rico en vitaminas y minerales. Brinda una fuente alimenticia importante que ingresa a una vasta economía alimentaria de pequeña escala —desde los fabricantes de panela en la India a los vendedores callejeros que venden jugo de caña en casi todos los países tropicales del mundo.

En Colombia, las comunidades tienen una larga tradición de organizar lo que llaman “trapiches comunitarios”, en los que procesan el jugo de su caña de azúcar local en un producto concentrado llamado panela. Como en otras partes de América Latina, los campesinos y agricultores locales en Colombia mantienen sus propias variedades de caña de azúcar, adaptada a sus tierras y a la fabricación de panela. Varias de esas variedades tradicionales han sido documentadas por el Instituto Mayor Campesino (IMCA). Erminsu Iván David Pabón-Mincho, un coordinador de programa de IMCA, dice que los trapiches comunitarios y las variedades de caña de azúcar local que utilizan son vitales para los medios de vida y el bienestar de las comunidades rurales de Colombia. Pero dice que el reciente empuje para expandir la producción de azúcar en el país, amenaza destinar sus ya restringidas tierras al etanol cuando que son las tierras donde las comunidades producen su propia caña de azúcar. Además considera que las reglamentaciones gubernamentales para la industria del azúcar buscan penalizar la producción local de panela y concentrar la industria del azúcar en manos de grandes compañías.

Comunidades como ésas se interponen en el camino de la caña de azúcar transgénica y son las que corren más riesgo de perder sus tierras por la expansión de la caña de azúcar transgénica, de perder su trabajo por la mecanización de la producción de azúcar, de ser contaminadas por los herbicidas y de que sus cultivos tradicionales de caña se contaminen con transgénicos. Además, corren más riesgo por las posibles consecuencias adversas sobre la salud derivadas del azúcar transgénico, ya que consumen la caña de azúcar en su forma pura y para ellas constituye una fuente nutritiva, no solamente un edulcorante. Hasta ahora, para la aprobación de las remolachas azucareras transgénicas, las autoridades han considerado su impacto solamente en el consumo de la forma refinada, en la que supuestamente el material transgénico ya no está presente. [29]

Por muchas razones es importante entonces tomar una posición contra la caña de azúcar transgénica y el azúcar transgénico en general. Esto es parte de una oposición más amplia ante la expansión del azúcar empresarial que ocupa tierras agrícolas que los campesinos podrían utilizar, en cambio, para la producción local de alimentos. Es también un rechazo a la industrialización y deshumanización de un cultivo alimenticio que tiene un significado cultural y económico importante para numerosas comunidades, sobre todo ante el aumento actual del etanol fabricado a partir de la caña de azúcar. Los jornaleros, los campesinos y otros productores de alimentos de las regiones tropicales y subtropicales dependen de la caña de azúcar como fuente alimenticia y base de su sustento. Actualmente sufren mucho con la confabulación entre las agroempresas y los gobiernos que buscan redibujar el mapa mundial de la producción de azúcar. La introducción de la caña de azúcar transgénica sólo empeorará e intensificará sus problemas.

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GRAIN, Abril de 2009

Para profundizar

Grupo ETC, “Cómo volver mercancía hasta la última brizna de hierba. Ingeniería genética extrema y la economía post-petrolera del azúcar”, octubre de 2008
http://tinyurl.com/dagctq

Javiera Rulli (ed.), Repúblicas Unidas de la Soja. Realidades sobre la producción de soja en América del Sur. Grupo de Reflexión Rural, 2008
http://tinyurl.com/d42upx

Centro de Monitoramento de Agrocombustíveis-Repórter Brasil, “O Brasil dos Agrocombustíveis: Os Impactos das Lavouras sobre a Terra, o Meio e a Sociedade, volume 3-Cana-de-açúcar,” 2009
http://tinyurl.com/bca4ev

Maria Luisa Mendonça, “Os impactos de la produçao de cana no Cerrado e Amazônia”, Rede Social de Justiça e Direitos Humanos and Comissão Pastoral da Terra, octubre de 2008
http://www.cptpe.org.br/files/cartilhaimpactoscana.pdf

