Calzado infantil altamente peligroso: Crocs y Sandalias chinas

Vivimos en una vorágine de consumismo desmesurado en el que atendemos a modas, precios baratos, compras compulsivas e importaciones de todo tipo de productos venidos de lugares en los que muchas veces se está explotando sin ningún escrúpulo como esclavos a personas para obtener rápido y barato todo tipo de productos que en muchas ocasiones son un grave riesgo para la integridad física de todos, especialmente los niños, víctimas del egoísmo del mundo industrializado y de la ignorancia de los padres.

No a las plantas nucleares

Un reactor nuclear produce energía eléctrica limpia y no empeora el calentamiento terrestre, porque no usa combustible fósil alguno (petróleo ni carbón). Tampoco atenta contra los ecosistemas porque no precisa de embalses de agua para turbinas; menos quema madera. ¿Dónde se encuentra el peligro? De un lado se trata de su estructura; cualquier reactor nuclear constituye una auténtica bomba de tiempo. De otro lado, su basura es el segundo peligro. Ha llegado la hora que el grueso de la humanidad haga sentir su voz unánime de protesta e imponga el: No, a las plantas nucleares, contra el audaz orden establecido, donde primero son los negocios.

Fukushima está más cerca de lo que creemos

Japón tiene 55 centrales nucleares, 14 localizadas en la zona afectada por el terremoto y el tsunami. Once enfrentaron problemas y seis sufren situaciones extremadamente graves, en particular Fukushima Daiichi. Para entender porqué Argentina no está exenta de tener un accidente nuclear nivel 7 en la escala INES –el peor posible- y porqué sus ciudadanos no están preparados para enfrentarlo, haremos un breve recorrido por las realidades nucleares de Japón, Alemania y nuestro país. Depender de una tecnología absurdamente cara y peligrosa en lugar de consolidar matrices energéticas variadas y más sustentables es suicida. Japón –víctima de ese suicidio- le acaba de asestar un golpe durísimo al mito nuclear.

British Petroleum: Exterminador del futuro

Tres semanas después que el presidente Barak Obama autorizaba la expansión de la exploración de hidrocarburo y gas en las costas estadounidenses, una plataforma de la British Petroleum estallaba y se hundía en el Golfo de México liberando un enorme e incontrolable surtidor de petróleo. Una válvula de seguridad submarina que podría haber evitado el derrame no había sido instalada para “reducir costos”. Hasta ahora BP realiza sin éxito, tentativas desesperadas y peligrosas para taponar la perforación. Los expertos dicen que este “accidente” puede ser más dañino que el derrame del petrolero Exxon Valdez (1) en Alaska.