Criptomonedas ecológicas marcan un nuevo rumbo para el mercado digital
Las tecnologías que sustentan todo el cripto mercado lo hacen con el almacenamiento y procesamiento de energía y datos, la nube, las redes … Leer Más
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Un nuevo Informe Especial, elaborado conjuntamente por los investigadores Guillermo Achucarro, Ingeniero Ambiental, y Sarah Zevaco, economista, analiza el vínculo entre la crisis … Leer Más
Grandes corporaciones articulan falsas soluciones basadas en la economía verde durante la conferencia de la ONU sobre el cambio climático. Hace unas semanas … Leer Más
Las corporaciones más grandes del mundo están impulsando cambios drásticos y a gran escala en la agricultura, el procesamiento de alimentos y el … Leer Más
Entonces tendrán que explicarles, en las escuelas, en los parques, en los cumples al aire libre, en las burbujas, que el virus no … Leer Más
La inversión ambiental, social y de gobierno (ESG) será “la nueva norma en menos de cinco años”, afirma el CEO de una de … Leer Más
Llevamos ya muchos años atrapados bajo la palabra resistencia, hemos marcado un camino largo y muy desigual. Participamos de una guerra de guerrillas, … Leer Más
Otro año más vuelve el día de San Valentín, una de las fechas más consumistas del año. Así nos lo hace saber la publicidad, que muestra productos como forma obligada de demostrar unos sentimientos y busca nuevos nichos de mercado apelando a las emociones. Ecologistas en Acción recuerda que muchos regalos del día de los enamorados esconden trabajo precario en cadena y en condiciones poco saludables, como es el caso de las flores.
La austeridad es ‘pobreza para la mayoría y riqueza para unos pocos’. El sociólogo admite que hoy no hay alternativa viable al capitalismo. ‘La falta de confianza en los políticos es un fenómeno a nivel mundial’. Todo se diluye a nuestro alrededor. Cualquiera diría que la “modernidad líquida” que vislumbró Zygmunt Bauman se ha convertido en un torrente que todo lo arrastra. No va quedando nada sólido a lo que agarrarse. Y lo que es peor: cualquiera diría que hemos pasado de la fase “ultralíquida” a la gaseosa. Todo se está haciendo cada vez más etéreo.
¡Sólo la ecología puede parar las guerras! -sonríe-, porque las guerras se hacen por recursos naturales: petróleo, minerales, agua… Y si alguien no respeta la tierra, la naturaleza, tampoco puede respetar los derechos humanos. Todo el mundo tiene derecho a los recursos naturales. La ecología, y sólo la ecología, puede parar las guerras.
«Somos la primera generación que puede erradicar la pobreza». En el año 2005, en las campañas de promoción de los Objetivos del Milenio, este eslogan expresaba, a costa de olvidar la historia real de las luchas de las generaciones anteriores y las razones por las que no consiguieron vencer, el optimismo autosatisfecho con que se afrontaba entonces en los países del Norte la erradicación de la pobreza del Sur. Porque era obvio que cuando se hablaba de “pobreza” se hacía referencia a otros países y pueblos, los del Sur global. Ocho años después, buena parte de esa “generación” está más preocupada por librarse de la pobreza cercana que por erradicar la lejana.
Cada día hay más personas que están convencidas de la necesidad de cambiar el sistema que hasta ahora marca la lógica de nuestras vidas. El capitalismo no es capaz de garantizarnos una vida digna y por el contrario se presenta, muchas veces, como el principal obstáculo para poder alcanzarla. En un planeta asediado por las crisis económicas, humanitarias y ecológicas nos es necesario implementar otro sistema de gobierno global. Sin embargo, después del fracaso de la URSS y los “socialismos realmente existentes”, nos faltan alternativas desde la izquierda para proponer un sistema alternativo para las mayorías explotadas.
Es por eso que desde estas líneas propondré una serie de alternativas que deseo sirvan para enriquecer el debate y esbozar en el horizonte próximo, unas líneas que ayuden en la construcción de esa sociedad necesaria, donde por fin logremos desarrollarnos y convivir en paz. Para ello me basaré en la potenciación de tres de los mayores logros de la cultura humana: el socialismo, la democracia y la fraternidad.
Lejos de una reunión anodina de Naciones Unidas, Río+20, a realizarse en junio de 2012, se anuncia como un escenario de disputa, porque podría ser clave para un reordenamiento discursivo y geopolítico global, consolidando nuevos mercados financieros con la naturaleza y más control oligopólico de los recursos naturales, legitimando nuevas tecnologías de alto riesgo y creando las bases de una nueva estructura de gobernanza ambiental global que facilite el avance de una “economía verde” en clave empresarial.
Dentro de las nuevas tendencias que pueden incidir en un aumento de las plantaciones figura el mecanismo REDD+ que concibe la plantación de árboles como una estrategia de reducción de las emisiones de carbono. Se plantarán millones de hectáreas de árboles, a los que se califica de “nuevos bosques” – una aberración apadrinada por la FAO. El PNUMA puede hablar de invertir en reforestación “sustentable”. Bien sabemos que si no se cuestiona y rechaza el modelo en gran escala y de monocultivo que resulta tan rentable para los grandes capitales como destructivo para las comunidades locales y el ambiente, no serán más que palabras falsas.
Algo está manipulando y alterando los mercados y ese algo es la especulación que según el Parlamento Europeo es la culpable del 50% de los aumentos recientes. La propia FAO reconoce que sólo el 2% de los contratos de futuros termina con la entrega de la mercancía y la mayoría se negocian nuevamente, por eso “…este tipo de contratos -u obligaciones- atraen cada vez a un número creciente de especuladores financieros e inversores, ya que sus beneficios pueden ser más atractivos en relación a cómo se comportan los de acciones y bonos.” La agricultura y la alimentación como sustentos básicos desaparecen en favor de la visión mercantilista: el fin último no es garantizar comida ni trabajo, sino hacer un buen negocio caiga quién caiga.