Lilian Joensen, Stella Semino y Helena Paul, “Argentina: A Case Study on the Impact of Genetically Engineered Soya”, Gaia Foundation, 2005
http://tinyurl.com/dz927p

GRAIN, Seedling, special issue on agrofuels, julio de 2007
http://www.grain.org/biodiversidad/?id=366

1. Walter Pengue y Miguel Altieri, “GM soya bean: Latin America’s new colonizer”, Seedling, enero de 2006
http://www.grain.org/seedling/?id=421

2. Günther Fischer, Edmar Teixeira, Eva Tothne Hizsnyik y Harrij van Velthuizen, “Land use dynamics and sugarcane production“, in Peter Zuurbier and Jos van de Vooren (eds), Sugarcane Ethanol: Contributions to Climate Change Mitigation and the Environment, Wageningen Academic Publishers, Holanda, 2008.

3. Una excelente historia y análisis de las reformas del azúcar en la Unión Europea, se encuentran en Ben Richardson, “Restructuring the EU–ACP sugar regime: Out of the strong there came forth sweetness”, Review of International Political Economy, 28 de enero de 2009
http://tinyurl.com/at9oax

4. Ver Grupo ETC, “Cómo volver mercancía hasta la última brizna de hierba. Ingeniería genética extrema y la economía post-petrolera del azúcar”, octubre de 2008
http://tinyurl.com/cayhzo

5. La iniciativa Todo Menos Armas, que entró en vigor en marzo de 2001, abre la Unión Europea a importaciones libres de derechos y libres de cuotas de todos los Países Menos Adelantados, con un acuerdo de transición para el azúcar, vigente hasta julio de 2009.

6. “Sudan announces ambitious plan for sugar production”, Sudan Tribune, 7 de marzo de 2008
http://tinyurl.com/apfern

7. União dos Produtores de Bioenergia (UDOP), “Capital estrangeiro responde por 12% da cana moída no Brasil”, 4 de febrero de 2009
http://tinyurl.com/aalnjv

8. “Açúcar e álcool são os paradoxos da crise”, Gazeta Mercantil, 17 de noviembre de 2008
http://tinyurl.com/cntqny

9. Maria Luisa Mendonça, “Os impactos de la produçao de cana no Cerrado e Amazônia”, Rede Social de Justiça e Direitos Humanos and Comissão Pastoral da Terra, octubre de 2008
http://www.cptpe.org.br/files/cartilhaimpactoscana.pdf

10. Ben Richardson, “An Exclusive Engine of Growth: The Development Model of Brazilian Sugarcane”, Ethical-Sugar, 17 de enero de 2009
http://tinyurl.com/aooogg

11. En 2008, BNDES dispuso cerca de 2 500 millones de dólares para la industria del azúcar/etanol (Centro de Monitoramento de Agrocombustíveis–Repórter Brasil, “O Brasil dos Agrocombustíveis: Os Impactos das Lavouras sobre a Terra, o Meio e a Sociedade, volume 3-Cana-de-açúcar”, 2009, http://tinyurl.com/bca4ev). Ver también el Banco Interamericano de Desarrollo, “IDB backs $150 million Regional Financing Facility for Sugar and Bioenergy”, 16 de enero de 2009
http://tinyurl.com/aatudm

12. Ver por ejemplo, el siguiente informe del estado de Mato Grosso do Sul, en el cual la producción de caña de azúcar se ha expandido recientemente: Mieceslau Kudlavicz y Juliana Grasiéli Mota Bueno, “A expansão canavieira em Mato Grosso do Sul,” Comissão Pastoral da Terra, 26 de agosto de 2008
http://tinyurl.com/cxnq6f

13. Ben Richardson, “An Exclusive Engine of Growth: The Development Model of Brazilian Sugarcane”, s 17 de enero de 2009
http://tinyurl.com/aooogg

14. Silvia Noronha, Lúcia Ortiz and Sergio Schlesinger, “Agribusiness and Biofuels: An Explosive Mixture,” Amigos de la Tierra, Brazil, 2006.

15. Centro de Monitoramento de Agrocombustíveis-Repórter Brasil, “O Brasil dos Agrocombustíveis: Os Impactos das Lavouras sobre a Terra, o Meio e a Sociedade, volume 3-Cana-de-açúcar”, 2009
http://tinyurl.com/bca4ev

16. CPT, “Em ano recorde em operações, mais de 4 600 trabalhadores são libertados”, 19 de enero de 2009
http://tinyurl.com/dalpyc

17. Friedrich Berschauer, “The long-term growth trends for the Brazilian agro business remain firmly intact”, Bayer CropScience, 20 de abril de 2007
http://tinyurl.com/bd77dv

18. Informes de la compañía de 2005 revelan que el mercado de tractores brasileño está controlado por AGCO/Valtra (65%), New Holland (18%) and John Deere (7.5%).

19. Para un informe más exhaustivo sobre la producción de caña de azúcar brasileña, ver Maria Luisa Mendonça, “Os impactos de la produçao de cana no Cerrado e Amazônia”, Rede Social de Justiça e Direitos Humanos and Comissão Pastoral da Terra, octubre de 2008
http://www.cptpe.org.br/files/cartilhaimpactoscana.pdf

20. Janaína Simões, “Center of Sugarcane Technology indicates the path and sets the pace for technological innovation in the sugar and alcohol sector,” Universidad Estatal de Campinas, Unicamp Innovation, 5 de junio de 2006
http://tinyurl.com/bpg8xm

21. Ver Queensland Cane Growers Organisation Ltd, 2008 Annual Report, http://tinyurl.com/bw9z57 y A. Wynne, B. Milford y E. Wall, “Advancing sugarcane: leading and managing change,” Second ISSCT management workshop, Australia, mayo de 2008
http://tinyurl.com/dj3v79

22. UITA, “Brasil: la Caña de Azúcar avanza también sobre la pradera”, 14 de mayo de 2008
http://tinyurl.com/arjv5m

23. Safras & Mercado, “Zoneamento pode expandir área de cana-de-açúcar em 44 milhões de hectares,” Notícias Agrícolas, 23 de enero de 2009
http://tinyurl.com/c3jtvk

24. Lilian Joensen, “The crop-sprayed villages of Argentina,” en Javiera Rulli (ed.), Repúblicas Unidas de la Soja. Realidades sobre la producción de soja en América del Sur. Grupo de Reflexión Rural, 2008
http://tinyurl.com/d42upx

25. Center for Food Safety, “Tainted Sugar”, Food Safety Fact Sheet, junio de 2008
http://tinyurl.com/526b8c

26. N. Benachour and G-E. Séralini, “Glyphosate formulations Induce Apoptosis and Necrosis in Human Umbilical, Embryonic, and Placental Cells”, Chem. Res. Toxicol., 22 (1), 2009, pp. 97–105; doctor Mae-Wan Ho y Brett Cherry, “Death by Multiple Poisoning, Glyphosate and Roundup,” Comunicado de Prensa de ISIS, 11 de febrero de 2009
http://tinyurl.com/b9phjy

27. Ver GRAIN, “Twelve years of GM soya in Argentina”, Seedling, enero de 2009
grain.org/seedling/?id=578

28. La industria brasileña del azúcar estima que la mecanización provocará la pérdida neta de 114 mil puestos de trabajo entre 2010 y 2021 en el estado de São Paulo (Ethical-Sugar, “An Exclusive Engine of Growth: The Development Model of Brazilian Sugarcane,” enero de 2009, http://tinyurl.com/aooogg). La mecanización no necesariamente implica que los trabajadores tengan condiciones de trabajo más seguras. Un estudio realizado en Brasil concluyó que el patrón de enfermedad entre quienes trabajan en la cosecha es similar al de quienes cortan caña de azúcar a mano (RA Scopinho, F. Eid, C.E. Vian, PR Silva, “New technologies and workers’ health: mechanization of sugar cane harvesting,” Caderno Saúde Pública, 15 (1), enero–marzo 1999, pp. 147–61).

29. Ver, por ejemplo, Health Canada’s approval of H7-1 Roundup Ready sugar beets
http://tinyurl.com/aszd94